Hace solo unos días publicamos el análisis del SVS PB-1000 Pro, el modelo de entrada a la extensa gama de subwoofers portados del fabricante norteamericano. Este modelo, al igual que el resto de la gama, tiene un hermano sellado, el SVS SB-1000 Pro, que también hemos tenido ocasión de probar. Un modelo mucho más compacto que su hermano portado, lo cual lo hace ideal para espacios más pequeños o para usuarios a los que no les guste tener un subwoofer de gran tamaño en medio del salón.
El SVS SB-1000 Pro llega para sustituir al SVS SB-1000, añadiendo importantes mejoras y manteniendo el precio (al menos el precio de lanzamiento, actualmente el SB-1000 original se puede encontrar rebajado). Entre las mejoras destacan un ligero aumento de potencia y la incorporación del sistema de control a través de una aplicación para móviles. Un subwoofer sellado sí, pero capaz de bajar hasta los 20 Hz y que ofrece un rendimiento que sorprende tras ver su tamaño.
He tenido ocasión de pasar un par de semanas con el SVS SB-1000 Pro y en este análisis os cuento qué ofrece, cómo rinde y qué me ha parecido. Pero primero dar las gracias a Supersonido, distribuidor oficial de SVS Sound en España, por la cesión del producto para su análisis en AVPasion. Y ahora sí, echemos un vistazo a todo lo que ofrece este pequeño pero matón subwoofer de SVS.
Un subwoofer compacto, atractivo y bien construido
El distribuidor me mandó los dos subwoofers a la vez, pero decidí probar primero el PB-1000 Pro. Así que cuando guardé el PB-1000 Pro y saqué de la caja el SVS SB-1000 Pro lo primero que pensé fue «madre mía que diferencia de tamaño y peso». Y es que, para tener un driver de 12 pulgadas, el SB-1000 Pro es un subwoofer sorprendentemente compacto. Tiene unas medidas de 342 x 330 x 375 mm, es decir, es prácticamente un cubo. También es relativamente ligero en comparación con otros subwoofers de 12 pulgadas, con un peso de solo 11.9 kg.
SVS ha conseguido meter un driver de 12 pulgadas en una caja de 13 pulgadas, lo cual es realmente alucinante. Una caja con bordes laterales curvos, que acentúan su apariencia y lo hacen menos aburrido que una simple caja cuadrada. El recinto es sólido y robusto, con una muy buena calidad de construcción. Está disponible en tres acabados: fresno negro, negro lacado y blanco lacado.
Todos ellos cuentan con una rejilla frontal fabricada en plástico y tela ABS extra gruesa no resonante. Esta cubre toda la parte frontal y se «engancha» con el subwoofer mediante unos orificios situados en las esquinas del mismo que mantienen la rejilla estable incluso si recibe algún golpe o roce. Por último, cuenta con el logotipo de SVS visible en el centro de la parte inferior.
En la parte delantera solo tenemos el gran altavoz de 12 pulgadas. En la parte trasera, sin embargo, es donde encontramos novedades importantes, ya que el SVS SB-1000 Pro incorpora la interfaz de control inteligente que SVS ya utilizaba en sus modelos más top. Se trata de un nuevo panel de control que se maneja mediante un display de 11 LEDs y una serie de botones. Desde aquí podemos controlar el modo de encendido, la fase, el volumen y el filtro de paso bajo. Las luces de la barra LED que hay entre los botones nos sirve como indicador visual del valor que estamos estableciendo en cada apartado.
En cuanto a conectividad, el SVS SB-1000 Pro cuenta con entradas y salidas RCA (una de ellas el habitual puerto LFE), dos pares de entradas de cable de altavoz y una entrada trigger 3V-12V AC/DC que no es nada habitual en un subwoofer pero que SVS se ha habituado a utilizar en muchos de sus modelos. También tenemos un puerto USB en la parte superior que se utiliza para alimentar el adaptador de audio inalámbrico SVS Soundpath que se vende por separado.
Este nuevo control no solo consiste en un panel luminoso en la parte trasera del dispositivo, también alberga una conexión Bluetooth. ¿Para qué? Para poder conectar el subwoofer al móvil y, mediante una aplicación específica de SVS, poder configurar cómodamente los parámetros del subwoofer desde nuestro sofá. Puede que no sea algo que estés tocando todos los días, pero si eres del tipo de usuario al que le gusta hacer pruebas amarás esta característica.
La aplicación detecta el subwoofer de forma instantánea y ofrece una gran cantidad de funciones. Desde la app podemos controlar el volumen, el filtro de paso bajo, la fase, la polaridad, el ecualizador paramétrico o los ajustes preestablecidos, entre otras cosas. Con la aplicación también podemos guardar ajustes preestablecidos personalizados para ajustar la configuración del subwoofer a diferentes situaciones con solo tocar un botón. También en la aplicación tenemos un ecualizador paramétrico de 3 bandas que permite ajustes precisos para personalizar el rendimiento del sub.
No solo ha mejorado en la potencia ofrecida
El SVS SB-1000 Pro incorpora un nuevo driver de 12 pulgadas con una precisa configuración del motor de proyección. Cuenta con una excursión Xmax 13.3 mm y Xmech 26.9 mm, con una bobina de voz de 2.8 cm de diámetro con bobinado de cobre de alta pureza de 6 capas. El dispositivo está equipado con un motor magnético de ferrita Y30 en dos piezas y un cono spider de 6 pulgadas de extrema excursión lineal, fabricado con un compuesto de algodón y poliéster.
Todo esto está alimentado por un amplificador Sledge STA-325D Clase D con una potencia nominal de 325W RMS, con picos de hasta 820W. Utiliza transistores MOSFET para generar su potencia y también cuenta con un DSP de audio de dispositivos analógicos de 50 MHz con filtrado de 56 bit alta resolución y doble precisión.
Aunque no es el subwoofer más profundo de SVS, el SB-1000 Pro consigue bajar hasta los 20 Hz. Es un dato muy bueno para ser un subwoofer sellado, pero se queda lejos de los 17 Hz del PB-1000 Pro y muy lejos de los 13 Hz que consigue el gigantesco PB16-Ultra. Sin embargo, este pequeño sub es muy probable que sea lo suficientemente profundo para la mayoría de usuarios, especialmente para el tipo de salas para las que ha sido diseñado.
SVS SB-1000 Pro: Especificaciones técnicas
SVS SB-1000 Pro | Características |
---|---|
Tipo | Subwoofer sellado |
Recinto | Sellado con esquinas redondeadas |
Driver | 12 pulgadas |
Amplificador | 325W RMS (+820W pico) en Clase D |
Respuesta de frecuencia | 20-270 Hz +/- 3 dB |
Conectividad | Entrada/salida estéreo no balanceada Entrada estéreo para altavoces Trigger 3-12V AC/DC USB para adaptador wireless |
Control | Panel de control de función inteligente (IFC) Aplicación SVS |
Dimensiones | 342 x 330 x 375 mm |
Peso | 11.9 kg |
Acabados | Black Ash, Negro lacado, Blanco lacado |
Disponibilidad | Disponible |
Precio | 699 euros el acabado Black Ash 799 euros los dos acabados lacados |
Este pequeño subwoofer ofrece mucho más de lo que parece
Al SVS SB-1000 Pro le viene perfecta la típica frase «pequeño pero matón». Estamos ante un subwoofer que, tal y como indica su naturaleza sellada, ofrece un rendimiento ajustado, controlado y sensible sí. Pero también nos encontramos ante un sub potente y profundo, algo menos habitual en este tipo de recintos. Lo más sorprendente de este dispositivo es su impresionante presencia en el rango de frecuencias de graves profundos, siempre teniendo en cuenta su tamaño.
Una potencia de 325W puede que haga que el SVS SB-1000 Pro se quede algo corto para salones grandes (a partir de 30-35 m2 aproximadamente), pero pasa habitaciones o salones más pequeños es ideal. En todo momento ofrece un sonido limpio, claro y controlado. Ofrece potencia pero sin sacrificar en detalle, haciendo temblar nuestra caja torácica cuando es necesario. También impresiona la falta de distorsión a grandes volúmenes, solo aptos para realizar pruebas durante unos segundos (a no ser que vivas en una casa aislada en medio del campo).
Siempre se ha dicho que los subwoofers sellados son más para música, pero como soy más cinéfilo que audiófilo (gustándome mucho la música también) empecé las pruebas con las escenas para probar subwoofers que utilizo habitualmente. Desde la escena inicial de Al filo del mañana hasta la carrera de Ready Player One, pasando por la «danza de los tambores» de La casa de las dagas voladoras o la escena de los bombarderos de Invencible, en todas ellas el SVS SB-1000 Pro estuvo a la altura y ofreció un sonido profundo sin distorsionar o descontrolarse.
Debo reconocer que el PB-1000 Pro que probé solo unos días antes tenía algo más de presencia en las escenas más complicadas. Digamos que llegaba a profundizar un poco más, dada su naturaleza portada. Pero también es cierto que el SVS SB-1000 Pro es más rápido y ágil, así que en cierta medida se compensan unas características con otras.
Pasando a la música, como imaginaréis, el resultado también fue excelente. En general, el SVS SB-1000 Pro es más que capaz de producir graves de calidad para todo tipo de piezas musicales. Es más rápido definido y preciso que su hermano portado, pero tiene algo menos de peso en las frecuencias bajas más profundas. Aún así, incluso con géneros tan complicados como el Heavy Metal que cuenta con bajos a menudo fangosos y poco claros, el SB-1000 Pro consigue darle sentido a todo.
Conclusiones y precio
El SVS SB-1000 Pro es un subwoofer que ofrece un rendimiento impresionante en un tamaño realmente compacto, lo que permite una instalación relativamente flexible. Está diseñado y construido de forma sólida, cuenta con un controlador de 12 pulgadas rediseñado y una amplificación mejorada. Además este nuevo modelo incluye la posibilidad de controlar los ajustes mediante la aplicación, una características que ofrece un gran valor añadido al conjunto. Todo ello con un rendimiento preciso y controlado, combinado con una sorprendente profundidad para sus dimensiones.
No es nada fácil sacar puntos negativos a un dispositivo como el SB-1000 Pro. Puede que para salones de mayor tamaño se quede un poco corto de potencia, pero es que el fabricante cubre esa necesidad con otros modelos superiores, así que no sería un punto débil. Quizás su mayor «problema» sea su precio, ya que «el cambio a euros» no le beneficia en absoluto, metiéndose en un rango de precios en el que tenemos muchos contendientes.
El SVS SB-1000 Pro está a la venta con dos precios diferentes. El acabado Black Ash tiene un precio de 699 euros, mientras que los acabados lacados (blanco y negro) suben un poco más y se sitúan con un precio de 799 euros. Un precio alto si lo comparamos con los 550 dólares que cuesta este modelo en Estados Unidos, lo que hace que se iguale con dispositivos como, por ejemplo, el XTZ SUB 12.17 EDGE.