Vale, lo sabemos. Actualizar el software de la tele no es lo más divertido del mundo. Pero antes de que pongas los ojos en blanco y sigas viendo tu serie favorita, déjanos contarte algo: mantener tu Smart TV al día puede marcar la diferencia entre una experiencia fluida o un infierno de pantallas congeladas y apps que no se abren. Sí, tan dramático como suena.
Y es que los fabricantes no lanzan actualizaciones porque sí. Cada nueva versión trae mejoras de rendimiento, nuevas funciones y, sobre todo, arreglos para esos fallitos que todos odiamos. Es como darle un chute de energía a tu tele cada vez que se actualiza. Y lo mejor de todo es que no necesitas ser ningún experto ni pelearte con mil menús complicados.
Así que si tu tele empieza a ir lenta, si ves que la interfaz no responde o simplemente quieres sacarle el máximo partido, sigue leyendo. Aquí van 4 formas fáciles y rápidas de actualizar el software de tu televisor. Spoiler: la mayoría de ellas las puedes hacer en menos de cinco minutos.
Activa las actualizaciones automáticas (y olvídate del tema)
Vamos al grano. La forma más fácil de mantener tu tele actualizada es dejar que ella lo haga por ti. La mayoría de los modelos actuales (Samsung, LG, Sony y compañía) permiten activar las actualizaciones automáticas desde el primer encendido. Y si no lo hiciste entonces, no pasa nada: puedes activarlas en cualquier momento desde los ajustes.
Solo tienes que entrar en “Configuración” > “Soporte” > “Actualización de software” y marcar la opción de “Actualización automática”. Así de fácil. A partir de ahí, tu tele se encargará solita de descargarse las novedades cuando esté en reposo o por la noche.
¿La ventaja? Nunca más tendrás que preocuparte por si tienes la última versión instalada. Y además, te ahorras tener que revisar cada cierto tiempo si hay algo nuevo. Pura comodidad.
También puedes hacerlo manualmente (si prefieres tener el control)
Si eres de los que desconfían de dejar que los aparatos tomen decisiones por su cuenta (te entendemos), también puedes actualizar tu tele manualmente. Y no, no es complicado.
Solo necesitas tenerla conectada a internet (mejor por cable si puedes, pero también sirve por WiFi), y entrar en el mismo menú que antes: “Configuración” > “Soporte” > “Actualización de software” > “Actualizar ahora”. En unos minutos, tu Smart TV se pondrá al día.
Esta opción es ideal si no quieres que la tele consuma datos mientras duermes o si prefieres instalar las actualizaciones cuando tú decidas. Es como hacer limpieza general en casa: no es lo más emocionante, pero se nota la diferencia.
¿Tu tele no tiene internet? Toca tirar de USB
Hay gente que aún tiene su tele desconectada de todo (sí, tú, el de la tele vintage 4K que solo ve la TDT). Para esos casos, actualizar vía USB sigue siendo una opción válida.
Primero, entra en la página oficial del fabricante de tu tele y busca el modelo exacto. Allí encontrarás las últimas versiones del software. Descarga el archivo, cópialo a un pendrive (formateado en FAT32, por si acaso), y enchúfalo a uno de los puertos USB de la tele. A partir de ahí, el propio sistema detectará el archivo y te guiará por el proceso.
Eso sí, hazlo con cuidado. Asegúrate de que el archivo sea el correcto para tu modelo, no apagues la tele durante el proceso y no quites el USB hasta que te lo diga. Lo último que quieres es que tu tele se quede en modo “ladrillo”.
Usa tu asistente de voz (porque estamos en 2025, ¿no?)
Si eres de los que ya habla con la tele (con sentido, no gritando porque no cambia de canal), esto te va a gustar. Los asistentes de voz como Alexa o Google Assistant pueden ayudarte también con las actualizaciones.
Solo tienes que decir algo como “Alexa, busca una actualización de software para mi tele” o “Ok Google, actualiza mi tele”. Si tu modelo es compatible, el asistente te redirigirá al menú correspondiente o incluso iniciará la actualización por ti.
No es magia, es tecnología bien aprovechada. Y oye, poder actualizar la tele con solo decirlo es un pequeño lujo que merece la pena probar.
¿Y si algo falla? No entres en pánico
De vez en cuando, alguna actualización puede salir rana. Pasa. La tele se queda colgada, la actualización no termina o todo va peor que antes. ¿Qué hacer? Primero, respira. Luego, visita la web del fabricante y busca si hay un parche o una versión anterior que puedas reinstalar, normalmente vía USB.
Otra opción es reiniciar la tele de fábrica y volver a empezar desde cero. Sí, da pereza. Pero a veces es la única forma de arreglar un sistema dañado.
Igual que actualizas el móvil, el ordenador o incluso la consola, tu tele también necesita sus dosis de vitaminas digitales. No hacerlo no significa que vaya a explotar, pero sí que con el tiempo podrías estar perdiéndote mejoras de imagen, sonido, compatibilidad con apps e incluso nuevas funciones que podrían hacerte la vida más fácil (y entretenida).
Así que ya sabes: elige la forma que más te convenga —automática, manual, USB o por voz— y dale a tu televisor ese pequeño empujón que necesita. Porque al final, una tele bien actualizada es una tele feliz. Y tú, aún más.