Con el estreno de su tercera temporada, la serie de época favorita del público ha vuelto a dominar la conversación en redes. ‘Bridgerton‘ es, de una manera u otra, una serie polémica aún basándose en tramas románticas simples que no aspiran más que a contar una bonita historia de amor. Sin embargo, la inclusión que este mundo paralelo tiende a hacer de personas y personajes pertenecientes a colectivos oprimidos siempre genera revuelo, todo ello acrecentado por la ambientación histórica.
La serie ‘Bridgerton‘ presenta una hipotética sociedad de principios del siglo XIX en la que el ascenso al trono de Inglaterra de la reina consorte Carlota de Mecklemburgo-Strelitz (quién existe la teoría de que fuera de raza negra o biracial) habría hecho desaparecer, como parte de un gran experimento social, toda clase de racismo. Así, ‘Bridgerton’ se ambienta en un Londres decimonónico en el que todas las razas que en su momento compusieron el gigantesco Imperio Británico viven en total igualdad; y, por tanto, vemos condes, duques y príncipes de todos los colores.
Este elemento, que tiene una función puramente representativa en el audiovisual (ya que la filosofía de la serie trata de ignorar la raza de los personajes, ejerciendo así el «colorblind casting» o «cásting daltónico»), no existía ni se planteaba en las novelas de Julia Quinn en las que se basa la serie de Netflix. Quinn es la escritora estadounidense detrás del éxito, que publicó de 2000 a 2013 una saga de ocho novelas contando los amoríos de los ocho hijos de los vizcondes Bridgerton.
Cuando Shondaland (la productora de Shonda Rhimes, responsable de ‘Anatomía de Grey’ y ‘Cómo defender a un asesino’, entre otras) se hizo con los derechos, le dio una vuelta que modernizaba el planteamiento de la historia, no sólo trayéndola al presente en términos de representación, si no también con elementos estéticos y sonoros. Así, a lo largo de lo que ya son 4 años, ‘Bridgerton’ ha producido hasta cuatro temporadas (tres de la serie original y una precuela sobre la reina Carlota) de esta hipotética fantasía de integración social.
Sin embargo, las redes, que tienen la costumbre de no quedarse calladas, ya llevaban años cuestionando que la sociedad que se muestra en la serie sólo incluya la diversidad étnica, y nunca antes hayan tenido en cuenta la diversidad de género o sexual. Así, en este mundo paralelo en el que ya no existe el racismo, la crítica cuestiona que sí que siga existiendo la homofobia en una ficción que afirma ser un lugar de apertura y aceptación para todo el mundo.
Los fans en redes parecen olvidar que dentro de la narrativa existe una razón que justifica la desaparición de este racismo (pero que no justifica la desaparición de ningún otro tipo de opresión), y que en una sociedad que aún se basa en algo tan «anticuado» (para nuestros estándares actuales) como es el mercado nupcial, las parejas homosexuales no tienen cabida alguna. Sin embargo, los aficionados expresaron bastante unánimemente su descontento ante esta falta de representación en la serie y, en reciprocidad, Shondaland ha contestado.
La inclusión queer llega, por fin, al Londres de ‘Los Bridgerton’ (OJO Spoilers)
Así, en la tercera temporada encontramos varios personajes que vienen a cumplir esta necesidad de inclusión. Además de ver representación de la comunidad discapacitada (con un par madre-hija que se comunican utilizando lenguaje de signos, y un casadero Lord en silla de ruedas), en la segunda mitad de la temporada, Benedict Bridgerton comparte varios encuentros con su amante, la viuda Lady Tilley, y el que es a la vez amante de ésta, Lord Paul. Sin embargo, el cambio con respecto a los libros que ha generado polémica ha sido el de Michael Sterling, próximo interés romántico de Francesca Bridgerton, personaje que en la finale se introdujo como Michaela.
El cambio de género de este personaje parece apuntar a una futura historia de amor sáfico entre la joven Francesca y la prima de su marido, el earl de Kilmartin, John Sterling. Esto fue bien recibido entre aquellos que habían clamado por una mayor cuota de inclusión en la serie, pero muchos fans del libro han estado semanas quejándose, pidiendo que vuelva el Michael original y alegando que todo lo que quieren ver es una adaptación fiel de sus novelas favoritas. Quinn ha emitido un comunicado a través de Instagram, instando a los fans a que confíen en la visión del equipo de guion, y prometiendo que el corazón de la historia no ha cambiado en absoluto.
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Confiamos en que el comunicado haya calmado las inquietudes de los amantes del libro ya que, tal y como la propia novelista dice; «de esta manera, siempre tendremos dos versiones de la historia; la que está en papel y la que se ve en la pantalla«. El universo ‘Bridgerton‘ no deja de expandirse, no sólo en extensión si no también en el alcance de sus historias, que cada vez apelan más al público general sin perder por ello la esencia que lo hace único.
Las tres primeras temporadas de ‘Bridgerton‘, y el spin off de la joven reina Carlota, ya están disponibles para streaming en Netflix.