La nueva cinta de Kike Maíllo, el nombre detrás de películas como ‘EVA’ o ‘Toro’, es una comedia sin vergüenza de serlo. La película se vende como la historia de la banda, pero ya antes de comenzar la acción podemos leer en una cartela garabateada un disclaimer o aviso a navegantes: aunque los personajes llevan el nombre de personas reales, los sucesos han sido alterados en el guión para favorecer el ritmo dramático y humorístico.
En algunas fuentes, la película se ha categorizado como “musical”, aunque aquellos que no sean muy aficionados al género pueden estar tranquilos: no encontraremos números musicales, bailes ni gorgoritos en “Disco, Ibiza, Locomía”, una película sobre la música en la que ésta tiene poca importancia.
‘Disco, Ibiza, Locomía’: una comedia protagonizada por Jaime Llorente, Blanca Suárez y Alberto Ammann
El elenco lo completan Alejandro Speitzer, Iván Pellicer, Eva Llorach, Vito Sanz y Pol Granch. Aunque todavía no hay noticias acerca del estreno en plataformas, la colaboración de la productora Nadie es perfecto con TV3, Antena 3 y Netflix nos dejan entrever el destino que correrá para la película después de su estreno el día 17 de mayo.
“Disco, Ibiza, Locomía” arranca alrededor de la mesa de un despacho. A un lado, los ex-miembros de la banda; al otro, José Luis Gil, productor musical responsable del éxito en ventas del grupo y de su posterior caída en desgracia. Una abogada mediadora escucha a las partes para comprender el conflicto existente y emitir un veredicto.
Esta estructura dinámica permite a la película ahorrarse la concatenación de los hechos y alternar la acción con la narración, de forma que sólo vemos representado lo más relevante, y escuchamos la opinión de los personajes para todo lo demás. Ello también nos recuerda, como hacía la cartela del principio, que no estamos ante un relato fidedigno de los hechos y, en su lugar, escuchamos el relato vivencial y unilateral de los protagonistas de la historia.
Jaime Llorente interpreta a un Xavi Font orgulloso, ambicioso y familiar. Llorente está irreconocible en su encarnación del personaje, no tanto física como psicológicamente: en la disposición corporal y en los manierismos del fundador de Locomía, vemos destilar el trabajo pulido de un actor de primera.
Blanca Suárez da vida a Lourdes Iribar, amiga inseparable de Font y también fundadora de la agrupación, opacada por fervor que despiertan entre las fans los integrantes masculinos. La interpretación de Suárez brilla en las escenas cómicas que comparte junto a una hilarante Llum Barrera, y la evolución de su personaje es progresiva aunque sutil, dando así la impresión de que hemos visto madurar a Lourdes a través de las escenas — algo que no puede decirse de sus compañeros, inmersos en el frenesí del éxito.
Alberto Ammann se metamorfosea en un José Luis Gil antagonista y gris que no rompe personaje más que en una divertidísima ocasión y con motivo de un microfonado cuarto de baño. Vito Sanz está soberbio con su Manuel Gil, eterno “escudero” de su hermano y sublime compás cómico.
El resto del elenco lo forman jóvenes intérpretes ante su primera gran producción cinematográfica, quiénes en general dan la talla y logran diferenciarse, en su interpretación, los unos de los otros — algo muy importante en una historia con tantos personajes de características similares.
El guión, escrito a cuatro manos por Marta Libertad junto al director Kike Maíllo, sabe cuándo dejar a un lado chistes y bromas para apretar las tuercas del drama y ahondar en los sentimientos de sus protagonistas. Si hay que ponerle un “pero” a la película, este está en el desenlace; abrupto y poco claro, escuchamos el “veredicto” de la abogada a través de una voz en off, pero no terminamos de entender las implicaciones del mismo ni el porvenir de los protagonistas a raíz de la resolución.
La cinta tiene dos grandes fortalezas. La primera es, sin duda alguna, una extraordinaria dirección que aúna actores, guión, producción e imagen para crear una pieza cohesiva y coherente a la vez que divertida y sentida.
La segunda es un departamento de arte que, inspirándose en los atuendos de los verdaderos Locomía, presenta una fascinante paleta de colores, texturas y siluetas. En los “trajes de luces” tanto como en la ropa del día a día, los personajes expresan su otredad en su apariencia, y ello concluye en un verdadero desfile sensorial para el espectador. El tratamiento de la imagen, en vivo tecnicolor y con un grano de corte vintage hacen de cada fotograma un fantástico cuadro ochentero que acompaña a la narración y que contrasta con el código.
‘Disco, Ibiza, Locomía’ es una aventura de principio a fin, que cuenta una historia y, a la vez, transmite un ambiente enternecedor que sale de la pantalla y se queda en la sala al terminar los créditos.
El corazón de la película radica en la concepción del grupo como una gran familia, que nace en Ibiza con una veintena de desenfadados jóvenes, y que termina en Hispanoamérica con una turba de groupies adolescentes igual de jóvenes y desenfadadas que los primeros.
Con unas buenas interpretaciones, una gran dirección y una brillante producción, la comedia coral de Kike Maíllo ha venido a alegrar la cartelera a partir del próximo viernes 17 de mayo. ‘Disco, Ibiza, Locomía’ es una película con todas las letras, que merece ser vista en la gran pantalla y ser disfrutada con los cinco sentidos.