Philips ha realizado una potente apuesta por el mercado de monitores gaming con su gama Evnia. En su catálogo encontramos modelos de todo tipo, pero la diagonal de 34 pulgadas es sin duda una de las grandes protagonistas. Y entre los monitores con esta diagonal tenemos el Philips 34M2C8600, un monitor que destaca entre los demás por incorporar un panel curvo QD-OLED. Es decir, cuenta con un panel OLED al que se le añade la tecnología de puntos cuánticos. Un monitor que opta por el formato ultrapanorámico 21:9 para ofrecer un mayor espacio de trabajo.
Pero más allá del panel QD-OLED, el Philips 34M2C8600 ofrece muchas otras características interesantes. Por ejemplo, cuenta con VESA DisplayHDR True Black 400, compatibilidad con AMD FreeSync Premium Pro, audio DTS Sound, sistema KVM integrado y alguna sorpresa más. Hemos tenido ocasión de probar el Philips 34M2C8600 durante algunas semanas y en este análisis os contamos qué ofrece, qué tal funciona y cómo se ve su panel QD-OLED. Pero antes queremos dar las gracias a Philips España por la cesión del producto para su análisis y por la confianza depositada en AVPasión.
Unboxing y diseño
El Philips 34M2C8600 llega en una caja bastante delgada para el tamaño del monitor. Viene bien protegido, con dos grandes paneles de corcho en forma de sandwich. Su montaje es tremendamente sencillo. Solo tendremos que poner la pantalla hacia abajo, separar el corcho que incorpora todos los accesorios y colocar el pie en la parte trasera del monitor. No se necesitan herramientas, el brazo lleva un sistema de anclaje a presión y la peana se une al comentado brazo con un tornillo con anilla.
Lo cierto es que el monitor ofrece un diseño muy elegante. La parte trasera luce un acabado en color blanco con un patrón de rectángulos muy llamativo. El brazo es de color plata, combinándose con el color plata del marco inferior de la pantalla. Cuenta también con un gancho para auriculares en la parte superior, de color blanco. También de color blanco es la base que nos permitirá colocar el monitor en una mesa.
Hablando de la base, esta tiene forma de V abierta y luce un acabado blanco con pequeños puntitos de colores, bastante chulo. La pata en sí es metálica en su parte interior, pero el recubrimiento blanco del que hablamos es de plástico. Como decíamos, esta se «conecta» al brazo mediante un único tornillo que podemos apretar con la mano.
Es un formato bastante habitual en los monitores de gran tamaño. Ofrece una buena sujeción a la mesa, pero lo cierto es que ocupan bastante espacio, no siendo apto para mesas poco profundas. Dicho esto, el soporte permite el ajuste de altura (150 mm), horizontal (-/+ 20 grados) e inclinación (-5/20 grados).
Volviendo a la parte trasera, el Philips 34M2C8600 incorpora el sistema de iluminación Ambiglow de cuatro lados. Podríamos describirlo como un «mini Ambilight», el sistema que encontramos en sus televisores. Para ser más concretos, en el Philips 34M2C8600 tenemos 14 luces LED distribuidas por la parte trasera del monitor. Philips ofrece multitud de opciones de iluminación, como el seguimiento del vídeo, del sonido o una iluminación fija, entre muchas otras. Es un sistema del que ya hemos hablado en otras ocasiones y que a mí personalmente me encanta.
Si pasamos a la parte delantera nos encontramos con un panel rodeado por un marco exterior de color plata. En la parte inferior tenemos un marco de gran tamaño, también de color plata, en el que podemos ver los logotipos de Philips y Evnia; así como una pequeña luz LED de color blanco que nos indica que el monitor está encendido. El marco inferior es, para mi gusto, demasiado grande. Así como también los marcos negros que rodean la pantalla, que son excesivamente gruesos. Digamos que Philips no ha ajustado en exceso el panel a los bordes de la pantalla.
A nivel general, y teniendo en cuenta estos dos últimos detalles, a mí personalmente me parece que el Philips 34M2C8600 ofrece unos acabados realmente buenos y un diseño muy elegante y llamativo a partes iguales. Debo reconocer que me ha parecido un monitor muy atractivo, ideal para cualquier setup gaming (especialmente si optas por colores claros en lugar del negro).
El panel QD-OLED es el gran protagonista, pero no el único
Hemos visto cómo es por fuera el Philips 34M2C8600, toca ver cómo es por dentro. Como ya hemos avanzado al principio, estamos ante un monitor con panel curvo de 34 pulgadas. Más concretamente tiene una curvatura 1800R, suficiente para proporcionar un agradable pero sutil efecto de inmersión. Por otro lado, su formato ultrapanorámico hace que la resolución del monitor sea de 3440 x 1440 píxeles. Esto se traduce en una densidad de píxeles de 109 ppp, lo cual no es demasiado.
Más detalles sobre el panel. El 34M2C8600 es capaz de alcanzar una frecuencia de 175 Hz, pero para ello tendremos que utilizar o el DisplayPort o el USB-C, ya que la entrada HDMI está limitada a 100 Hz. Es compatible con AMD FreeSync Premium Pro, pero, al menos de forma oficial, no incluye certificación G-Sync de Nvidia. Por otro lado, estamos ante un panel con una profundidad de color real de 10 bits y una cobertura del espacio de color DCI-P3 del 99,3 %, lo cual es muy interesante si vamos a utilizar el monitor para algo más que jugar.
Y por supuesto tenemos todas la bondades de la tecnología OLED, como un contraste prácticamente infinito, un tiempo de respuesta de 0.03 ms, unos ángulos de visión enormes y un negro espectacularmente profundo. Por otro lado, el Philips 34M2C8600 cuenta con la certificación VESA DisplayHDR True Black 400, con un brillo en HDR de 450 nits y de 250 nits en SDR.
Dejemos de lado la parte del panel, la más importante por supuesto, para hablar de otras características técnicas de este monitor. Cuenta con altavoces integrados, con una potencia de 5W por cada uno, y con sonido DTS Sound, que, sobre el papel, permite crear una experiencia de sonido Virtual Surround envolvente. La realidad no es tan optimista, ya que el 34M2C8600 ofrece un sonido aceptable para algunas funciones pero escaso si queremos escuchar música, ver vídeos o jugar con cierta calidad.
En cuanto a conectividad, tenemos dos puertos HDMI 2.0, un DisplayPort 1.4 y un puerto USB-C (modo DP Alt, vídeo, datos y suministro de energía). Además incluye un concentrador USB, formado por un puerto USB 3.2 Gen 1 (5 Gbps), un puerto USB-B de subida y 4 puertos USB-A de bajada (1 carga rápida BC 1.2). Cierra el apartado de conexiones una salida de audio mini-jack.
Y ya que hablamos de conectividad, vale la pena señalar que el Phlips 34M2C8600 integra un sistema KVM que nos permitirá utilizar un único ratón y teclado con varios dispositivos. También cuenta con MultiView para ver dos fuentes simultáneamente en la pantalla. Gracias a estas funciones podremos reducir el número de cables en el escritorio y ahorrar tiempo cuando tengamos que utilizar dos equipos diferentes.
Philips Evnia 34M2C8600: especificaciones técnicas
Philips Evnia 34M2C8600 | Características |
---|---|
Panel | OLED |
Tamaño | 34 pulgadas |
Resolución | 3440 x 1440 píxeles |
Alto rango dinámico | HDR10 |
Ratio de Aspecto | 21:9 |
Brillo | 250 nits en SDR y 450 nits en HDR |
Densidad de píxeles | 109,68 ppp |
Gama de colores | DCI-P3: 99,3 % NTSC 121,3 % sRGB 148,8 % Adobe RGB 97,6 % |
Color Bit | 10bit |
Tiempo de respuesta (GTG) | 0,03 ms |
Ratio de Contraste | 1 000 000:1 |
Conectividad | 2 x HDMI 2.0 1 x DisplayPort 1.4 1 x USB-C (modo DP Alt, vídeo, datos y energía) 1 x USB versión 3.2 Gen 1 (5 Gbps) 1 x USB-B de subida 4 x USB-A de bajada (1 carga rápida BC 1.2) 1 x Salida para Auriculares |
Soporte | Ajuste de altura (150 mm) Pedestal (-/+ 20 grados) Inclinación (-5/20 grados) |
Dimensiones (con soporte) | 813 x 553 x 295 mm |
Peso (con soporte) | 8,7 kg |
Disponibilidad | Disponible |
Precio oficial | 1.300 euros |
Un OSD para configuración con múltiples opciones
Como ya hemos visto en anteriores ocasiones con otros monitores Philips, el Evnia 34M2C8600 se maneja con un único botón con forma de joystick que tenemos situado en la parte trasera del monitor. En esta ocasión no pasa como con el Evnia 42M2N89, ya que a este sí que es fácil llegar metiendo la mano derecha por el costado del monitor. Al principio cuesta un poco adaptarse a su manejo, pero cuando lo coges el truco es bastante cómodo.
Según la dirección en la que pulsemos el joystick haremos una acción u otra. Por ejemplo, pulsando hacia arriba accedemos directamente a las entradas del monitor. Y pulsando a la izquierda tenemos de forma directa los modos de imagen. El resto de movimientos nos llevará al menú OSD completo, desde el que podremos configurar muchas opciones.
En lugar de superponer los menús de manera que una opción da paso a otra a modo de árbol ramificado, Philips opta en los Evnia por mantener en la parte superior las opciones de forma clara, para que nos resulte más fácil localizar lo que realmente estás buscando. Me parece un buen sistema una vez le coges el truco para moverte por él. Y digo esto porque debemos pulsar hacia abajo para entrar en cada uno de los submenús y luego hacia la izquierda para salir de ellos. Se hace un poco raro al principio y cuesta acostumbrarse.
La primera opción que nos ofrece el menú son los modos de imagen. Al igual que otros monitores del fabricante, el 34M2C8600 no se puede calibrar de forma profesional. No hay controles RGB ajustables, solo temperaturas de color fijas y ajustes preestablecidos de gamma. Afortunadamente, el monitor es lo suficientemente preciso como para no requerir un ajuste fino.
La segunda pestaña del menú nos lleva a los ajustes para juegos. Aquí encontramos opciones como Adaptive Sync, la mira, el Dynamic DarkBoost o el Low Input Lag. La tercera pestaña del menú es para cambiar las opciones del sistema de iluminación Ambiglow. En la cuarta tenemos las entradas y en la quinta algunas opciones de Sistema, como por ejemplo el ajuste del propio OSD, del PIP/PBP o de los puertos USB. La última pestaña nos da acceso a la parte de Configuración, donde podemos ver, por ejemplo, las funciones de cuidado del panel.
Calidad de imagen
Pasemos ahora sí a hablar de la imagen propiamente dicha. La gama Evnia está pensada para jugadores, así que sus características gaming son muy importantes. Es cierto que el 34M2C8600 de Philips «solo» llega a 175 Hz, pero es que su tecnología OLED hace que esa frecuencia sea equiparable a los 240 Hz de un monitor LED. Si a esto le sumamos el contraste infinito, los negros perfectos y un tiempo de respuesta impresionante, estamos ante un modelo ideal para jugadores.
Los juegos SDR se ven impresionante, casi casi como algunos juegos HDR. Y los juegos HDR, a pesar de no contar con un brillo máximo demasiado alto, se ven de maravilla. Los ángulos de visión son espectaculares, la uniformidad de la pantalla perfecta y los colores, aunque algo más saturados de lo habitual al usar puntos cuánticos, bastante precisos. Ese extra de saturación le da un punto más de espectacularidad a la imagen pero sin caer en el exceso.
El único punto donde el OLED va por detrás del LCD es en el brillo máximo. Algunos monitores LCD son capaces de alcanzar 1000 nits en un patrón blanco completo, mientras que los OLED suelen rondar los 300 a 400 nits. Sin embargo, ningún monitor LED es capaz de alcanzar el nivel de negro y el contraste de un panel OLED. Así que, si el brillo HDR es muy importante para vosotros, un monitor Mini LED será mejor opción., ya que algunos de ellos pueden superar los 1.400 nits. Pero si preferís un mayor rango dinámico y una mayor profundidad de imagen, el OLED no tiene rival.
Por lo demás, la curva que ofrece el Philips 34M2C8600 es bastante sutil, por lo que las aplicaciones basadas en texto se ven realmente bien, con la máxima nitidez y sin distorsión. Por otro lado, las fotos y vídeos tienen el mismo aspecto que en una pantalla plana, pero con las bondades de la tecnología OLED. De hecho, no he notado para nada que la resolución sean algo inferior a la 4K UHD.
Una última cosa que seguro preocupará a muchos de los usuarios interesados en un monitor con tecnología OLED. Cuando analicé el Philips Evnia 42M2N89 os conté que el fabricante parecía muy preocupado por los quemados en el panel, ya que ese modelo incluía unas medidas anti-quemados excesivamente intrusivas (cada ciertas horas requería un «barrido» para evitar quemados).
Esto no me ha pasado con el 34M2C8600. Es cierto que cuando lo apagas tras muchas horas de uso aparece un cartel que indica que va a proceder a una «limpieza» del panel, pero al menos no me hace dejar de trabajar para hacerla. Y, por supuesto, en el tiempo que he tenido el monitor no ha habido ni rastro de quemados, ni siquiera usándolo más de 12 horas al día.
Conclusiones y precio
Tras haber probado ya tres monitores OLED durante este año, estoy convencido de que la tecnología OLED (o QD-OLED) dominará el mercado de monitores a medida que los precios bajen. La calidad de imagen que ofrecen estos monitores es insuperable, incluso teniendo un brillo muy inferior al que pueden ofrecer los modelos Mini LED.
El Philips 34M2C8600 ofrece un contraste infinito, una enorme gama de colores gracias a la tecnología Quantum Dot, unos negros auténticos, unos ángulos de visión insuperables y un tiempo de respuesta rapidísimo. Está lejos de la frecuencia que ofrecen otros modelos gaming con tecnología LED, pero hacedme caso, los 175 Hz de un monitor OLED pueden competir con cifras mucho mayores de los modelos LED (y no necesitan una gráfica tan potente). Como hemos comentado, su punto más débil es sin duda el brillo, pero ofrece un nivel suficiente para disfrutar con los juegos HDR.
Y si nos centramos en otros aspectos, el Philips 34M2C8600 también destaca. Ofrece un elegante y bonito diseño, al que solo puedo recriminarle los amplios marcos negros que tenemos alrededor de la pantalla. También cuenta con altavoces integrados (no son gran cosa, pero es mejor que nada), un menú OSD muy completo, el interesante sistema de iluminación Ambiglow, KVM integrado y una buena sección de conectividad.
En resumen, el Philips 34M2C8600 es un monitor espectacular. Por desgracia, su precio no es para todos los públicos. Al menos el oficial, porque estos días lo hemos podido encontrar con una rebaja muy interesante. El 34M2C8600 de Philips tiene un precio oficial que ronda los 1.300 euros.