La audiencia de la TV cae a mínimos históricos en este caluroso verano de 2022. Cuando aterrizó las emisiones de televisión, allá por el año 1956 en España, poca gente pensaría que apenas 50 años después, sería un modelo anquilosado en el pasado y completamente obsoleto para las generaciones millennial y posteriores. Simplemente, el modelo se ha agotado y las grandes cadenas corporativas de emisión en directo siguen sin darse cuenta de ello. Y la audiencia de la TV sigue cayendo y cayendo.
Pese a que algunas de las grandes cadenas han hecho un esfuerzo por acercarse al modelo Netflix al lanzar sus propios servicios de contenido bajo demanda en varios sistemas de Smart TV, lo cierto es que su contenido es escaso, de muy mala calidad técnica (720p en el mejor de los casos), con interfaces muy poco cuidadas, contenido pobre y un audio estéreo de lo más simplón. Y con ello quieren ganarse a la nueva generación de consumidores de contenido…así no.
La audiencia de la TV se desploma. Mínimos históricos de los últimos 30 años
Según los datos que hemos podido analizar en este mes de julio de 2022 (fuente: Barlovento), en España la gente consume aproximadamente 2 horas y 50 minutos de televisión diaria. Este dato es aún peor que los de mayo, donde ya os anunciábamos que cada persona consumía 3 horas y 20 aproximadamente…y era el peor dato desde 1992. El dato de julio, como decimos, es aún peor, confirmando una tendencia de media hora menos que en abril y consolidando una caída libre en las audiencias de tv de todos los canales.
Si miramos bien los datos, podemos hacer una serie de estimaciones bastante interesantes, que luego enlazaremos con las conclusiones y el efecto streaming. Antena 3 sigue en cabeza a lo largo de todo 2022 en la parrilla de canales de la TDT, con una audiencia tv de un 13.6%, perdiendo un 0.1% de cuota respecto a junio (aunque globalmente ha ganado un 0.5% anual), aunque se encuentra también en mínimos históricos, al igual que el resto de cadenas nacionales (aún contando el pírrico incremento de un 0.9% de consumo en TVE) o autonómicas.
El problema no es el contenido, el tiempo (al ser verano hay menos espectadores) ni la cantidad de canales de TDT que emitan en parrilla (por mucho que se empeñen, la gente no demanda más cantidad de canales). El problema es de fondo…y tiene difícil solución.
TV en directo: un modelo obsoleto que rechaza renovarse
La histórica caída del consumo de emisiones de TV en directo lleva un lento pero constante decrecimiento. ¿El motivo? cada uno tendrá los suyos, pero lo cierto es que las grandes cadenas no dejan de perseguir y culpabilizar a todo tipo de competencia externa: youtubers, ausencia de inversión pública, costos, retrasos para la llegada de la UHD y un largo etcétera. ¿Mi opinión? que están buscando un enemigo externo para justificar un servicio de muy mala calidad, contenido y continente obsoletos y que, para más inri, se niegan a renovar.
Los clientes cumplen muy bien la definición de «se puede engañar a todo el mundo poco tiempo o engañar a unos pocos mucho tiempo«, dado que incluso el auge de las plataformas de streaming está mostrando síntomas de agotamiento (por otros motivos como las subidas de precio constantes, atomización de las diferentes plataformas, contenido con un fuerte componente de corrección de lo políticamente correcto, etc.). Y ese dicho afecta mucho más a las cadenas de televisión tradicionales.
La caída diaria de la audiencia de la TV se debe, en mi opinión, en parte a todo lo anteriormente dicho, a lo que debemos sumarle algunos aspectos más que significativos y que, por alguna razón, las grandes cadenas parece que siguen obtusas en obviarlas:
- No es de recibo que, en pleno 2022, sigamos con un parqué de canales de TV paupérrimo en cuanto a calidad de emisión. La gran mayoría incluso emite todavía en definición SD (576 líneas entrelazadas. Esto es 16 veces menos resolución que el contenido 4K) y las que lo hacen en HD se limitan a 720i en el mejor de los casos. Con un bitrate que hace que la emisión se vea muy comprimida y de muy mala calidad.
- No se cuida el audio. No hay canal que sea capaz de emitir con contenido 5.1 (aunque sea comprimido y con pérdida). Todo estéreo y, de nuevo, con un bitrate horrible.
- Es imposible navegar por las apps de contenido bajo demanda y, en el mejor de los casos, es un contenido en diferido. La llegada de las plataformas de streaming lo cambió todo: la gente no quiere esperar a una hora y día para ver su contenido favorito. Quiere llegar, encender el televisor y poner el contenido cuando quiera.
- Ni si quiera las emisiones privadas de pago como Movistar son capaces de cuidar la mayoría de estos detalles. Decodificadores con ausencias importantes en imagen y sonido, mil bugs, contenido en diferido, etc.
- No puede ser que en pleno 2022 si alguien quiere pagar por solo ver un contenido (fútbol, por ejemplo) tenga que «tragarse» el paquete completo con cien canales que no va a ver y con fibra de alta velocidad, superando el total de 100 euros mensuales. En otros países como Reino Unido, Sky te da la posibilidad de pagar un precio muchísimo más reducido al mes para ver toda la Premiere League. Solo la Premiere League.
Si lo comparamos con la simplicidad de llegar y pagar una suscripción (generalmente económicas) mensuales para ver solo el contenido que te gusta y cómodamente en una app, las conclusiones son más que obvias. Las cadenas de TV tradicionales están perdiendo clientes a razón de miles y tirando la audiencia de la tv por los suelos mes a mes. Parece que nadie quiere ponerle el cascabel al gato. Hasta que, lamentablemente, muera y ya nadie podrá resucitarlo.