Terminamos esta semana con otra esperada comparativa más entre modelos OLED: por un lado la imponente Sony A90J, tope de gama OLED para el sector de las Smart TV en este 2021. Por otro, un clásico ya entre las OLED: el modelo C9 de LG, que emite incluso más brillo que la CX ¿Hay mucha diferencia entre ambas? ¿merece la pena el desembolso? intentaremos aclarároslo en este nuevo vídeo. Como respuesta a muchas peticiones, por cierto, si, tenemos preparada otra comparativa entre la A90J y la C1 y probablemente también contra la G1 de LG.
Empezamos por lo más evidente: el procesado de vídeo. En Sony, éste corre a cargo del famoso chip XR Cognitive; además este modelo cuenta con dos puertos HDMI 2.1 completos (de 48 Gbps con soporte 4K@120 y VRR en una futura actualización por firmware), 16 ms de input lag, Google TV, Acoustic Surface +, mando retroiluminado, etc. Por otro lado la LG C9 cuenta con el procesador Alpha 9 Gen 2 e igualmente tiene 4 puertos HDMI 2.1 completos con soporte VRR y 4K 120 Hz y WebOS 5e como sistema operativo. Ambos televisores cuentan con los mismos estándares de alto rango dinámico: HDR10, HLG y Dolby Vision.
En términos de calidad de imagen, empezaremos hablando del contenido SDR. En éste, el brillo general de ambos televisores es prácticamente igual, con un APL (brillo medio) muy similar. Aunque encontramos varios puntos a favor del modelo japonés: un mejor escalado -bastante superior-, mucho mejor interpolador de movimiento, gradaciones de colores aún más limpias y con menos detalle perdido, mucho mejor -tratamiento de las zonas en penumbra, ruido, posterización, banding, etc-., algo que LG ha mejorado en los modelos nuevos pero que aún sigue por detrás. Además, al ser la C9 el modelo de 2019, no cuenta con la inserción de fotogramas negros mientras que Sony si, algo que le da un pequeño plus en movimiento, sin perder brillo, en escenas rápidas.
Si nos pasamos al campo del alto rango dinámico, el HDR, aquí ya hay bastantes diferencias. No siempre son notorias y no en todas las escenas -ya que si ponemos una escena cuyo máximo brillo está, por ejemplo, en 500 nits, ambos televisores tienen capacidad lumínica de sobra y se verán casi iguales-, en escenas donde requiere gran cantidad de brillo (2, 5 y 10% de ventana) la diferencia de la A90J es sustancial, con una imagen más impactante y con esas escenas y detalles más brillantes (gracias en parte a que cuenta con un panel de disipación trasero para poder dar más brillo a los subpíxeles OLED). No obstante encontramos otras dos diferencias más: el tonemapping en Sony es bastante mejor, dotando del brillo deseado por el usuario (correctamente en Gradación, sobreexpuesto en «Brillo preferido») pero nunca levantando el negro o los detalles cercanos al negro, creando un «punch» mayor. Además, el brillo al 100% de pantalla blanca se acerca a los 180-185 nits, mientras que en la C9 se queda rondando los 130-135 nits, algo que también se percibe en escenas con mucho brillo en pantalla.
Si nos pasamos al campo del Dolby Vision, nuevamente y como ocurrió con la comparativa entre la A80J y la C9, las diferencias son mucho mucho más sutiles si nos mantenemos en norma (modo Oscuro) ya que Dolby tiene una presentación de imagen bastante más oscura que el HDR y además no interviene el tonemapping del televisor. Aún así, si las ponemos en modo Dolby Vision Cine en Casa volvemos a encontrar diferencias sutiles a favor de la A90J, que básicamente son las mismas que en HDR10: más brillo y menos restricción del ABL (100% de pantalla blanca), pero como decimos en este caso es mucho menor, probablemente porque ambos televisores cuentan con el perfil TV-LED de Dolby.
Para acabar, en términos de detalle en sombra, la A90J también se muestra superior tanto en SDR como en HDR, con más detalle en esas zonas oscuras que su competidora coreana. Lo mismo ocurre con el color, mucho mejor en el modelo de Sony, con unos colores más realistas y profundos. Los macrobloques brillan por su ausencia completamente en la A90J, cosa que en la C9 aunque sea muy raro verlos, es posible encontrarlos en alguna escena aislada.
Aunque ambos televisores son muy buenas opciones hoy en día (ya con la C1 en el mercado), lo cierto es que LG sigue un pasito por detrás de sus competidores japoneses, que parece que exprimen un poco más el panel gracias a un mejor procesamiento de imagen.