En los últimos años, el concepto de «el 8K» ha ganado mucha relevancia. Aunque su primera aparición comercial fue hace casi una década, la tecnología aún está en pleno desarrollo y, aunque ya se encuentra disponible para los consumidores, sigue generando muchas preguntas y expectativas sobre su verdadero potencial.
En este artículo te contaremos todo lo que necesitas saber sobre el 8K, su evolución, los fabricantes que están apostando por ella, la disponibilidad de contenido y si realmente vale la pena invertir en esta tecnología en este momento.
¿Qué es 8K y por qué es diferente?
El término «8K» hace referencia a la resolución de la pantalla, que equivale a 7680 x 4320 píxeles, lo que significa más de 33 millones de píxeles en total. Esto es cuatro veces la cantidad de píxeles que ofrece una TV 4K y dieciséis veces más que una TV Full HD. A simple vista, podrías pensar que la diferencia no sería tan grande, pero cuando te acercas a una pantalla grande de 8K, la mejora en claridad y detalles es notable.
La clave de la TV 8K es que está diseñada para pantallas de mayor tamaño, generalmente a partir de las 55 pulgadas. Cuanto más grande sea la pantalla, más evidente será la mejora de resolución, especialmente cuando se combina con otras tecnologías avanzadas como el HDR (alto rango dinámico) y el mini-LED para ofrecer colores más vibrantes, mejor contraste y mayor brillo.
Historia de la TV 8K: desde sus inicios hasta hoy
El primer televisor 8K fue presentado por Sharp en el CES de 2013, con un imponente modelo de 85 pulgadas. Sin embargo, no fue hasta 2015 que la marca lanzó comercialmente un televisor 8K, a un precio exorbitante de 133.000 dólares. A medida que otras marcas como Samsung, LG y Sony comenzaron a desarrollar sus propios modelos, los precios bajaron gradualmente, aunque seguían siendo considerablemente más altos que los televisores 4K.
En los últimos años, los precios han seguido cayendo, y hoy en día es posible encontrar modelos 8K por menos de 2.000 euros, lo que los convierte en una opción más accesible para los consumidores que buscan lo último en tecnología de pantallas.
¿Realmente es 8K?
Uno de los desafíos que ha enfrentado la industria es definir qué es «realmente» un televisor 8K. El desarrollo de logos y certificaciones ha ayudado a estandarizar la calidad. La Consumer Technology Association (CTA) lanzó el programa «8K Ultra HD«, un estándar que deben cumplir los televisores para garantizar una resolución nativa de 8K y la capacidad de escalar contenido a esta resolución. También se requiere soporte para HDR y, al menos, una entrada compatible con HDCP 2.2.
Por otro lado, la 8K Association, que incluye a fabricantes como Samsung, Panasonic y TCL, ha creado su propio estándar y logo de certificación. Aunque ambos sellos garantizan una calidad mínima, hay diferencias menores en sus requisitos, como la obligatoriedad de tener un puerto HDMI 2.1 en los televisores certificados por la Asociación 8K.
¿Cuándo se volverán comunes los televisores 8K?
Aunque ya es posible comprar televisores 8K de marcas como Samsung, LG, Sony y TCL, la adopción masiva aún está en proceso. Modelos como el Samsung Neo QLED 8K QN900D y el LG Z3 Signature OLED 8K representan lo mejor que ofrecen estas marcas en términos de tecnología de imagen y sonido. A pesar de la disponibilidad de estos modelos, la demanda aún no ha alcanzado niveles significativos, principalmente por la falta de contenido nativo en 8K.
Uno de los principales obstáculos para la adopción masiva de televisores 8K es la falta de contenido nativo en esta resolución. Actualmente, plataformas como YouTube y Vimeo son de las pocas que ofrecen algunos videos en 8K, y canales de televisión como NHK en Japón han comenzado a transmitir en esta calidad, pero aún estamos lejos de que el contenido 8K se vuelva común.
La transmisión de contenido en 8K requiere enormes cantidades de datos y ancho de banda, lo que limita su disponibilidad, incluso en servicios de streaming populares como Netflix o Amazon Prime Video. Sin embargo, la capacidad de los televisores 8K para escalar contenido de 4K a 8K es una ventaja importante, permitiendo que los usuarios disfruten de una calidad visual mejorada incluso sin contenido nativo en 8K.
Una de las características más interesantes de los televisores 8K es su capacidad para escalar contenido de resoluciones más bajas a 8K, mejorando de manera notable la calidad de imagen. Esta función es en especial útil dado que el contenido nativo es escaso. Por ejemplo, Samsung ha demostrado la diferencia entre un televisor 8K reproduciendo contenido 4K escalado y un televisor 4K mostrando el mismo contenido. El resultado es una claridad y definición claramente superiores en el televisor 8K.
¿Vale la pena comprar una TV 8K ahora?
La respuesta depende de tus necesidades y expectativas. Si bien la tecnología 8K es indudablemente impresionante, la falta de contenido y el hecho de que la mayoría de las transmisiones y plataformas de streaming aún están optimizando su contenido en 4K hacen que invertir en una tele de estas condiciones hoy no sea imprescindible para todos.
Para aquellos que desean estar a la vanguardia de la tecnología o que están buscando pantallas grandes (a partir de 75 pulgadas), un televisor 8K puede ofrecer una calidad de imagen muy buena gracias a su capacidad de escalado y a las mejoras en brillo, contraste y color.
En resumen, actualmente no vale la pena comprar un televisor 8K debido a la falta de contenido, su elevado coste, la pequeña diferencia en calidad de imagen con respecto a la 4K y la falta de demanda por parte de los consumidores. Para la mayoría de los usuarios, la 4K sigue siendo una opción sólida y más accesible en términos de precio y contenido disponible. En conclusión, el 8K es una visión emocionante del futuro, pero aún estamos en los primeros capítulos de esta historia tecnológica.