Ya ha pasado algo más de 10 días desde que enviamos de vuelta la espectacular Sony A8 y algo más de un mes desde nuestro análisis en nuestro canal de Youtube, así que como suele decirse: sin prisa pero sin pausa, aquí os traemos el análisis escrito. Empezaremos por lo más elemental: la Sony A8 se trata del reemplazo del modelo AG8 del fabricante japonés, no de la AG9 (para el reemplazo de esta serie habrá que esperar uno poco más), por lo que no se encuentra dentro de la gama MASTER SERIES de Sony, pero tampoco le hace falta.
El panel que monta la Sony A8 es bien sabido por todos que se trata de un modelo OLED (de generación 2020, perceptible dado que el grosor del subpíxel verde es algo mayor que los paneles de 2019, como veréis en la foto de más abajo); las peculiaridades de las OLED son bien sabidas por todos: píxel auto-iluminado -lo que supone un contraste infinito y una profundidad 3D de la imagen sin parangón-, un impacto en HDR absolutamente demencial, negros perfectos y una respuesta instantánea del píxel. ¿En la otra cara de la moneda? la posibilidad de, si no tenemos un mínimo cuidado, marcados y quemados y de un límite de brillo/ABL que provoca que de día o en escenas muy iluminadas, el panel no saque todo lo que podría dar de si. Sea como fuere, es el tipo de tecnología que usa la Sony A8 y en nuestra opinión, es la tecnología que mejor calidad de imagen a fecha de hoy.
Si ponemos en perspectiva las mejoras añadidas en este modelo de 2020, nos vamos a encontrar lo mismo que le ha pasado al resto de fabricantes: los modelos de 2019 fueron tan redondos, tan buenos y con una similitud de la estructura de píxeles tan similar, que han sido muy difíciles de mejorar. Lógicamente, lo han hecho, aunque las mejoras sean mínimas (recordad que tiene un panel 99% igual que las de 2019, el mismo chipset X1 Ultimate, mismo límite de brillo, etc.) y el precio a pagar sea mucho, ya que los modelos de 2019 se encuentran sumamente más económicos. En cualquier caso, es algo a valorar por parte del comprador.
OLED vs LED vs MicroLED: ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene cada una?
Esta Sony A8 se presenta en 2 diagonales disponibles: 55 (este es el modelo que nos ha cedido Sony España para el análisis) y 65 pulgadas a precios oficiales de 2199 y 3199 euros respectivamente. Parece ser que el modelo de 77 pulgadas sigue resistiéndose, ya que es una diagonal muy demandada -especialmente en Estados Unidos- y quien quiera una de ese tamaño del fabricante japonés tendrá que optar por la Sony AG9.
Sony A8: Especificaciones técnicas
Sony XG9505 | Características |
---|---|
Panel | OLED (panel de 2020) |
Diagonal | 55 pulgadas |
Resolución | 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) |
Alto rango dinámico | HDR10, HLG y Dolby Vision |
Montaje | Fijo o en pared (VESA 400 x 200) |
Medidas | 122,7 x 71,2 x 5,2 cm (sin el pie) 122,7 x 73,3 x 32,6 cm (con el pie) |
Peso | 16,8/18,6 Kg (sin/con pie) |
Conectividad (Vídeo) | 4x HDMI 2.0 (Completos, HDCP 2.3) 3x USB 1x Ethernet 1x CI+ |
Conectividad (Audio) | 1 x Salida Óptica 1 x HDMI eARC |
Sonido | 2 woofers de 10W + 2 de 5W |
Compatibilidad/Estándares | ARC/eARC Sintonizador DVB-T2 + 2 x DVB-S2 WiFi (AC) Bluetooth 4.2 Chromecast Integrado Apple AirPlay 2 & HomeKit |
Capacidad de reproducción | MPEG4 HEVC VP9 Perfil 2 |
Sistema Operativo | Android TV 9.0 Oreo |
Control | Mando a distancia App |
Diseño
Sony ha apostado este año por un diseño más o menos unificado en toda su gama media-alta y alta (XH90, XH95 y esta A8), con dos patas metálicas muy minimalistas que se «encajan» en los soportes inferiores del chasis de la TV, de forma que quedan colocadas hacia fuera con respecto al televisor. Tiene una doble vertiente: la buena es que estéticamente queda preciosa, da una mayor estabilidad al televisor y hace que suma unos cuantos centímetros, permitiendo albergar en ese hueco una buena barra de sonido que mejore la calidad acústica de los altavoces internos del televisor (que recordemos que consta de la afamada tecnología Acoustic Surface, de la que luego os hablaremos). La parte mala es que hace que necesitemos un mueble mucho más ancho que si tuviera un pie tradicional.
Como en todas las unidades de casi todos los fabricantes de hoy en día, el contenido del interior del paquete así como su montaje no entrañan ningún misterio. Encontramos lo típico: manual de instrucciones en varios idiomas, guía rápida, garantía europea, un paquete de pilas, tornillería varia y, por supuesto, las patas para el montaje. Tampoco es necesario más para el montaje de la unidad. Además, una vez instalada y encendida, veremos como Sony ofrece varias apps de ayuda para ciertas tareas, así como la propia página web de Sony , con un buscador y categorías para casi cualquier duda que se nos ocurra. Si no, siempre podéis pasaros por nuestro vídeo de unboxing y montaje que os despejará cualquier duda de forma visual:
Con la llegada del sistema de «patas reversibles», se pierde el diseño de una sola pieza (o con un soporte mínimo de grosor ínfimo) que caracterizaba a la series A de OLED de Sony (A1, AG8, AG9), aunque en cuestión de gustos no hay nada escrito, lo cierto es que ambos diseños son muy bonitos; pero encontramos que el nuevo sistema es más útil, fácil de montar y además hace que la TV no quede inclinada, como si ocurría con las del año pasado. Como en todas las OLED -no es algo exclusivo de Sony- el panel es extremadamente fino en su parte superior y media y bastante grueso en la parte baja, donde se alberga toda la electrónica, puertos, woofers de sonido, chips y demás.
Aunque luego os hablaremos más en profundidad del sonido, de momento os podemos adelantar que éste es de muy alta calidad, ya que como os comentábamos al inicio de la review, la Sony A8 utiliza el sistema Acoustic Surface, un ingenioso sistema de sonido que se basa en 4 woofers (2 de 10 y 2 de 5W) que «accionan» el panel mediante vibraciones haciendo que el sonido emane directamente de éste, sin absolutamente ningún efecto perjudicial o perceptible en la imagen. El resultado es asombrosamente bueno: el sonido no tiene apenas distorsión en la banda audible, goza de muy buena tridimensionalidad y nitidez. Por si no fuera suficiente, la A8 cuenta con múltiples opciones para mejorar los diálogos, graves, etc., algo que siempre es de agradecer. Y además este año han añadido un modo de ecualización automático usando el micrófono del propio mando, sumándose así a otras marcas que ya lo tenían como LG, Panasonic o Samsung, otro punto a favor más a tener en cuenta.
Pasando a la conectividad, este 2020 tampoco es el año del HDMI 2.1 en la gama alta de Sony, ya que los 4 puertos son HDMI 2.0 con soporte para HDCP 2.3. Lo que si cuenta es con algunas características heredadas del puerto HDMI 2.1, como son el ALLM (cambio a Modo Juego de forma automática) y especialmente el soporte completo para eARC (con el que podremos enviar audios HD desde reproductores externos usando el televisor como «puente» haciendo passtrough a una barra o amplificador que soporte audios HD). Al igual que la XH95, todos los conectores están orientados hacia abajo o hacia el lateral (menos el de alimentación, cuya cabeza es muy pequeña y tiene una hendidura en la carcasa del TV para que no sobresalga, además de no ser fijo), algo que es muy de agradecer por los usuarios que cuelguen el televisor en la pared.
HDMI ARC vs HDMI eARC, ¿para qué sirven y qué diferencias tienen?
Dentro del apartado de conectividad y cables, no podíamos olvidarnos de uno de los aspectos más cuidados por el fabricante nipón: el cable managment. Las patas del televisor, que se introducen en los huecos inferiores de la carcasa, no solo nos sirven para dar estabilidad a la TV, si no que sus soportes están huecos por dentro, de forma que pueden abrirse con una pestaña e introducir por ellos todos los cables que provengan de los conectores del televisor. Gracias a este ingenioso sistema, no veremos el más mínimo cable si miramos el televisor de frente (y lo veremos todo recogido si lo miramos desde atrás, por el motivo que sea).
Smart TV: rozando la perfección
Esta perfección del sistema viene ya fruto de una muy buena experiencia e implementación de Sony desde la fantástica Sony AF9. Con este, por tanto, sería ya el segundo año y medio en el que Sony logra hacer que Android TV (versión 9, Pie en este caso) literalmente vuele. Ya no hay tiempos de carga, cuelgues o lentitud al instalar/desinstalar o movernos por el menú -algo que provocó un fuerte rechazo a las primeras iteraciones de Android TV en su aventura por las Smart TV. A fecha actual, el sistema implementado en la Sony A8 es extremadamente rápido, conservando la versatilidad de Android en cuanto a posibilidades, pero haciendo que moverse por los menús, instalar o desinstalar aplicaciones o simplemente abrir el menú de ajustes no sea una odisea.
En cuanto a hardware interno, como podéis ver más abajo en la foto adjunta, el fabricante japonés ha renovado su apuesta por un SOC (System On Chip, es decir, el procesador y gráfica del televisor) Mediatek MT5893 de cuatro núcleos ARM Cortex A73 a 1500 Mhz y 2.5GB de memoria RAM (más que suficiente para tener varias apps abiertas en segundo plano). Como os decimos, la TV no se ha reiniciado, colgado o apagado (ni si quiera hemos visto que haya ido lenta con alguna app) en un mes de uso, lo que convierte a esta implementación de Android TV en una de las más rápidas que hemos visto, a la par o incluso algo superior a los sistemas de LG (webOS) o Samsung (Tizen). Además cuenta con todas las apps habidas y por haber y no hemos encontrado que el sistema venga cargado de bloatware del fabricante, todo lo contrario de hecho.
Para 2020, Sony ha decidido simplificar y darle algo más de lógica a sus menús, ordenando las opciones en función de su categoría (Imagen, Movimiento, etc.) que harán las delicias de los más inexpertos, ya que todo se encuentra donde debería estar y el orden es mucho más intuitivo. Para ampliar aún más esa facilidad, se ha añadido una pequeña imagen explicativa y un resumen de qué hace cada opción para los más noveles. Para acabar, podemos navegar y acceder directamente a una categoría desde el menú flotante, pudiendo anclar tantas «categorías» como queramos. Así, por ejemplo, si cambiamos mucho entre modos de imagen, simplemente anclaremos la categoría «Modo de imagen» al menú flotante, pudiendo cambiar entre modos de imagen de forma mucho más rápida que teniendo que entrar en el menú general. Un raso de que el sistema operativo ha alcanzado ya una madurez completa y se ha pensando en casi cualquier cosa para que al usuario le sea más sencillo manejar el televisor.
Llegando al apartado de apps, este año Sony también estrena nuevas compatibilidades como son Disney+, la nueva app de HBO Max (aún no disponible) o Vodafone TV. Como comentábamos anteriormente, al ser Android TV no tendremos ningún problema con la instalación de ninguna app, es más las que lo soportan, activarán el soporte HDR/Dolby Vision (si el servicio lo soporta, caso de Disney+) y Dolby Atmos (vía ARC a un amplificador o barra, hablaremos de ello más adelante) y continúa ofreciendo soporte HDR a apps como Youtube. Además, el acceso a reproducción de archivos por USB o por red (NAS/DAS) sigue mejorando y cada vez es más estable -aunque limitados a los 100 Mbits de la tarjeta de red integrada, algo que se repite en todos los fabricantes-, de ahí nuestra recomendación de que uséis el Wifi en este modelo) y este año Sony se queda como la única marca con soporte DTS (tanto passtrough como decodificación a LPCM) y DTS-HD MA y DTS:X, ya que el resto de marcas han eliminado el soporte.
El refinamiento de Android TV
Antes os comentábamos que lejos han quedado ya los tiempos de carga interminables entre canales de TDT o una EPG del pleistoceno sin apenas información. En la A8 todo aparece de forma prácticamente instantánea, los canales aparecen en un estilo visual muy llamativo con sus logos, información, botón dedicado de grabación, timeshift (siempre y cuando contemos con un disco duro externo), etc. Además, podemos también habilitar el PiP (Picture in Picture), etc. Junto a la nueva fila de accesos rápidos (plenamente personalizable al gusto del usuario) hace que el sistema se mueva como pez en el agua y no echemos de menos otras soluciones como webOS por ejemplo.
En cuanto a funciones de IoT y domótica, Sony presenta unas posibilidades enormes. Gracias a Android TV 9 (o Google TV como se rumorea que va a llamarse) las posibilidades del sistema en términos de domótica y control del hogar son enormes. Por cierto, hace unos meses que Google anunció la llegada del supuesto Android TV 10 a más televisores, entre ellos algunos modelos de Sony, así que esta A8 tiene todas las papeletas para estrenar nueva versión en los próximos meses.
La Sony A8 sigue una línea continuista en cuanto a conectividad y protocolos se refiere, dado que continúa ofreciendo soporte completo para Chromecast (el protocolo de transmisión inalámbrica de Google, algo lógico teniendo en cuenta que estamos hablando de un Smart TV con Android TV), aunque como hemos comentado más de una vez, presenta varios problemas (no solo en la A8, si no en todos los televisores y dispositivos) como explicamos en nuestro canal de Youtube, ya que la emisión del contenido suele ser de baja calidad al perder información en ésta, por no hablar del horrible efecto judder al no poder cambiar de Hz al contenido grabado en el propio material.
Aparte de Chromecast, la A8 cuenta con soporte total para Google Assistant y también para Alexa, así que sea cual sea nuestro asistente personal y de domótica en casa, estaremos cubierto. En el caso de Google, al ser el fabricante también de Android TV, nos permitirá hacer muchas más cosas de serie: encenderla con la voz, mandarle vídeos o que nos ponga un canal de Youtube (al contrario que ocurre con LG o Panasonic, cuyo soporte es parcial). Todo de forma fácil y sencilla con nuestro mando a distancia (que por otra parte, ha sido renovado…aunque en este caso algo peor con respecto al probado en la XH95).
También encontramos soporte para Airplay 2 y Homekit de Apple al 100%, además de soporte completo para su servicio de streaming Apple TV+. Esta vez sin tener que esperar a ninguna actualización de firmware. Enchufar y disfrutar, cada vez más sencillo.
¿Nuevo? mando a distancia
Sony estrenó un renovado mando con la MASTER SERIES de 2019, un mando muy bueno, bonito y minimalista, pasando de un viejo mando vía IR de la AF9 (de plástico, diseño anticuado, había que apuntar, sin micrófono, disposición de botones muy caótica, etc.) a un mando muy muy bien hecho, de gran calidad, peso, distribución de botones y materiales de construcción. Además que se ve moderno, acabado de metal cepillado, con micrófono incorporado y que no hay que apuntar para hacerlo funcionar bien. Es uno de esos cambios que se notaban nada más sacarlo de la caja y probarlo un rato.
No tiene mucho sentido que hayan sacado el modelo A8 con el mando sin retroiluminar, mientras que en la XH95 si que trae esta característica. Esta ausencia se debe a que Sony ha negociado en paralelo con otras grandes superficies para lanzar otros dos modelos: Sony A87 y Sony A89, una de ellas con las patas en otro color y la otra…con el mando retroiluminado. En cualquier caso, para los más interesados, se puede adquirir aparte en la tienda de Sony España.
Por otra parte, como comentábamos en el primer párrafo, Sony ya decidió organizar los botones de una forma mucho más lógica el año pasado, pasando de tener múltiples botones cerca de los botones de dirección (Guía, Menú, etc.) a manejarse todo con los botones nuevos de acción rápida, esos que podemos personalizar a medida al sacar el menú «flotante» mientras usamos la TV. Para quien prefiera el método tradicional, que nadie se preocupe: siguen existiendo todos los botones de acceso directo a Ajustes, Home, micrófono, guía EPG, etc. ¡Ah!
La construcción, como indicábamos, es de plástico de muy buena calidad que imita el aluminio cepillado, con una terminación rugosa en la parte trasera que nos da un mayor agarre y muy buenas sensaciones al tenerlo en la mano. También pesa muy poco y su ergonomía es mejor que el del vetusto modelo que venía con la AF9. Por supuesto, contamos con un botón dedicado a Netflix y otro a Google Play (hubiera sido preferible uno directo a Amazon Prime, pero bueno), aunque con una app de Android TV podremos personalizarlos para que nos lancen la aplicación o acción que queramos. Este año, el micrófono además de hacer la función de asistente de voz para Google Assistant, también actuará como micrófono para ecualizar el sonido integrado y la verdad es que el resultado mejora bastante el sonido que viene por defecto configurado en la A8, adaptando las frecuencias de la acústica a las particularidades de nuestra sala.
Acoustic Surface: el mejor sonido integrado
Cuando probamos la tecnología de Acoustic Surface en nuestras primeras impresiones de la Sony AF9, nos quedamos todos impresionados con su calidad: era un sonido que provenía de la propia TV, usando 4 (en este caso) pequeños woofers que actúan como accionadores, provocando una vibración imperceptible en el panel y provocando así la emisión de ondas de sonido desde el propio televisor. Como decíamos, el resultado es simplemente espectacular -teniendo en cuenta que hablamos del sonido integrado en un TV-, con una separación de los canales increíble, bajísima distorsión, buen SPL y una extensión que -como todas las TV- peca de falta de graves. Pero el conjunto no podría ser mejor, ciertamente. Por cierto, en la A8 no disponemos de la posiblidad de usar el televisor como altavoz central de un conjunto de altavoces externo, ya que esta funcionalidad queda reservada a las MASTER Series de Sony.
Sobre la compatibilidad de formatos, la a8 sigue la estela de la XH95 y soporta exactamente los mismos tipos de audios, es decir, es capaz de decodificar Dolby Atmos (comprimido), es decir, el perfil basado en DD+ que usan todos los servicios bajo demanda (Netflix, Prime, Disney+, etc.). El televisor también puede hacer passtrough de cualquier otro tipo de audio (incluyendo DTS, DTS HD MA y DTS:X) pero siempre y cuando se use un reproductor externo conectado al puerto HDMI eARC de la A8 y ésta, a su vez, a una barra de sonido o amplificador compatibles. Si por contra, queremos usar una app interna de la TV como reproductor (por ejemplo Kodi), no nos sacará ningún tipo de audio más allá de DD o DTS, algo que se repite en otras marcas y televisores de la competencia. Por otra parte, aquellos «chasquidos» que notábamos el año pasado al utilizar el passtrough de audios en el televisor, este año se ha solucionado al 100%. Ni rastro del problema: el sonido pasa sin tocarse desde la fuente -reproductor- hasta el amplificador.
El incorporar una toma de sonido eARC está muy bien pero será especialmente útil para aquellos que tengan una barra de sonido -compatible- con una sola toma HDMI, ya que si tuviera dos (o un amplificador, por ejemplo), podemos conectarlo todo a éste y de ahí a la TV, usando el amplificador para el sonido y la TV para la imagen, no teniendo ningún sentido usar la TV como «puente» entre ambos dispositivos. Es decir: es una funcionalidad que solo podrá aprovechar un tipo de perfil de gente muy concreta. Aún así, como decíamos al inicio de la review, Sony es la única marca ahora mismo con soporte de DTS, siendo eliminado en absolutamente todos los modelos de la competencia.
Explosión de contraste en HDR
Llegamos por fin al punto dulce de la review: la calidad de imagen. ¿Cuántos nits tiene? ¿la imagen en HDR es suficientemente brillante? ¿qué tal la colometría?. Bueno, como comentábamos al inicio, la Sony A8 monta un panel OLED de última generación (2020); dicha tecnología es conocida por todos por su capacidad de encender o apagar los píxeles a nivel indiviual para que, cuando haya una escena oscura o con mucho negro, sea capaz de apagarse por completo, entregando un negro puro. El negro es el parámetro más importante de la imagen, ya que se usa para medir el contraste: el punto más brillante entre el más oscuro, por tanto…si el negro es 0, cualquier valor que dividamos entre éste nos dará infinito: contraste infinito. Y si, el HDR más que de nits y brillo, tiene más relación con el contraste.
Entonces, si tenemos un contraste infinito la imagen es perfecta, ¿no? no, ya que hay otros parámetros igualmente importantes, por ejemplo: los tan cacareados nits. Los nits en un valor de medición de la luz, cuanto más alto sea más brillante (o capacidad de entrega de luz) podrá emitir un panel y es aquí donde los OLED aún flaquean con respecto a las LED más modernas, quedándose entorno a los 600-700 nits, mientras que un panel LED puede llegar a los 1500-1600. Aún así, en nuestra opinión, es más impactante incluso en HDR ver un televisor OLED como este con un nivel de negro perfecto y menos brillo que al revés, como ocurre con otros modelos LED.
Otros parámetros igualmente importantes en los televisor -y más en los OLED- es su capacidad de entregarnos un buen detalle en sombra, ya que la tecnología OLED tiene sus particularidades. En el extremo del nivel de negro, los píxeles tienen que pasar de un estado de apagado (0) a encendido (1), haciendo que esa transición sea muy brusca, incluso para el menor estímulo posible de luz. Eso no ocurre con la A8, donde el detalle en sombra es perfecto y no hemos encontrado ningún rastro de flashes, excesiva posterización o macrobloques, entregando un detalle perfecto sin aplastar ningún detalle donde no deba. Por otro lado, tenemos el extremo brillante, donde ya hemos comentado que las OLED pueden flaquean, aunque tienen otra particularidad: dado que su estructura de píxeles está hecha completamente de puntos blancos con un filtro RGB para generar el color, solo pueden emitir una luz con color rica hasta los 350 nits, siendo a partir de ahí hasta su tope (600-700) solo blanco puro, lavando algo los colores en las altas luces respecto a otras soluciones.
En cuanto al pico de nits en HDR, nuestra A8 «solo» ha medido 597 nits al 10% de ventana (y unos 125 a ventana del 100%), calibrada profesionalmente con sonda (D65). Es posible que muchos de vosotros creáis que es «poco», pero lo cierto es que el X1 Ultimate de Sony va variando la curva PQ EOTF de forma dinámica en función de un algoritmo propietario, no guiándose por lo que dice una medición estática. De hecho, en nuestra comparativa entre la Sony A8 y la C9 -teniendo esta última 120 nits más- no hemos notado que la Sony brille menos, gracias en parte a este algoritmo. Quizá y fijándonos mucho, en las altas luces y en objetos muy pequeños si que tenga algo menos de brillo -imperceptible si no se está con otro modelo al lado- pero también los colores son más ricos en Sony, ya que la firma nipona prefiere no forzar tanto el subpíxel blanco, favoreciendo así a una mayor cobertura cromática. El resulta es simplemente fantástico, haciendo que las escenas en HDR brillen y tengan un «punch» único.
En cuanto al seguimiento de la curva PQ EOTF (una curva absoluta que mide el seguimiento que hace el televisor del HDR) es excepcionalmente buena, de auténtica referencia. Algo que contrarresta con el seguimiento que hace otras marcas como LG o Samsung, siguiendo la curva (gris) por encima de la amarilla (referencia) haciendo que todo sea mucho más brillante de lo que debería. Como veréis en la foto inferior, Sony es tan estricta que ambas curvas se superponen, haciendo del seguimiento una auténtica maravilla fiel 100% a la visión del director. Por otra parte, la A8 cuenta con un tone-mapping peculiar, reteniendo todo el detalle posible hasta más o menos unos 1500 nits y a partir de ahí apuesta por el clipping (descartar o quemar detalles en las altas luces) para evitar bajar el brillo general de la escena. El resultado, a nuestro juicio, es el que mejor equilibrio encuentra entre brillo y oscuridad, con unas imágenes en HDR realmente impactantes.
Como bien sabéis, además, la A8 es compatible con otros dos formatos HDR: HLG (usado en retransmisiones de TV) y Dolby Vision. Si el año pasado comentábamos que la imagen con Dolby Vision calibrado (Oscuro) era demasiado oscuro que la competencia, nos alegramos de haber comprobado que en este 2020 se ha solucionado al 100%, tanto con apps internas como Netflix como usando reproductores por HDMI dedicados; en nuestro caso hemos probado contenido tanto con una Shield TV como con un Oppo 203 y comparado con una LG C9 y el resultado es idéntico en cuanto a nivel de brillo de la escena. Otro punto más para Sony con su A8. Eso si, recordad que para usar el modo más correcto de fábrica, hay que poner el modo Dolby Vision Oscuro cuando usemos apps internas (Netflix, Prime, etc.) y Dolby Vision Brillo cuando usemos reproductores conectados por HDMI.
Ahora pasamos a la parte menos buena del televisor, que como todo producto sigue teniendo. Siguiendo con Dolby Vision, hemos visto que aún sigue mostrando más ruido y posterización en zonas en penumbra y sombras que sus competidores más directos, especialmente en contenido de streaming. No sabemos si es debido a la librería Dolby Vision o a que Sony sigue apostando por el modo LLM (Low Latency Mode) en lugar del modo completo como el resto de marcas. Una situación que empeora aún más si activamos el Gradación Suave en contenido Dolby Vision.
Por otra parte, encontramos también otros pequeños problemas menores, tales como que este año seguimos sin un generador de patrones interno para Calman AutoCAL, con lo que si queremos calibrar nuestro televisor profesionalmente tendremos que contar con un PC con una gráfica Nvidia con soporte para 4K HDR para poder hacer la calibración. Otros problemas más grandes en HDR vienen asociados a la propia tecnología; si, hablamos del ABL. El limitador de brillo en los paneles OLED es, quizá, lo peor de ésta (y no tanto su capacidad de nits, ya que los nits no son una unidad lineal por lo que 2000 nits no es el doble que 1000, si no «solo» un 25% más), ya que limita la producción lumínica del panel a 130 nits en pantalla completa, mientras que un panel LCD es capaz de entregar unos 600-700 nits, marcando la diferencia claramente en escenas diurnas. En cuanto a compatibilidades, aunque cuenta con soporte para Dolby Vision, HDR10 y HDR10+, Sony sigue sin incorporar el cuarto formato: el HDR10+.
Otro de los pequeños contras que podríamos indicaros en el apartado de HDR -aunque igualmente replicable en el de SDR- sería el de los reflejos excesivos del panel, como todos los paneles OLED. Eso obligará al usuario a que, junto con un ABL algo agresivo en este modelo (tanto en HDR como en SDR, otro punto en contra respecto al resto de marcas de la competencia), tenga que bajar las persianas de día -al menos parcialmente- para poder disfrutar de contenido HDR o Dolby Vision. Además, al igual que ocurre con el contenido SDR y por sorprendente que parezca viniendo del X1 Ultimate, éste muestra más ruido y hormigueo en escenas oscuras que sus competidores más directos como el Alpha 9 de LG o el HCX Pro de Panasonic.
El X1 Ultimate: el rey de los procesadores de imagen
Y por tercer año consecutivo, encontramos que el X1 Ultimate sigue siendo el mejor chipset de procesamiento de imagen (escalado, colometría, movimiento) con especial énfasis en que cuanto peor es la calidad de imagen del material, más diferencia a favor del X1 Ultimate encontramos.
En cuanto a colometría, la TV venía fantásticamente bien de fábrica en sus modos de imagen más cercanos a norma (Cine, Experto). El promedio de DeltaE (AE) en el balance de blancos rondaba el 2.2 (siendo 3 el umbral a partir del cual el ojo humano empieza a notar una desviación), con un mayor exceso de azul y un déficit de verde, pero aún así es impresionante lo precisa que viene de casa. En cuanto al CMS si que teníamos mayores desviaciones especialmente en el área de los blancos, marrones y algo de verdes, con un error puntual de 4 y una media de 3, nuevamente sorrpendente. Eso si, nosotros la calibramos de forma profesional con Calman y la dejamos de absoluta referencia (gamma 2.35, balance de blancos con AE de 0.3 y colometría con AE de 0.6), entregando una imagen absolutamente espectacular, neutra y cinéfila.
Otra gran ventaja en los modelos de Sony es el Smooth Gradation (Gradación suave), una funcionalidad que aplica un filtro de De-contorno. Esta interesante tecnología analiza los píxeles adyacentes en colores uniformes, si detecta que no son exactamente iguales, aplica una máscara de gradiente progresivo, viendo así un color en un lado que va poco a poco y de forma suave y progresiva, convirtiéndose en la otra tonalidad. Este filtro ha aparecido también este año en las LG 2019, siendo unos de los grandes atractivos tanto del fabricante japonés como del coreano. Realmente se nota, especialmente en contenido comprimido. Eso si, no es nada recomendable activarlo en Dolby Vision, donde se ve que existe algún tipo de incompatibilidad o problema y puede eliminar detalles en los planos en penumbra.
Tasmpoco podemos olvidarnos del MotionFlow, el sistema de movimiento de Sony. Aquí de nuevo se nos acaban los calificativos: el mejor movimiento del mercado, la perfección en este campo hecha TV. Es simplemente increíble. Es prácticamente imposible encontrarse con artefactos o problemas de objetos que se «parten» fruto de la invención de los frames; además podemos gestionar la suavidad a nuestro gusto (nosotros somos partidarios de aumentar lo mínimo posible, quizá con 1 solo punto es suficiente para eliminar esa brusquedad del movimiento 24p) sin aparecer efecto telenovela por ningún lado. Como todo en Sony, es muy natural, muy orgánico; ayuda al movimiento sin destruir ese movimiento típico de cine. Además, este año se ha introducido el BFI a mayor frecuencia (Black Frame Insertion) para mejorar aún más el movimiento. Se trata de un sistema de intercalado de un frame negro entre cada frame original, ganando suavidad pero perdiendo brillo, algo que no es un problema en SDR ya que el televisor emite suficiente luz. Nuevamente aquí Sony se ha adelantado al resto, ya que con el modo BFI al mínimo no perderemos nada de brillo (en SDR, en HDR es recomendable dejarlo desactivado).
Para acabar con este apartado (y casi con el análisis), nos queda uno de los puntos fuertes del X1 Ultimate: el escalado y procesado de imagen. Lejos de los términos de márketing de moda actuales (todo tiene que estar procesado por «Inteligencia Artificial«) Sony continúa apostando por su sistema de base de datos por objeto (Dual Database), un enorme banco de datos que le ofrece al X1 Ultimate la posibilidad de escalar las imágenes a unos niveles sorprendentes. Muchas veces es complicado encontrar diferencias entre 1080p y 4K, la verdad, al menos en término de nitidez. En este caso, Sony donde marca la diferencia con el resto de marcas es más en canales de muy baja definición (TDT por ejemplo o viejos DVD) donde saca oro de donde no lo había. Si lo unimos al excelente Smooth Gradation, podemos concluir que es una de las marcas donde mejor podremos ver el contenido de mala calidad (y el de buena, por supuesto).
Para acabar, aunque no somos muy de juegos, queríamos dedicarle un apartado al Gaming. Este año, en este campo nos encontramos con una pequeña mejora: el input lag de este televisor fue de 18.3 ms tanto en 4K como en 1080p, lo cual está fenomenalmente bien y supone un avance respecto a los modelos del año pasado (21 ms ). Recordad que a diferencia de los modelos LCD, aquí no hay ninguna degradación de imagen al activar el modo Juego y que incluso podemos activar el Gradación Suave sin apenas subir el input lag. Es más, podemos activar también el modo BFI al mínimo para mejorar el movimiento subiendo el input lag a tan solo 26 ms, una cifra que sigue estando realmente bien.
Conclusiones
Y si has llegado hasta aquí, ¡enhorabuena por la lectura tan densa y larga! hemos intentado tocar todos los parámetros importantes de esta espectacular Sony A8. Nos encontramos ante uno de los mejores televisores del año, sin ninguna duda, que mejora lo que ya era una muy buena base como la AG8/AG9 -realmente se parece más a la AG9 con algunas mejoras-. Especialmente un sistema operativo algo más refinado, una mejor implementación de Dolby Vision, menor input lag y especialmente un mejor movimiento, con un BFI increíble que no tiene ninguna pérdida de brillo al mínimo en SDR. Solo por eso, para quien sea cinéfilo, ya merece la pena este modelo sobre otros.
En cuanto a calidad de imagen poco podemos decir que no digan ya los vídeos y fotos que hemos puesto aquí, intentando emular lo que veíamos en directo. La imagen en HDR y Dolby Vision es fantástica, rica y saturada pero siempre dentro de la naturalidad de Sony. Al ser un OLED, el efecto tridimensional es enorme, con una ausencia total y completa de blooming, floración y otros problemas típicos de los paneles LCD.
En cuanto procesamiento de la imagen también podríamos concluir que el X1 Ultimate sigue reinando sobre el resto de chips de imagen, ofreciendo un escalado exquisito y un movimiento líder del mercado. En el campo del HDR, la combinación entre tone mapping y clipping y el píxel autoemisivo de las OLED, consiguen que el contenido HDR luzca espectacular. Y más si tenemos en cuenta que podemos calibrar el televisor con Calman AutoCAL, ya que es plenamente compatible (eso si, con un PC como generador de patrones).
Para acabar, el mando a distancia (aunque echamos en falta la retroiluminación) y la nueva interfaz/menú son una auténtica delicia. Se mueve todo perfectamente fluido, sin lag ni problemas de rendimiento alguno. Cuenta, además, con soporte para Google Assistant, Chromecast, Airplay 2 y soporte eARC, etc. La guinda al pastel es una calidad de sonido increíble, con una tecnología de Acoustic Surface ya muy madura.
En definitiva, nos encontramos con una TV que recomendamos encarecidamente a aquellos usuarios cuyo uso primordial sea el cine, aunque también es un excelente modelo para juegos (aunque en este aspecto sigue detrás de otras soluciones de LG y Samsung, especialmente por la ausencia de puertos HDMI 2.1 completos); aunque también puede usarse sin problemas para contenido de baja calidad y streaming, ya que es el televisor que mejor chip de imagen tiene del mercado. En resumen: cine, independientemente de la calidad de éste.