Tras unos 20 días desde que recibimos el espectacular NAD T778 ya ha pasado tiempo suficiente para poder hacer un buen y extenso análisis escrito (y en vídeo, como podéis ver en la cabecera de esta misma noticia) de este NAD 778, la apuesta de gama más alta de la prestigiosa compañía canadiense dedicada al mundo de la alta fidelidad. Lo primero es agradecer desde AVPasión la gestión del material a Sound&Pixel, el distribuidor oficial de la marca NAD en España. Al margen de sus características técnicas -que veremos a continuación-, ¿qué es lo que hace tan especial a este modelo? en este caso dos cosas: por un lado un exquisito diseño con una gran pantalla táctil que ocupa casi la totalidad frontal del equipo (que además, para contar con 9 canales de amplificación, tiene unas medidas bastante contenidas) y por otro lado el, probablemente, mejor corrector acústico de sala del mercado: Dirac Live (compañía acústica sueca) de la cual os dejamos varios tutoriales y consejos en nuestro canal de Youtube.
El NAD T778 continúa su tecnología modular (llamada MDC) que ya inició hace algunos años y os contamos sus bondades en nuestro análisis del NAD T758 V3, otra bestia del sonido y de la calidad/precio en gama alta. La tecnología MDC es muy interesante, ya que es un concepto bastante flexible -y raro hoy en día con la obsolescencia programada de muchos productos- que intenta imitar algo así como un PC: el amplificador cuenta con bahías libres donde en un futuro, podremos conectar bahías de expansión y dotarlo así de nuevas funcionalidades que en la actualidad no soporta (como por ejemplo, puertos HDMI 2.1) o nuevos formatos de audio y/o entradas o salidas digitales/analógicas nuevas. A este respecto, el NAD T778 cuenta con una bahía MDC completa libre, lo cual es muy buena noticia a largo plazo.
Especificaciones técnicas: amplificación D y gran potencia
El T 778 es un receptor/AVR que cuenta con unos generosos 9 canales de amplificación híbrida (clase D, concretamente con módulos de Hypex UCD102) con una potencia de 140 vatios si hacemos la medición a 8 ohmios y 170 en caso de ser a 4 ohmios y unos 165 vatios de potencia dinámica a 8 ohmios y 280 vatios a 4 ohmios, siempre usando un solo canal excitado al 100% para las mediciones. Si nos vamos a los 9 canales de amplificación al 100% con una distorsión baja, nos encontramos aún así con unos generosos 85 vatios de potencia a 8 ohmios, más que suficiente para salas medias y grandes. En cuanto a conectividad, podemos hacer un sistema 7.2.2, un 5.2.4 o incluso un 7.2.4 usando las dos secciones de previo de altura y una etapa de potencia externa para esos dos canales extra, lo cual lo convierte en un amplificador muy versátil.
Si nos pasamos a la sección de soporte de códecs (algo que, paradójicamente, no es fácil de encontrar en la web del fabricante) vamos a separar los mundos del vídeo y del audio. Empezando por el vídeo, la conectividad del NAD T778 es muy completa, ya que cuenta con 6 entradas HDMI 2.0 (algo que se criticó mucho en su día al modelo T758 v3) y dos salidas (una 1.4 y la otra 2.0). Todos los HDMI soportan sin problemas una resolución 3840×2160, croma 4:4:4, 12 bits y señales HDR, HLG y Dolby Vision, además de contar con soporte ARC y eARC en todos ellos. Si nos pasamos al mundo del audio, el T778 cuenta con decodificación DD, DD+, DTS, Dolby TrueHD, Dolby Atmos y DTS: X, por lo que tiene cubiertos todos los formatos utilizados, además de contar con decodificación completa MQA (MQA Full Decoder), algo raro que encontremos en productos de estos precios –podéis leer más en este excelente artículo de Sound&Pixel– , precisamente por cosas como esta y por supuesto con el soporte de otros códecs sin pérdida (FLAC, etc.) es por lo que NAD se jacta de que su AVR tiene una excelente musicalidad para la reproducción de música estéreo, con lo que ellos nos comentan que no haría falta un amplificador integrado aparte.
Por otra parte la otra joya de la corona es Dirac Live, siendo por tanto de los pocos AVR que incluye este genial sistema de corrección acústica. El NAD T778 viene con una licencia básica (permite corregir las frecuencias hasta 500Hz) gratis, aunque podemos comprar el paquete completo por tan solo 99 dólares más. Dirac no solo soluciona la respuesta en frecuencia, si no también la respuesta impulsiva, corrigiendo así los problemas de fase y de retardos, incluso aunque tengamos un subwoofer inalámbrico como posee servidor, Dirac lo detecta y corrige la fase a la perfección. Además, podemos establecer límites por abajo y por arriba (donde Dirac no actuará si no queremos) usando las famosas cortinas. Podéis aprender más conceptos sobre la respuesta en frecuencia, impulsiva y demás en nuestros videotutoriales que tenéis en nuestro canal de Youtube:
La mayoría de los receptores tienen algún tipo corrección de sala integrados (el más famoso es Audyssey). Dirac funciona de manera diferente, dejando que el usuario manipule al gusto casi cualquier configuración de los altavoces y realizando solo la corrección de la sala. Tened en cuenta que el sistema quizá al principio sea un poco «abrumador» para la mayoría de gente novel, pero no os preocupéis que como os hemos indicado, tenéis más arriba un tutorial en vídeo paso a paso. Luego hablaremos más sobre Dirac, no os preocupéis.
Diseño: lo mejor que hemos visto nunca en un AVR
Cuando monté NAD T778 lo primero que noté rápidamente es un diseño espectacular, que llama la atención por su pantalla táctil (que funciona muy bien como veremos más adelante) y un tamaño más contenido que el resto de amplificadores de gama alta (en parte gracias a sus módulos Hypex de clase D). Nos encontramos ante un diseño mucho más moderno, que hace que el AVR deje de ser un «trasto grande y feo» a ser parte del diseño actual del salón. La verdad es que, además, es mucho más sencillo de usar para poner música al poder ver y ajustar cualquier parámetro del propio T778 desde su pantalla, que es táctil y 100% autónoma.
También el frontal se ha renovado y mucho más limpio, quedando atrás las típicas solapas que al apretar dejaban a la vista varias entradas ocultas de vídeo y audio. Aquí solamente tenemos un puerto USB 3.1, un puerto HDMI 2.0 de entrada, el conector de auriculares y el botón de encendido. Bueno claro y la pantalla táctil TFT (TN, lástima que no sea un panel OLED) que ejerce de elemento protagonista en todo el conjunto del AVR. Eso si, también cuenta con un control «de toda la vida» de ganancia de volumen, que es la rueda gigante que podéis ver en la parte derecha, justo encima del puerto USB y HDMI.
La calidad de construcción y el acabado son excelentes con unas pequeñas rejillas de ventilación de extracción de calor en la parte central superior del amplificador -ayudadas por un extremadamente silencioso ventilador- y las conexiones en la parte trasera. El T 778 mide 435 x 140 x 430 mm (ancho x alto x profundidad) y pesa 12 kilos. Como veis, todo lo que ha perdido por alto para mantener ese diseño minimalista, lo ha ganado de profundo, lo cual puede suponer algún problema de instalación en ciertos muebles.
Las conexiones están en la parte posterior como era de esperar y, gracias al concepto MDC, están separadas en cinco secciones de placa distintas, y cuatro de ellas se pueden usar para intercambiar conexiones antiguas y reemplazarlas con elementos más modernos (como decíamos, gracias a la tecnología MDC). La primera sección de placa modular está arriba a la izquierda y está vacía y lista para futuros añadidos como explicábamos al inicio de este artículo. Debajo de esto, tenemos 5 puertos HDMI 2.0 y dos salidas HDMI, siendo HDMI 1 la única salida compatible con 4K. También hay un puerto LAN y USB como parte de esta placa. Lo más probable es que el fabricante canadiense saque un módulo MDC con puertos HDMI 2.1, lo cual demuestra de nuevo lo acertado de tecnologías de este tipo.
Si continuamos con la parte trasera, la placa superior derecha contiene 2 entradas de audio RCA, una etapa Phono con tierra, salidas RCA para la zona2 y salidas de previo 7.2. La placa justo inferior tiene dos entradas digitales coaxiales y ópticas y dos juegos de salidas de previo para dos canales de altura. La sección final en el lado derecho del panel trasero alberga una amplia gama de opciones de integración del sistema, como RS232C, disparadores y conectores IR. Debajo de todos ellos ya encontramos los bornes para los nueve canales de amplificación que aceptan tanto el típico conector banana como el cable de cobre pelado. Finalmente, en el extremo derecho del panel trasero encontramos la toma de corriente de voltaje múltiple (bastante útil si nos queremos llevar el NAD a EEUU por ejemplo), el interruptor de encendido y un extractor de aire para el aire que saca el ventilador que podéis observar en la fotografía (muy silencioso y generalmente, por debajo de las 500 rpm).
Menús y mando a distancia: lo más flojo del producto
Si uno nunca ha tenido un NAD se encontrará con unos menús y sistemas de opciones de lo más complejo (y completo), a la par que lioso. Para empezar el botón «OK» del mando no hace lo que supuestamente debería: confirmar la acción, si no que bajará de elemento de donde nos encontremos. Como veis en la foto superior, podemos acceder a todos los menús del AVR desd esu propia pantalla táctil (también desde la TV por cable HDMI, claro). Desde aquí, además, podremos ver a todo color los álbumes que estamos reproduciendo desde BluOS (una maravilla de app) o incluso desde Spotify o Tidal.
Como recomendación, de nuevo, os insto a que le echéis un ojo al tutorial de Dirac y de conceptos acústicos, ya que sería demasiado extenso hacer aquí una explicación de cada una de las opciones que tiene el T778, pero así, grosso modo, serían las que podemos encontrar en cualquier amplificador: frecuencias de corte, asignación de la zona 2, controles relativos al propio AVR (pantalla, entradas, slot de Dirac Live que queremos usar, DSP como Dolby Sorround o DTS Neural X para emular sonido por objetos) y y un sin fin de opciones personalizables al gusto del cliente, algunas tan curiosas como poder apagar la pantalla cuando no se usa -para que no moleste en entornos de oscuridad- o cambiar la forma en la que nos muestra el volumen (escala de dB) o como si fuera un viejo amplificador analógico.
Por último, el mando a distancia es de lo más flojo del conjunto. Enteramente fabricado en plástico y absurdamente grande, tiene el problema de ser poco ergonómico, además que muchas funciones no hacen lo que dicen hacer (como la del OK que os comentábamos anteriormente) y otras funciones que el usuario tendrá que adivinar, como que el botón RES es para seleccionar el DSP o que el Pausa/Play sirven para subir o bajar la luminosidad de la pantalla. Hablando de luz, el mando cuenta con retroiluminación…pero ésta lejos de ser sutil y solo encenderse cuando cogemos el mando, parece una discoteca iluminándose de forma absurda y muy exageradamente en un azul intenso. Y lo hace al notar el más mínimo movimiento…incluso del subwoofer.
Calidad de sonido: soberbia
Parece ser que en revisiones del producto antes de 2020 se puede observar un pequeño «pop» en los altavoces, algo que no ocurre en nuestra unidad (precisamente fabricada en diciembre de 2020). Bueno dicho esto y al grano…¿Qué tal la calidad de sonido? vamos a empezar con música en estéreo, tanto de la app de Spotify como con Tidal MQA e incluso con Radio Paradise (que emiten en la máxima calidad posible, usando MQA)…y el sonido es absolutamente brillante. No solo cada elemento suena con una separación increíble si no que la escena sonora está completamente integrada (seguramente gracias a Dirac) y el sonido es más limpio que en el NAD T758 v3, más «nítido», sin ningún problema de distorsión o ruido. En pistas clásicas, los instrumentos sonaban reales y con gran dinámica, lo más similar a estar delante de la orquesta que he podido oír. El sonido en todo momento es muy detallado, pero no hay problema de «sibilancia» que es cuando las eses suenan demasiado duras hasta llegar a molestar.
También es importante comentar que en ningún momento el amplificador intentó «colorear» las pistas (aunque se puede seleccionando el modo EARS o cualquiera de los DSP) lo cual es fantástico para los más puristas del «camino» del audio: cuanto menos se toque, mejor (con la salvedad de Dirac). Aunque de nuevo si que se nota el sonido algo más limpio, nítido y dinámico que en una amplificación A, B o AB que tradicionalmente son algo más cálidos. Aún así, la dinámica en pistas musicales como indicamos es sobresaliente.
Si pasamos a cine…aquí Dirac marca ya mucho las diferencias. Antes de entrar en este campo me gustaría comentar algo curioso: los altavoces Atmos de altura en este modelo están mucho más presentes que en el NAD T758 V3, no se muy bien explicar por qué, pero en el T778 tienen más cuerpo y se localizan mucho más fácilmente en el espacio.
Al margen de la anécdota con Atmos, la contundencia en cine de este amplificador es descomunal, pudiendo usar sus reservas de potencia para ecualizar (a la baja) con Dirac Live. Otro punto a favor es que las voces, igual que ocurre con la música, son más nítidas y presentes que en su hermano menor, el NAD T758 V3. Las explosiones, cristales rotos, los tubos de escape de los coches…todo se nota más real que en otros modelos, como si realmente estuvieras inmerso en la escena de la película, con unos graves profundos y medios y agudos excelentes que crean un sonido casi «orgánico». También he notado una mayor «rapidez» de escena, como si los altavoces fueran algo más rápidos que anteriormente, más dinámicos.
Si se elige bien la película (hay pistas realmente impresionantes en dinámica como El Hombre de Acero y otras con una gran actividad en el canal LFE como Aquaman) el resultado en cine es, como indicamos, tan espectacular como lo es en música. Los graves de Aquaman son capaces de mover el sofá sin problema alguno -estando ecualizado- y la dinámica de El Hombre de Acero hace que como subas demasiado el «pote» te acaben doliendo hasta los oídos. Pero siempre la sensación es la misma: de como que lo que está pasando en la película lo tuvieras delante de tus narices, como si estuvieras viviéndolo realmente. Una auténtica pasada de AVR, que, en nuestro caso además, no nos ha causado ningún problema de cuelgues, apagones o cosas «raras» que sí tenía en sus primeras versiones de firmware.
Dirac: el secreto está en la masa
Una vez tengamos a punto nuestra ecualización con Dirac (que, de nuevo, podéis ver en el vídeotutorial de Dirac), el sistema de sonido se habrá transformado en otra cosa…no escucharéis los altavoces, solo sonido. Como una sala de cine.
Como contenido habitual utilicé varias pistas de 2012, en Dolby Atmos, así como El Señor de los Anillos (DTS HD MA en español) y Alita (DTS HD MA). El resultado…espectacular. La mejora en la respuesta de los graves, que solucionó la bola de graves que tengo entorno a 40-50 Hz, fue impactante: el grave sigue ahí pero ya no es rimbombante ni cansa, es seco y rápido…una auténtica pasada. Los medios siguen ahí, dado que uso una curva Harman y con una ligera caída en los agudos, se consigue una escena sonora de primer nivel, con una semejanza a una sala de cine que no había escuchado en ningún otro sitio. Los impactos de las armas de Alita o El Señor de los Anillos siguen ahí pero no son fatigantes y siguen siendo nítidas, mientras que las explosiones de 2012 siguen sonando muy profundas pero no fofas ni molestas. El «muro de sonido» que consigue NAD con Dirac es lo mejor que oído nunca.
La corrección de la respuesta al impulso, además, en mi caso es más que esencial. Al usar un subwoofer con adaptador inalámbrico (Arendal 1963 1S), éste añade un retraso en la fase de 26 ms, si no le aplico alguna corrección…el subwoofer suena casi 55 ms más atrasado que el resto. Dirac lo clava: ajusta la fase de los 9 altavoces a 60 ms, todos empiezan a la vez y la escena sonora gana en precisión. Y mucho.
Conclusiones
¿Qué conclusiones podemos dar sobre un producto tan redondo? desde el punto de vista de la calidad de sonido, pocas máquinas se le acercan a este NAD T778 (cuyo SINAD, por cierto, que es la suma del ruido y de la distorsión, ronda los 93 dB, una cifra excelente para un AVR). Su amplificación D hace que todo el sonido sea muy nítido y más «vivo» -aunque menos cálido- que con una amplificación A/B. Aún así, donde realmente está la ganancia es en Dirac y sus excelentes resultados en calidad sonora, dotando a la acústica de nuestra sala de una muy muy superior integración con nuestras cajas que sin éste. Y además con nuestro tutorial es realmente fácil de usar.
Al margen de ello, estéticamente nos encontramos un producto redondo: el diseño es muy impactante y muy bien terminado, con una pantalla táctil muy útil y que además es preciosa en cuanto usamos BluOS o Spotify, al poder ver todas las carátulas o incluso los VU. Aunque el diseño siempre es subjetivo, el hecho de ser más pequeño y menos alto y con la pantalla lo convierte en el AVR perfecto para que se vea en el salón, todo fruto de haber elegido la amplificación D con los módulos de Hypex.
Otro de sus puntos fuertes es su flexibilidad con el sistema MDC modular, que nos permitirá ampliar la vida útil del equipo más allá de lo que originariamente estaba programado (por ejemplo añadiéndole puertos HDMI 2.1 en un futuro no muy lejano), algo que creo que deberían copiar el resto de fabricantes.
¿Sus puntos débiles? claramente el precio, no al alcance de todo el mundo (2999,95€) además de algunos problemas como lentitud al encenderse, algún que otro problema de detección del CEC o el comentado lío de la interfaz y el mando que claramente no está a la altura.
Si buscáis el mejor AVR del mercado que lo tenga todo (Dirac, muy buena calidad para estéreo y para cine, diseño impresionante, pantalla táctil, etc.) y os cuadra el precio y los 9.2 canales (u 11.2 con etapa externa), es de los mejores AVR del mercado de gama alta sin ningún tipo de discusión.