Por fin está aquí y tras unos 10 días de testeo, sonda en mano, hemos podido probar y desmenuzar cada gramo de esta nueva impresionante OLED de la marca coreana. La LG C9 es la sucesora de la LG C8 (modelo de 2018), que cuenta como principales novedades con un nuevo webOS 4.5 (el Smart TV), un nuevo diseño más cuidado y más delgada por la parte trasera, todos los puertos son HDMI 2.1 completos (48 Gbps) y nuevas mejoras de imagen de la mano de su nuevo procesador, el Alpha 9 Gen 2: Smooth Gradation (para evitar banding), eliminación casi por completa de los macrobloques que se iluminan, nuevo mapeador de tonos dinámico, un mejor interpolador de movimiento, soporte para VRR/HFR completos vía HDMI, soporte ALLM (modo de baja latencia automática) soporte para AutoCAL (calibración automática) y muchas funcionalidades más, que, como decía al inicio de esta introducción, vamos a desmenuzar poco a poco y con calma. Así pues, preparad una buena taza de café. Let’s go!
La c9, por cierto, la encontramos en 3 variantes: 55, 65 y 77″, a cada cual más cara, ya que los PVP oficiales son de 2499€, 3499€ y 7999€. Eso son precios oficiales a día de hoy (junio de 2019), pero LG suele dar bastante margen a sus comercios y muy probablemente encontremos los precios por debajo del oficial. Sin contar promociones especiales, descuentos, cashbacks, etc. Y ahora si, entremos en materia.
LG C9: Diseño
La LG OLED C9 presenta un diseño mucho más cuidado y minimalista que su predecesora del año pasado, especialmente en el stand que soporta el peso de la TV. El del año pasado ocupaba casi la totalidad de la parte baja de la TV, dando una sensación de ocupar más volumen o ser más grande de lo que realmente era. Este año, por contra, LG nos presenta un diseño con líneas mucho más cuidadas y más minimalistas, el pie pasa a ser más liviano y menos oscuro, al mismo tiempo que ocupa menos espacio visual y pierde el diseño «curvo» que tenía la C8. El pie acaba plano en el frontal del televisor y va «creciendo» en altura cuanto más atrás miremos. Se consigue un efecto de «suspensión» realmente logrado, a la vez que se gana en un diseño más moderno. Por contra, el sonido se ve perjudicado, ya que la del año pasado al tener un stand tan grande emitía un sonido de una calidad decente y de forma frontal, este año por contra lo hace hacia abajo (y de ahí, rebotando, hasta nosotros) por lo que tenemos un audio más enlatado; quien quiera mejorar el sonido integrado tendrá que optar por la serie E9, aunque recomendaríamos encarecidamente optar por una buena barra de sonido o mejor aún, un buen sistema 5.1 con un amplificador dedicado.
Para acabar hablando del diseño, recordad que este televisor no dispone del famoso Picture on Glass, un diseño que queda relegado exclusivamente la gama E9 y G9. El sistema consiste en una lámina de cristal templado sobre la que va sujeto el propio panel OLED, quedando «encerrado» en el mismo. Por contra, la LG C9 simplemente tenemos el panel sostenido por el stand debajo y por los bordes de plástico alrededor, dando un acabado algo más premium pero suficiente. Este año, además, a diferencia de la del 2018, encontramos que el panel es aún más delgado, ha perdido 0.1/0.15 cm de borde y ha adelgazado tanto en el panel como muy especialmente en la parte baja, donde van toda la electrónica. Un punto a tener en cuenta si queremos colgarla, pues quedará más pegada a la pared que las 2018.
Conectividad y especificaciones técnicas
Una de las grandes novedades del año. La conectividad. Por fin tenemos los ansiados y demandados (por los gamers principalmente) puertos HDMI 2.1 completos (48 Gbps), en concreto cuenta con 4 entradas. 3 de ellas las encontramos en un lateral del televisor, junto a un puerto USB 2.0 (que por cierto y como novedad de este año, LG ha implementado un «organizador de cables», que consiste en una tapa con una pequeña salida en la parte baja, para que los cables no queden colgando y no se vean). Por otra parte y ya en la sección de atrás de la TV, tendremos el cuarto puerto HDMI 2.1, 2 USB 2.0 más, la salida óptica, la toma ethernet (10/100, nada de gigabit), una toma de antena para la TDT/DVB-T2 y una para satélite (DVB-S2, por lo que podremos sintonizar y ver canales 4K HLG FTA). Los nuevos puertos HDMI 2.1, por supuesto, siguen siendo compatibles con el estándar de la UHD Alliance, esto es, resolución 4K, soporte mínimo para HDR10 (aunque también soporta HLG y Dolby Vision, ni rastro del HDR10+), espacio de color BT.2020 y 10 bits de profundidad de color. Al margen del estándar UHD Alliance, este televisor también soporta unos nuevos y alucinantes protocolos, vamos a explicarlos uno a uno porque suelen generar bastante confusión:
- ALLM: Es un nuevo protocolo de baja latencia (LG lo ha llamado Instant Gaming). Está diseñado para consolas (debe soportar este protocolo también), de forma que automáticamente al encender la consola y poner un juego (en el home no) la TV conmutará ella sola al modo juego. Al salirnos de éste, la TV volverá al modo de imagen que teníamos puesto antes de lanzarlo. Es muy útil para quien conecte la consola a un amplificador y éste a la TV, pues se ahorrará tener que cambiar de modo de imagen cada vez en función de la fuente que use.
- VRR: Variable Refresh Rate, por sus siglas en inglés. Se trata de una tecnología que permite adaptar los Hz de trabajo de la TV con los fps que le llegan. Nuevamente es una herramiente terriblemente útil para los gamers, ya que así se elimina la necesidad del V-Sync y otras tecnologías. El juego puede ir a 42, 50 o 60 fps (por ejemplo) de forma irregular que la TV irá adaptando sus Hz a esos fps, de forma que no veremos caídas de fps ni desincronía y/o tearing en ningún momento. Por desgracia, esta tecnología no es compatible con Freesync (lo mismo pero de AMD) ni con G-Sync (de Nvidia), por lo que ahora mismo solo es compatible con la consola Xbox One X. Por cierto, el VRR tiene un rango de Hz en los que funciona, si bajamos (o subimos) más de sus límites, lo ignorará; en concreto el rango es entre los 40 y los 120 Hz, como podéis ver en la imagen que encontraréis más abajo.
- HFR: High Frame Rate por sus siglas en inglés. El año pasado las OLED de LG ya permitían esta funcionalidad, pero solo por USB o Streaming. Este año, además, podemos hacerlo por HDMI. Esto permite reproducir archivos grabados a una mayor cadencia (o fps) de lo normal, por ejemplo podríamos ver una emisión 4K HDR a 120 fps (sincronizados a 120 Hz, que son los Hz nativos del panel); sin embargo a día de hoy y salvo un par de demos y archivos de testeo, no existe material grabado a tantos fps.
- 48 Gbps: El ancho de banda del protocolo HDMI 2.1 nos abre un mundo de posibilidades, de nuevo y de momento casi exclusivamente para los gamers. Podremos optar por resoluciones y tasas de fps junto a una profundidad de bits y croma altísimas, 4K@50/60 Hz, 4K@100/120 Hz, 5K@50/60 Hz, 5K@100/120 Hz, 8K@50/60 Hz, 8K@100/120 Hz, 10K@50/60 Hz y 10K@100/120 Hz, incluyendo croma 4:4:4 a 12 bits, una auténtica barbaridad. Cuando salgan las nuevas tarjetas para PC (o consolas como la PS5) con conexión HDMI 2.1, podremos jugar a una resolución 4K@120 Hz con croma 4:4:4.
- e-ARC: Como explicábamos en nuestro artículo sobre esta tecnología, hasta ahora y con el ARC teníamos el problema de que si usábamos la TV como reproductor (o apps integradas en la TV como Netflix, Amazon Prime, etc.) el audio que podía salir de la TV hasta nuestro amplificador o barra de sonido, estaría limitado a DD/DD+ o DTS. Con el e-ARC conseguimos saltarnos esa limitación y poder tener un passtrough de todos los audios del mercado: DTS HD MA, TrueHD, Atmos Lossless, DTS:X. Hemos probado esta funcionalidad con un Denon X-3500H y no hemos tenido el más mínimo problema para reproducir DTS HD MA, TrueHD, etc., aunque la TV no consigue pasar LPCM 5.1 (imaginamos que en un futuro lo corregirán con una actualización de firmware).
- QFT: Quick Frame Transport por sus siglas en inglés. Reduce el tiempo que tardamos en ver «reaccionar» la TV al pulsar un botón de un mando a distancia o de un mando de una consola. Es decir, su propósito es reducir el input lag. En la C9 se nota y mucho, ya que hemos pasado de unos más que buenos 21 ms, a tan solo 13.
- QMS: Quick Media Switching, por sus siglas en inglés. ¡Por fin! Evita esos molestos cuelgues del televisor con el cambio de resolución y/o refresco. Ahora el cambio será suave, sin ver una pantalla negra durante un par de segundos, simplemente un pequeño y rápido parpadeo.
Y bueno, con todo estos tecnicismos y novedades, terminaríamos este -más que- extenso apartado de conexiones y conectividad. Ha sido más largo de lo que seguramente esperárais, pero al ser un cambio tan drástico (no olvidemos que el HDMI 2.0 tiene 18 Gbps y el HDMI 2.1 tiene 48) era necesario explicar cada una de las novedades que aporta el nuevo puerto HDMI 2.1.
Control y mando a distancia
La C9 repite con el mismo mando -prácticamente, los cambios son mínimos como veremos más adelante- que su predecesora, la C8. Usa el mando llamado Magic Remote, una tecnología la mar de interesante consistente en un puntero que al mover el mando, responde instantáneamente a este. Podemos hacer click en cualquier parte de la interfaz del sistema operativo -que analizaremos en la sección siguiente-, incluso en el teclado, por lo que ahorro de tiempo es sustancial y realmente útil. Se podría decir que tras probar un mando así, volver al clásico mando de apuntar y nada más, se hace anticuado y realmente incómodo. Aquí debemos darle un 10 a LG como cada año, en este campo no tiene -de momento-, rival, con excepción de Samsung.
Como cada año, el mando presenta accesos directos a Netflix y Amazon Prime, además del panel de botones numéricos, botón de ajustes, etc., Aparte de lo ya conocido, tenemos también un botón de micrófono donde podremos hablarle al mando para realizar diversas acciones con Google Assistant (algo que la marca coreana lleva poniendo énfasis desde 2018), integración que os hablaremos en el apartado de análisis de webOS. Los cambios en el mando, como decíamos, son mínimos, simplemente ha cambiado el color de la rueda del mando, ha mejorado ligeramente el material trasero, la autonomía de las pilas es bastante superior -los modelos del año pasado se «bebían» las pilas- y se ha eliminado el botón del Magic Zoom.
En general, como indicábamos al inicio de este apartado, el mando cumple a la perfección con su cometido: es rápido, ligero, tiene el famoso puntero, tiene muy buena autonomía y es ergonómico; a eso hay que sumar la integración con Assistant y tenemos un mando de 9.9. No le doy un 10 por que podría estar mejor construido y tener mejor diseño, como vimos por ejemplo con el mando que acompañaba a las veteranas OLED E6 y E7 de la marca coreana de otros años atrás.
webOS 4.5: un sistema para dominarlos a todos
Aquí si encontramos diferencias palpables con el año pasado (tampoco una exageración, pero si pequeños retoques que le hacen a uno la vida más sencilla). Llega webOS 4.5 con varias e interesantes funcionalidades nuevas. Para empezar seguimos con la fila de apps a modo de carrusel, sin embargo este año los tiles son más cortos, bastante menos alto que los del año pasado. ¿Por qué? Básicamente porque encima de esta fila, tendremos una segunda fila que nos mostrará contenido en función del tile en el que nos situemos. Por ejemplo, si uno se pone sobre Netflix (sin pulsar) verá como arriba aparece una segunda fila con Continuar viendo, recomendaciones, etc., podremos darle directamente a nuestra serie favorita para continuar viendo ese episodio que no terminamos anoche o la película que tenemos en nuestra lista de favoritos. Todo sin tener que entrar en la app directamente, siendo por tanto un gran ahorro de tiempo y una mejora importante de la funcionalidad del sistema operativo. Ah, se nos olvidaba, este año ya no hay anuncios en ninguna parte del sistema, cosa que no ocurre con los modelos de otras generaciones donde podía llegar a ser molesto.
El sistema operativo de LG está realmente optimizado, VUELA en comparación con otras implementaciones de otros fabricantes (Android TV en algunos de ellos, por ejemplo), es muy estético, estable y completamente fluido. A eso se le añade una integración completa y total con el Magic Remote y la experiencia no puede ser mejor. Por supuesto, tenemos todas las apps más demandadas -y las que no, también-, desde Netflix, HBO, Amazon Prime, Youtube (estas 4 con soporte completo 4K HDR y Dolby Vision), Orange TV, DAZN, apps de Dolby, de IPTV, Plex (y su variante rusa más avanzada, Xplay), etc., todas ellas accesibles desde la app de LG Content Store. La única que falta es la nueva apple de Apple (Apple TV+), LG nos ha indicado que está confirmado que contarán con ella en una futura actualización de firmware (y también Airplay 2). Mientras tanto, podéis hacer Screen Mirroing de vuestro móvil, aunque no sea lo mismo, hará el «apaño» hasta que Airplay 2 sea compatible con este televisor.
Otra novedad en el sistema operativo es el Hub de conexiones, tanto de HDMI, DLNA, AVR, TV en directo, etc., por un lado, como del IoT (Internet of Things) por otro, incluyendo por supuesto una integración total con Google Assistant y por supuesto también con Alexa (con una futura actualización). El panel al principio es un poco lioso, especialmente si venimos de toquetear webOS de otro año u otros sistemas operativos, pero tras unos días de práctica es todo un acierto. Podemos encender la lavadora, apagar la luz del baño o encender nuestra Nvidia Shield TV desde el mismo panel. Delicioso! También tenemos una nueva Guía EPG mejorada en el listado de nuestros canales de TDT. Hablando de canales, hay una nueva sección llamada LG Channels que aglutina canales de todo el mundo (por IPTV), desde estadounidenses como la CNN o USA Today hasta cubanos como Cubavisión. Es un servicio gratuito -de momento- que no deja de ser curioso.
Hablando de micrófonos y asistentes, LG ha refinado este año su IA (Inteligencia Artificial) haciendo que entienda más órdenes para manejar la propia TV. Desde encenderla y apagarla hasta reproducir un episodio de Black Mirror en Netlfix o hacer una búsqueda de un trailer en Youtube. Esa misma AI de LG, la vamos a poder ver en todos los apartados del sistema, incluyendo la imagen -donde sinceramente, no hace absolutamente nada-, sonido, recomendaciones, etc. Recordad, todo es más inteligente este año. No es lo mismo que la integración con Google Asisstant, ojo, si no que es el propio sistema de LG llamado ThinQ AI Voice, que este año responde bastante mejor que el pasado.
Calidad de imagen
Llegamos al meollo de la review! por fin! ¿Qué tal en calidad de imagen? ¿Ha mejorado mucho respecto al año pasado? ¿Se ve mejor o peor que la Sony AF9 o AG9? Paciencia, como decíamos al inicio de esta extensa review, vamos a verlo todo detalladamente y sin saltarnos ni una sola coma. Haceos el segundo café, que allá vamos.
Comparativa TV 2019: LG C9 vs Samsung Q90R vs Sony AG9 vs Sony Z9F – AVPasión
Vamos a empezar con las opiniones completa y totalmente subjetivas de un servidor, que viene hace apenas una semana de analizar la Sony 65AF9 en nuestro canal de Youtube, así que ya partía de algo realmente bueno. ¿Qué tal respecto a la Sony? pues sorprendentemente bien. Esperaba que hubiera más diferencia a favor de Sony en aspectos como el escalado, el movimiento o la colometría. El escalado de Sony sigue siendo algo mejor, tampoco mucho, pero lo suficiente como para notarlo; pese a ello el escalado de la LG C9 ha mejorado bastante respecto al año pasado, siendo más nítida y especialmente mejor en fuentes de baja calidad (el Smooth Gradation ayuda mucho), los macrobloques que muestra en fuentes comprimidas son muy similares a los que muestra la AF9, lo cual ya dice mucho de LG este año. El tema de los flashes está controlado, al menos en nuestra unidad solo hemos sido capaz de verlos en una escena (Wonder Woman, disco UHD original, sobre 1:10, donde las barras de scope se vuelven locas durante 5-6 segundos) y eso que hemos puesto en apuros a la TV con material con una calidad pésima (Chernobyl de HBO, The Last Kingdom o Vikingos de Netflix). Nada, ni rastro. Nuevamente recalcar lo bien que trata el televisor estas escenas, apenas viéndose macrobloques gracias al Dithering que aplica LG este año y nuevamente al Smooth Gradation. Esta funcionalidad es prácticamente igual que la de Sony, especialmente útil para fuentes comprimidas (o no), donde aparece banding en cielos, paredes, etc., para muestra esta fotografía de I am Mother de Netflix (sobre el minuto 10):
Si el escalado ha mejorado mucho, mucho más ha mejorado el interpolador de movimiento. Pese que a LG ha eliminado a última hora y corriendo el nuevo BFI (Black Frame Insertion) que mejoraba la persistencia del píxel más de un 60% sin perder brillo ni introducir parpadeo, lo cierto es que el Trumotion, por fin tras varios años, es muy bueno. Nuevamente no es casi perfecto como el de Sony, pero si ha mejorado mucho. Los artefactos alrededor de objetos y personas en movimiento han desaparecido casi por completo, los «rayitos» que aparecen en ciertas escenas que mezclan luz y oscuridad también han menguado. Podemos decir que si ponemos el interpolador a valores muy bajos (como 2-0 o 3-0) podemos tener una sensación totalmente cinematográfica, sin nada de efecto telenovela, veremos artefactos en 2 o 3 escenas contadas de la película y eliminaremos el efecto estroboscópico que tienen las OLED inherente, dado su naturaleza de dispositivo Sample&Hold.
La colometría en SDR es excelente, hasta el punto de que si seleccionamos el modo Cine, Technicolor o cualquiera de los dos modos ISF, la TV viene casi perfecta de fábrica (podéis verlo más abajo), tanto en gamma como en saturación de los colores. En HDR, en cambio, notamos un exceso de desviación que se nota en unos tonos de piel demasiado saturados, nada que con una sonda no se pueda solucionar, pero en este campo Sony también estaba un poquito por encima. Hablando de HDR y Dolby Vision, aquí si que LG es donde reina claramente. La dinámica de la imagen, saturación, brillo y ABL son soberbios para ser un panel OLED (nuestra unidad mide cerca de 800 nits calibrada en D65 y 900 nits si ponemos el tono Cálido 1, podéis verlo más abajo). No obstante, el mapeador de tonos dinámico se desvía un poco de la curva PQ EOTF, como veréis más adelante. Pero es especialmente notable con contenido Dolby Vision, donde la Sony pecaba de ser algo «mustia» en las altas luces y tener un APL demasiado bajo, LG saca todo el músculo gracias a una mejor implentación de Dolby Vision, gracias probablemente a sus años de cooperación en este campo.
La implementación de Dolby Vision en la LG C9 es absolutamente soberbia
Calibración y mediciones
Como decíamos, nuestra unidad ha salido especialmente buena en uniformidad, pues es una cartulina gris perfecta tanto en el IRE 5% como en el IRE 10%, con una total ausencia de «barras« que nos puedan arruinar la experiencia de visionado nocturno. En términos de colometría, gamma y saturación, tal y como os anticipábamos en el mensaje anterior, en SDR nuestra unidad viene prácticamente perfecta. El AE (o Delta Error, es decir la cantidad de error que hay de colometría en cada IRE de la gamma) medio apenas supera los 2 puntos (hasta 3 el ojo humano es incapaz de verlo):
Pasando al mundo del HDR (Alto rango dinámico), nuestra unidad nos da unos 800 nits (ventana del 10%) en el modo Cine y Technicolor y en los dos ISF, con el modo de color en Cálido 2 y ajustado tras calibración; si optamos por una tonalidad más fría, obtenemos cerca de 900 nits. ¿Sin embargo, tanto importan los nits? Si…y no. Sony ha demostrado que no todo son nits y brillo, es tan o más importante tener un buen tone mapping capaz de resolver hasta el último detalle de las altas luces a la vez que no baje demasiado el APL (brillo general de la escena) y lo haga frame a frame; un ABL (limitador de brillo cuando aparece mucho % de blanco en la escena) que no sea excesivamente restrictivo a la vez que el volumen de color no baje tampoco en exceso motivo por los nits (en el mundo OLED WRGB, cuantos más nits más «lava» el color y la saturación de éste en los detalles de las altas luces). El de LG, nuevamente es muy muy bueno, siendo capaz de resolver detalles por encima de los 4000 nits. Como podéis ver en la fotografía, al activar el Mapeador de tonos dinámico, aparece mágicamente el detalle de las nubes, sin afectar prácticamente al brillo general de la escena.
Por otra parte, este año el fabricante coreano ha decidido dejarnos tocar las curvas EOTF de nuestro televisor. ¿Qué son y por qué son importantes? Vamos a ello. La tecnología OLED, a fecha de hoy (junio de 2019) es incapaz de superar la barrera de los 800-900 nits, precisamente por ello, debe «adaptar» todos los detalles en las luces altas del HDR que excedan ese pico, ya que si no simplemente veríamos un manchurrón blanco sin detalle alguno. A esto se le conoce como tonemapping. Sin embargo y dada, de nuevo, la naturaleza orgánica de los paneles OLED, el fabricante es incapaz de saber si su TV da 700, 780, 850 o 650 nits, ya que suelen tener una diferencia del 10-12% en nits entre paneles del mismo modelo. Por ello opta por una solución salomónica: establece «el corte» en 700 nits para todas. Ese «corte» le indica a la TV donde tiene que empezar a hacer el tonemapping.
¿Qué ocurre? ¿Qué problema hay? Pues que hay paneles que exceden ese pico (como el nuestro, que ronda los 800 nits) y al tener el «corte» 100 nits más bajo, nos estamos perdiendo un brillo extra de forma innecesaria. Precisamente por ello, LG ha decidido que podamos tocar las curvas EOTF indicando exactamente los nits de nuestro panel y así la curva y el «corte» serían exactos. ¿Fácil, no? No tanto, ya que hay que disponer de una sonda o espectofotómetro, conocimientos y una licencia de Calman o Calman for LG (Autocal). En cualquier caso, una vez establecido los nits de nuestro panel, podemos «jugar» con 3 tipos de curvas, una para 1000 nits, otra para 4000 y otra para 10000 (que son los tres tipos de masterizados de películas UHD en la actualidad, aunque normalmente se usan las dos primeras) y el % donde comenzará el tonemapping.
Por si fuera poco, ese tonemapping necesita de dos datos: MaxCLL y MaxFALL. El primero de ellos nos indica el primero de ellos nos indica el punto más brillante del frame, mientras que el segundo nos indica el brilo medio más alto de la escena. Hasta 2018, LG se basaba en el primer metadato para hacer su tonemapping (por ejemplo, imaginaos una escena donde aparece una minúscula estrella que contiene detalle a 3650 nits, por el televisor haría un tonemapping basándose en esos 3650 nits); los coreanos, no obstante, se han dado cuenta que era tontería sacrificar tanto brillo general para cubrir detalles tan tan pequeños, así que en este 2019 usan como indicador el MaxFALL, notándose por tanto una imagen bastante más brillante y con un contraste dinámico superior a la del año pasado, menos apagada y más viva, usando el mismo panel y más o menos con los mismos nits. El resultado es una imagen espectacular y que a más de uno enamorará a simple vista.
Para vosotros, jugadores
Llegamos al otro apartado estrella de este televisor: sus capacidades para gaming. Es una TV pensada para los más jugones, tanto en las mejoras que vemos este año del puerto HDMI 2.1 (y todo lo que conlleva para los gamers, como habéis podido leer en el apartado de conectividad), como para la posibilidad adicional de mandar todo el flujo de datos sin comprimir el croma (se puede mandar 1080p/4K a 60/120 Hz a 4:4:4, sin comprimir, a diferencia del año pasado donde la TV solo podía recibir croma 4:2:0); eso si, necesitaremos un cable HDMI 2.1 y una consola o PC con ese mismo puerto, algo que lamentablemente todavía no está en el mercado.
En el controvertido tema de las retenciones y quemados, hemos notado una mejora sustancial respecto al año pasado. Algunos diréis…¿pero en la review de la LG E9 de Edu Caballero no dijistéis lo contrario? Lo primero sería explicar que nosotros no trabajamos como una mente colmena, aquí cada redactor tiene libertad absoluta para escribir y redactar sus propias impresiones y opiniones y siempre con el producto delante y testeándolo. Una vez dicho esto, es completamente normal que entre dos unidades OLED del mismo modelo, gama y marca, una retenga mucho, otra poco y otra -como la mía- absolutamente nada. Y no solo eso, es que este año la opción de Ajuste de Luminosidad de logo funciona realmente bien, creando una «nube» grisácea justo donde detecta logos además de bajarles notablemente la luminosidad a más de la mitad…¡solo a los logos, no a toda la imagen en general! Así que un 10 aquí a LG por un trabajo realmente bien hecho.
La otra gran diferencia en el apartad gaming está en un input lag (el tiempo que tarda la TV en reaccionar desde que nosotros pulsamos un botón del mando) increíblemente bajo. La LG OLED C9 ofrece unos impresionantes 13.3 ms en modo juego (para fuentes 1080p, 4K y 4K HDR a 60 Hz), pero más sorprendente es todavía su capacidad de bajar aún más ese input lag hasta unos increíbles 6.8 ms y 6.6 ms si usamos una resolución personalizada 1080p@120 Hz y 1440p@120 Hz respectivamente. Si a eso le sumamos su capacidad de variar los Hz el panel en función del framerate (recordemos que este modelo cuenta con VRR, o Variable Refresh Rate, del que os hemos hablado en el anterior apartado, aunque por el momento la única consola capaz de hacer funcionar bien esta característica en la TV es la Xbox One X y no en todos los juegos), estamos ante un monstruo para jugar.
Para finalizar, no quería olvidarme del mundo de juegos en HDR. El Tonemapping hace delicias en este televisor, muy similar al de Sony, reteniendo hasta el más último detalle de las altas luces pero sin bajar nada de APL. Con ello conseguimos una imagen impactante, muy dinámica pero sin verse lavada ni verse borrones blancos en las nubes, rayos del sol, reflejos especulares, etc. Eso, unido al bajísimo input lag, el VRR -cuando está disponible-, el croma completo y un parcheo de la luminosidad de los logos realmente precisa, da como resultado una experiencia gaming total. Para vosotros, jugadores.
Conclusiones
Si llegaste hasta aquí…¡enhorabuena! La review es -y tenía en mente ser- extensa y detallada, por lo que te doy las gracias por aguantar hasta el final. En cuanto a las conclusiones, qué decir. Servidor viene de tener toda una Sony 65AF9 y, con esta 65C9, no se echa en falta el modelo nipón. Si, hay algunos detalles o cuestiones que resuelve mejor, pero la LG también tiene otras ventajas (menor APL, más brillo y nits, mejor diseño para colgarla, un Dolby Vision bastante más impactante, HDMI 2.1, un input lag de la mitad, etc.) y luego una serie de cuestiones donde LG ha dado el salto y se queda, más o menos, a la par de Sony. Uno de esos apartados, es claramente el tratamiento de las zonas en penumbra, ruido, macrobloques y banding (no obstante, en el Shootout americano de hace 2 días, quedaron empatadas en este campo), algo que sinceramente no esperaba. Lo cierto es que si se comparan lado a lado, ambas TV calibradas, es probable que esa diferencia de puntuación se deba a las diferencias panel a panel que puede haber entre unidades, lo que significa que LG este año ha hecho un magnífico trabajo. El escalado es realmente bueno, con ausencia casi total de ringing, banding y compresión -aunque esto último depende mucho de la fuente y milagros a Lurdes-, con especial atención al Smooth Gradation.
En el campo del 4K HDR, la colometría ha mejorado de serie respecto al año pasado -aunque no viene perfecta-, el tonemapping ahora es capaz de resolver detalle de altas luces por encima de los 4000 nits unido a la posibilidad de establecer la luminosidad, curvas y cortes de tonemapping del panel mediante Calman y su oferta de calibar automáticamente nuestro televisor vía AutoCAL, cosa que se agradece par aquellos más novatos en el mundillo. Ah! No me puedo olvidar de la excelsa implementación de Dolby y su Dolby Vision en este modelo. Todo ello junto, en una coctelera y bien mezclado, da un resultado absolutamente impresionante en el nuevo mundo del 4K HDR.
Al margen de la gran calidad de imagen que tiene, hemos de añadir un panel de 2019 ligeramente retocado sobre el del 2018 (la estructura del píxel rojo es un 30% más grande, para aumentar la luminosidad de la imagen una vez calibrada y a la vez ser menos propensa a retenciones), un proceso de fabricación más refinado donde, como norma general, están saliendo unos paneles mucho más limpios de banding y DSE. Por supuesto tampoco me olvido del apartado de gaming, que acabamos de analizar. Si Sony le saca un 3% de mejora en imagen, LG está claramente por encima en el campo de los videojuegos, tanto por el HDMI 2.1, el input lag, el VRR y demás cuestiones que ya hemos analizado anteriormente.
Como conclusión final, estamos ante la mejor (o una de las 2-3 mejores) televisores del año. Si le unimos un buen precio (suele empezar a bajar sobre verano), calidad de imagen a raudales, unos retoques muy certeros en el Smart TV y un buen diseño, la respuesta no podía ser mejor. Compra segura.