Samsung ha vuelto al mercado de los proyectores con varias propuestas, cada una de ellas enfocada a diferentes tipos de público. Una de esas propuestas es el Samsung The Freestyle, un curioso proyector portátil que he tenido ocasión de probar durante algunas semanas. Haciendo honor a su nombre, este proyector basado en LED busca que podamos llevar la proyección a todo tipo de lugares y situaciones, siendo su tremendamente versatilidad su característica más importante.
Esta versatilidad se aplica también al interior de nuestro hogar, ya que tendremos una pantalla de hasta 100 pulgadas que podremos mover de una habitación a otra sin el más mínimo esfuerzo. Eso sí, debemos tener muy claro que no estamos ante un proyector que busque ofrecer una imagen de alta gama en nuestra sala de cine en casa. Para ese uso Samsung cuenta en su catálogo con The Premiere.
Podríamos decir que The Freestyle es un producto todo en uno, ya que se puede utilizar tanto para proyectar imágenes desde los servicios de streaming integrados, como para escuchar música con su función de altavoz Bluetooth. Todo ello en un dispositivo lo suficientemente compacto para meterlo en cualquier mochila y llevárnoslo de viaje estas vacaciones.
En este análisis vamos a repasar qué ofrece el Samsung The Freestyle y cuales son sus puntos fuertes y sus puntos débiles. Pero antes de nada queremos darle las gracias a Samsung España por la cesión del producto para su análisis en AVPasion. Y ahora sí, vamos a ver qué tal se porta este original proyector.
Compacto, ligero y versátil
Samsung sorprendió a todo el mundo cuando presentó este modelo en el CES, ya que estamos ante un proyector con un diseño que nada tiene que ver con los habituales formatos cuadrados de la gran mayoría de proyectores portátiles. The Freestyle luce un cuerpo cilíndrico, parecido a una lata grande. Esta «lata» se monta sobre un soporte metálico muy sencillo, compuesto por una base redonda y dos «brazos» que se enganchan al proyecto mediante dos tornillos de gran tamaño.
Este diseño permite rotar el proyector más de 180 grados. La idea detrás de este mecanismo giratorio es que podamos ajustar el ángulo de proyección prácticamente como queramos o necesitemos, evitando así tener que localizar un soporte más alto o bajo para hacer que la imagen cuadre perfectamente con la superficie de proyección. Tanto es así que incluso podremos poner el proyector mirando hacia arriba y proyectar en el techo sin ninguna dificultad. Y es que la versatilidad, como ya he comentado, es uno de los puntos fuertes de este dispositivo.
Por desgracia, la idea es muy buena pero la ejecución no tanto. A pesar de que la base del soporte tiene la estabilidad suficiente como para soportar el peso del proyector sin importar el ángulo en que lo coloquemos, no puedo decir lo mismo de los tornillos que mantienen el ángulo de proyección. Estos se aflojan con muchísima facilidad y más de una vez durante la prueba he visto como la pantalla iba bajando poco a poco porque los tornillos no hacían la fuerza suficiente para mantener el proyector en su sitio.
Lo cierto es que ha sido una de las cosas más molestas del proyector. Es cierto que podemos apretarlos rápidamente con un destornillador plano o incluso una moneda, pero acaban volviéndose a aflojar en poco tiempo.
Siguiendo con el diseño, en la parte inferior y superior del cilindro veremos dos «anillos» de perforaciones que desvelan otra de las características clave de The Freestyle: su sistema de sonido integrado de 360 grados. Este ha sido diseñado no solo para acompañar a las imágenes proyectadas, también para funcionar como altavoz Bluetooth independiente. Luego os hablaré de él.
La parte inferior del dispositivo es de color negra y también está perforada. Además tiene una serie de aberturas e incluso una conexión que nos servirán para acoplar los diferentes accesorios que tiene Samsung disponibles para el The Freestyle. Entre ellos vale la pena destacar una batería que podremos utilizar cuando estemos en un lugar en el que no dispongamos de conexión a la red eléctrica. Eso sí, la batería se vende por separado.
En la parte superior es donde tenemos el sistema de proyección. Aquí también tenemos cuatro botones táctiles, cuyas funciones son encender/apagar el proyector, subir/bajar el volumen y sincronizar el mando a distancia que viene incluido. No entiendo muy bien la ubicación de estos botones, no es nada cómoda. Supongo que Samsung los ha colocado ahí para que se usen lo mínimo posible y siempre utilicemos el mando a distancia.
La lente se puede cubrir con una cubierta de plástico que sirve tanto para proteger la lente como para convertir el proyector en un dispositivo de iluminación ambiental.
Para acabar con el apartado de diseño, comentar que los pocos conectores que tiene el The Freestyle están colocados en el lado derecho del cuerpo del dispositivo. Aquí nos encontramos con un conector USB-C para la alimentación y un puerto Micro HDMI para que podamos conectarle dispositivos con el correspondiente cable (que no viene incluido). En la misma zona nos encontramos también con un interruptor que nos permite activar y desactivar el micrófono para el asistente de voz.
Puesta en marcha, características técnicas y sistema Smart TV
Poner a funcionar el proyector The Freestyle es igual de sencillo (o complicado) que poner en funcionamiento un televisor actual. De hecho, el proyector utiliza Tizen como sistema operativo, así que la configuración del mismo es exactamente igual que la de los televisores del fabricante.
El The Freestyle cuenta con conectividad WiFi y Bluetooth, así que podremos conectarlo a nuestra red sin problemas. Una vez conectado a Internet y configurado el sistema, toca revisar la calibración de la imagen para adaptarlo a la zona de proyección.
Y en este paso quedé gratamente sorprendido. Samsung ha incorporado una serie de sensores que son capaces de enfocar, encuadrar y nivelar automáticamente la imagen. Y lo hacen bastante bien, al menos la gran mayoría de veces. Y si la calibración automática no lo deja perfecto, siempre podemos hacerlo de forma manual desde el menú de Ajustes del proyector.
También vale la pena señalar lo fácil que es cambiar el tamaño de la pantalla con el The Freestyle. Con el proyector encendido, solo tendremos que acercarlo o alejarlo para conseguir una imagen que va desde las 30 hasta las 100 pulgadas. Para que os hagáis una idea, para conseguir una imagen de 30 pulgadas necesitaremos unos 80 cm de distancia, mientras que para conseguir 100 pulgadas tendremos que poner el proyector a unos 2.6 metros de distancia.
El The Freestyle utiliza un sistema DLP con fuente de luz LED, con una vida útil de unas 20.000 horas. Tiene una resolución nativa de 1080p (1.920 x 1.080 píxeles) y, sorprendentemente, es compatible con la reproducción de imágenes HDR10 y HLG. El punto más débil del proyector lo encontramos en su brillo máximo, ya que solo es capaz de alcanzar 550 lúmenes. Luego veremos cómo afecta esto a su rendimiento a la hora de visualizar contenido.
De la parte del sonido se encarga un altavoz de 360 grados con una potencia de 5W RMS. Es compatible con Dolby Digital Plus, con el sistema Multiroom Link de Samsung y con Adaptive Sound. También podemos conectar auriculares o altavoces externos a través de Bluetooth; e incluso sacar el audio a través del conector Micro HDMI que, aunque es HDMI 1.4, es compatible con eARC.
Como comentaba, el The Freestyle utiliza el sistema operativo Tizen. Este nos proporciona acceso a prácticamente cualquier aplicación que podamos necesitar, al igual que ocurre en los televisores del fabricante. Tendremos así integrados los servicios de streaming más populares y también las aplicaciones de la gran mayoría de servicios de televisión de pago.
Lo que no me ha gustado es su rendimiento. Hace mucho que no pruebo un televisor Samsung, pero en el proyector el sistema funciona un poco a trompicones. Imagino que será porque el procesador incluido no es lo suficientemente capaz. Es lento, no responde del todo bien a las órdenes del mando a distancia y le cuesta moverse entre menús y apps. Es algo que no esperas en un dispositivo de este precio.
Y hablando del mando, el proyector The Freestyle viene acompañado por un pequeño mando que sigue el diseño de los mandos que vemos en los televisores. Es muy sencillo, con pocos botones. Cuenta con accesos directos a Netflix, Amazon Prime Video, Disney+ y Samsung TV Plus. También cuenta con los peculiares botones de volumen y programa (que se accionan pulsando hacia arriba o abajo) y con la habitual cruceta central para moverse por los menús.
Samsung The Freestyle: especificaciones técnicas
Samsung The Freestyle | Características |
---|---|
Tipo de producto | Proyector |
Resolución | 1080p (1.920 x 1.080 píxeles) |
Tipo de fuente de luz | LED |
Tipo de Pantalla | DLP |
Brillo | 550 lúmenes |
Vida útil lámpara | 20.000 horas |
Tamaño de pantalla | Entre 30 y 100 pulgadas |
Compatible con HDR | Sí, HDR10 y HLG |
Sonido | Altavoz 360 grados 5W RMS Dolby Digital Plus Adaptive Sound Audio Bluetooth |
Conectividad | 1 x Micro HDMI (HDMI 1.4 compatible con eARC) USB-C para carga WiFi Bluetooth 5.2 |
Peso | 800 gramos |
Sistema operativo | Tizen OS |
Disponibilidad | Disponible |
Precio | 999 euros |
Calidad de imagen: cierra las persianas y las cortinas
Los proyectores portátiles suelen tener muchas dificultades a la hora de mostrar una imagen decente cuando hay mucha luz. Esto se debe a que, generalmente, suelen estar muy limitados en brillo. El The Freestyle puede alcanzar un pico de 550 lúmenes, que no es una mala cifra para un proyector portátil pero sigue estando lejos del valor necesario para proyectar a plena luz del día. Lo notaremos especialmente si queremos conseguir una pantalla de gran tamaño.
Dicho esto, si puedes conseguir un entorno bastante oscuro, el nivel de brillo es bastante bueno para un proyector tan pequeño. Esto ayuda, por ejemplo, con las imágenes HDR, que se ven bastante bien. Obviamente no podemos esperar un rendimiento como el de un televisor, pero al menos el soporte del HDR no estropea la imagen como sí ocurre con otros modelos.
El brillo está respaldado por colores atractivos y contundentes. Son colores llamativos pero que no llegan a ser irreales o estar excesivamente saturados, al menos si utilizamos el modo Cine. The Freestyle ofrece imágenes bastante nítidas incluso cuando hay movimientos rápidos, gracias a la incorporación de una versión optimizada del procesamiento de movimiento que Samsung utiliza en sus últimos televisores. Configurando bien esta funcionalidad podemos evitar el judder en prácticamente todo tipo de imágenes.
En general, The Freestyle ofrece una calidad de imagen superior a la que seguramente esperarían muchos usuarios de un proyector portátil. Sin embargo, hay algunos «defectos» que son prácticamente inevitables. Por ejemplo, los negros son más gris oscuro que negro, como suele ser habitual en la mayoría de proyectores de este tipo. Esto hace que en las escenas muy oscuras veamos una especie de «niebla gris» cubriendo toda la imagen. Por suerte, a pesar de esto, el proyector The Freestyle ofrece un nivel de detalle en sombra bastante decente.
Otro problema que he detectado es que, si te acercas un poco, en ocasiones, es relativamente fácil apreciar especie de estructura de píxeles, especialmente cuando estamos usando un videojuego. Y ya que hablamos de gaming, otro de sus puntos débiles es la latencia, bastante alta. Para algunos juegos no será un problema, pero no es un dispositivo apto para jugar en modo competitivo.
Y, para concluir, un par de apuntes sobre su sonido. Como he comentado en el apartado de características técnicas, el The Freestyle cuenta con un altavoz que emite en todas direcciones y que ofrece una potencia de 5W. La calidad del audio, en general, es mejor de lo que esperaba al ver su tamaño. Ofrece unos graves bastante aceptables y una buena claridad desde cualquier punto de la habitación, siendo el sonido resultante más que decente para una escucha normal.
Crea un escenario de sonido detallado y proyecta el sonido lo suficientemente lejos del cuerpo del proyector como para disfrutar de un sonido menos localizado de lo habitual en proyectores con sistema de sonido incorporado. Lógicamente para disfrutar de una película en todo su esplendor tendremos que recurrir a un sistema de sonido externo.
Conclusiones y precio
Samsung ha sido valiente y ha lanzado un dispositivo original y versátil. Sin embargo, no acabo de entender a qué tipo de público va dirigido. The Freestyle es, sin duda, un magnífico proyector portátil, muy superior a la gran mayoría de dispositivos de ese mercado. Pero tiene un precio, en mi opinión, excesivamente alto para competir en un mercado plagado de dispositivos «made in China» mucho más económicos.
Tampoco es un dispositivo que busque seducir a los usuarios que quieren montarse un cine en casa, los cuales optarán por otro tipo de proyectores. Aún así, es un dispositivo que puede resultar atractivo. Es muy fácil de transportar, ofrece una buena calidad de imagen si conseguimos la mayor oscuridad posible, cuenta con un sistema operativo que integra la gran mayoría de apps y ofrece un sonido integrado bastante decente.
Pero creo que el precio puede ser un handicap muy importante para este dispositivo. Y es que el Samsung The Freestyle se vende con un precio oficial de 999 euros. Eso sí, en las últimas semanas hemos visto algunas ofertas que rebajan bastante este importe. Es cuestión de buscar.