Cuando hablamos de audio de alta fidelidad, es fácil pasar por alto la importancia de alinear en el tiempo los altavoces. Sin embargo, esta es una de las claves más importantes para lograr una experiencia sonora óptima, tanto en sistemas estéreo como en configuraciones 5.1 o inmersivas. En AVPasión, queremos ayudarte a entender y aplicar este concepto esencial que a menudo queda relegado al olvido por muchos entusiastas del cine en casa.
La mayoría de la atención se centra en la respuesta en frecuencia, esos gráficos detallados que nos obsesionan y que nos llevan a competir por obtener la curva más plana de 20 Hz a 20 kHz. Nos encanta presumir del mejor subgrave al sur del Ebro o de la mejor reproducción de pulsos subsónicos desde la era del sonido digital. Lograr una excelente respuesta en frecuencia es importante, pero, ¿qué hay del dominio del tiempo? Es hora de profundizar en cómo la alineación temporal puede transformar tu experiencia de audio.
La alineación del tiempo es esencial, pero no se comprende tan bien; necesita un poco más de tiempo y atención. La reproducción de audio de alta calidad implica no sólo tener todos los distintos sonidos al volumen correcto entre sí, sino que esos sonidos también deben llegar en el momento adecuado entre sí a la posición principal de escucha. Nuestros oídos son bastante sensibles incluso a pequeños errores de sincronización.
La mayoría de las personas con audición normal pueden detectar incluso pequeños movimientos en el origen del sonido, del orden de unos pocos centímetros. La velocidad del sonido que viaja por el aire es de aproximadamente 343 metros por segundo. Piensa en lo sensibles que deben ser nuestros oídos a estas pequeñas diferencias si podemos detectar cambios tan pequeños en los tiempos de llegada. Una diferencia de incluso 0,1-0,2 milisegundos (o lo que es lo mismo ¡alrededor de una diezmilésima de segundo!) hará que localicemos el sonido como si viniera de una dirección ligeramente diferente.
Simplificando estos cálculos: 1 milisegundo son casi 30 centímetros de diferencia, parece una tontería pero pregúntate: ¿puedo detectar un sonido puntual delante de mi si lo muevo treinta centímetros? La respuesta está clara: sí y de sobra.
Efectos nocivos del tiempo
Técnicamente hablando, la respuesta al impulso sonoro en el tiempo de los sistemas automatizados es muy genérica y poco precisa, lo que tiene tres efectos nocivos:
- Imprecisiones e incosistencias de timbre debido a la respuesta irregular alrededor de las frecuencias de cruce. Es decir, escuchar una voz en directo no es lo mismo que escucharla dividida en un altavoz de, por ejemplo, tres vías: cono de graves, medios y el tweeter.
- Campos de sonido reducidos en su espacialidad. Pongamos el ejemplo de un mezclador de sonido que reparte un efecto por todos los altavoces como, por ejemplo, la voz del inicio de ‘Mad Max Furia en la carretera‘. Es una secuencia recomendada por los más fiables expertos del ‘cine en casa’ de todo el mundo, no hay duda. Si en tu 5.1 ó 7.1 o Atmos apenas notas el efecto inmersivo o burbuja, estás experimentando esta consecuencia. Hablaremos un poco más de esto más adelante.
- Pérdida de claridad, particularmente alrededor de las frecuencias de cruce, lo que conduce a una mala inteligibilidad de las voces o el diálogo y a un pobre nivel de detalle en general.
¡Atención a esta última consecuencia! ¿Cuantas veces hemos dicho o escuchado en una serie o película: «¿qué es lo que ha dicho?» o «no se le entiende lo que habla» o frases de este estilo? Unas cuantas veces, ¿verdad?. Más allá de las consideraciones habituales de que tal actor o actriz no sabe vocalizar ni proyectar la voz o que a tal director le gusta mezclar el sonido de manera que intencionadamente sea difícil entender cierto diálogos, lo cierto es que hay más escondido en este debate.
Y tiene que ver con que, normalmente, la alineación de los canales de pantalla, es decir, izquierda, centro y derecha, no es correcta entre sí mismos y desde luego tampoco con el subwoofer o los surround. Pero para la inteligibilidad del diálogo son especialmente importante la alineación del tiempo de los tres frontales, donde mayoritariamente se ubican las voces.
Así que antes de acusar a Mario Casas de que no vocaliza, lo mismo tenemos que darle un repaso al ‘time delay’ o al menú de ‘distancias’ de nuestro receptor AV.
La reducción de la espacialidad del campo de sonido
Si nos centramos en el segundo de los puntos anteriores, la correcta alineación en el tiempo tendrá efectos inmediatos y espectaculares en nuestro sistema de sonido sea el que sea. Aunque los efectos más notables los tendrán aquellos que tengan más altavoces, por motivos obvios.
Si tengo los doce altavoces de un 5.2.4 mal alineados en el tiempo el resultado puede ser bastante peor que si sólo tengo mal un 5.1. Sea como fuere tu configuración, si alineas los altavoces, significará que todas las cajas pueden trabajar juntas para crear sonidos que parecen provenir de entre los altavoces reales, fuera de su posición física. Como tal, una vez corregida la dimensión temporal, se esperara una “burbuja” de sonido fluida y de alta resolución espacial por encima y alrededor del oyente (en un Atmos, Auro o DTS X, claro está)
Poner en nuestro receptor 2 ó 3 milisegundos más o menos es bastante relevante aunque pueda parecer una tontería. Y ese es, precisamente, uno de los puntos fuertes de el ‘script‘ HTML del Audyssey One Evo del que os venimos hablando en el último mes. Se comunica automáticamente con el extraordinario programa REW para calcular más precisamente la alineación temporal de nuestras cajas.
Normalmente, los receptores AV con optimización de sala (YPAO, DIRAC o Audyssey) suelen limitarse a pasos de aproximadamente un milisegundo completo, diez centímetros o medidas similares (aunque en la práctica comprobada por REW, funcionan con medidas más grandes). Como hemos visto antes, carecen de precisión suficiente, aunque es mucho mejor que no hacer nada.
En los sistemas de audio multicanal y, sobre todo, los inmersivos, se recomienda la alineación temporal de todas las cajas ya que las que están directamente encima (top o de altura) y a nuestros lados (los surround) casi siempre estarán mucho más cerca de nuestra cabeza que los canales de la pantalla. Y si no están bien alineados, la atención se desviará de la pantalla hacia los altavoces más cercanos y se perdería la intención artística de la mezcla original.
En resumen: hay que medir y ajustar tanto la dimensión de volumen y sus frecuencias como la alineación de la dimensión temporal de todos los altavoces que tengamos instalados.