Durante la pandemia se dispararon las ventas de televisores y equipos de sonido. Ante la imposibilidad de ir a las salas de cine y teniendo en cuenta la cantidad de horas que pasábamos en casa, fueron muchos los que quisieron «llevar el cine a casa». Cuando pensamos en abordar un proyecto así, la mayoría de usuarios lo primero que piensa es en una pantalla de gran tamaño. El apartado sonoro, generalmente, queda en un segundo plano. Sin embargo, un famoso director dijo una vez que «el cine es 50% imagen y 50% sonido». Y la verdad es que no puedo estar más de acuerdo.
Dejando de lado la imagen y centrándonos en el sonido, a la hora de montarnos un «cine en casa» tenemos varias opciones. Podemos optar por una barra de sonido para no complicarnos en exceso la vida. En el mercado tenemos barras de sonido muy completas, que incluyen subwoofer y altavoces traseros, como la Samsung HW-Q950A. Pero si somos usuarios exigentes lo más probable es que pensemos en un conjunto formado por receptor AV y una serie de altavoces pasivos. Si ese es tu caso, en este artículo vamos a contaros qué debéis tener en cuenta a la hora de elegir el receptor AV perfecto para vuestro cine en casa.
El receptor AV es una de las partes clave de un sistema de cine en casa. Es el que se encarga, generalmente, de amplificar, tratar el sonido, tratar el vídeo (o dejarlo pasar con la máxima calidad) y mucho más. Es un dispositivo que tiene un gran impacto en nuestra configuración y, por tanto, en la calidad final que percibiremos. En esta guía os vamos a contar las características y tecnologías a las que debéis prestar atención a la hora de elegir un nuevo receptor AV, con la intención de ayudaros a decidir qué buscar según vuestras necesidades. ¡Vamos a ello!
Entradas HDMI: ¿de verdad necesito HDMI 2.1?
Empezamos con un tema bastante controvertido. Como seguro sabréis si os gusta este mundillo y nos leéis de forma regular, la llegada de los conectores HDMI 2.1 ha supuesto un gran dolor de cabeza para los fabricantes de receptores AV. Los primeros en incluirlos resulta que no funcionaban todo lo bien que deberían, así que podríamos decir que «fue peor el remedio que la enfermedad». Sin embargo, actualmente parece que los problemas que tuvieron los fabricantes están solucionados y los nuevos modelos de receptores AV ya cuentan con conectores HDMI 2.1 completos.
Sin embargo, todavía quedan muchos modelos en el mercado que no cuentan con conectores HDMI 2.1. La cuestión es, ¿de verdad necesito tener conectores HDMI 2.1 en mi receptor AV? La respuesta rápida es sí. ¿Por qué? Principalmente porque un receptor AV, por norma general, es un dispositivo que suele durarnos muchos años. La mayoría de usuarios mantienen su receptor más de 10 años y solo cambian si de verdad sale una tecnología que merezca la pena o se convierta en algo imprescindible. Teniendo esto en cuenta, si vais a comprar un receptor AV nuevo sería conveniente que este tuviera conectores HDMI 2.1 completos, es decir, sin fallos.
¿Significa esto que estaría loco o loca si compro en 2022 un receptor AV sin conectores HDMI 2.1? Para nada. Actualmente solo utilizan las funcionalidades de los conectores HDMI 2.1 las consolas de nueva generación, Xbox Series X y PlayStation 5. Y aún teniendo estas consolas podrías no necesitarlos si conectas la consola directamente al televisor y utilizas la salida ARC para pasar el sonido al receptor AV (suponiendo que tengas un televisor relativamente nuevo). Sin embargo, si has comprado o vas a comprar un nuevo televisor o proyector con resolución 8K, y tienes una fuente que puede producir 8K, entonces querrás asegurarte de que tu receptor también sea compatible con 8K. Pero, como decía, es más un detalle a tener en cuenta para el futuro que para el presente.
Hay otras cosas más importantes que los conectores HDMI 2.1 completos. Por ejemplo, es necesario que te asegures de que el receptor AV que compres tenga conectividad eARC. Esto te permitirá conectar cualquier dispositivo directamente al televisor y enviar el audio por la conexión HDMI. Como seguro sabréis, la conexión eARC permite pasar todo tipo de audio a través del HDMI, incluyendo los formatos HD como Dolby Atmos o DTS HD MA. O eso dice la teoría, porque aquí entraría en juego la compatibilidad del televisor o proyector que esté enviando el sonido al receptor AV. Pero eso ya es otro cantar.
Otra cosa a tener en cuenta es que nuestro receptor AV sea capaz de transmitir al televisor los formatos HDR actuales, como Dolby Vision y HDR10+. El sistema de Dolby está bastante extendido, así que la gran mayoría de receptores AV actuales y de hace algunos años son compatibles. No ocurre lo mismo con el HDR10+, ya que son muchos los receptores AV que no son compatibles con este formato, incluyendo modelos de gama muy alta. No es una gran pérdida, ya que existe muy poco contenido en este formato, así que yo personalmente no descartaría un receptor AV por no ser compatible con HDR10+, pero es algo a tener en cuenta.
Por último, el receptor AV que adquiramos debe tener suficientes entradas HDMI para conectar todo lo que queramos. Es una obviedad, pero no debemos olvidarlo. De hecho, lo ideal sería que tuviera una o dos entradas más de lo que necesitemos, ya que, como hemos comentado, un receptor AV es un dispositivo que tendremos durante muchos años, así que no sabemos qué podremos necesitar en el futuro.
Número de canales: diferencia entre amplificación y procesamiento
En las configuraciones más habituales de receptor AV más altavoces, es el receptor el que se encarga tanto de amplificar los altavoces como de procesar el sonido (se pueden usar etapas externas de amplificación o incluso altavoces autoamplificados, pero es mucho menos habitual). Es decir, los altavoces que compremos irán conectados al receptor. En la jerga del mundillo esto se conoce como canales. Así que será muy importante que tengamos en cuenta el número de canales que vamos a necesitar.
Si tienes un sistema 5.1 (formado por los tres altavoces centrales, dos altavoces surround y un subwoofer), necesitaras un receptor AV capaz de amplificar 5 canales (el subwoofer siempre lleva su propia amplificación). Este sería el esquema que podríamos denominar como básico y el más habitual. Sin embargo, el Dolby Atmos ha irrumpido fuerte en nuestras vidas, así que son muchos los usuarios que están añadiendo a su configuración, al menos, un par de altavoces de altura.
Si usas Atmos, el sistema más habitual es un 5.1.2, es decir, los cinco altavoces del sistema básico, el subwoofer y dos nuevos altavoces (canales) que son los que se encargan de los efectos de altura. Como seguro habréis deducido, esos dos canales necesitan amplificación, así que con este sistema necesitaríamos un receptor AV capaz de amplificar 7 canales. Otro sistema habitual es el 5.1.4, para el que necesitaríamos 9 canales de amplificación. Es decir, partiendo del sistema básico, cuantos más altavoces introduzcamos más canales necesitaremos.
Los receptores de cine en casa de hoy en día suelen tener entre 5 y 13 canales de amplificación. Sin embargo, algunos receptores (especialmente cuando ya entramos en una gama media-alta) nos ofrecen la posibilidad de decodificar más canales de los que pueden amplificar. De ahí que muchas veces veáis expresiones como «el receptor X puede alimentar (o amplificar) 7 canales pero puede procesar hasta 11 canales».
¿Cómo hacen esto? Mediante las salidas de preamplificador o pre-outs. Son conectores RCA que permiten conectar el receptor AV a un amplificador de potencia externo (conocido como etapa) para amplificar los altavoces adicionales. Es una característica bastante recomendable y en la que deberías fijarte antes de comprar un receptor AV, al menos si tienes pensado mantenerlo durante varios años.
Por ejemplo, puedes adquirir un receptor que sea capaz de amplificar 7 canales para montar un sistema 5.1.2, pero que sea capaz de procesar hasta 9 canales, teniendo así cubierto una posible ampliación a un sistema 5.1.4. Puede que tengas que realizar una inversión inicial algo más alta, pero en un futuro te puede ser realmente útil.
Además, los pre-outs no solo se utilizan para introducir más altavoces en nuestra configuración. También nos pueden servir para, por ejemplo, alimentar con un amplificador externos los dos altavoces frontales. Es decir, si hemos adquirido un amplificador que se queda algo corto de potencia; o bien hemos cambiado a unos altavoces más exigentes, podemos usar los pre-outs para amplificar mediante una etapa externa los dos altavoces principales y dejar que el receptor AV amplifique el resto. Puede que ahora no sea una característica que vayas a utilizar, pero es una forma de preparar tu sistema para el futuro.
Potencia: ¿cuántos más vatios mejor?
A esta pregunta podríamos contestar rápidamente que sí, cuantos más vatios mejor. Pero ojo, no todos los fabricantes son igual de «sinceros» a la hora de mostrar los datos de potencia de sus receptores. Hace más de 40 años, cuando los equipos HiFi empezaron a coger protagonismo, se desató una especie de «guerra de potencia» entre las marcas, que utilizaban todo tipo de clasificaciones de potencia para que en los panfletos de publicidad apareciera el mayor número de vatios posible.
Por suerte, la FTC (Federal Trade Commission o Comisión Federal de Comercio) intervino para poner un poco de orden y estandarizar la clasificación de potencia. La FTC hizo que los fabricantes indicaran en sus productos la clasificación de potencia con todos los canales accionados, en qué rango de frecuencia y a qué nivel de distorsión. A partir de ese momento, la clasificación más utilizada era X vatios por canal, con X canales accionados, un rango de frecuencia de 20hz a 20Khz y con una distorsión del 0,01 %.
Pero, como se suele decir, hecha la ley hecha la trampa. En los últimos años estamos viendo una vuelta a la locura de clasificaciones de potencia por parte de los fabricantes. Aunque las normas impuestas por la FTC siguen vigentes, las marcas han buscado algunas formas de «reinterpretar» esa normativa para que los números que aparecen en las fichas técnicas de sus dispositivos sean más llamativos. Por ejemplo, uno de los rangos de frecuencia más fáciles de empujar con un amplificador es el de 1 kHz (1000 Hz), así que algunas marcas califican su potencia en 1000 Hz en lugar de en todo el rango de audio (de 20hz a 20.000 Hz) que sería lo correcto.
También es muy habitual encontrar la potencia nominal con dos canales accionados, cuando estamos hablando de receptores que, mínimo, amplifican 5 canales. Lo ideal sería conocer la potencia con los 5, 7, 9 o cuantos canales accionados pueda tener ese dispositivo. Por no hablar del factor de distorsión que muestran algunos receptores cuando están amplificando todos los canales. Todo ello puede hacer que un receptor AV que en su ficha técnica indica que ofrece 100 vatios por canal, en realidad esté ofreciendo 30 vatios por canal cuando lo medimos con todos los canales impulsados, en todo el rango de frecuencias y a un nivel de distorsión normal.
Os ponemos un ejemplo de denominación actual. Es muy posible que, al menos en marcas que sean transparentes con el cliente, veáis una denominación similar a esta en la ficha técnica del receptor AV en cuestión: «60W, 7 channels driven, 1kHz, 0.2% THD». Es decir, este receptor ofrece 60W por canal con los 7 canales accionados, en el rango de frecuencia de 1000 Hz y con una distorsión del 0.2%. Lo cual significa que cuando midamos su potencia en todo el rango de frecuencias no obtendremos esos 60W por canal anunciados.
¿Por qué es importante que se mida en todo el rango de frecuencias? La gran mayoría de bandas sonoras de películas son muy dinámicas, es decir, pueden pasar de un sonido suave y relajado a un estruendo en una fracción de segundo. El receptor AV debe ser capaz de ofrecer esa gran dinámica, para lo cual va a necesitar energía. Ofrecer X vatios a 1000 Hz no servirá de nada si cuando necesitas capturar todo el rango de frecuencias el receptor desfallece. Y esto se «agrava» con las pistas Dolby Atmos, en las que los altavoces de altura y surround cogen mayor protagonismo y necesitan más potencia y un sonido de rango completo.
Un pequeño truco para saber si un receptor AV estará a la altura cuando sea necesario, aunque no 100% fiable claro, es comprobar si su fuente de alimentación es capaz de proporcionar la energía necesaria a todos los componentes del dispositivo (incluida la parte de amplificación). Como ese dato no podremos obtenerlo de forma sencilla sin probar el dispositivo, podemos fijarnos en el peso del mismo. Cuanto mayor sea la fuente de alimentación más pesará y mejor manejará el receptor la dinámica de una película. Eso sí, debes tener en cuenta que los amplificadores de Clase D pesan menos que los AB, por ejemplo. Si un receptor AV amplifica muchos canales y pesa muy poco, sospecha.
Sistema de ecualización o corrección de sala: algunos pueden marcar la diferencia
No sirve de nada tener el mejor receptor del mundo y los mejores altavoces si no podemos adaptar el sonido que emiten a nuestra sala. Los fabricantes realizan las pruebas de sus altavoces en unas cámaras especiales, pero cuando ese mismo altavoz entra en una habitación sus ondas sonoras interactúan con las paredes, el suelo y el techo, obteniendo una respuesta que, muy probablemente, no se parezca en nada a la respuesta obtenida por el fabricante en sus pruebas.
Aunque es muy complicado arreglar las caídas causadas por la sala de escucha, un buen sistema de ecualización de sala puede acercarnos al sonido que pretendía conseguir el fabricante. Para ir un paso más allá deberíamos meternos en el tratamiento acústico de la sala, algo que no todo el mundo está dispuesto a realizar. Así que el sistema de corrección de sala o ecualización automática que incorpore nuestro receptor AV puede ser determinante.
La mayoría de receptores AV incorporan algún sistema de ecualización automática. Los equipos de Denon y Marantz cuentan con Audyssey (MultEQ XT o XT32, según modelo), los Yamaha cuentan con YPAO, los NAD y Arcam cuentan con Dirac Live y los Anthem cuentan con ARC Genesis. ¿Cuál es el mejor? Podríamos decir que ARC Genesis y Dirac ofrecen muchas más opciones de personalización y control que YPAO o Audyssey, al menos de momento. Sin embargo, estos dos sistemas solo los encontramos en receptores que podríamos considerar de precio alto.
Capacidades musicales: streaming, entradas analógicas, audio multisala y segunda zona
Antes de entrar en lo que respecta a servicios musicales, es importante señalar que otro factor muy importante en un receptor AV es su DAC. El DAC es el sistema que coge la señal digital entrante y la convierte en analógica para que podamos escucharla. Sin embargo, no es muy habitual que los fabricantes de receptores indiquen el tipo de DAC que utilizan sus dispositivos y, por otro lado, tampoco es muy habitual que un usuario «normal» sepa diferenciar entre un DAC de calidad y uno de menor calidad. Así que, de momento, no entraremos en este apartado.
Otra característica que puede ser importante para muchos usuarios es la capacidad de poder reproducir desde servicios en streaming. Aunque parezca mentira, no todos los dispositivos actuales son compatibles con todos los servicios de streaming. Así que si te interesa que tu nuevo receptor AV sea compatible con alguno concreto, tendrás que revisar sus especificaciones.
Lo ideal sería que nuestro nuevo receptor cuente con Bluetooth, Chromecast y Airplay 2 de Apple. Estos nos permiten enviar contenido desde nuestro móvil o tableta al receptor sin necesidad de que este cuente con integración de servicios concretos. Pero si queremos sacar el máximo partido a los servicios de streaming, no estaría de más que tuviera integración con Spotify Connect y Tidal Connect, entre otros.
Si te gusta mucho escuchar música y tienes una buena colección, seguro que para ti será importante que tu nuevo receptor AV tenga las suficientes entradas analógicas para conectar todos tus dispositivos. Aquí incluimos también la entrada Phono, muy buscada actualmente por el renacer que han tenido los vinilos. Así que ya sabes, si vas a conectar un reproductor de CD, un tocadiscos o cualquier otro reproductor de música, tenlo muy en cuenta.
También aquí podemos hablar de los sistemas multiroom, tan de moda en los últimos años. Estos sistemas permiten que el receptor AV forme parte de un sistema multisala, es decir, que pueda enviar música a otros altavoces compatibles que tengamos repartidos por casa. Algunos de los más conocidos son HEOS o MusicCast, de Denon (Marantz) y Yamaha respectivamente. Pero no son los únicos. Quizás si tienes muchos altavoces del mismo sistema multiroom en casa te interese que el receptor sea compatible con el mismo, pero personalmente no descartaría un modelo por no contar con este sistema.
Y para finalizar este apartado, seguro que sabéis que muchos receptores de cine en casa nos ofrecen la opción de crear una segunda zona de escucha desde el propio receptor. Generalmente para hacerlo tendremos que renunciar a dos de los canales de amplificación (que suelen ser los de altura), o bien agregar un segundo amplificador que se encargue de la segunda zona. Así que si piensas usar una segunda o incluso tercera zona de escucha, o bien crees que vas a necesitarla en el futuro, mira bien las características de los modelos para comprobar si ofrecen esta opción.
Otros factores a tener en cuenta al elegir tu próximo receptor AV
Los receptores AV son dispositivos plagados de funciones. Hemos conocido algunas de las más importantes, pero aún con un artículo bastante extenso como este nos hemos dejado algunas cosas. Como es lógico, hemos hablado de las necesidades más habituales, pero es posible que tú, como usuario, tengas una necesidad específica que no hemos cubierto. Por ejemplo, puede que necesites que tenga varias entradas ópticas porque tienes algunos dispositivos que solo funcionan con este tipo de conexión. O es posible que necesites que se puedan reasignar los canales de amplificación porque tienes unos altavoces muy exigentes y quieres biamplificar. Las opciones son muy numerosas.
No hemos comentado nada de los formatos de audio porque cualquier receptor actual es compatible con todos los formatos que se utilizan en las películas, incluyendo Dolby Atmos y los formatos DTS HD y True HD. Sin embargo, si estás planteándote comprar un receptor de segundo mano que tiene más años, sí deberías comprobar que sea compatible con todos los formatos de audio que necesites. Por otro lado, algunos receptores no son compatibles con el formato DTS:X. No es una gran pérdida porque hay muy pocas películas que lo utilicen, pero es bueno saberlo.
Lo mismos ocurre con los archivos de audio. No todos los receptores AV son compatibles con la reproducción de archivos de música HD de la máxima calidad. Por último, también debes tener en cuenta características poco comunes, como la compatibilidad con IMAX Enhanced o el sistema Auro 3D. Todas ellas son características que, para una gran parte de los usuarios, no serán importantes, así que no consideramos que sean imprescindibles a la hora de elegir tu próximo receptor AV.