Es un hecho que el futuro de las Smart TV pasa por la resolución 8K. Evidentemente, el camino va a ser muy largo, principalmente porque no les va a resultar fácil imponerse a los dispositivos con panel 4K UHD hasta que no tengan suficientes contenidos para marcar la diferencia. Porque, seamos claros: el gran problema de los televisores 8K es que no tienes películas, series o vídeos en este formato disponibles de forma sencilla.
Es cierto que YouTube ya cuenta con contenidos en este formato, además de anunciar hace poco la llegada de esta resolución a televisores inteligentes compatibles a través del Codec AV1. Pero, la ausencia de contenido 8K nativo no ayuda, y muchos clientes siguen prefiriendo invertir en una Smart TV OLED que en un modelo 8K.
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Y claro, luego está la correspondiente certificación que garantiza que el televisor 8K es capaz de reproducir contenidos en este formato. Es un hecho que los televisores 8K tienen un panel con esta tecnología (7.680 x 4.320 puntos), pero es solo uno de los requisitos que ha de cumplir un dispositivo de este tipo para tener su ansiada certificación. Y, para empeorar las cosas, hay tres opciones a tener en cuenta
CTA, ICDM y la Asociación 8K: las tres compañías que certifican los televisores 8K
Y aquí es donde entramos en el primer gran problema entre LG y Samsung. Y es que, la forma en que se mide la modulación de contraste de estos televisores ha resultado vital para algunas agencias, mientras que otras han preferido centrarse en otros baremos. Y claro, esto ha perjudicado a Samsung, que ha quedado fuera de la certificación otorgada por la CTA. Pero, ¿quién tiene razón realmente?
Par empezar, hay que tener en cuenta que tanto la gama de televisores 8K de Samsung como la oferta de LG, cuentan con pantallas capaces de reproducir contenidos en este formato. Pero hay que tener en cuenta otros factores para tener la correspondiente certificación. Y aquí es donde entran la CTA (Consumer Technology Association) y el que defiende la Asociación 8K.
Samsung tiene claro su objetivo: dominar el mercado de las Smart TV 8K
El primer grupo es una organización estadounidense de estandarización que representa los intereses de más de 2.200 compañías de electrónica de consumo. Ojo, que entre ellas está Sony, LG y Samsung, lo tres grandes fabricantes de televisores 8K. ¿No te parece suficiente? Pues que sepas que la CTA es la asociación que organiza CES, la feria de electrónica de consumo más grande del mundo y que se celebra cada año en Las Vegas a principios de enero de cada año.
En cambio, la Asociación 8K tiene como objetivo estandarizar el 8K, pero reduce en parte sus requisitos,que no son muy diferentes a los de la CTA, pero que cuentan con algunos detalles a tener en cuenta. Por cierto, dentro de la Asociación 8K también tenemos a Panasonic, Samsung, Hisense, TCL o IMAX entre otras. Pero no hay presencia de LG…
Ahora que han quedado claras las diferencias entre una y otra compañía, veamos los requisitos que piden cada una para poder certificar una Smart TV como 8K
Requisitos de la CTA para que un televisor sea 8K
La pantalla puede denominarse 8K Ultra High Definition o 8K UHD si tiene los siguientes atributos:
Resolución de pantalla: La pantalla tendrá al menos 33 millones de píxeles activos, con al menos 7680 horizontalmente y 4320 verticalmente dentro de una ventana visible de 16: 9. La relación de aspecto de la imagen se producirá correctamente y no se distorsionará. Los píxeles físicos deben ser direccionables individualmente de manera que la resolución horizontal y vertical anterior se pueda demostrar en toda la gama de colores proporcionada por la pantalla y se mida de acuerdo con las pautas establecidas para la medición de la resolución visible especificadas en la versión 1.03c, sección 7.8, de El Estándar Internacional de Medición de Pantalla (IDMS) especificado por el Comité Internacional de Metrología de Pantalla (ICDM). La pantalla debe cumplir con un mínimo del 50% de modulación de contraste utilizando un patrón de parrilla 1×1. *
* – Si la medición del contraste depende de la fase, el promedio de las mediciones de las dos fases se utilizará para el cálculo de la modulación del contraste como se describe en la sección 7.2 del IDMS 1.03c.
Conversión ascendente: la pantalla es capaz de escalar videos SD, HD y 4K y mostrarlos con una resolución de pantalla de 8K o mejor.
Entradas digitales: tiene una o más entradas HDMI que admiten las siguientes características:
– Resolución de 7680×4320 píxeles.
– Profundidad de bits de 10 bits.
– Exploración progresiva.
– Velocidades de cuadro de 24, 30 y 60 cuadros por segundo, así como en el asociado
1000/1001 tasas de cuadros fraccionales.
– Velocidades de fotogramas de 25 y 50 fotogramas por segundo para pantallas destinadas a usarse en 50 Hz
regiones.
– Funciones de transferencia HDR especificadas por ITU-R BT.2100.
– Colorimetría RGB y el formato de señal de luminancia no constante Y’C’BC’R, como
especificado por ITU-R BT.2100.
– Al menos una de las entradas HDMI 7680×4320 debe ser compatible con HDCP v2.2 o equivalente
Profundidad de bits: tiene la capacidad de recibir imágenes de 8K de 10 bits y presentar una imagen que muestra la capacidad de respuesta a los cambios en cualquiera de los 10 bits. No se especifica la forma exacta de procesamiento.
Y aquí entramos en un elemento muy importante y que perjudica a Samsung: se indica que los televisores 8K deben cumplir con un «mínimo de 50% de modulación de contraste usando un patrón de parrilla 1×1». Y claro, las Smart TV Samsung de la familia Q900R, apuestan por técnicas de representación de subpíxeles para mejorar los ángulos de visión.
Con ello, se consigue visualizar contenidos desde un ángulo mayor, pero la resolución efectiva se reduce, haciendo que no pueda cumplir este estándar. Y claro, el hecho de que LG sí cumpla los requisitos y Samsung no, escuece y mucho. ¿La solución? Aliarse con la 8K Association para crear su propia certificación.
No, no es broma: Samsung se ha aliado con la 8K Association para lanzar un programa de certificación. Tal y como declararon en su momento: «Estamos orgullosos de ser uno de los miembros fundadores de la 8K Association y de tener nuestra nueva línea de televisores QLED 8K certificados por el programa”, dijo Hyogun Lee, vicepresidente ejecutivo de la unidad de negocio Visual Display de Samsung Electronics. “Nuestro objetivo es proporcionar a los consumidores la capacidad de identificar fácilmente las pantallas 8K premium de otros dispositivos al tomar decisiones de compra. El entretenimiento en el hogar y los televisores son inversiones importantes para muchos de nuestros consumidores, y esperamos que el logotipo de certificación 8KA les sea de utilidad”
A través de este programa, compañías miembros de la 8K Association, entre las que se incluye Samsung, podrán promocionar televisores 8K certificados después de que sean validados por la 8KA. Pero claro, los requisitos son más simples que los de la CTA. ¿No te parece suficiente? Pues ahora le toca el turno a la organización ICDM (International Committee for Display Metrology).
ICDM entra en escena
Decir que la International Committee for Display Metrology es una asociación internacional que busca crear métodos de análisis para evaluar el rendimiento de visualización de todo tipo de dispositivos. Y claro, la ICDM dice que cualquier televisor 8K debe tener un valor de modulación de contraste de al menos el 25% para reproducir vídeo, y no menos del 50% para reproducir texto e imágenes fijas a resolución 8K.
Y claro, según esta asociación LG sí que cumple los requisitos, mientras que Samsung se queda fuera igual. Encima, la CTA ha adoptado la forma de medir la modulación de contraste que propone ICDM, haciendo que LG presuma constantemente de su 8K «real», en diferentes campañas publicitarias en clara alusión a la medición del a modulación de contraste establecido por esta dos organizaciones.
Qué es la modulación de contraste
Estamos ante uno de los elementos más importantes con un televisor 8K, y que curiosamente no tiene nada que ver con el contraste. No, no mide ni este parámetro ni la resolución, sino que se encarga de medir cómo cómo de distinguibles son los píxeles contiguos a diferentes niveles de entrega de brillo.
Cuando la Smart TV está mostrando una imagen, se miden miden el nivel de brillo y de negro, y las medidas que hemos tomado se introducen en una fórmula que nos da la modulación de contraste. Hay que destacar que las las columnas con los píxeles encendidos deberían entregar un blanco puro, y las columnas con los píxeles apagados un negro absoluto.
Si fuera así, se conseguiría un contraste del 100 por ciento, algo casi imposible a día de hoy. Pero, para que te hagas a la idea del rendimiento, Los televisores NanoCell de LG obtienen aplicando este método de evaluación una modulación de contraste del 85 por ciento, y los OLED del 92 por ciento.
¿Por qué hay tanta diferencia? Muy sencillo: lo paneles OLED consiguen un nivel de negro mayor. Y claro, con estos datos, que están por encima de los requisitos de la CTA, LG cumple de sobra con las expectativas. Además, como indican «El panel de un televisor puede tener la resolución exigible a un dispositivo 8K nativo, pero es importante saber qué sucede cuando está reproduciendo una señal de vídeo, si en un instante determinado están o no encendidos todos sus píxeles, porque, si no lo están, estará sucediendo algo raro. La organización CTA, que es una de las organizadoras del CES, ha establecido qué requisitos debe cumplir un televisor 8K, y estas condiciones van más allá de la resolución. Proponen una cadencia de al menos 50 FPS, codificación del color 4:2:2 y HDR, entre otras condiciones, así como una modulación de contraste que debe ser superior al 25% para mostrar calidad de vídeo 8K, y superior al 50% para reproducir correctamente texto e imágenes fijas a esta resolución«.
Vale, está claro que LG ha realizado un trabajo excelente con su gama de televisores 8K, pero ¿qué pasa con Samsung? Pues que no se queda atrás para nada. Eso sí, el fabricante coreano apoya completamente la modulación de contraste y en qué medida refleja la calidad de imagen de un televisor 8K.
Más que nada porque inicialmente Samsung propuso a ICDM recurrir a la modulación de contraste ya que consideraba que era realmente útil para saber medir la resolución de un panel. Sí, Samsung pidió a ICDM que recuperase el concepto de modulación de contraste, pero cambiando algunos detalles. Más que nada porque el fabricante considera que hacia falta realizar un cambio.
Según representantes de Samsung, cuando la CTA definió la modulación de contraste, cometió un error grave al aplicar un sistema calcado al usado en 1930. Y claro, las cosas han cambiado, además de que los sistemas anti reflejo que incluyen la mayoría de Smart TV de gama alta de Samsung hacen que no se no contemple de forma precisa la calidad de la modulación de contraste.
Entonces, objetivamente estamos en un gran problema. Es un hecho que los televisores de Samsung utilizan una cobertura antirreflejos muy eficaz, estando muy por delante de sus competidores. Pero este aliciente de cara al usuario tiene un precio muy alto, ya que tiene un impacto que puede tener en la medición de la modulación de contraste reduciendo la calidad del panel. Aunque no sea así.
Por este motivo, Samsung está de acuerdo con usar este parámetro, pero cambiando algunos detalles para que la modulación de contraste no perjudique a su gama de televisores, ya que el procedimiento utilizado para medirlo no es compatible con sus paneles. Por último, decir que el fabricante ha afirmado que ICDM sigue intentando buscar la mejor forma de medir este parámetro porque la que se está utilizando no es la manera apropiada de evaluar los televisores 8K actuales. Lo que quiere Samsung es que se distinga el píxel, ya que consideran que sus televisores cumplen tantas certificaciones como cualquier otro.
Sony también se suma a la fiesta del 8K
Y ahora le toca el turno a Sony, que también cuenta con sus propias Smart TV 8K. Decir que de momento se ha mantenido al margen dentro de la guerra de la modulación de contraste, pero hay que tener claro que la firma no pone ninguna objeción a los estándares de modulación de contraste. Pero, teniendo en cuenta que «LG Electronics defiende que según el último estándar ICDM un televisor 8K debe tener más de 33 millones de píxeles y un valor de modulación de contraste del 50 por ciento. Los televisores OLED 8K de LG tienen un 90 por ciento, los de Sony un 80 por ciento, y los de Samsung solo un 12%«, queda claro que Samsung es el gran perjudicado.
La conclusión que llegamos con esta información está clara: los píxeles autoemisivos de los paneles OLED de LG les da una gran ventaja en las mediciones de la modulación de contraste. Y, luego están los los televisores 8K NanoCell de LG y los 8K de Sony, con paneles LCD, que cuentan con una modulación de contraste que no está nunca por debajo del 80 por ciento. Pero, en cambio Samsung se queda en un paupérrimo 12 por ciento. Aunque está claro que es por su sistema anti reflejos. La pregunta del millón es: ¿la modulación de contraste se puede seguir utilizando tal y como lo conocemos actuales? Está claro que no.