Una lámpara, una estantería y ahora un cuadro. Sí, el último dispositivo de audio de la gama Sonos IKEA Symfonisk es un cuadro con altavoz WiFi incorporado. Como ya ocurriera con los primeros dispositivos de la gama Symfonisk, la idea es tener un buen sonido sin necesidad de colocar en casa un feo altavoz que desentone con nuestra decoración. ¿Y qué puede pasar más desapercibido que un cuadro? Sin embargo, estos diseños tan curiosos pueden desencadenar que el rendimiento sonoro no sea el que esperamos. ¿O no?
Para comprobarlo he tenido ocasión de probar durante algunas semanas el Sonos IKEA Symfonisk en su versión marco con altavoz. Aunque pueda parecer que estamos ante un dispositivo que podría priorizar la parte decorativa frente al rendimiento sonoro, hace tiempo tuve ocasión de probar la lámpara Symfonisk y debo decir que me sorprendió gratamente. ¿Lo hará también el cuadro? En este análisis os cuento cómo funciona y qué me ha parecido.
Diseño: funcional y fácil de instalar
AVPasion no es un blog ni de decoración ni de arte, así que no vamos a entrar a valorar la parte «artística» del Sonos IKEA Symfonisk. Por otro lado, el arte es tan subjetivo que cada uno de vosotros y vosotras tendrá su opinión. Pero sí os podemos dar algunos datos sobre el dispositivo para que sepáis en qué consiste exactamente.
IKEA lo llama «marco con altavoz», pero creo que ese denominación no es del todo acertada, ya que no es un marco de fotos. Personalmente creo que sería más acertado el término «cuadro». Es probable que IKEA decidiera ponerle «marco» porque la imagen impresa en la parte delantera del cuadro se puede sustituir. Se trata de una tela desmontable que podremos cambiar por algunos de los diseños que encontraremos en la tienda de IKEA.
En cuanto al marco en si mismo, está disponible en blanco y en negro. Como podéis ver en las imágenes, nuestra unidad de prueba era de color blanco. La parte frontal es la que lleva de serie el modelo de este color. El marco está fabricado en plástico y la tela está perforada para que el sonido pueda salir sin problemas.
El Sonos IKEA Symfonisk tiene un tamaño medio. Mide 41 cm de ancho, 57 cm de alto y 6 cm de profundidad. Estas medidas corresponden a la colocación vertical, ya que se puede colocar también en formato horizontal. El cuadro incluye un soporte de hierro que pondremos en la pared si queremos colgarlo y dos pies de goma que permiten colocar el altavoz simplemente apoyado sobre la pared.
Lo que sí vamos a necesitar tener relativamente cerca será un enchufe. Quizás hubiera sido un punto a favor que el cuadro contara con batería, pero tendríamos que acordarnos de cargarlo constantemente. Por suerte, IKEA también ha pensado en la organización del cable.
Por un lado, incluye un cable de 3.5 metros para que conectarlo no sea un problema. Por otro lado, en la parte trasera tenemos un gran hueco para guardar el cable sobrante si tenemos cerca el enchufe. Y, por último, el cuadro tiene diversos orificios para sacar el cable, pudiendo hacerlo siempre por la zona que más se acerque al enchufe o simplemente por la parte del cuadro que queramos. Así que no estamos limitados a sacarlo siempre por el mismo lado. Muy bien pensado.
Y ya que hablamos de conectores, comentar que el Sonos IKEA Symfonisk tiene la entrada de alimentación y también una salida, por si queremos conectar varios cuadros con una sola toma de corriente. Otro detalle muy bien pensado.
También cuenta con un conector Ethernet, la única entrada que veremos en el altavoz. Esto nos permite, aunque suponga tener otro cable a la vista, poder conectar el altavoz a la red de casa aunque la cobertura WiFi no sea demasiado buena.
Para finalizar con el diseño dos últimos apuntes. El primero, el cuadro Symfonisk cuenta con tres botones físicos: reproducir/pausar la reproducción y subir y bajar el volumen. El segundo, para quitar la cubierta frontal tenemos unos agujeros a lo largo de la parte trasera que nos permitirán empujar con los dedos y quitarla de una forma delicada para que no se rompa.
Configuración: la aplicación de Sonos es la clave
Para poner en marcha el Sonos IKEA Symfonisk tendremos que instalar en el móvil la aplicación Sonos. El altavoz utiliza la tecnología NFC para configurarse, así que solo tendremos que acercar el móvil a uno de los lados del marco para que este se conecte al WiFi de forma automática, tal y como indica la propia aplicación. Y solo al WiFi, ya que el Symfonisk no cuenta con conectividad Bluetooth.
Además de para configurar el altavoz, la aplicación también nos sirve para controlar todo nuestro sistema de Sonos. Si tenemos varios altavoces del fabricante, desde la app podremos controlar dónde se reproduce la música, pudiendo seleccionar habitaciones o activar todos los altavoces de forma simultánea.
También podremos controlar la reproducción de música, podcasts y audiolibros del servicio de streaming que más nos guste. Si no nos gusta la interfaz de la aplicación de Sonos podemos usar Spotify Connect o AirPlay 2 si tenéis un equipo de Apple. Sin embargo, la aplicación de Sonos está bastante bien diseñada y a poco que nos hagamos con ella podremos poner nuestra música desde esta app.
Y ya que hablamos de Apple, si estáis utilizando un dispositivo de la manzana con la última versión de iOS podréis acceder a Trueplay, un sistema que calibrará automáticamente el altavoz para que suene lo mejor posible en cualquier habitación. Esta opción, por desgracia, no está disponible en la aplicación Sonos para Android. Así que si sois usuarios del sistema de Google tendréis que conformaros con un control manual de la ecualización.
Calidad de sonido: absolutamente sorprendente
Antes os comentaba que tuve ocasión de probar la lámpara Symfonisk y que su sonido me sorprendió. Aún así, no esperaba un sonido tan bueno en el marco Sonos IKEA Symfonisk. No porque no confíe en Sonos, porque ya han demostrado que suelen conseguir un gran sonido en todos sus altavoces, sino por el factor de forma del dispositivo. Siempre que hablamos de los televisores actuales decimos que el sonido no puede ser bueno porque son muy delgados. Pues con el cuadro pensaba que iba a ocurrir exactamente lo mismo.
Pero nada más lejos de la realidad. El Sonos IKEA Symfonisk ofrece una experiencia auditiva realmente buena. El altavoz tiene potencia suficiente para llenar una habitación de tamaño medio. Y lo mejor es que aunque subamos el volumen no encontraremos distorsión alguna. El bajo es potente pero limpio, en ningún momento he notado que el sonido se volviera una «bola de graves sin sentido».
Suena ancho, bien equilibrado, con agudos contundentes y una tremenda claridad. Además, algo que me ha gustado mucho es que, aunque lo he tenido colgado en la pared, el marco Symfonisk no hace vibrar la pared. Esto significa que podremos poner la música un poco más alta sin molestar a los vecinos. Y si este último punto es algo que te preocupa mucho debes saber que la aplicación Sonos permite establecer límites de volumen, por si alguien de la familia se suele «pasar de la raya».
En definitiva, el marco Sonos IKEA Symfonisk suena genial con la gran mayoría de géneros musicales. Para que os hagáis una idea, está a la altura del sonido que ofrece el altavoz Sonos One, pero con un factor de forma que nos permite colocarlo prácticamente en cualquier sitio.
Conclusiones y precio
Cuando escuchas el nuevo marco Sonos IKEA Symfonisk te das cuenta de que para crearlo Sonos ha puesto toda la carne en el asador. La gama Symfonisk no solo consiste en dotar a alguien «muebles» de sonido, también deben de sonar lo mejor posible.
El diseño acústico del dispositivo es realmente bueno, mucho mejor que el de muchos altavoces inteligentes que he probado y escuchado. Por cierto, el Sonos IKEA Symfonisk no es un altavoz inteligente. Es compatible con Alexa sí, pero necesitamos un altavoz de Amazon (o de cualquier otra marca, pero que tenga el asistente incluido) para poder decirle que envíe el sonido al Symfonisk.
Como puntos negativos podríamos decir que, aunque IKEA lo venda como tal, en realidad no se trata de un marco de fotos, porque no podemos poner la imagen que nosotros queramos. Por otro lado, no cuenta con conectividad Bluetooth, así que solo podremos usarlo si tenemos WiFi en casa.
Y el último de los puntos «negativos» podría ser su precio. No es un dispositivo barato. El Sonos IKEA Symfonisk tiene un precio oficial de 199 euros. Por otro lado, si queremos cambiar la imagen frontal y poner algo más llamativo tendremos que adquirir uno de los paneles que vende IKEA. Tenemos de dos precios, 16 y 35 euros.
Dar las gracias a Sonos España por la cesión del Sonos IKEA Symfonisk para su análisis en AVPasion