Vamos a ser sinceros: las plataformas de streaming se están pasando tres pueblos. Que si subidas de precio cada dos por tres, que si no puedes compartir cuenta con tu primo, que si ahora necesitas pagar más para ver contenido en 4K… ¡Basta ya! Por suerte, existe una alternativa que mucha gente conoce pero no le saca el partido que se merece: Plex.
¿Y qué es Plex? Pues básicamente, una plataforma que convierte tu ordenador en tu propio servicio de streaming. Sí, sí, como lo lees. Tú montas tu “servidor” en casa, metes tus pelis, tus series, tus documentales, y luego los ves donde quieras: en la tele, en el móvil, en la tablet, en la nevera inteligente si hace falta. Y lo mejor de todo: sin cuotas mensuales para el uso local (salvo que quieras funciones más avanzadas, que ahora te cuento).
Si eres de los que tienen discos duros llenos de contenido descargado o grabaciones propias que no sabes ni dónde están, ha llegado la hora de poner orden y disfrutar de todo eso como se merece. Y créeme, una vez lo pruebas, no hay vuelta atrás. Aquí van 4 motivos de peso para montarte tu Plex en casa.
Todo tu contenido bien organizadito y con carátulas chulas
Una de las cosas más mágicas de Plex es que organiza tu biblioteca como si fuera una plataforma de pago. No tienes que andar renombrando archivos a mano ni buscando sinopsis en Google. Plex se encarga de todo: portadas, tráilers, descripciones, actores, géneros… ¡automáticamente!
Le metes una carpeta con tus pelis y ¡pam! De repente parece que estás en Netflix, pero con tus cosas. Y si eres un poco friki como yo, también puedes personalizar carátulas o elegir manualmente la información, pero de serie ya queda de lujo.
Y no, no hace falta que seas ingeniero informático. Plex escanea tus carpetas, reconoce los archivos y los coloca todo bonito. Es como pasar del caos al paraíso multimedia. Solo por esto ya merece la pena montarlo.
Lo ves donde quieras… con algún matiz
Aquí viene otra joya de Plex: es compatible con absolutamente todo. Que tienes una tele con Android TV, perfecto. Que usas un Fire Stick, también. Que tienes un móvil con iOS, Windows, Linux, lo que sea… también. Incluso puedes ver tu contenido en el navegador si te da la gana.
Y ojo a esto: ver tu contenido en red local (es decir, dentro de tu casa) es completamente gratis, incluso en el móvil. Eso sí, si quieres ver tu contenido fuera de casa, ahí sí cambia la cosa: a partir del 29 de abril necesitarás Plex Pass o una nueva suscripción llamada “Remote Watch Pass” para hacerlo. No es el fin del mundo, pero conviene saberlo.
¿Quieres compartir tu colección con tu primo el de Albacete? Si tú tienes Plex Pass, él podrá conectarse también desde su casa sin pagar nada extra. Pero si no lo tienes, o si él quiere acceder a otros servidores, tendrá que pagar esos 1,99 euros al mes de Remote Watch Pass.
Dale nueva vida a ese portátil viejo que tienes cogiendo polvo
Todos tenemos algún cacharro viejo por casa que ya no usamos. Un portátil que va lento, un mini PC olvidado en un cajón… Pues adivina qué: Plex no necesita un súper ordenador para funcionar.
Con que tengas un equipo decente de los últimos 10 años, ya puedes montarte tu servidor. Funciona en Windows, macOS, Linux, NAS, e incluso en routers avanzados o la NVIDIA Shield. Si no tienes nada a mano, te puedes pillar un mini PC baratito y montarte un centro multimedia de lujo por cuatro duros.
Eso sí, si vas a tener a mucha gente viendo cosas al mismo tiempo o si tus pelis están en resoluciones muy altas, quizá sí necesites algo con un poco más de músculo para evitar tirones. Pero para la mayoría, lo que ya tienes en casa vale perfectamente.
Gratis (de verdad), sin anuncios, sin límites en casa
Esto es clave: usar Plex con tu propio contenido en tu red local no cuesta ni un euro. Nada. Cero. Puedes crear bibliotecas, añadir pelis, verlas donde quieras dentro de casa y compartirlas, todo sin pagar.
Lo único que ha cambiado es el acceso remoto. Como te decía antes, a partir del 29 de abril hará falta pagar si quieres ver tu contenido cuando estás fuera de casa (en el móvil desde otra WiFi, por ejemplo). Pero oye, si solo lo usas en casa, no tienes que gastar nada. Y por si fuera poco, Plex no vende tus datos ni curiosea en tus archivos. Según ellos, ni siquiera ven qué películas tienes. Así que en cuanto a privacidad, vas servido.
Montarte tu propio servidor Plex es más fácil de lo que parece, más barato que cualquier suscripción y mucho más gratificante. Tú mandas, tú decides qué ver, cuándo, dónde y con quién. Sin restricciones, sin subidas de precio, sin historias.
Y si te mola el tema de autoalojar cosas, ahí tienes también alternativas como Jellyfin (gratuita 100%) o Emby. Pero para empezar, Plex es una opción ideal que te abre la puerta a un mundo de posibilidades. Así que ya sabes: saca ese disco duro olvidado, desempolva el portátil viejo y conviértete en el dueño absoluto de tu entretenimiento. Y de paso, dile adiós a las plataformas que ya no te dan lo que prometían.