Este reportaje va a la contra de la tendencia: los altavoces grandes no están de moda. Y seguramente esto sucede por varios motivos. Pero si hiciéramos una breve encuesta y pidiéramos un descripción de los altavoces perfectos, estoy convencido que una mayoría diría algo así como ‘‘pequeños, con diseño compacto y con un sonido maravilloso».
Estoy seguro también de que a la anterior mayoría les gustaría que tuvieran esos maravillosos altavoces unos bajos tan precisos como profundos. Y ahí está la cuestión: un altavoz de pequeño tamaño no te puede generar graves decentes. Siempre queda el recurso de añadir uno o varios subwoofers a la ecuación. Aunque ya empezaríamos con los ‘peros’ y recordemos que la encuesta ficticia preguntaba sobre altavoces perfectos.
En algunas formaciones, suelo hacer encuestas rápidas y recientemente pregunté a los presentes sobre quien tenía altavoces en sus casas. No contaban ni los incluidos en un ordenador portátil, ni en tablets, ni los integrados en una TV, ni los inalámbricos bluetooth para la ducha; tampoco las barras de sonido. Solo altavoces. De cuarenta personas, solo tres levantaron la mano.
Ahí está el germen de porqué no triunfan los altavoces grandes: apenas hay altavoces en los domicilios como para que haya hueco para poner unos altavoces grandes. Ese y otros motivos, hacen que el ideal de muchos diseñadores de altavoces perseguido durante las últimas décadas sea unos altavoces de volumen reducido.
Y dentro de eso, encontramos diferentes formatos: altavoces de suelo ultra-delgados, sistemas combinados de satélites estéreo y un sub o altavoces súper compactos de alta gama que parecen producir enormes cantidades de graves para su tamaño.
Todavía me parece impresionante el rendimiento que la industria ha obtenido con estos productos y el alto nivel de ingeniería que han adquirido las unidades de gabinetes pequeñitos. Pero esa es la cuestión. Tales hazañas de ingeniería sólo son necesarias porque los ingenieros se ven obligados a comenzar desde un lugar que no es ideal (si es que el objetivo es una calidad de sonido de primera clase).
Entonces ¿cuál es el mejor lugar para un buen diseño de un altavoz? Un recinto sólido de baja resonancia con un generoso volumen interno. Ese es un buen punto de partida.
Los altavoces pequeños y delgados pueden ser más fáciles de colocar en una habitación, pero presentan todo tipo de obstáculos cuando se trata de conseguir un sonido realista lleno de matices, potencia y autoridad. Y sin distorsión o muy poca. Los altavoces grandes no entran o nos quitan mucho espacio en un domicilio pequeño, así que no queda otra que adaptarnos a lo que tenemos, optimizar el resultado y disfrutarlo.
Un ejemplo claro que podemos encontrar en los sistemas de altavoces 5.1 es el altavoz del canal central. Este, está sometido a unas restricciones clarísimas de espacio: no debe ser muy grande porque hay que ponerlo debajo o encima de la TV.; o no puede ser grande porque se metería en la zona de la imagen si usamos proyector; y un largo etcétera de complicaciones.
Sin esas limitaciones ¿los ingenieros hubieran hecho el altavoz central con esas dimensiones más compactas que la pareja estéreo por ejemplo?
Beneficios de los altavoces grandes
La presencia de altavoces grandes se ha quedado reducida a una pocas marcas fabricantes y normalmente en su rango de precios más alto. Tampoco estoy hablando de altavoces tan grandes como un frigorífico, pero sí un poco más abultados del promedio al que estamos acostumbrados. Incluso con un pequeño aumento en el ancho del cono frontal obliga a una unidad motriz trasera ligeramente más grande, lo que ya tendría beneficios directos. Digamos que con un cono de 2,5 centímetros más de diámetro sobre el tamaño del cono que usan tus altavoces actuales ya habría beneficios directos.
Solo con eso, ya esos altavoces grandes proporcionan un área de radiación significativamente mayor. El punto de escucha óptimo se hace más grande y no es exclusivo para una sola persona. Y más aún, prácticamente habría mejoras en todas las medidas de rendimiento de un test de pruebas sónico. Y sí, estoy pensando también en que menos frecuencias graves habría que mandar al subwoofer: el punto de cruce o crossover sería más bajo.
Siguiendo con las mejoras, unos altavoces grandes, con un cuerpo o gabinete más generoso en su volumen, permite a los ingenieros colocar unidades de transmisión más grandes. Eso es obvio. La combinación de estas dos cosas debería generar muchos beneficios, desde la capacidad de sonar más fuerte y más profundo hasta una dinámica mejorada y una distorsión reducida.
Quizás en contra de lo que pueda pensar de inicio esa mayoría de nuestra ficticia encuesta, los altavoces grandes tienden a ser más sensibles que las alternativas más pequeñas, simplemente porque el diseñador necesita suprimir menos frecuencias medias y agudas para obtener una respuesta de frecuencia uniforme o plana, gracias a la mayor salida de graves natural de ese gabinete.
Esa sensibilidad adicional no es un asunto trivial. Una diferencia de 3 dB en la sensibilidad de los altavoces equivale a duplicar la potencia del amplificador. Entonces, en términos básicos, un altavoz con una sensibilidad de 91 dB/W/m impulsado por un amplificador de 50 vatios por canal tendrá un volumen tan alto como un altavoz de 88 dB/W/m conectado a un amplificador de 100 vatios por canal. La conclusión sería que la forma más eficaz de mejorar la capacidad de un sistema para reproducir a mayor volumen es conseguir un altavoz más sensible, no un amplificador más potente.
Inconvenientes de los altavoces grandes
Hasta aquí las buenas noticias de los altavoces grandes. Como podíamos imaginar, llega el momento de contar lo menos bueno. Y es que tener altavoces grandes, tienen desventajas más allá de ocupar más espacio que los pequeños en la habitación.
Es posible que los graves más profundos que generan sean demasiados en una habitación pequeña, lo que genera un sonido retumbante. Es un inconveniente que hasta los no iniciados en la alta fidelidad, lo notan: vibra la vajilla de los abuelos o la ventana más cercana. Y eso te saca de cualquier película, serie o de escuchar tu música favorita.
Además, un gabinete más grande tenderá a ser menos rígido que uno más pequeño y, por lo tanto, más propenso a sufrir resonancias. Esto afecta a todo tipo de cosas, desde la claridad y nitidez de un transitorio o el impulso rítmico. Tienden a ser menos rápidos. Por supuesto, los fabricantes suelen solucionar esto con métodos de construcción inteligentes junto con un cuidadoso refuerzo y amortiguación. Pero sí, cuanto más grande es el recinto, mayor es el problema que los ingenieros deben intentar superar.
Un deflector o cono frontal más ancho podría ayudar al rendimiento de rango medio de un altavoz, pero también puede ser un obstáculo en lo que respecta a la creación de una imagen estéreo verdaderamente clara y definida. Los deflectores pequeños tienden a hacer un mejor trabajo.
Sin embargo, cada vez que escuchamos un par de grandes altavoces de pie como los Mission 770 o los Wharfedale Dovedale, o grandes altavoces de suelo como el Vintage Classic X de Fyne Audio, ofrecen una gama de capacidades que compensan fácilmente cualquiera de estas debilidades anteriormente escritas.
Siguiendo con los mencionados Mission 770 como modelo de altavoces grandes, estos miden 59 cms de alto, 30 de ancho y 30 de profundo. Con un tweeter de 2,8 cms y woofers de 20 centímetros que llegan hasta los 30 hertzios. Sí, has leído bien, 30 hz.
Al comparar cualquiera de estos modelos de altavoces grandes u otros similares con su competencia de precio pero en versión pequeña seguramente encontraremos que ganan sin lugar a dudas en lo que respecta a autoridad sonora, expresión dinámica y calidad de graves. También descubriremos que ofrecen una sonoridad con una atractiva sensación de facilidad que eluden la mayoría de sus rivales.
En conclusión, la próxima vez que vayas a comprar altavoces, no ignores la opción más grande de entrada, aunque suponga pasar a otra gama de productos. Escúchalos, es nuestro consejo de AVPasión. Es posible que ocupen un poco más de espacio en la habitación, pero ese volumen adicional del gabinete y de los conos pueden brindar potencialmente una serie de beneficios sonoros de los que mejoran y mucho la experiencia sonora. Del dinero que cuestan y de negociar mover de sitio los muebles de casa ya cae de vuestro lado.