El SVS PB-1000 Pro es el subwoofer bass reflex más económico del conocido fabricante (sin contar los de generaciones anteriores, ya que algunos siguen a la venta). Se trata de un subwoofer con driver de 12 pulgadas, amplificador Clase D de 325W RMS y una respuesta de frecuencia capaz de bajar hasta los 17 Hz (+/-3dB). En definitiva, un subwoofer que, sobre el papel, es ideal para tener unos bajos potentes y controlados sin necesidad de atracar un banco. Pero como la teoría siempre es muy agradecida, queríamos probarlo por nosotros mismos.
La gama 1000 de SVS siempre ha sido una gran elección para los que buscaban un subwoofer de calidad y precio relativamente ajustado, o simplemente necesitaban un equipo para una habitación pequeña. Ahora SVS ha mejorado la serie y ha incorporado algunas características realmente interesantes, como un aumento del tamaño del driver o el sistema de control remoto a través del móvil.
He tenido ocasión de pasar un par de semanas con el SVS PB-1000 Pro, probándolo tanto en música como especialmente en cine. En este análisis os cuento qué ofrece y qué tal funciona, pero ya os adelanto que me ha parecido un muy buen subwoofer. No obstante, ante de comenzar con el análisis me gustaría dar las gracias a Supersonido, distribuidor oficial de SVS en España, por la cesión del producto para su revisión. Y ahora sí, sin más dilación, vamos a echar un ojo a todo lo que ofrece el magnífico PB-1000 Pro.
Diseño elegante, de calidad y relativamente compacto
Empecemos por el diseño. SVS ha mantenido un diseño prácticamente idéntico al del PB-1000 en el PB-1000 Pro, utilizando de nuevo un recinto de fibra de densidad media (MDF) rígida y fuerte de doble grosor con esquinas curvadas. El subwoofer se ve y se nota robusto, resistente. Solo está disponible con el acabado «Black Ash», un negro que simula la veta de una madera natural y que me ha parecido bastante elegante. Aún así, es una pena que no esté disponible en otros acabados, como el blanco.
Aunque la «caja» del SVS PB-1000 Pro se muy similar a la de su predecesor, el nuevo modelo cuenta con algunos cambios importantes. Ahora tenemos un driver de 12 pulgadas y puertos de aire duales, sustituyendo así al driver de 10 pulgadas y el puerto de aire único del PB-1000. También se ha eliminado la luz LED azul de la parte delantera, algo muy solicitado por los usuarios ya que en total oscuridad molestaba bastante.
Lo que sí se ha mantenido es la rejilla protectora, fabricada en plástico y tela ABS extra gruesa no resonante. Esta cubre toda la parte frontal y se «conecta» con el subwoofer mediante unos orificios situados en las esquinas del mismo que mantienen la rejilla estable incluso si recibe algún golpe o roce. Por último, cuenta con el logotipo de SVS visible en el centro de la parte inferior.
En la parte posterior del SVS PB-1000 Pro también encontramos cambios importantes. El primero y más llamativo es la incorporación de la interfaz de control inteligente que SVS ya utilizaba en sus modelos más top. Luego hablaremos de ella.
En cuanto a conectividad, el SVS PB-1000 Pro cuenta con entradas y salidas RCA (una de ellas el habitual puerto LFE), dos pares de entradas de cable de altavoz y una entrada trigger 3V-12V AC/DC que no es nada habitual en un subwoofer pero que SVS se ha habituado a utilizar en muchos de sus modelos. También tenemos un puerto USB en la parte superior que se utiliza para alimentar el adaptador de audio inalámbrico SVS Soundpath que se vende por separado.
Por último, respecto a su tamaño, quizás a los que estéis acostumbrados a subwoofers de menor nivel o de barras de sonido os parezca una locura leer que el SVS PB-1000 Pro tiene un tamaño compacto, pero es que si lo comparamos con otros subwoofers similares es así. Tiene unas dimensiones de 47.9 x 38 x 50.9 centímetros y un peso de 19.7 kg. Quizás lo que más llame la atención sea su profundidad, pero en realidad es un tamaño que podremos colocar relativamente fácil en un salón.
Un driver más grande y algo más de potencia
Vista la parte estética, hablemos un poco de la parte más técnica. El SVS PB-1000 Pro incorpora un nuevo driver de alta excursión de 12 pulgadas con una precisa configuración del motor de proyección. SVS ha utilizado un motor magnético de ferrita Y35 en dos piezas con excursión Xmax 13.1 mm y Xmech 26.8 mm, así como un cono spider de 6 pulgadas fabricado con un compuesto de algodón y poliéster de extrema excursión lineal.
También encontramos una bobina de voz de 2.8 cm de diámetro con bobinado de cobre de alta pureza de 4 capas, que minimiza la distorsión y la compresión de potencia con un máximo de disipación de calor, linealidad y transmisión magnética para alta excursión.
En lo que respecta a la amplificación, el SVS PB-1000 Pro está equipado con el amplificador 1000 Pro Sledge STA-325D Clase D. Este ofrece una potencia de 325W RMS, con más de 820W de potencia máxima. Por otro lado, utiliza transistores MOSFET de 34A 120V y una fuente de alimentación conmutada de gran eficiencia, 17A 650V MOSFET, que proporciona una menor interferencia electromagnética y la máxima eficiencia.
Además, SVS ha incorporado uno de los procesadores más avanzados que se ha visto en un subwoofer. Se trata de un DSP de audio de dispositivos analógicos (50 MHz) con filtrado de 56 bit alta resolución y doble precisión. Todo lo comentado le permite al SVS PB-1000 Pro ofrecer una respuesta de frecuencia de 17 – 260 Hz (± 3 dB), lo que es bastante increíble para un subwoofer portado de este tamaño.
SVS PB-1000 Pro: Especificaciones técnicas
SVS PB-1000 Pro | Características |
---|---|
Tipo | Subwoofer portado |
Recinto | Bass-reflex frontal |
Driver | 12 pulgadas |
Amplificador | 325W RMS (+820W pico) en Clase D |
Respuesta de frecuencia | 17 a 260 Hz (+/-3dB) estándar 19 a 260 Hz (+/-3dB) hermético |
Conectividad | Entrada/salida estéreo no balanceada Entrada estéreo para altavoces Trigger 3-12V AC/DC USB para adaptador wireless |
Control | Panel de control de función inteligente (IFC) Aplicación SVS |
Dimensiones | 479 x 380 x 509 mm |
Peso | 19.3 kg |
Acabados | Black Ash |
Disponibilidad | Disponible |
Precio | 899 euros |
Control y configuración: la aplicación móvil es la estrella
En la parte trasera del SVS PB-1000 Pro nos encontramos con el nuevo control de función inteligente (IFC), que se maneja mediante un display de 11 LEDs y una serie de botones. Desde aquí podemos controlar el modo de encendido, la fase, el volumen y el filtro de paso bajo. Las luces de la barra LED que hay entre los botones nos sirve como indicador visual del valor que estamos estableciendo en cada apartado.
Este nuevo control es mucho más moderno que los habituales diales físicos que encontramos en la gran mayoría de subwoofers del mercado. Pero, básicamente, ofrece la misma funcionalidad que estos. La característica que sí diferencia al SVS PB-1000 Pro (y otros modelos de SVS) de la competencia es la posibilidad de controlar los parámetros del subwoofer desde una aplicación para móviles. El IFC no solo está compuesta de una barra LED y varios botones, esconde en su interior una conexión Bluetooth que nos permitirá comunicar nuestro móvil con el subwoofer.
Aunque es cierto que, generalmente, los valores de un subwoofer no se suelen tocar una vez configurados, si sois de los usuarios a los que les gusta hacer pruebas este sistema os encantará. Primero porque podremos colocar el subwoofer en la posición final y no hacer malabarismos para conseguir llegar al panel de control. Y segundo porque la aplicación nos proporciona un control mucho más exhaustivo que el que nos puede proporcionar cualquier control físico.
Una vez la aplicación se conecte al subwoofer, algo que es tremendamente sencillo, podremos acceder a una gran cantidad de funciones. Desde la app podemos controlar el volumen, el filtro de paso bajo, la fase, la polaridad, el ecualizador paramétrico o los ajustes preestablecidos, entre otras cosas. Con la aplicación también podemos guardar ajustes preestablecidos personalizados para ajustar la configuración del subwoofer a diferentes situaciones con solo tocar un botón.
También en la aplicación podremos elegir un modo de ajuste para modo estándar o sellado, además de contar con un ecualizador paramétrico de 3 bandas que permite ajustes precisos para personalizar el rendimiento del sub y conseguir eliminar los problemas que pueda tener nuestra sala. En definitiva, una aplicación muy completa que seguro gustará a los aficionados más «inquietos» y que ahora podemos disfrutar también en los modelos más económicos de SVS.
No escuches, solo siente
Si habéis buscado información sobre subwoofers antes de comprar el vuestro es muy probable que hayáis leído que, por norma general, los subwoofers sellados son mejores para música y los bass reflex mejores para cine. Esto se debe a que un diseño sellado es capaz de proporcionar un control más preciso y estricto de los graves, mientras que un diseño con puertos ofrece graves más profundos y contundentes (que suele ser lo que se busca en cine). Sin embargo, esto no significa que no podamos utilizar un subwoofer sellado para películas y un subwoofer bass reflex para música.
Para probar el SVS PB-1000 Pro he utilizado tanto películas como música, aunque debo reconocer que he pasado más horas con la parte de cine. El subwoofer ha sido probado conectado al receptor Anthem MRX 740 y acompañado por las Wharfedale Evo4.4 como altavoces principales. Los altavoces no afectan en nada, pero el sistema de calibración ARC Genesis del Anthem sí puede influir.
Empecé las pruebas con algunas películas que siempre utilizo para probar altavoces, aunque esta vez me centré más en las escenas que destacan por su apartado LFE. Hace poco os contamos qué escenas utilizar para probar a fondo vuestro subwoofer, así que podéis empezar por ahí. Una de mis primeras pruebas fue la escena de apertura de Invencible (Unbroken) y solo con esta escena pude comprobar que el PB-1000 Pro había nacido para este tipo de acción. Los motores de los aviones tenían el peso necesario que requería la escena, pero fueron los cañonazos los que sentí en el pecho y sacudieron la zona de escucha.
El SVS PB-1000 Pro ofrece un sonido potente pero muy controlado. Baja mucho para su tamaño y eso hace que sea capaz de manejar con soltura las frecuencias más bajas, como las que encontramos en la apertura de la película Al filo del mañana. Nada más comenzar esta película tenemos una breve secuencia que es «criminal» para los subwoofers, en la que si quitamos la rejilla frontal podremos ver y sentir el movimiento del driver y el aire que sale de los puertos. El PB-1000 Pro pudo con ella sin problemas, incluso a unos niveles de volumen que solo podríamos aguantar unos segundos.
Un buen subwoofer no solo debe ser capaz de producir graves ruidosos, también debe producir unos graves claros y definidos. El PB-1000 Pro hace un trabajo espectacular con graves pesados, pero también con los graves más sutiles que utilizan algunas películas. En ningún momento lo he notado falto de potencia, ni siquiera con contenido extremadamente exigente. También es cierto que mi sala de pruebas no es muy grande, pero creo que tiene la suficiente fuerza para brillar en cualquier comedor de tamaño medio en España. Solo las salas o salones de gran tamaño podrían requerir algo más de potencia de salida.
Tras las pruebas en cine (aunque no he podido tenerlo durante muchos días he probado muchas más películas de las comentadas, por supuesto) llegaron las pruebas de música. Para ello utilicé una configuración 2.1 en el receptor Anthem. Como este receptor no cuenta con Tidal Connect, el servicio de streaming que suelo utilizar cuando los equipos son compatibles con MQA, opté por usar una pequeña colección de archivos Flac que tengo en mi NAS, obteniendo así la máxima calidad posible.
Lo cierto es que el SVS PB-1000 Pro funciona de maravilla también con música. Ofrece más peso en las frecuencias bajas más profundas y enérgicas que su hermano sellado (del que tendréis análisis muy pronto en AVPasion), aunque en algunos momentos había una ligera pérdida de definición y precisión. Ojo, esto lo detecté solo en momentos muy puntuales, con un contenido muy concreto y buscándole las cosquillas; así que lo más probable es que la gran mayoría de usuarios no lleguen a detectarlo nunca.
Aún así, como comentaba, el SVS PB-1000 Pro ofrece un rendimiento sorprendente en música. Está muy cerca de lo que ofrece el SB-1000 Pro, teóricamente diseñado para lucirse en este apartado al ser sellado. Las diferencias son tan sutiles que si quieres un subwoofer para usarlo tanto en cine como en música creo que tu elección debería ser el PB-1000 Pro.
SVS PB-1000 Pro: conclusiones y precio
Hay que reconocerlo, SVS ha hecho un gran trabajo con la nueva serie 1000 Pro que, recordemos, es su serie de entrada. El PB-1000 Pro ofrece un nuevo diseño muy elegante, con un panel posterior que queda bastante bonito y un acabado que se ve robusto. Por otro lado, la opción de control a través del móvil es una auténtica maravilla, ya que nos permite cambiar los parámetros desde la posición de escucha y así comprobar el efecto que tienen esos cambios de manera inmediata.
La verdad es que es muy difícil encontrar algo que criticar de este modelo. Si buscas un subwoofer de tamaño comedido (algunos parecen casi lavadoras) pero que ofrezca la potencia necesaria para hacerte sentir las películas, no te equivocarás con el SVS PB-1000 Pro. Además, su rendimiento en música hace que, si solo podemos tener un subwoofer, este sea una gran elección.
Como puntos negativos solo puedo decir un par de cosas. La primera, es posible que si tienes un salón muy grande o muy abierto se quede un poco corto de potencia, teniendo que recurrir a un modelo superior. Y la segunda es que es una pena que en el «viaje» de Estados Unidos a Europa el precio cambie tanto. En Estados Unidos este modelo se vende por 599 dólares, mientras que en España podemos encontrar el SVS PB-1000 Pro por 899 euros. Si con su precio oficial en España es una magnífica opción a pesar de tener que pelear con otros modelos muy interesantes, si costara en Europa 600 euros sería prácticamente imbatible.