Empezamos con la «temporada» de análisis en AVPasión y empezamos a lo grande (y nunca mejor dicho): hoy os traemos una review muy especial, la de la gigante (y matagigantes) Xiaomi Mi TV Q1, una esperadísima Smart TV que quita el hipo por dos motivos: su enorme relación calidad-precio (precio especial de lanzamiento de solo 999€) en un televisor de 75 pulgadas y por ser un modelo tecnológicamente muy avanzado: panel QLED, «hasta 1000 nits» de brillo (realmente más bien 700), soporte completo de HDR, HDR10+, HLG y Dolby Vision y tecnología Full Array de nada más y nada menos 192 zonas. ¿nos acompañas?
El año 2021 ya os anunciábamos en el CES que iba a ser de lo más interesante en nuestro mundillo del Smart TV, no solo por las novedades en brillo y procesamiento de imagen de las nuevas topes de gama de los modelos OLED y QLED, si no porque algo se ha movido también en la gama media y media-alta. Xiaomi anunciaba hace escasos meses la llegada de un modelo completamente rompedor: Un televisor FALD con 192 zonas por debajo del umbral de los 1000 euros. Tened en mente semejante precio a la hora de evaluar los diversos aspectos tanto positivos como negativos del panel, ya que no se le puede pedir lo mismo a un televisor de 3500 euros que a uno de 999. Antes de empezar con la review, os recordamos que podéis profundizar en tipos de paneles, tecnologías y demás en nuestro artículo detallado:
OLED vs LED vs MicroLED: ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene cada una?
De momento Xiaomi no se ha pronunciado sobre si habrá disponibilidad de más diagonales, pero a día de hoy (31 de marzo de 2021) solo se encuentra disponible en un tamaño: 75 pulgadas.
Xiaomi MI TV Q1: especificaciones técnicas
Xiaomi Mi TV Q1 | Características |
---|---|
Panel | LCD LED (QLED, Panel 2021) |
Diagonal | 75 pulgadas |
Resolución | 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) |
Alto rango dinámico | HDR10, HLG, HDR10+ y Dolby Vision |
Montaje | Fijo o en pared (VESA 300 x 400) |
Medidas | 168 x 369 x 103 cm (con el pie) |
Peso | 33,4 Kg (con pie) |
Conectividad (Vídeo) | 2 x HDMI 2.0 2 x USB 2.0 1 x Ethernet 100 Mbps 1 x DVB-T 1 x Jack 3.5 mm 1 x HDMI 2.1 (solo eARC, 18 Gbps) |
Conectividad (Audio) | 1 x Salida Óptica 1 x HDMI eARC (puerto 2) |
Sonido | 2 woofers de 30W (2 x 15W) 2 x Tweeter, 4 x Woofer Dolby Digital y DTS-HD |
Compatibilidad/Estándares | ARC/eARC Sintonizador DVB-T2 WiFi (AC) Bluetooth 5.0 Chromecast y Miracast integrados |
Capacidad de reproducción | MPEG4 HEVC VP9 Perfil 2 |
Sistema Operativo | Android TV 10 |
Control | Mando a distancia IR App |
Diseño
El diseño de esta Xiaomi Mi TV Q1 está bastante bien trabajado. En la parte delantera encontramos un diseño con un pie de plástico -aunque de muy buena calidad– que imita aluminio cepillado, aunque alberga dos problemas: el primero que es demasiado ancho, requiriendo así de una mesa bastante más larga que con otros modelos de Smart TV. Y el segundo y más importante, que al ser tan grande y estar centrado, nos impide colocar una barra de sonido debajo de la misma, teniendo que ingeniárnoslas para subir el televisor o colgarlo (o colgar la barra de sonido).
Lo que si nos ha llamado la atención para bien es el diseño tan cuidado de los biseles y los marcos, siendo más propios de una gama alta (absolutamente mínimos y con una terminación mezcla de aluminio y plástico de alta calidad, cromados). Por la parte trasera nos encontramos con un panel sobrio (nada de florituras, simplemente la tapa trasera en plástico y las conexiones) y también se percibe una ligera inclinación y grosor del panel (fruto de ser tecnología LED Full Array); las inclinaciones supuestamente ayudan a combatir las reflexiones, aunque luego veremos que éste es uno de los puntos más flojos de la Mi TV Q1. En cuanto al diseño acústico del televisor, éste consta de un sistema estéreo (aunque compuesto por dos woofers y dos tweeters) de 15w sin ningún tipo de ayuda extra, que más adelante veremos en su sección qué tal rinde.
Como en todos los televisores de hoy día, el contenidodel paquete y el montaje del mismo no suponen ningún problema aunque en este caso si un extra: el televisor es enorme y pesa nada más y nada menos que 34 kilos. Dentro de la enorme caja de cartón, tenemos una guía (bastante inútil y que le faltan muchísimas opciones, además de mal traducida), certificado CE, pilas, varios tornillos y la peana para montarla. Su montaje no entraña ninguna dificultad, aunque os aconsejamos que lo hagáis entre dos personas y tumbéis el panel sobre la cama o sofá para tornillar cómodamente la peana, ya que con el peso que tiene podríais romperla si intentáis montarla solo con una persona.
Como bien sabéis, este televisor es un Smart TV LCD LED FALD, lo que significa que el grosor del panel aumenta considerablemente. ¿Por qué? básicamente porque los leds se colocan detrás del panel (y no a los lados como en otros sistemas de iluminación) en una serie de «placas» o «zonas» que pueden encenderse y apagarse de forma independiente…y en este caso son bastantes, nada más y nada menos que 192. Todo eso, lógicamente, ocupa espacio. A ello hay que sumarle toda la electrónica, placa base, conectores, etc., que en otras marcas como Samsung albergan en un dispositivo externo (One Connect). Si lo sumamos, es lógico que el panel no sea tan fino como en otras soluciones…pero ganaremos en calidad de imagen.
En cuanto al sonido, que normalmente hacemos un apartado propio, lo vamos a tratar en esta pequeña introducción. Como os comentábamos, este modelo cuenta con un sistema estéreo (aunque compuesto por dos woofers y dos tweeters) de 15w pero nada más. ¿Qué quiere decir eso? que no tiene ninguna tecnología extra de procesamiento de sonido, ni tampoco «mejora» el posicionamiento de los objetos o cuenta con soporte Dolby Atmos (upfiring). El sonido es bastante regular, siendo normal en un televisor que no llega a los 1000 euros, con el típico sonido a «lata» de los altavoces integrados del televisor. Podemos intentar mejorarlo a partir de 3-4 opciones que encontramos en la TV (modo Diálogo, Película, Estándar, etc.), pero como dice el refrán…de donde no hay no se puede sacar. Por lo tanto, os recomendaríamos si o si que os hagáis con una barra de sonido dedicada si queréis tener algo parecido a una buena sensación al ver películas.
Pasando a la conectividad, por fin encontramos en una gama media-media/alta un puerto HDMI 2.1 (cuidado aquí que el HDMI 2.1 de Xiaomi no es 2.1, es un HDMI 2.0 con eARC simplemente). Con la llegada de éste, obtendremos un montón de funcionalidades nuevas para los más jugadores tales como ALLM (cambio a Modo Juego de forma automática), 4K@120 Hz, croma 444 completo y a 10 bits, soporte para VRR HDMI y también soporte completo para eARC (con el que podremos enviar audios HD desde reproductores externos usando el televisor como «puente» haciendo passtrough a una barra o amplificador que soporte audios HD). ¿Lo malo? que a fecha de hoy no funciona. No podemos sacar nada más allá de 4K@60 Hz, no pudiendo activarse los 120 Hz -probado con una PS5- de ninguna manera.
El resto de conexiones, como explicábamos al inicio en el cajón de especificaciones, son bastante espartanas: 3 conectores HDMI en total: dos de ellos son HDMI 2.0 (18 Gbps) y el otro es el puerto HDMI 2.1 (-según la propia TV soporta eARC y 4K@60 Hz), conector óptico, jack para auriculares, la toma de antenta de TDT (DVB-T2), la toma de red (megabit, eso si, es decir 10/100) y dos puertos USB 2.0. Nada más y nada menos. Como decíamos, sobrio aunque suficiente y muy ajustado al precio de 999 euros.
Como solemos hacer con todas nuestros análisis, nos pusimos a calificar el cable managment y…leches, ¡no tiene! no tiene ni una simple abrazadera o sistema de sujeción o de «guía» da cables, algo que también es normal teniendo en cuenta la diagonal y especialmente el precio del televisor, así que si no sois mínimamente organizados veréis una «maraña» de cables colgando. ¿La suerte? que al menos Xiaomi ha pensado en los que solemos colgar nuestros televisores (el soporte debe ser VESA 300 x 400, por cierto) y todos los conectores están en un lateral, apuntando hacia el lado o hacia abajo y no hacia atrás, lo que evita que tengamos que dejar una separación a la hora de colgarla.
Android TV 10 y PatchWall, extraña simbioisis
Este fue uno de los apartados que más me sorprendieron al probar el televisor: la fluidez. Esperaba una respuesta del sistema más típica de los gama baja y media (lentitud, retraso al moverse por los menús, etc.), algo que aquí no ocurre. El sistema funciona y corre a la perfección (con algunas excepciones de crasheos en algunas apps como Mitele y Netflix, suponemos que aún tiene que pulir el firmware Xiaomi), aunque tiene una extraña dualidad. Por un lado encontramos Android TV 10 oficial, el que todos conocemos y que los demás fabricantes no hacen más que abrirse a él cada vez más, pero por otro lado encontramos…PatchWall. Una especie de «launcher» de Xiaomi al que accederemos pulsando en la app -también podremos elegir cual de los dos queremos que se lance al encender el televisor-, extraño cuanto menos.
En cuanto a hardware interno, nuevamente nos sorprende encontrar aquí un hardware casi de gama alta en cuanto al SoC (System On Chip, es decir, el procesador y gráfica del televisor) que monta. Encontramos el MediaTek MT9611 (CPU de cuatro núcleos y 64 bits a 1,5 GHz y una GPU Mali G52 MP2 (dos núcleos gráficos), y le acompañan 2 GB de RAM y de 32 GB de capacidad de almacenamiento. Como decimos, nada nada mal en cuanto a especificaciones brutas…ya veremos como se traslada eso a la calidad de imagen y procesado de la misma, que es quizá otro de los puntos más flojos del televisor.
En cuanto al uso general del sistema, como os comentábamos, la fluidez es absoluta. No se ha reiniciado, colgado o apagado pero lamentablemente si se nos has bloqueado y congelado al usar apps -no en el menú principal- especialmente cuando le demandamos contenido en 4K HDR y/o Dolby Vision. Tal es el caso de Netflix o Youtube, llegando a tener que esperar 10 segundos para que el televisor respondiera. Dado el SoC que monta, gráfica y la memoria RAM, creemos que es posible que sea debido a que el firmware de Xiaomi todavía está algo verde…habrá que esperar a ver si se animan a solucionarlo en futuras actualizaciones por firmware.
Lo que si hemos encontrado muy lioso es el sistema de imagen, parámetros y opciones, ya que no hay que hacer demasiados «clicks» para llegar hasta los parámetros; además que aún así muchas de las opciones solo aparecen entrando directamente desde el icono del apartado de imagen (como el botón «SET» del mando a distancia, que nos abre a su vez un nuevo submenú al cual solo y únicamente podemos acceder desde dicho botón y estando en la entrada HDMI correspondiente…y es clave para activar el UHD Deep Color y el HDR); lo he encontrado algo confuso respecto a otros sistemas. El mando a distancia tan caótico y el «doble» sistema de Android TV y PatchWall a la vez, no ayuda en nada precisamente.
Llegando al apartado de apps, como os decíamos, al ser Android TV no tendremos ningún problema con ninguna de ellas, ya que podremos instalar cualquier tipo de app que nos imaginemos: desde la reciente Disney+, la nueva app de HBO Max (aún no disponible), Vodafone TV, Spotify, M+, Orange TV, Netflix, Amazon Prime y un larguísimo etétera. Además todas ellas cuentan con soporte HDR/HDR10+/Dolby Vision (si el servicio lo soporta, caso de Disney+, Netflix o Amazon Prime) y Dolby Atmos (vía ARC a un amplificador o barra) y continúa ofreciendo soporte HDR a apps como Youtube Además, el acceso a reproducción de archivos por USB o por red (NAS/DAS) sigue mejorando y cada vez es más estable -aunque limitados a los 100 Mbits de la tarjeta de red integrada, algo que se repite en todos los fabricantes-, de ahí nuestra recomendación de que uséis el Wifi en este modelo) y como curiosidad, la Mi Q1 soporta sin problemas el codec DTS (tanto passtrough como decodificación por HDMI) aunque lógicamente no sus variantes HD, siendo así casi la única excepción con respecto al resto de marcas que ya han eliminado el soporte. Como curiosidad, al reproductor interno le pasa algo similar a lo del resto del sistema: es muy rápido…pero alguna que otra vez se ha quedado atascado reproduciendo material por USB.
Android TV, el sistema estrella del mercado
Antes os comentábamos que lejos han quedado ya los tiempos donde Android TV iba lento, era tosco y se colgaba. Aunque en la MI TV Q1 se cumple esta excepción con algunas apps y cierto contenido (HDR, Dolby Vision, en Netflix y Youtube…no sabemos si porque el SoC ya está saturado o porque el firmware está verde). Los canales de la TDT y el zapping son vistosos (aunque no tienen logos), con toda la información posible, botón dedicado de grabación, timeshift (siempre y cuando contemos con un disco duro externo), soporta HBBtv, etc. El problema radica en que el zapping no es tan rápido como otras soluciones que hemos visto, tardando hasta 4-5 segundos en cambiar de canal.
En cuanto a funciones de IoT y domótica, Xiaomi nos presenta unas posibilidades enormes. Gracias a Android TV 10 las posibilidades del sistema en términos de domótica y control del hogar son enormes, ofreciendo soporte completo para Chromecast (el protocolo de transmisión inalámbrica de Google, algo lógico teniendo en cuenta que estamos hablando de un Smart TV con Android TV) y Miracast, aunque como hemos comentado más de una vez, presenta varios problemas (no solo en la Q1, si no en todos los televisores y dispositivos) como explicamos en nuestro canal de Youtube, ya que la emisión del contenido suele ser de baja calidad al perder información en ésta, por no hablar del horrible efecto judder al no poder cambiar de Hz al contenido grabado en el propio material.
Aparte de Chromecast y Mircast, la Q1 cuenta con soporte total para Google Assistant. En el caso de Google, al ser el fabricante también de Android TV, nos permitirá hacer muchas más cosas de serie: encenderla con la voz, mandarle vídeos o que nos ponga un canal de Youtube (al contrario que ocurre con LG o Panasonic, cuyo soporte es parcial). Todo de forma fácil y sencilla con nuestro mando a distancia (que por otra parte, es otra de las peores cosas de este televisor, como veréis más adelante).
Al contrario que en otras marcas, la Xiaomi Q1 no ofrece soporte para Airplay 2 y Homekit de Apple, siendo casi la única excepción dentro de los protocolos que soporta. De nuevo una ausencia justificada por el precio que tiene el televisor, no teniendo que pagar, así, licencias a Apple para su implementación.
Mando a distancia: cojo y lioso a partes iguales
Es sin duda y junto a los crasheos de algunas apps, el pobre ángulo de visión y el escalado, lo peor del televisor. Xiaomi nos presenta un mando bastante escueto en opciones y de una calidad muy muy justa (al contrario que la TV), que recuerda al del Xiaomi Mi Box S. Construido enteramente en plástico, nada más sostenerlo en la mano se nota la falta de calidad y el «caos» que veremos más adelante en cuanto a la organización de botones. Cuenta con botones de acceso directo a apps Bajo demanda como Netflix oAmazon Prime, además de a la app de Mi. De una forma muy cómoda podemos acceder a esas apps desde el mando, aunque la verdad es podrían ser personalizables.
Aparte de los botones de acceso directo, encontramos los típicos de encendido y apagado, un curioso botón de audio (que no es el de subir y bajar volumen), un botón de acceso directo a los canales de TV, otro al de las entradas de HDMI…y el famoso botón SET. Un botón CLAVE en todos los aspectos del televisor, ya que es desde el único sitio que podremos acceder al submenú del «tipo» de HDMI a seleccionar (HDMI 1.4, HDMI 2.0 o HDMI 2.1, aunque permite activarlo en todos los HDMI). Ese «HDMI 2.1» realmente corresponde con el UHD Deep Color, así que tendremos que activarlo en todas las entradas HDMI si queremos ver contenido HDR y Dolby Vision.
Antes os hablábamos de Google Assistant, con un botón dedicado en el centro del mando a distancia. Por desgracia, aunque el micrófono esté integrado en el mando a distancia (para Google Assistant), no funcionará para ecualizar el sonido integrado, una funcionalidad que si integran ya el resto de fabricantes con Android TV y quue mejora bastante el sonido que viene por defecto configurado en el televisor. Como os decíamos, mejor optad por una barra o equipo dedicado.
Calidad de imagen: calidad de gama alta a precio de gama baja
Llegamos por fin al punto dulce de la review: la calidad de imagen. ¿qué tal en nits? ¿y el color? ¿impacta en HDR? Vamos por partes. La Xiaomi Q1, como todos los televisores que no sean OLED, monta un panel LCD y en este caso VA. Los paneles VA son tradicionalmente mejores en términos de contraste. Además de eso, el panel es FALD -o Full Array Local Dimming-, una tecnología de iluminación de píxeles por zonas. Es decir, cada conjunto de píxeles se enciende y apagara de forma autónoma en función de las necesidades, imitando así al funcionamiento de la tecnología OLED y consiguiendo unos negros perfectos (y contraste) cuando una zona de apaga.
¿El problema? que un televisor 4K cuenta con más de 8 millones 300 mil píxeles y la Q1 solo cuenta con 192 zonas, dándonos un ratio de 1 zona para cada 43000 píxeles. Aún así, tiene un ratio de casi el doble que por ejemplo una Samsung Q95T. Lógicamente, en escenas complicadas veremos algo de blooming o perderemos algo de detalle en sombra/negros, aunque lo cierto es que el algoritmo que maneja las zonas es mejor del que esperábamos, mostrando detalle en sombra a la vez que mantiene un nivel de negro puro. Algo así como una mezcla entre el sistema de Sony y el de Samsung. En cualquier caso, es infinitamente mejor un sistema Full Array que uno Edge Led (una única tira de leds en uno de los bordes del televisor, que se encarga de encender o apagar toda la TV a la vez).
El sistema FALD además, es caro de fabricar y también de gestionar, necesitando siempre un equilibrio entre nivel de negro y detalle en las sombras, ya que muchísimas imágenes no son oscuras al 100% si no que están en penumbra, por lo que la zona no puede apagarse completamente y tiene que iluminarse -tenuemente-. Encontramos, como decíamos, que Xiaomi en este aspecto ha decidido optar por un sistema «híbrido», es decir, no veremos tanto detalle en sombra como en las TV FALD de Sony ni negros tan tan profundos en escenas complicadas como en las Samsung, pero se queda con lo mejor de ambos mundos -aunque no consigue ser tan bueno como el de estas marcas, algo lógico viendo el precio del televisor-.
Un algoritmo bastante interesante junto con 192 zonas hacen que el contraste y el «punch» en HDR sean bastante buenos. Y ahí está el problema: en HDR, al tener que subir mucho el brillo de las zonas (llegando a picos de 676 nits en modo calibrado) hace que el nivel de negro se resienta y podamos apreciar blooming en escenas complicadas (tened en cuenta que la cámara siempre exagera mucho más el defecto de como se ve en la realidad), cosa que no ocurre en SDR:
Por otra parte, la MI TV Q1 no cuenta con ningún filtro óptico ni capa adicional para mejorar los pobres ángulos de visión de los paneles VA, como si tienen otros fabricantes. Eso se traduce que, si nos salimos del ángulo de visión del televisor -algo relativamente fácil dado su enorme tamaño- comenzaremos a lavar el nivel de negro o los colores, además de comenzar a apreciar blooming de manera notable. Por otro lado, el filtro antirreflejos es de los más básicos que hemos podido analizar (a mucha distancia de Sony y a años luz de Samsung), siendo un problema los reflejos directos en el panel, lo que dificulta su uso en entornos muy iluminados cuando hay escenas en negro:
En cuanto al pico de nits en HDR, la Xiaomi MI TV Q1 ronda los 660 nits en modo Película (10% de ventana)…y al 100% nos llega a deslumbrar con unos 430 nits, lo que nos indica que tiene muy poco ABL. Aún así, es quizá otro de los puntos flojos del televisor, quedándose muy lejos de los 1700 nits de la Samsung Q95T por ejemplo o de los 1300 de la Sony XH95. Aún así, si la comparamos con la competencia directa (XH90) ahí si más o menos ronda los valores de brillo de ésta, incluso superándola en algunos tamaños de ventana.
Gestionar esa cantidad de brillo con tan solo 192 zonas es muy loable, no habiendo encontrado exceso de blooming de forma generalizada (solo en escenas muy complicadas (siempre y cuando lo veamos de frente y en SDR, ya que en HDR y habitación oscura si podemos ver blooming en escenas de cielos estrellados, etc.), aunque de nuevo teniendo en cuenta que el precio de salida fue de 999 euros, no hay ninguna competencia posible, estando muy por encima de la XH90 (32 zonas). La Xiaomi Q1 compensa ese «poco» brillo en HDR con un buen nivel de negro con el local dimming activado y las 192 zonas actuando, haciendo que las escenas HDR se vean con un buen rango dinámico, aunque con más brillo y un mejor procesador y gestión de las zonas, podría haber llegar a superar incluso a la competencia.
Un pequeño truco para mejorar el nivel de negro del panel, sería activar el «Control adaptivo de luma«, una suerte de contraste dinámico bastante sutil que, lejos de ser purista, ayudará aplastando un poquito el nivel de negro, llegando así a gestionarse el panel FALD como si una Samsung se tratase (priorizando el nivel de negro antes que el detalle en sombra). Otro pequeño consejo sería bajar la retroiluminación (solo en SDR) dado que por defecto viene demasiado alto, subiendo el nivel de negro nativo del panel demasiado. Bajándolo hasta alcanzar los 200 nits -suficiente para uso diurno- el nivel nativo del negro ronda los 0.02 nits, más o menos en la media de los paneles VA.
El seguimiento de la curva PQ EOTF (una curva absoluta que mide el seguimiento que hace el televisor del HDR) es francamente mejorable con el local dimming activado, derivado quizá de la filosofía «QLED» de Samsung de elevar a propósito los medios de la curva, aunque de forma tan agresiva. Sin el local dimming activado el seguimiento mejora, pero se llega a alcanzar solo 450 nits de brillo máximo, no los 660 que se obtienen con él activado. Además, en ambos casos el nivel de negro sube mucho, llegando a medir 0.2 nits (diez veces más que en SDR) lo que explicaría por qué podíamos ver blooming en escenas de alto rango dinámico.
Curiosamente el televisor maneja una mapeo dinámico interno (realmente es un «roll-off») que no podemos desactivar al gusto, pero éste es estático y no dinámico. Es decir, si miramos la foto anterior podemos observar como con la curva sin el local dimming activado, va despegándose de la de referencia a partir del 60% aproximadamente, subiendo progresivamente hasta el 70 y a partir de ahí, hace clipping. Con el Local Dimming activado hace clipping siempre, imaginamos que para no tener que sacrificar aún más brillo (del cual no le sobra, precisamente).
Como veréis en la foto inferior, ambas curvas deberían superponerse, haciendo del seguimiento una auténtica maravilla fiel 100% a la visión del director, sin embargo la amarilla está muy claramente por encima de la gris -de serie-. Y si optamos por desactivar el local dimming, el seguimiento mejora pero el nivel de negros empeora una barbaridad, además de como decíamos solo obtener 450 nits de brillo máximo. Eso si, en ambos casos el ABL es casi anecdótico, lo cual es una muy buena noticia.
Otro aspecto muy impactante en este televisor es su riqueza cromática. Por dos motivos: uno es que al contar con Quantum Dots en lugar de un filtro RGB convencional, se gana pureza y amplitud en la cobertura. Y en segundo lugar que al no tener subpíxeles blancos -como si tienen los televisores OLED-, todo el haz de luz del HDR se muestra en los tres colores primarios RGB (en las OLED hasta 350 nits también, a partir de ahí es solo luz blanca, lavando los colores). No son pocas escenas donde podemos notar esa mejoría. De hecho la cobertura cromática en DCI-P3 ronda el 98%…pero es que en el contenedor BT.2020 (el usado en UHD, aunque el contenido en si esté grabado en DCI-P3) ronda el 79%, de los valores más altos en el sector de los Smart TV.
Otro tema realmente importante de este modelo es su soporte Dolby Vision, funcionando y «saltándonos» sin problema en el Smart TV (usando un Oppo 203). Eso si, aquí nos encontramos con dos problemas bastante importantes. El primero de todos es que solo recomendamos usar el modo Dolby Vision Oscuro, ya que el Dolby Vision Brillo está muy muy muy pero que muy levantado el nivel del negro (no solo ligeramente, como es normal) lo que hace que la imagen se lave tanto que llega a desaturar la colometría. Y el segundo gran error que tiene el televisor en este modo es…¡que no tiene modo juego! por lo tanto si queréis jugar a juegos con Dolby Vision, tendremos un input lag muy alto dado que no hay modo de baja latencia.
Por otra parte, la limitación del número de zonas hace que, al elevar tanto el nivel de nits necesario para el HDR, la imagen se lave un poco ya que 1 sola zona controla más de 43 mil píxeles a la vez. Si quiere mostrar mucho brillo será a costa de lavar la imagen, ya que debe iluminar toda una zona entera. No es un problema tanto de la tecnología FALD si no como del limitado número de zonas que monta esta unidad -lógico teniendo de nuevo en cuenta su precio de 999 euros-
Antes os hablábamos de la asuencia de alguna tecnología similar al Ultra Viewing Angle de Samsung o al X-Wide Angle de Sony. Si nos salimos del centro de visionado del televisor vamos a percibir fácilmente las zonas de iluminación y un pobre contraste nativo, además de un peor color -colores más lavados- a la vez que el nivel de negro se resiente mucho, llegando a verse peor que algunos paneles IPS. Como decíamos, es uno de los pocos puntos negativos que tiene este televisor, incluso a su precio. Especialmente molesto es el hecho de que el algoritmo del local dimming no tenga tenga en cuenta la visualización de lado -como si hacen otras marcas, independientemente de si tienen o no filtro óptico de mejora de ángulo de visión-
Donde si que se nota mucho más todo esto es en los modos HDR y Dolby Vision y viéndola de lado (solo hay que ver la foto de arriba), ya que ahí el televisor nos entregará toda su capacidad lumínica y al verlo de lado podremos ver algunos defectos de la tecnología FALD, tales como blooming, halos, floración y demás defectos en objetivos brillantes, además de un contraste regular que hace que la imagen pierda mucho contraste. Es algo normal teniendo en cuenta, de nuevo, que estamos hablando de un modelo con solo 192 zonas de atenuación, nada comparable a los modelos con más de 2000 zonas miniled que se han presentado este año (que también quintuplican el precio de la Q1).
En resumen: el pico de nits es algo corto pero el nivel de negro es bastante bueno y el manejo de las zonas del Local Dimming no lo hace nada pero nada mal. Aún así, es más impactante incluso en HDR ver un televisor OLED con un nivel de negro perfecto y menos brillo que al revés. El nivel de impacto y tridimensionalidad del píxel autoemisivo es muy complicado de conseguir, incluso con muchas más zonas, algo lógico por otra parte.
El televisor paradójicamente trabaja mejor en el formato SDR, ya que este tiene una gamma relativa (podemos subirla o bajarla, estando normalmente toda la imagen a 120 nits -en norma- o a 200 como mucho si queremos darle más luz) y al exigir mucha menos luz a las zonas, éstas no tienen que encenderse a su máxima capacidad, siendo así muchísimo más fácil controlar los halos o el blooming.
Para acabar el apartado y hablando de color, a diferencia de lo que suele ser normal, viene bastante mal de serie (AE por encima de 11 de forma puntual y unos 6.5 de media) pero es que en HDR mejora esos números, bajando a una media de 5 y 8 de forma puntual en algunos colores primarios. Esos errores se suele notar en unos rojos algo más saturados de lo normal, afectando a una saturación de las caras de los personas tirando a naranja de lo que deberían. En cuanto al balance de blancos, parece ser que esta unidad tenía un exceso de verde en toda la zona del estímulo del 50% hacia arriba y un déficit de azul. Curiosamente, la Mi TV Q1 cuenta con un CMS (medio roto, ya que introduce errores si lo usamos) y un balance de blancos de 11 puntos, que es bastante más de lo que la mayoría de fabricantes ofrecen por este precio.
Procesado y tratamiento de imagen: lo peor del panel
Era bastante previsible que el gran punto flojo de este televisor sea justo donde más fácil es recortar en prestaciones y donde más se notan los años de experiencia en el sector: en el tratamiento de la imagen. A los evidentes errores de la colometría -que podrían solucionarse con una calibración con sonda- tenemos que añadirle dos más: el interpolador de movimiento (con una excepción) y el escalado de imagen…de los más básicos que hemos podido ver.
El escalado es realmente pobre, conmutando en directo con un Oppo 203 la mejora de éste es muy muy evidente. Lo probamos con una copia de Drácula, la historia jamás contada (2014) en 240p -la tenemos así para evaluar la capacidad de escalado del procesador-. El Oppo 203 muestra la imagen con mucho menos ruido de compresión, macrobloques y una mejor nitidez. Cuando conmutamos al escalado del televisor encontramos todos los defectos imaginables en un procesador: ruido, suciedad, falta de definición, ghosting -curiosamente se nota más si escala la TV-, etc– Vamos, que en este aspecto es una decepción total.
Otra gran ausencia es la del filtro Smooth Gradation (Gradación suave), una funcionalidad que ya tiene tanto Sony como LG como recientemente Philips en sus gamas de 2020. Se trata de un filtro de De-contorno. Esta interesante tecnología analiza los píxeles adyacentes en colores uniformes, si detecta que no son exactamente iguales, aplica una máscara de gradiente progresivo, viendo así un color en un lado que va poco a poco y de forma suave y progresiva, convirtiéndose en la otra tonalidad. Es espectacular ver como mejor la calidad del contenido comprimido y elimina el banding, algo que además le vendría de perlas a la Xiaomi Q1, que además del típico banding que tiene por la ausencia de este filtro, también tiene unas gradaciones de color bastante regulares:
En cuanto al interpolador, Suavizado de movimiento como lo llama Xiaomi, tenemos una buena noticia y una mala. La mala noticia es que no nos deja personalizarlo al gusto como en otras marcas, si no que tenemos que elegir entre Claro (que sería una interpolación ya alta), Estándar (interpolación alta) y Suave (ultra alta). Cada una de esas opciones se inventa más fotogramas, causando así un movimiento demasiado artificial. Deberemos elegir entre esas opciones o desactivar el interpolador de movimiento…que teniendo en cuenta que es un panel VA bastante lento y con 75″, no es nada aconsejable. ¿La buena noticia? que el interpolador de imágenes no crea excesivos artefactos ni ruido en los objetos cuando se mueven, algo que sorprende en una marca como Xiaomi.
La Q1 tampoco cuenta con ningún tipo de BFI (Black Frame Insertion) para mejorar aún más el movimiento. Se trata de un sistema de intercalado de un frame negro entre cada frame original, ganando suavidad pero perdiendo brillo. Dada la enorme capacidad lumínica en SDR (+450 nits) y que el panel es nativo de 120 Hz, podrían haber ofrecido un BFI sin ningún problema de pérdida excesiva de brillo.
Gaming: ausencias importantes (de momento)
Para acabar, aunque no somos muy de juegos, queríamos dedicarle un apartado al Gaming. En este modelo nos encontramos con varios problemas. El primero es que su input lag des bastante alto. No hemos podido medirlo al no tener el medido a mano, pero viendo la respuesta del televisor al reaccionar al mando de la PS5 (modo Juego y Juego HDR) podríamos deciros que el input lag rondará entre los 40 y los 50 ms en 4K como en 1080p, lo cual es bastante alto pero en el límite de lo aceptable.
Otros problemas importantes sería que no cuenta con ningún tipo de interpolador de movimiento para juegos (como si tiene ya Samsung y LG), no tiene activado los 4K@120 Hz (miramos, probamos y requetetocamos todos los menús posibles), no tiene modo Dolby Vision Juego y, quizá la mayor ausencia al tener un HDMI 2.1 real (cuidado aquí que el HDMI 2.1 de Xiaomi no es 2.1, es un HDMI 2.0 con eARC simplemente)
¿La parte positiva? no hemos apreciado ninguna degradación de la calidad de imagen para favorecer al input lag (como si ocurre en otras marcas), así que aquí un punto para Xiaomi. Un televisor que satisfará a quien quiera un Smart TV de gran diagonal, buena calidad de imagen y un input lag aceptable, los juegos lucirán más que bien, especialmente en el modo Juego HDR.
Conclusiones
Nos encontramos ante un panel LCD VA que rivaliza con modelos que cuestan entre 1.5 veces y el doble de precio que la Xiaomi Mi TV Q1. ¿Es perfecta? no lo es, obviamente, pero eso ya lo sabíamos. Sus puntos positivos son muchos: 192 zonas de retroiluminación, algo que provoca que la calidad de imagen final sea mejor que el resto de televisores de su gama e incluso que de la gama alta de la competencia. A ello hay que unirle una gran cobertura cromática (98 y 78% en DCI-P3 y BT.2020), buen algoritmo de local dimming y un impacto HDR bastante acertado.
En términos de calidad de imagen, gracias a la mejora del sistema FALD hace que sea complicado encontrar escenas con blooming o floración, aunque si que las sigue habiendo, especialmente en escenas donde las zonas se quedan cortas y muy especialmente si miramos el televisor de lado y/o con contenido HDR o Dolby Vision. Por otra parte, el nivel de negro puede fluctuar en escenas complicadas como por ejemplo cielos estrellados o escenas en el espacio, donde el algoritmo se hace un pequeño lío.
En cuanto a su electrónica, aquí es donde vemos que Xiaomi ha recortado claramente (y también se nota su ausencia de experiencia en algunos campos): escalado realmente pobre, interpolador demasiado agresivo y no personalizable, ausencia de BFI, ausencia de filtro de Gradación Suave, etc.
En cuanto a HDR, las escenas diurnas funcionan bien, aunque podría haber subido un entero si al menos llegara a los 1000 nits sin sacrificar el nivel de negro. El seguimiento de la curva no es el peor que hemos visto pero si se echa en falta un mapeo de tonos dinámico y no solamente un roll-off.
En el campo de color, también podría mejorar mucho, siendo aquí claramente un televisor de gama media y no de alta como lo es en otros aspectos. Por suerte, cuenta con un balance de blancos de 11 puntos y un CMS -medio roto- con el que podríamos solucionar el desaguisado con una sonda y una calibración profesional.
Para acabar, el mando a distancia es otro punto muy flojo del televisor, junto al caótico orden de los botones y de los submenús del Smart TV. Por otra parte, Android TV funciona muy bien, pero de nuevo nos da una de cal y una de arena al ser muy fluido pero colgarse en algunas aplicaciones que le demandan un alto rendimiento al procesador. Por otra parte, el contar con soporte para Google Assistant, soporte eARC y otras funcionalidades, le hace ganar enteros.
En definitiva, nos encontramos con una TV que recomendamos para aquellos usuarios que quieran lo mejor de lo mejor en gran diagonal (75″) sin gastarse más de 1200-1500 euros. No es un televisor OLED ni nos va a dar el punch de una QLED de gama alta, pero aunque sin hacer nada realmente bien, tampoco hace nada realmente mal. Y lo que si importa es la física…y ahí sus 192 zonas marcan tremendamente la diferencia, haciendo que ningún otro modelo pueda si quiera acercarse a la Xiaomi Q1 por el precio que tiene.