Las series son como el pan de cada día. Llegas a casa, te tiras en el sofá, abres Netflix, Max o Disney+ y empieza el ritual: media hora dando vueltas al catálogo, leyendo sinopsis, viendo tráilers, y al final acabas viendo lo de siempre. Pero cuando por fin te decides a empezar algo nuevo, viene la gran duda: ¿Cuántos episodios tengo que ver antes de decidir si esto es un acierto o un completo desastre?
Todos hemos estado ahí. Empiezas una serie con ganas, pero pasan los minutos y nada, no conecta. «Aguanta un poco, que mejora», te dice un amigo. Pero claro, no siempre queremos esperar seis horas para ver si la cosa despega. O peor, terminas una temporada entera con la sensación de haber perdido el tiempo. Así que vamos a resolver esta gran incógnita de una vez por todas: ¿cuántos capítulos hay que ver antes de decidir si seguimos o pasamos a otra cosa?
La famosa regla de los tres episodios (y por qué a veces no sirve de nada)
Seguro que has oído hablar de la regla de los tres episodios. Se supone que el primer capítulo te presenta el mundo, el segundo consolida el tono y el tercero te deja claro si esto va en serio o si es mejor salir corriendo. Y ojo, que no es un mito: un estudio de Netflix reveló que el 70% de la gente que pasa del tercer episodio acaba viendo la temporada entera. O sea, que si aguantas hasta el tercero, hay muchas probabilidades de que termines enganchado.
Ejemplos de esto hay muchos. Breaking Bad, por ejemplo, tiene un primer capítulo brutal, pero no es hasta el tercero o cuarto cuando realmente explota. Stranger Things también necesita un par de episodios para que todo el misterio empiece a hacer efecto. Pero esta regla no es infalible. Hay series que van a fuego lento y no muestran su potencial hasta mucho después. The Expanse o Better Call Saul son ejemplos de series que no te atrapan de inmediato, pero si les das tiempo, te acaban dejando con la boca abierta.
Por otro lado, también está el caso contrario: series que arrancan con un piloto espectacular y luego se van desinflando. The Walking Dead es un clásico de esto: su primer episodio es de cine, pero con el tiempo se convierte en un bucle infinito de lo mismo. Según un estudio de Statsignificant (2023), las series con tramas largas suelen alcanzar su «momento clave» entre el episodio cinco y seis. Así que, no siempre el primer episodio es un reflejo real de lo que viene después.
No es lo mismo una comedia de 20 minutos que un drama de una hora
Aquí es donde hay que afinar. No es lo mismo darle tres oportunidades a un drama de una hora que a una sitcom de 20 minutos.
- Las comedias suelen mostrar su estilo desde el minuto uno. Si Brooklyn Nine-Nine no te hacen gracia en el primer episodio, difícilmente lo harán después.
- Los dramas y thrillers suelen necesitar un par de episodios para que la historia coja forma. Dark y Mindhunter no lo cuentan todo al principio, pero una vez que te metes en su atmósfera, es difícil salir.
- Las series de ciencia ficción y fantasía a veces necesitan más paciencia. The Witcher, por ejemplo, tiene un primer episodio caótico, pero si aguantas hasta el cuarto, todo empieza a encajar. The Expanse es igual: si te rindes en el segundo capítulo, te pierdes una de las mejores historias del género.
- Las series con episodios largos requieren un poco más de compromiso. Ver tres episodios de The Crown es como ver una película de tres horas. En cambio, tres capítulos de The Good Place se pasan volando. El tiempo que inviertes importa.
Según un estudio de ScienceDirect (2021) sobre hábitos de visionado, el 40% de los espectadores abandona una serie antes del tercer episodio si no hay un gancho claro, ya sea un cliffhanger o un personaje carismático. Así que si una serie no consigue atrapar tu atención en ese tiempo, es completamente normal que la dejes.
Confía en tu instinto (y no tengas miedo de dejarla)
Al final, no hay una fórmula perfecta. La regla de los tres episodios es un buen punto de partida, pero si al segundo ya estás mirando el móvil o luchando por no dormirte, ¿para qué seguir?. Si una serie te tiene que enganchar, lo hará tarde o temprano, pero si sigues viéndola por inercia o porque «todo el mundo dice que mejora», estás perdiendo un tiempo valioso que podrías usar para encontrar algo que realmente disfrutes.
Eso sí, hay series que valen la pena el esfuerzo. Si de verdad te interesa la historia pero sientes que todavía no ha despegado, puedes buscar opiniones (sin spoilers) para ver si merece la pena seguir. A veces, la paciencia tiene su recompensa.
Lo importante es que no hay una respuesta universal. Para algunas series, un capítulo es suficiente para saber si es lo tuyo. Para otras, necesitas al menos tres o cuatro. Y en algunos casos especiales, como Better Call Saul o The Leftovers, podrías necesitar hasta media temporada para darte cuenta de la genialidad que tienes delante.
Así que, la próxima vez que te preguntes si seguir viendo o cambiar de serie, escucha tu instinto. Si algo no te convence, pasa de largo. Pero si sientes que hay algo ahí, aunque sea pequeño, déjalo respirar un poco más. Porque a veces, las mejores series son las que tardan en enamorarte, pero cuando lo hacen, no hay vuelta atrás.