A mediados del año 2018 Sony anunciaba que renovaba su emblemática gama media. Esos nuevos modelos pudimos conocerlos en la feria del CES de este año 2019, donde la compañía nipona lanzaba al mundo su mensaje de apuesta por la tecnología LCD VA FALD para la gama media, reemplazando el modelo superventas XF9005 por la renovada XG9505. Como veremos en la review, no se trata de un nuevo producto, si no más bien de un pequeño retoque aquí y allá puliendo algunos de los errores de la XF9005 del 2018. Algunos con un impacto entre bajo y nulo (como el ángulo mejorado AKA X-Wide Angle) y otros realmente impresionantes (como la renovación completa del SoC que ha conseguido que Android TV V-U-E-L-E en el televisor). Además de eso también nos encontramos con novedades en conectividad como por ejemplo el esperado eARC (Audio Return Channel), que traiga Android TV 8.0 Oreo, un mando renovadísimo y muchísimo mejor que el anterior (y que además funciona con Bluetooth) y algunas novedades más aquí y allá en términos de imagen y sonido.
OLED vs LED vs MicroLED: ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene cada una?
Este modelo se presenta en 4 diagonales disponibles: 55, 65, 75 (el modelo que Sony España nos ha cedido para este análisis) y el gigantón de 85″. Como comentábamos, la tecnología X-Wide Angle (que se supone mejora el talón de aquiles de los paneles VA, esto es, su pobre ángulo) solo está disponible en el modelo de 75 y de 85″. Aunque como comentábamos en la introducción, no es una característica que hayamos notado demasiado, la verdad.
Sony XG9505: Especificaciones técnicas
Sony XG9505 | Características |
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Panel | LCD de tipo VA (10 bits) con retroiluminación LED Directo/FALD (Full Array Local Dimming) y atenuación local |
Diagonal | 75 pulgadas |
Resolución | 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) |
Alto rango dinámico | HDR10, HLG y Dolby Vision |
Montaje | Fijo o en pared (VESA 400 x 200) |
Medidas | 96.1×167.4×7.3 cm (sin el pie) 37.6 cm de profundidad con el pie |
Peso | 35/37 Kg (sin/con pie). 49 Kg peso completo con la caja de embalaje. |
Conectividad (Vídeo) | 4x HDMI 2.0 (Completos, HDCP 2.3) 3x USB 1x Ethernet 1x CI+ |
Conectividad (Audio) | 1 x Salida Óptica 1 x HDMI eARC |
Sonido | 2 woofers de 10W |
Compatibilidad/Estándares | DVB T/T2/C/S2 Sintonizador Dual WiFi (AC) Bluetooth 4.2 Chromecast Integrado Apple AirPlay 2 & HomeKit (vía actualización de firmware) |
Capacidad de reproducción | MPEG4 HEVC VP9 Perfil 2 |
Sistema Operativo | Android TV 8.0 Oreo |
Control | Mando a distancia App |
Diseño
Lo primero que sorprenderá al usuario que compre esta TV es la monstruosidad y el tamaño tan enorme de la caja. Es normal, estamos hablando de un modelo de 75 pulgadas y casi 50 kilos, por lo que Sony ha puesto especial cuidado en la caja. Viene perfectamente embalada y con corchos protectores a medida del panel, lámina protectora y los pies de la TV en un hueco hecho a medida en los corchos superiores. Además de eso, encontramos lo típico en cualquier televisor de hoy en día: manual, mando a distancia, dos pilas AA, manual de instrucciones/soporte, folleto con la garantía europea y poco más. Tampoco es necesario mucho más, ya que cualquier otra duda o problema lo podréis solucionar a través de los manuales electrónicos de la propia Sony y que aparecen en la pantalla principal del Smart TV.
En cuanto a diseño, como decíamos antes, es un televisor elegante. Solo verás la pantalla y dos «pies» que hacen de soporte. Sin embargo, no es EL televisor en cuestiones de diseño (en eso, por ejemplo, la serie AG8 y AG9 están mucho más cuidadas). La parte trasera es bastante gruesa, dado que ahí tienen que colocar todos los LED que se agrupan en «zonas», encendiéndose y apagándose en función de la imagen y de los negros, base de la tecnología Full Array. Eso si, hemos notado que es más gruesa en la parte baja de la TV, donde están los woofers para el audio. Curiosamente, esa «subida de peso» le viene como anillo al dedo a la calidad de sonido, sorprendiéndonos notablemente en este aspecto: claro, nítido y además baja bastante en graves -siempre teniendo en cuenta que estamos hablando de una televisión, no de una barra de sonido o de un equipo dedicado-.
Otro aspecto destacable en cuanto al diseño es su conectividad. Otros fabricante siguen empeñados en poner algunos conectores mirando hacia atrás (aunque buena parte estén orientados hacia bajo). Sony no quiere ningún problema para los usuarios que vayan a colgar su flamante Smart TV y por eso ha orientado absolutamente todos los conectores de la XG9505 hacia abajo o hacia el lateral (incluyendo el de alimentación, antena, etc., todos). Hablando de conectividad, atrás quedan los tiempos donde solo 2 puertos eran compatibles con HDR y los otros dos no. En este modelo los 4 son HDMI 2.0 con HDCP 2.3, además de ser uno de ellos compatible con el nuevo estándar eARC para poder enviar los formatos de audio HD.
HDMI ARC vs HDMI eARC, ¿para qué sirven y qué diferencias tienen?
En cuanto al audio, como comentábamos al inicio, es muy completo y con un sonido muy potente y cristalino. Sony este año además ha añadido dos woofers extra a cada lado de la TV para potenciar el sonido estéreo y conseguir una mejor escena envolvente. Siguiendo con la parte trasera, vemos como la XG9505 cuenta con un innovador sistema de gestión de cables, que pasa por ocultar todo el cableado por dentro de sus «pies», quedando la instalación completamente limpia a la vista.
Smart TV y funcionalidades: por fin a la altura
Si hace años la gente criticaba y se decantaba por otros modelos, era precisamente por la lentitud de Android TV en la mayoría de televisores que lo incorporaban. Sony ha escuchado las críticas y por fin, tras varios años, comenzó el camino de la renovación. Empezó por cambiar el SoC (System On Chip, vamos el procesador y gráfica de la TV) a su buque insignia del 2018: la OLED AF9. Este 2019, ha decidido repetir la jugada, cambiando el vetusto procesador de la XF9005 por un mucho más potente Mediatek MT5893 (además la nueva revisión, la UR2) de cuatro núcleos ARM Cortex A73 a 1500 Mhz y la memoria RAM de 2 que montaba el XF9005 a 4GB. Todo eso, unido a Android TV 8.0 Oreo, se traslada en una experiencia alucinante en cuanto a rapidez, estabilidad y navegación. El sistema responde de forma instantánea y nada tiene que ver con experiencias pasadas, donde el televisor se colgaba o se quedaba cargando de forma infinita. Tras más de 15 días de uso intensivo, no se nos ha colgado ni una sola vez, ni se ha quedado «lento», ni ha sido necesario reiniciar el sistema ni ninguna otra cosa similar que, desgraciadamente, si ocurría años anteriores. Podéis ver más sobre el sistema operativo y su extremada rapidez en nuestro vídeo de AVPasión:
Más novedades en cuanto al Smart TV sería que, por fin y tras varios años de quejas, Youtube ya es plenamente compatible con HDR, se ha mejorado notablemente la reproducción por USB y dispositivos NAS (aunque con la limitación de la red megabit 10/100) y algo más de compatibilidad en cuanto a passtrough de audio (DTS por ejemplo, aunque pese a contar con eARC, siguen sin funcionar los audios en HD). Un gran avance comparado con la XG9505.
La rapidez del cambio de canales de la TDT también ha mejorado notablemente, apareciendo una fila de miniaturas con logos de cada canal y una pequeña descripción y título de lo que están emitiendo en cada momento, siendo muy fácil el cambio entre ellos, pudiendo, además, programar grabaciones, habilita el PiP, añadir temporizadores, ver la guía EPG completa, etc. Otra gran novedad es el nuevo menú de cambio rápido de opciones, que aparecerá en la parte inferior del usuario y le permitirá cambiar rápidamente entre opciones de imagen, modos de imagen, de sonido, entradas HDMI, TV, etc., algo bastante similar a lo que ofrece Tizen por ejemplo y que nos recuerda también bastante al menú de webOS, de LG.
En cuanto a la versión de Android TV, como hemos comentado antes, la Sony XG9505 viene con Oreo (versión 8.0), aunque Google ya ha lanzado su versión Pie (9.o) y es compatible en algunos dispositivos, como la Nvidia Shield TV, nada ha comentado el fabricante nipón de si su XG9505 lo soportará o no (creemos que si, al ser un modelo de 2019). Hay que tener en cuenta que todavía sigue el despliegue de Android 8 en otros modelos como en la XF9005 o incluso en otros modelos anteriores de años pasados. Esta es otra gran área donde Sony ha mejorado, donde antes dejaba tirados a sus clientes, ahora ofrece un sistema de actualizaciones de modelos mucho más amplio, abarcando incluso modelos de 2016. Otro punto positivo más para la nueva Sony.
En la línea de funcionalidades y Smart TV, no podíamos olvidarnos de la conectividad, estándares y protocolos. Empezamos por el oficial de Google: Chromecast. Lógicamente al ser un modelo con Android TV, la Sony XG9505 es plenamente compatible con Chromecast, aunque nosotros no somos muy de recomendarlo, ya que como hemos ido comentando a lo largo de nuestros análisis, especialmente en nuestro canal de Youtube, la emisión de contenido por este tipo de protocolos suele reducir notablemente la calidad, además de sufrir del efecto judder al no poder cambiar de Hz al contenido grabado en el propio material.
Si este modelo cuenta con Chromecast, como no podía ser de otra manera, también es plenamente compatible (y no solo parcialmente, como ocurre con LG y Panasonic por ejemplo) con Google Assistant. Simplemente pulsaremos el botón del micrófono de nuestro mando a distancia (lo veremos en mayor profundidad en el siguiente apartado) y voilá, ya podemos hablarle a la TV, pedirle que suba el volumen o lo baje, que cambie de canal, que busque aquel vídeo en Youtube, que nos cambie de entrada o que reproduzca el capítulo X de nuestra serie favorita en Netflix. Además, si sois apasionados de la domótica y lo tenéis todo integrado con Google Home, podréis hablarle al mando para que encienda o apague aquella luz o nuestro amplificador. Una auténtica pasada.
Nuevo mando a distancia
Uno de los puntos flojos que, tradicionalmente, solíamos tener con los televisores de Sony era su vetusto y anticuado mando a distancia. Funcionaba con infrarrojos (lo que te obligaba a apuntar a la TV), grande, pesado, de plástico y con los botones de mala calidad. Se acabó. Por fin, otra de las novedades de 2019 ha sido el rediseño por completo del mando a distancia; se trata de un mando a distancia fabricando en un plástico de muy buena calidad que imita aluminio cepillado, con los botones hechos de forma más consistentes y que además da sensación de calidad en la mano. A simple vista ya se puede notar.
Sony también ha quitado todo el abanico de confusos y liosos botones que estaban alrededor de la cruceta de navegación (Acción, TV, Guía, etc.), dado que ahora todas esas funciones nos saltarán con un solo y único botón al aparecer la nueva barra de funciones rápidas en el Smart TV; además siguen estando disponibles de forma directa desperdigados por el mando a distancia pero manteniendo un orden mucho más lógico que antes. Un gran paso adelante y que supone ponerse en igualdad de condiciones con LG y Samsung y claramente por encima de Panasonic y Philips.
Como deciamos, el nuevo mando imita aluminio cepillado, de hecho la parte donde están los botones tiene una especie de capa de metal, aunque la trasera está fabricada en plástico rugoso que da muy buenas sensaciones en la mano. Además de eso, el mando es más liviano que el anterior, más ergonómico, funciona por Bluetooth (adiós al tener que apuntar!) y el diseño de los botones está mucho mejor pensado. El micrófono incorporado en el mando funciona sin problemas. La pregunta del millón es…¿funciona con anteriores modelos? la respuesta es si, pero parcialmente, ya que se empareja perfectamente y funciona sin problemas, salvo por el micrófono que no es capaz de hacerlo funcionar.
Calidad de sonido: otra mejora más a la lista
Os hemos adelantado algo en la introducción de esta review y también en los vídeos de nuestro canal de Youtube. La calidad de sonido nos ha sorprendido notablemente, sinceramente no esperábamos una calidad de audio así teniendo en cuenta que hablamos de un sonido integrado. Lo que nosotros hemos notado ha sido una muy buena escena estéreo y separación de canales, dado que Sony ha montado dos woofers en los dos laterales traseros de la pantalla, precisamente para aumentar la tridimensionalidad. Ese hecho unido a que la TV en su parte inferior es más «gorda» hace que la propia TV tenga más volumen para actuar como caja de resonancia, aumentando la profundidad de los graves al tener la capacidad de bajar más hercios. De hecho en nuestras pruebas y usando un micrófono Umik-1 calibrado y con el software REW, hemos podido certificar que es capaz de bajar hasta los 70 Hz. Muy buena respuesta teniendo en cuenta que no tiene subwoofer dedicado.
En cuanto a compatibilidad de formatos, la nueva XG9505 también es capaz de decodificar Dolby Atmos (comprimido), esto es, que es capaz de reproducir el perfil Atmos usado en la mayoría de apps de streaming y vídeo bajo demanda del mercado: Netflix, Amazon Prime, Rakuten, etc. También, por supuesto, es capaz de hacer de passtrough del perfil Atmos completo (sin pérdida) pero es necesario contar con un reproductor dedicado externo que pueda leerlo y transmitirlo a la TV vía eARC (la Shield TV por ejemplo). Dicho de otra manera: si intentamos reproducir un archivo MKV que tenga una pista Dolby Atmos sin pérdida, la TV no será capaz de hacer passtrough de la misma a un amplificador o barra de sonido. Es necesario si o si un reproductor externo. Y aún así, alguna que otra vez hemos visto algún que otro dropout o «chasquido» en el audio, algo más o menos esperable siendo la primera TV (con permiso de la AF9/AG9) con eARC en las TV de Sony. Además que tampoco tiene demasiado sentido, ya que si contamos con un reproductor capaz de decodificar Dolby Atmos sin pérdida y un equipo de sonido que lo puede reproducir…¿para qué queremos usar la TV de puente? Es mejor que solo se le envíe la imagen y que del sonido se encargue el reproductor/amplificador/barra de sonido. Insistimos: ese «problema» solo ocurre con pistas Atmos sin compresión, reproduciéndose las pistas Atmos con pérdida sin ningún problema (Netflix por ejemplo) tanto a nuestro Denon X3500H como usando los propios altavoces internos de la TV.
UHD: imagen notable
Llegamos al punto fuerte de la review, el apartado que todo potencial comprador de este modelo quiere leer. ¿Merce la pena? ¿qué tal funciona el FALD? ¿de verdad es mejor que una edge led?. Como comentábamos al principio, este modelo se diferencia de la gran mayoría de modelos LCD LED en una cosa: su sistema de retriluminación, basado en encender y apagar un limitado número de zonas en función de la imagen mostrada en el televisor. De esta forma, ante una escena en el espacio profundo, veremos como la TV apaga las zonas -y con ellas, los LEDs- de las partes de la imagen que sean negro total, aumentando así el negro y con él el contraste. Contraste nativo, por cierto, que es algo inferior a su modelo del año pasado, midiendo un contraste nativo de 5000:1 (3000:1 si desactivamos la atenuación local). No es la única, a Samsung le ha pasado exactamente lo mismo con su Q80R y Q90R. ¿Por qué? por la tecnología X-Wide Angle que agrega una capa adicional más a la ya de por si compleja estructura de capas de un televisor LCD-LED, con la misión de mejorar el ángulo de visión. Esa capa de ángulo de visión mejorado supone una pérdida de contraste nativo (y también de resolución percibida), aunque lógicamente mejora el ángulo de visión, aunque como deciamos solo está en el modelo de 75 y 85 pulgadas. En esta foto macro podéis ver la imagen de frente y desde un lado:
En cuanto al pico de nits en HDR, nuestra 75XG9505 mide 1043 nits en ventana al 10% el modo mejor calibrado de fábrica (Cine, con los «mejoradores» en OFF, etc.), aunque puede llegar a los 1220 nits subiendo la temperatura de color de Experto 1 (D65) a Neutro. Aún así, supone una medición algo inferior también al modelo del año pasado, la XF9005; suponemos que tendrá algo que ver la nueva capa para el ángulo extendido. Todo esto sería en patrones, midiendo solo una ventana L10, ya que la TV al ir por zonas, tiende a atenuar bastante el brillo cuando se encuentra ante un objeto oscuro (barras scope por ejemplo) reduciendo bastante el brillo y con él la sensación HDR. Por cierto, la 75XG9505 cuenta con 60 zonas de atenuación, algo corto para aprovechar el potencial de un panel así, pero también acorde al precio que paga el cliente por este modelo.
En cuanto al seguimiento de la curva EOTF es absolutamente exquisito, como podéis ver en las fotos inferiores. Los japoneses (Sony y Panasonic) tienen mucha fama de ser muy estrictos con la representación del HDR, siguiendo la curva de forma perfecta. Eso se traduce en un HDR fiel a la intención del director, algo más oscuro que como lo representan los coreanos (que tienden a desviarse más de la curva de referencia para hacerlo más brillante). Además Sony y Panasonic cuentan con los métodos de tone-mapping mejor implementados, ya que tienden a retener todo el detalle máximo posible hasta cierto nivel (1500-2000 nits) a partir del cual hacen clipping. Eso unido a un seguimiento estricto de la curva, dan como resultado un HDR sin pérdida de brillo general (APL) y que además es capaz de retener la mayor parte del detalle en las altas luces. A todas luces, una apuesta ganadora.
La TV también es compatible con Dolby Vision y HLG, aunque Sony sigue empeñada en implementar la librería de Dolby de baja latencia (LLM) lo que produce una imagen demasiado oscura y con problemas de ruido en las áreas negras de la imagen. Es un problema conocido en las televisiones de Sony, ya que en el resto de fabricantes este problema no existe. Es probable que veamos una actualización que corrija este pequeño problema.
En cuanto a los puntos negativos en el mundo del HDR tenemos varios, dada la propia limitación tecnológica de los LCD. En primer lugar y como servidor ha comentado más de una vez, la tecnología LCD-LED sufre mucho con contenido HDR, dado que para llegar a niveles altos de luminancia (1000 nits por ejemplo) se ve obligada a forzar las «zonas» del panel a dar lo máximo de si. Eso se traduce en un gran brillo…pero también en un peor negro, ya que éste se lava notablemente. A ese defecto hay que sumarle este año una pérdida de contraste dado el X-Wide Angle que han implementado fabricantes como Sony o Samsung. En HDR el nivel de negro se eleva hasta unos paupérrimos 0.22 nits, un valor que arroja un negro grisáceo perceptible incluso de día. Este defecto también es muy visible en las barras scope, siendo barras grises en lugar de negras. Al poner la XG9505 al lado de un panel OLED, se ve claramente el límite tecnológico de esta tecnología. De nada sirve subir a niveles de 1200 nits (o 1500 en Samsung) si con ello lavamos el negro y al hacerlo, adiós al contraste. Hay que tener muy claro que el HDR se verá mejor no por tener más nits, si no por tener mejor relación de contraste. O dicho de otra forma, impacta muchísimo más un HDR de 0 (negro) a 700 (blanco) como ofrece un panel OLED, que uno que vaya de 0.22 (negro) a 1200 (blanco) como esta XG9505. No hay color y nunca mejor dicho.
Lógicamente no es tan malo como un panel IPS, donde ya cualquier persona con gusto para el cine rechazaría a simple vista, pero este año ha empeorado con el X-Wide Angle, empeorando el contraste y acentuándose además por dos variables: el limitado número de zonas (por el precio de esta TV no se puede pedir más) y por la exigencia de nits de la nueva era que ha traído el HDR. En contenido real, todo esto se traduce en blooming, halos, floración y demás defectos en objetivos brillantes, además de un contraste regular que hace que la imagen pierda mucho contraste. En este sentido creemos que la XF9005 tenía una mejor calidad de imagen, aunque por supuesto a años luz de las OLED.
Pese a todo, el algoritmo de Sony para controlar los defectos inherentes a la tecnología FALD es la mejor del mercado. Siempre intenta buscar un equilibrio perfecto entre detalle y contraste (al contrario que Samsung, por ejemplo, que prioriza los negros) incluso con la Atenuación local en Alto. Por otro lado , la tecnología X-Wide Angle supone una mejora notable de los malos ángulos de visión de los paneles VA (a costa de la calidad de imagen como ya hemos comentado), siendo ahora bastante similar a un panel IPS -quizá ligeramente por detrás-, pudiendo disfrutar de la TV desde casi cualquier ángulo. Eso si, a medida que pasamos cierto punto la imagen pierde contraste, color y comienza a lavarse de manera muy brusca (es el punto en el cual el X-Wide Angle ya no actúa). Eso si, hablábamos de SDR…en HDR…dado el nivel elevado de negros y la cantidad bestial de luz emitida…la imagen se lava muy pronto, en cuanto se sale uno de la visión central. Más o menos como un panel VA tradicional. Por lo tanto, podríamos concluir que la mejora del ángulo de visión convertiría a un panel VA en un punto intermedio entre un panel IPS y uno VA tradicional. No nos acaba de convencer, dado que la mejora no es muy alta pero si lo son los costes: niveles de negros altos, pérdida de contraste y pérdida de resolución.
Procesamiento de imagen, marca de la casa
En la línea de la calidad de imagen, vamos a intentar resumir aquí que tal se comporta el impresionante X1 Ultimate de Sony. De fábrica, la TV presenta una colometría fantástica en sus modos de fábrica más cercanos a norma (Cine, Experto). El promedio de DeltaE (AE) para todos los colores no llegaba a 2 (siendo 3 el umbral a partir del cual el ojo humano empieza a notar una desviación), lo cual es impresionante para ser un modelo de gama media, viene casi perfecta de fábrica (y si no, siempre se puede ajustar usando AutoCAL, ya que la TV es totalmente compatible). En cuanto a la gamma, el televisor ofrece nuevamente un seguimiento en SDR espectacular (en HDR ya lo comentamos en el apartado anterior), siguiendo la curva ligeramente por encima (más oscura), algo que se corrige fácilmente poniéndola en -1 o -2 desde los ajustes de la propia TV.
El balance de blancos también viene realmente bien, hace un seguimiento de los 3 primarios realmente bueno, apreciando ligeramente un exceso de azul y un pequeño déficit de rojo, especialmente desde la mitad de la gamma hasta el final, pero probablemente los usuarios más noveles no logren apreciarlo si no tienen un televisor calibrado al lado. La temperatura de color si que está un poco por encima, fruto del exceso de azul, alcanzando los 7000K incluso en los modos más precisos de fábrica. Nada que no pueda solucionar una buena calibración.
Otra de las ventajas de Sony es su tecnología de Smooth Gradation, una funcionalidad que aplica un filtro de De-contorno. Esta interesante tecnología analiza los píxeles adyacentes en colores uniformes, si detecta que no son exactamente iguales, aplica una máscara de gradiente progresivo, viendo así un color en un lado que va poco a poco y de forma suave y progresiva, convirtiéndose en la otra tonalidad. Este filtro ha aparecido también este año en las LG 2019, siendo unos de los grandes atractivos tanto del fabricante japonés como del coreano. Realmente se nota, especialmente en contenido comprimido.
Casi para terminar esta sección, no podíamos olvidarnos del MotionFlow, el sistema de interpolación de movimiento marca de la casa. Se dice que es, junto a Panasonic, el mejor sistema de interpolación de movimiento del mundo. Y lo es. Simplemente requiere de no pasarse en su configuración, activándolo en niveles mínimos (1) ya es suficiente. El movimiento pierde la brusquedad típica del 24p, pero no aparece efecto telenovela o SOAP por ningún lado. Es, como todo en Sony, muy natural, un movimiento suave pero que no pierde ese matiz propio del cine. Además y dado que la TV tiene suficiente brillo, podemos activar el BFI (Black Frame Insertion) para ganar mejora en el movimiento sin recurrir a la invención de frames, pudiendo el usuario elegir cuantos frames negros quiere intercalar entre frames del contenido. A mayor cantidad, más brillo pierde la imagen.
Por supuesto no podíamos terminar esta sección sin hablar de la calidad del escalado del X1 Ultimate. Hemos notado mejoras sutiles respecto a otros fabricantes -como LG-, aunque este año y tal y como avanzaban las pruebas, la diferencia es mínima. Empezamos por 1080p, el escalado de Sony es más fino, más sutil, consigue sacar un poquito más de detalle donde LG no lo consigue (insisto, la diferencia aquí es pírrica) y con menos ringing. La diferencia que si pudimos notar sin necesidad de pegar la nariz a ambas TVs fue con contenido de peor calidad (emisiones SD, TDT, DVD, etc.) donde si que es cierto que el X1 Ultimate trata mejor ese tipo de señales. Es más nítida, es más natural, tiene menos ringing (dientes de sierra) y menos ruido/posterización. Nadie sabe como Sony es capaz de conseguir algo así, pero ahí está. Eso si, aquel usuario que prácticamente solo vea contenido 1080p o superior -como servidor- las diferencias con otros fabricantes son casi inexistentes.
Para acabar, aunque no somos muy de juegos, queríamos dedicarle un apartado al Gaming. El input lag de este televisor fue de 21 ms tanto en 4K como en 1080p, lo cual está fenomenalmente bien y supone un avance respecto a los modelos del año pasado (27 ms en 4K). Por otra parte, ese input lag mejorado es a base de desactivar buena parte del procesamiento de imagen…incluyendo la retroiluminación, cayendo aún más el contraste y siendo aún más grises los negros. Aquí ningún fabricante puede aportar solución, ya que de nuevo, estamos ante una limitación tecnológica del LCD. En cuanto a la rapidez del píxel, nos encontramos con los típicos 10-11 ms de los paneles VA (la de los paneles OLED es de 0.1 ms).
Conclusiones
Nos encontramos ante un panel LCD VA de gama media de muy buena calidad. Claro está que no podemos encuadrarla con las demás gamas altas, dado que no llega a la calidad de un panel OLED. Además, tenéis que tener en cuenta que la tecnología X-Widge Angle solo está disponible en el modelo de 75″ y 85″, aunque sinceramente creo que hubiera sido mejor no contar con esta nueva característica, al hacer más mal que bien (mejora el ángulo de visión hasta cierto punto, a costa del contraste, nivel de negros y resolución). El rendimiento de la XG9505 la califacaríamos de un avance con respecto a televisores LCD VA EDGE LED y por supuesto una mejoría con respecto a paneles IPS, pero sigue sin llegar a competir con una OLED. Ni se le acerca.
El limitado número de zonas (60) hace que además, en escenas complicadas, veamos cierta floración, blooming y demás, pero esto no es algo propio e inherente a Sony o a este modelo de televisor, si no a su tecnología. Como se suele decir: de donde no hay no se puede sacar. Pese a ese límite, encontramos que el algoritmo que controla las zonas de la TV, es el mejor del mercado, siempre ofreciendo un compromiso ideal entre detalle y contraste.
En cuanto a la calidad de imagen, en SDR nos encontramos con una TV con una calidad excepcional, buen contraste y buenos negros, dado que la imagen no le exige al panel que potencie las zonas con mucha luz. Por contra, la experiencia en HDR es mejor que las TV IPS o VA EDGE LED, pero sigue por detrás y podríamos calificarla de «normal«, ni muy buena ni muy mala. Simplemente cumple. Los 1000 nits no sirven de nada si no les acompaña un nivel de negro realmente profundo, cosa que entre el X-Widge Angle , la propia necesidad de mostrar muchos nits y las pocas zonas de la TV, simplemente se queda corto.
En cuanto a procesamiento, estamos ante el chip más alto de Sony, su excelso X1 Ultimate, que no solo cumple con su cometido, si no que obtiene un cum laude en prácticamente todas las áreas de la imagen: movimiento, escalado, colometría, nitidez, control de la retroiluminación, etc. Además de eso, se puede aún mejorar todo lo relacionado con la imagen usando AutoCAL de Calman. Ah, también cuenta con soporte Dolby Vision y HLG, aunque el perfil Dolby Vision es el de baja latencia, produciendo una imagen más oscura de lo normal.
Para acabar, el mando a distancia y la nueva interfaz/menú de Android Oreo es una auténtica delicia. Se mueve todo perfectamente fluido, sin lag ni problemas de rendimiento alguno. Le acompaña una futura implementación de Airplay 2 y HomeKit. Cuenta, además, con soporte para Google Assistant, Chromecast, soporte eARC, etc. La guinda al pastel es una calidad de sonido que, sinceramente, no esperábamos. Suena muy bien para no llevar barra de sonido incorporada.
En definitiva, nos encontramos con una TV de gama media que sobresale respecto a sus competidores más directos y más teniendo en cuenta el ajustadísimo precio que tiene. Es un pequeño retoque, una pequeña evolución, respecto a la ya excelente XF9005.