Publicamos hoy otra comparativa más entre estos dos modelos de Smart TV tan diferentes, uno es el Nanocell (modelo NANO90 o NANO91, tope de gama LED de LG para 2020) y otro el famoso OLED tope de gama de 2019, el modelo C9. ¿Hay mucha diferencia entre ambas? Vamos a verlo.
Lo primero de todo agradecer a LG España su cesión del modelo NANO91 de 75″ para su análisis a AVPasión. Lo segundo comentar que hay una evidente diferencia que salta a la vista: la diagonal de los paneles. Mientras que la Nanocell es un Smart TV de 75″, la C9 es de 65. Lamentablemente no hemos podido tener ambos modelos en la misma diagonal, así como tampoco contar con una CX para que la comparativa fuera lo más ajustada posible…aún así es muy válida, ya que las diferencias entre la C9 y la CX son anecdóticas. En ambos modelos hemos utilizado los modos de imagen más cercanos a la norma (Filmmaker en la Nanocell y Cine en la LG C9) sin utilizar los modos calibrados profesionalmente con sonda para ver como venía el color en ambos TV.
Lo que rápidamente salta a la vista es que el pixel autoiluminado del OLED hace que el contraste sea mucho mayor en la C9, tanto en SDR como en HDR10 y Dolby Vision, lo que hace que los colores luzcan espectaculares y la imagen adquiera una profundidad y efecto «pop» que no tiene el modelo LED. Esa diferencia en los negros (y por ende, en el contraste) es muy notaria y se verá a lo largo de toda la comparativa. Pese a que la NANO91 cuenta con tecnología FALD (Full Array Local Dimming), un sistema encargado de encender o apagar grupos de cientos de miles de píxeles para que, cuando haya una escena oscura o con mucho negro, sea capaz de apagarse por completo, entregando un negro puro. El negro es el parámetro más importante de la imagen, ya que se usa para medir el contraste: el punto más brillante entre el más oscuro, por tanto…si el negro es 0, cualquier valor que dividamos entre éste nos dará infinito: contraste infinito.
Claro está que esto tiene sus limitaciones, puesto que la NANO91 solo cuenta con unas 50 zonas de atenuación local, o lo que es lo mismo: 1 zona para cada 166000 píxeles. Aún así lo peor no es el número de zonas, si no que…usa un panel IPS. Los paneles IPS tienen un nivel de contraste realmente pobre (el analizado aquí llega a unos 1000:1, cuando lo normal en un panel VA es 5 o 6000:1), lo que paradójicamente hará que el sistema FALD aún acentúe más el problema, relevando el negro real del televisor cuando tiene que encender una zona más pequeña que lo que ocupa la zona en si. Esto hace que en algunas escenas veamos efecto blooming (como si la luz se «saliera» alrededor de los objetos brillantes sobre fondo oscuro) ya que la zona es demasiado grande y si apagara no veríamos nada.
Por otra parte y sin entrar en las tantas veces citadas bondades del OLED C9, en cuanto a impacto HDR ésta es muy superior a su hermana LED. No solo ya por el nivel de negro y contraste, si no que la C9 tiene más nits que la NANO91 y eso, junto al nivel de negro absoluto, hace que ésta reine claramente sobre la nanocell. En cuanto a colometría, ambos modelos se comportan muy bien, aunque de serie la C9 tiene un tono amarillento que no tiene en el modo calibrado profesionalmente con sonda ni tampoco tiene su hermana la Nano91.
Pasando a otros aspectos que son prácticamente iguales entre ambos modelos, nos encontraríamos un gran sistema de Smart TV (webOS), un mando Magic Remote insuperable, grandes características para los amantes del gaming: HDMI 2.1, VRR, Freesync y soporte 4K@120 (puertos 2 y 3) y además G-Sync en la C9. A eso hay que unirle soporte completo para Dolby Vision y Dolby Atmos en ambos televisores.