¿Qué es el LG OLED Flex? Su nombre es bastante aclarador. Estamos ante una pantalla OLED flexible, es decir, que se puede doblar. Que se pueda doblar no quiere decir que se pueda plegar, como algunos de los móviles más actuales. Pero sí que ofrece la posibilidad de curvar la pantalla a nuestro gusto. Sin embargo, la pregunta que nos hacíamos iba más por el uso que le podemos dar a este tipo de pantalla. ¿Estamos ante un televisor o ante un monitor?
Si buscamos en la página web de LG veremos que el LG OLED Flex está ubicado en la sección de televisores Lifestyle. Es decir, LG lo considera un televisor. Sin embargo, tanto la posibilidad de curvar la pantalla como su tamaño de 42 pulgadas (y otras características que ahora veremos) parece que hacen que este dispositivo encaje mejor en el apartado de monitores. También cuenta con potentes características gaming, así que podríamos meterlo también en la sección de televisores gaming.
Televisor o monitor, sin duda estamos ante una pantalla muy innovadora. ¿O conocéis muchas pantallas que sean capaces de pasar de ser plano tener una curva que llega hasta 900R con solo apretar un botón? Tras probarlo durante algunas semanas, vamos a echar un vistazo a todo lo que ofrece el LG OLED Flex. Pero antes de nada queremos dar las gracias a LG España por la cesión del producto y la confianza depositada en AVPasión.
Un diseño de primera, muy diferente a lo visto hasta ahora
Lo único que necesitarás para tener un LG OLED Flex (además de una cartera solvente) es un escritorio bastante grande. No porque la pantalla sea de 42 pulgadas, que también, sino porque el panel viene acompañado por un enorme soporte que incluye la electrónica y el motor para curvar la pantalla. Así que, si vamos usarlo como monitor, vamos a necesitar un escritorio bastante profundo.
También debemos tener en cuenta que es una pantalla bastante pesada. Nuevamente, la culpa la tiene el soporte. Es decir, además de tener un escritorio profundo, es recomendable tener un escritorio con un tablero fuerte, que aguante peso. Por suerte no tendremos que realizar un montaje complicado, ya que la pantalla y la base vienen montadas, lo que hace que la caja sea bastante aparatosa.
A pesar de ser pesado y ocupar bastante espacio, el LG OLED Flex ofrece una mejor ergonomía que cualquier televisor del mismo tamaño. Se puede inclinar la pantalla 10 grados hacia adelante o 5 grados hacia atrás; así como ajustar la altura hasta 140 mm. Esto no suele verse en un televisor y es una de las características que demuestran que este dispositivo tiene alma de monitor.
La peana central es el corazón de este dispositivo. Las similitudes con una peana de un televisor de LG se limitan a la parte que va colocada sobre la mesa, que se trata de una placa metálica de metal. El resto del soporte no se parece en nada. Lo primero que vemos es una parte con pequeños agujeros que esconde los altavoces del televisor. Tras esta parte, que queda situada por debajo del panel, tenemos todo el sistema de soporte y plegado del mismo.
En la zona más alejada de la pantalla tenemos una columna que incluye toda la electrónica de la pantalla, así como los conectores. En su parte posterior tiene incrustadas cuatro tiras RGB que ofrecen un sistema de iluminación ambiental muy elegante. El LG OLED Flex ofrece cinco modos de iluminación de ambiente predefinidos, pudiendo sincronizarse con el vídeo, el sonido y otros. Esta tecnología de iluminación no alcanza el nivel de inmersión que ofrece la tecnología Ambilight de Philips, pero le da un toque muy interesante a esta pantalla.
En esta misma columna tenemos los diversos conectores que incorpora el LG OLED Flex, unos en la parte derecha y otros en la izquierda. Más concretamente tenemos cuatro puertos HDMI 2.1, tres puertos USB 2.0, un puerto Ethernet, una salida digital óptica, una entrada RF, un puerto RS-232C y un puerto jack para auriculares.
Estamos ante un dispositivo que, como habéis podido ver, llama la atención en muchos aspectos. Pero si hay una característica del LG OLED Flex que sobresale respecto a las demás esa es sin duda la posibilidad de curvar el panel a nuestro antojo. En la foto superior podéis ver con detalle el mecanismo que se encarga de curvar el panel. Mediante unos fuertes brazos metálicos que se extienden por la parte trasera del panel, el motor es capaz de curvar la pantalla casi a nuestro antojo.
Aunque el LG OLED Flex viene con tres modos de curvatura predefinidos (plano, 50% y 100%), lo cierto es que tenemos hasta 20 niveles de curvatura para ajustar la misma a nuestro gusto. Una vez lo tengamos ajustado, podemos guardar el ajuste para sustituir uno de los tres que vienen por defecto. Podemos alcanzar una curvatura de 900R, lo cual no está nada mal. ¿Para qué íbamos a querer tener un panel curvado? En mi opinión, el mejor uso es para cierto tipo de videojuegos. Si nos sentamos relativamente cerca, una curva de 900R puede traducirse en una magnífica inmersión en juegos tipo shooter o de conducción.
El ajuste de la curvatura se realiza desde un botón del mando. Una vez pulsado aparecen los modos predefinidos, pero pulsando las flechas arriba y abajo podemos ajustarlos a nuestro gusto. En cuanto al resto de funciones del mando, tenemos prácticamente los mismos botones que vemos en un televisor del fabricante. Y, por supuesto, también utiliza el sistema Magic Remoto, así que podremos apuntar al televisor con el cursor para movernos por las diferentes opciones.
Para cerrar el apartado de diseño me gustaría recalcar que el LG OLED Flex está fabricado con mucho mimo y deja patente en todo momento que estamos ante un televisor-monitor muy premium. Nada en este dispositivo se ve o se siente endeble, ni siquiera el panel o el sistema de doblaje. No transmite la más mínima sensación de fragilidad. Todo lo contrario, tanto su peso como sus acabados transmiten solidez y contundencia. Es algo que esperas cuando pagas un precio tan alto por un dispositivo pero que no siempre se cumple.
Todas las características de los mejores televisores OLED de LG en formato compacto
Vamos a echar un vistazo a las características técnicas del LG OLED Flex, pero no quiere extenderme demasiado en este apartado porque, básicamente, son las mismas que las que ofrece un LG OLED C2. Así pues, tenemos un panel OLED Evo con resolución 4K UHD que viene acompañado por el procesador a9 Gen 5 con IA. Y al igual que los televisores del fabricante, es compatible con DolbyVision, HDR10 Pro, HDR HLG y HDR HGiG. Solo le falta el HDR10+, pero ya sabemos que esto se debe a una decisión de marca.
Como ya he avanzado en el apartado de diseño, el LG OLED Flex cuenta con cuatro conectores HDMI 2.1 con un ancho de banda de 48 Gpbs. Son compatibles con VRR, FreeSync Premium de AMD y G-SYNC de NVIDIA; así como con ALLM, HGiG y, por supuesto, con eARC. Y también podemos jugar a 4K a 120 Hz, así que estamos ante un pantalla ideal para jugadores.
Como el LG OLED Flex está concebido como televisor, también incorpora el sistema operativo que vemos habitualmente en los televisores de LG, webOS en su versión 22. Este nos permite acceder a todas las aplicaciones de streaming con las mejores características, pero también a algunas funciones menos habituales, como el Cloud Gaming directo al televisor a través del servicio GeForce Now.
En cuanto al sonido, el LG OLED Flex equipa un sistema con 2.2 canales y una potencia total de 40W. Es compatible con Dolby Atmos, con WiSA 2.1ch y con la función AI Sound Pro que encontramos en el sistema de LG. Ofrece un sonido aceptable, pero nada destacable. Lo cierto es que para el espacio que tiene podría haber sido un poco mejor. Aún así, para ver un programa de televisión es suficiente.
LG OLED Flex: especificaciones técnicas
LG OLED Flex | Características |
---|---|
Panel | OLED Evo flexible |
Resolución | 4K UHD (3840 x 2160 píxeles) |
Diagonal | 42 pulgadas (solo disponible en esta diagonal) |
Refresco de pantalla | 100/120Hz |
Alto rango dinámico | Dolby Vision IQ, HDR 10 Pro, HLG Pro, HDR Effect |
Procesador | α9 Gen5 AI Processor 4K |
Sonido | 2.2 canales 40W (WF:20W, 10W Por Canal) Compatible con Dolby Atmos Compatible con WiSA 2.1ch AI Sound Pro |
Conectividad | 4 x HDMI 2.1 4 x USB 2.0 Ethernet LAN Conector para auriculares de 3,5 mm Sintonizador DVB-T2/S2/C Salida óptica Wi-Fi 802.11ac Bluetooth 5.0 |
Sistema operativo | webOS 22 |
Gaming | VRR, nVidia G-Sync, AMD Freesync, ALLM, HDR GiG |
Dimensiones (con peana) | 93.7 x 75.1 x 29.7 cm (con peana) |
Peso (con peana) | 22.5 kg (con peana) |
VESA | No compatible |
Disponibilidad | Disponible |
Precio oficial | 2.999 euros |
Calidad de imagen y experiencia de uso
El LG OLED Flex es especial porque es una pantalla tremendamente versátil. Lo podemos usar como televisor pequeño para una habitación (aunque para este uso existen propuestas mucho más económicas dentro de la propia compañía), como monitor de gran tamaño y, sobre todo, como pantalla para jugar. En todos estos usos rinde a las mil maravillas.
Durante las semanas que lo he tenido en casa lo he utilizado para todo tipo de usos. Como televisor, rinde igual que un televisor OLED del fabricante de 2022. De hecho, he utilizado los ajustes de imagen que publicó Javier para la LG OLED C2, ya que el Flex utiliza el mismo panel. Por supuesto también podemos contratar una calibración profesional para dejarlo perfectamente fino, como ocurre con casi cualquier televisor.
La calidad de imagen que ofrece el LG OLED Flex es espectacular. Tenemos un contraste fantástico, unos negros perfectos, una excelente gama de colores, un buen balance de blancos (aunque ligeramente azulados, algo que podemos arreglar al 100% con una calibración), una uniformidad de grises prácticamente perfecta y unos impresionantes ángulos de visión.
Algo a destacar, especialmente si utilizamos el LG OLED Flex como monitor, es que tiene un excelente manejo de los reflejos, superior al de los televisores LG OLED de 2022. Y en cuanto al brillo, en una ventana del 10% ofrece un brillo que ronda los 750 nits en HDR, una cifra muy similar a la que midió mi compañero Javier en la C2 que probó.
He probado a utilizar el LG OLED Flex como monitor, tanto para trabajar como para jugar. Para trabajar, a pesar de tener una resolución muy alta y verse todo de maravilla, no me acaba de convencer. Como digo, la calidad de imagen es muy buena, pero el formato 16:9 creo que no es el mejor para un monitor tan grande a la hora de trabajar. Es cierto que te permite tener muchas ventanas abiertas y a la vista al mismo tiempo, pero a mí personalmente no me acaba de convencer. Cuestión de gustos.
Para jugar, sin embargo, es una de las mejores pantallas que podemos adquirir hoy en día. El LG OLED Flex tiene un tiempo de respuesta de 1 ms y un input lag inferior a los 10 ms, cifras que solo los mejores monitores gaming pueden ofrecer. A esto debemos sumarle una gran calidad de imagen, como hemos visto, y un panel específico para juegos que LG también utiliza en sus últimos televisores.
Desde este panel o Game Bar podemos activar o no las tecnologías de refresco adaptativo (VRR/G-Sync/Freesync), habilitar el modo de baja latencia, cambiar parámetros de la imagen y algunas opciones más realmente interesantes. Este nos permite no tener que entrar en el menú de ajustes cada vez que queremos tocar algo.
Y no debemos olvidar que el LG OLED Flex es, junto a sus hermanos de gama, uno de los poquísimos monitores que ofrece la capacidad de jugar en 4K 120 Hz y Dolby Vision (con soporte completo para 4K a 120 Hz HDR, Croma 4:4:4, G-Sync, Freesync y VRR). Si a todo esto le sumamos la posibilidad de curvar la pantalla a nuestro gusto, algo que mejora muchísimo la inmersión en cierto tipo de juegos cuando nos sentamos cerca de la pantalla, estamos ante un televisor-monitor ideal para gamers.
Conclusiones y precio
El LG OLED Flex es un televisor-monitor excelente. Su capacidad de curvarse lo convierte en una opción muy atractiva para juegos si nos gusta sentarnos cerca o si podemos tenerlo encima de un escritorio. Tiene un manejo de reflejos muy bueno, una magnífica calidad de imagen, un brillo suficiente tanto en HDR como en SDR, unos espectacular ángulos de visión, un tiempo de respuesta increíble, negros profundos y un contraste casi infinito. Quizás sus puntos más débiles a nivel de imagen sean que tiene un ABL un poco agresivo, que los blancos están ligeramente azulados si no calibramos y que su escalado está un paso por detrás de otros modelos (los propios televisores de 2023 de LG por ejemplo).
Por lo demás, a pesar de ser uno de los primeros televisores-monitores con curva adaptable del mercado, LG ha conseguido ofrecernos una experiencia que ofrece pocas cosas malas. Es cierto que si queremos utilizar el LG OLED Flex como monitor vamos a necesitar un escritorio bastante profundo y fuerte, pero es algo que se debe asumir, ya que el dispositivo necesita colocar tanto el motor de curvado como la electrónica en algún sitio.
La experiencia de poder adaptar la curva a nuestra gusta no podía estar mejor implementada, pudiendo hacerlo cómodamente desde un botón del mando y mediante un sistema motorizado que es incluso adictivo. Además el fabricante no se ha limitado a ofrecer 3 curvas predefinidas, sino que ofrece hasta 20 puntos de curvado para que cada usuario la deje a su gusto. ¡Excelente!
También es destacable la calidad de fabricación y de acabados del LG OLED Flex. El fabricante coreano sabía que no estaba fabricando un televisor-monitor para el gran público, así que debía ofrecer un acabado acorde a la etiqueta de precio del dispositivo. Y así lo ha hecho. Esto, sumado a todo lo comentado a nivel técnico, deja claro que estamos ante un dispositivo realmente especial.
¿Cuál es la peor parte de todo esto? Pues como suele ser habitual, el precio. Estamos ante un dispositivo muy poco común, así que está claramente fuera del alcance de la mayor parte de los usuarios. Y es que el LG OLED Flex tiene un precio oficial de 2.999 euros, un precio que pocos usuarios estarán dispuestos a pagar por una pantalla de 42 pulgadas. Pero ojo porque aunque este es su precio oficial de lanzamiento, actualmente podemos encontrarlo muchísimo más económico. Si estáis interesados en él, ¡aprovechad!