No todas las pantallas de cine están hechas por igual: los cines Odeon Sambil de Leganés son, por ejemplo, los únicos en España con la tecnología HDR necesaria para ver «Del Revés 2» como Pixar quiere. Allí mismo se pre-estrenó este pasado domingo 16 lo último del estudio; y allí mismo estuvimos viéndola. Os traemos una crítica de esta película que se estrena el miércoles 19 de junio, el día que se celebran nueve años exactos desde el estreno de la primera parte.
«Del Revés 2» es la secuela de una de las propuestas más arriesgadas de Pixar. Tras una larga carrera como uno de los estudios de animación con mayor alcance, hemos visto a toda clase de objetos inertes cobrar vida de sus manos; juguetes, coches o monstruos peludos, entre otros. Cuando Pixar apostó en 2015 por una película que exploraría el sub-consciente y personificaría a los propios sentimientos, que rompería la cuarta pared y estaría estructurada a través de narrativas paralelas dentro y fuera de la mente de su protagonista, no todos lo vieron muy claro; no obstante, «Del Revés» acabó siendo todo un éxito que ha terminado por convertirse en el largometraje original más taquillero de su historia.
Pete Docter, director de la primera entrega, luchó durante cuatro largos años para conseguir que viera la luz
Siempre es una labor difícil, en términos de guion, el re-abrir una trama que quedó bien cerrada con la primera entrega. Ese es, probablemente, el aspecto más complejo al que se enfrentaba Meg LeFauve cuando se planteó una vuelta al universo «Inside Out». La primera trama quedó más que atada con una conclusión que catapultaba a Riley hacia la madurez: no todos los sentimientos son íntegros, y crecer es sinónimo de desarrollar una inteligencia emocional que nos permita ver la complejidad de los matices sensoriales en todas las situaciones de la vida. Con una resolución tan honesta y determinante, ¿cómo volver a accionar el mecanismo del conflicto para contar una nueva historia?
Sinopsis de ‘Del Revés 2’
«Del Revés 2» trata de comprender la mente de una Riley adolescente que se enfrenta a situaciones nunca antes sentidas. Así, al grupo que ya conocemos (Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco) se suman la Envidia, la Vergüenza, el Ennui (una especie de aburrimiento chic) y la Ansiedad. De nuevo, volvemos a ver dos tramas consecuentes y paralelas; aquello que le ocurre a Riley se refleja dentro de la mente, y todos los tejemanejes de las antropomorfas figuras de colores tienen su reflejo en la vida real.
La vida de la joven se ha enderezado tras su mudanza a San Francisco, hace ya dos años: tiene un grupo de amigas que lo son todo para ella y es la estrella de su equipo de hockey sobre hielo. Simultáneamente, en el interior de Riley, Alegría deshecha todos los recuerdos desagradables para permitir que Riley pueda vivir tranquila y sin preocupaciones, en un acto no muy meditado que inevitablemente tendrá consecuencias.
Cuando, la noche anterior a irse de campamento, unos obreros entran en la sede mental donde trabajan las emociones, actualizan la consola sensorial y presentan a las cuatro nuevas incorporaciones del equipo, ello desencadena en la inevitable llegada de la adolescencia. Riley intentará a partir de entonces hacerse un hueco en el presente para asegurar el bienestar de su futuro, olvidándose así de todo lo que aprendió en la primera película y retrocediendo aparentemente en complejidad emocional.
Lo nuevo de Pixar está lleno de altibajos
Ese es el mayor problema de la secuela: todo lo que se estableció con la primera resolución parece haberse desechado. La trama interna sigue el mismo arco que marcara «Del Revés» desde el primer momento, con una Alegría que no entiende que no podemos olvidar todo lo que nos resulte angustioso. Unas emociones perdidas dentro de la memoria a largo plazo, la dificultad para volver a la sede y los nuevos manejándose como pueden (pero desencadenando el absoluto desastre) al frente de la consola son algunos de los elementos repetidos. Este es un claro error de planteamiento que, sin embargo, podemos llegar a disculpar en función de las muchas otras virtudes de la cinta.
El gran acierto de «Del Revés 2» es el retrato que hace de la Ansiedad como una fuerza dominante y planificadora que poco a poco se va haciendo con el poder. La trama de la película termina girando en torno a ella y a las inseguridades que genera en una Riley que parece no necesitar ya a las viejas Alegría y Tristeza; y es indiscutible la importancia de que una película de este tamaño de producción y alcance, dirigida a público joven, hable de un tema tan complejo y universal sin tapujos ni metáforas.
Aunque la presencia de esta nueva inquilina deja su terrible e inevitable marca en la joven, cuando entramos en la sede, Ansiedad es un personaje divertido que se adentra en lo más profundo de nuestro subconsciente y nos ayuda a entender nuestros propios conflictos internos. El cuartel de «trabajadores» de la imaginación es uno de los hallazgos de la película, que racionaliza en graciosos monigotes de colores un síntoma ansioso en el que, en mayor o menor medida, todos podemos vernos reflejados.
El trabajo de Michelle Jenner como la dobladora de Ansiedad en la versión castellana ayuda a hacer de este conflictivo personaje un ser simpático que roza lo cómico
No se puede decir lo mismo de todo el elenco de dobladores al español, aunque subrayamos también la labor de Rigoberta Bandini en el rol de una divertidísima Envidia (cuya voz en el inglés original pone la también sobresaliente Ayo Edebiri) y, por supuesto, la espectacular repetición del veterano Fernando Cabrera en el papel de Miedo. Gemma Cuervo protagoniza una de las mejores escenas de la película en el papel de una Nostalgia personificada en tierna abuelita precoz cuya hora «no ha llegado todavía».
Otro de los momentos más indiscutiblemente brillantes de la película es «la cámara», el lugar en el que Riley guarda sus secretos más oscuros y que ofrece a los diseñadores un espacio para jugar con los distintos estilos de animación 2D y 3D, en una secuencia hilarante sin grandes repercusiones para la trama pero imposible de no disfrutar. Aunque el guión incurra en algunas repeticiones e incongruencias con respecto a la primera entrega, la dirección de la película es clara y cohesiva y, como ya nos tiene acostumbrados el estudio, se asegura de comprometernos emocionalmente y de que conectemos a un nivel profundo con la historia que nos cuenta.
Por supuesto, siendo marca de la casa tanto en Pixar como en Disney, la película es un festín visual que merece la pena disfrutar en una pantalla LED (que, de momento, en España solo pueden disfrutarse en los cines Odeon). Los personajes brillan por sus colores y por sus texturas, que establecen una clara diferencia entre el mundo de Riley y su consciencia. Echamos de menos la reconocida sintonía de la franquicia, obra de Michael Giacchino, que no ha repetido a la cabeza de la banda sonora.
En definitiva, «Del Revés 2» es una secuela muy secuela, a la que le falta la innovación e inventiva de la primera, pero que conserva su mismo sentido de dramedia, su característico estilo colorido y sus entrañables personajes. Este retorno a los entresijos de la mente solo nos hace desear volver al mundo de Riley, quizá dentro de otros nueve años, para seguir viéndola crecer y explorar de su mano todas las experiencias que acompañan a la madurez.
De momento, «Del Revés 2» se estrena en nuestro país el próximo miércoles 19 de junio, en exclusiva en salas de cine (aunque podemos esperar muy pronto tenerla disponible en Disney+).