Es la revolución de los últimos años: Dolby Atmos. Todos hemos escuchado alguna vez hablar de la importancia del nuevo sistema de sonido de Dolby. ¿Hasta que punto mejora la experiencia? aquí, como siempre, entran en juego varios factores a tener en cuenta. Que el dispositivo que usamos para emitir sonido (altavoces dedicados, barra de sonido, los altavoces integrados del propio televisor, etc.) soporte Dolby Atmos y lo decodifiquen, no quiere decir que vayamos a sacarle provecho o tan si quiera notar alguna diferencia.
¿De qué sirve, pues, que nuestra nueva y flamante televisión tenga la etiqueta de «Dolby Atmos«? Por una parte es interesante, ya que significa que Dolby ha certificado ese televisor como que es capaz de hacer passtrough de las pistas Atmos (comprimidas, eso si, luego lo explicaremos) hacia un dispositivo amplificador o barra de sonido. Por otra parte es puro márketing en tanto que, si nuestro televisor decodifica la señal Atmos y la escuchamos por los altavoces integrados del televisor, será exactamente igual que hacerlo con un simple estéreo o pista Dolby Digital normal.
Al margen de todo eso, debemos comprender también la importancia de que Dolby Atmos puede venir en dos vertientes: la versión comprimida (que no es más que una simple pista DD+ con la capa Atmos) que es la que usan todos los servicios de streaming del mercado (Netflix, HBO, Amazon, etc.) y es la «versión» que Dolby certifica en los televisores compatibles y luego tenemos la versión sin comprimir (pista TrueHD y la capa atmos), que requiere de un mayor ancho de banda y, si usamos nuestra TV como «puente«, hará falta que sea compatible con eARC para poder oirlas.
En AVPasión somos firmes defensores de que, para disfrutar de un buen sonido posicional y de efectos Atmos, necesitamos unos altavoces de techo de donde provenga directamente el sonido. Dado que es algo mucho más engorroso de instalar y configurar (y que mucha gente no tiene espacio para hacerlo, o falso techo), Dolby se sacó de la manga una serie de altavoces que suelen colocarse sobre los frontales y emiten el sonido hacia arriba (fire-up), rebotando las ondas en el techo y llegando a la parte posterior del oyente, un sistema que puede dar el pego en algunas escenas pero que…no tiene ni punto de comparación con una instalación real.
En cuanto al vídeo de hoy, hemos usado cuatro Magnat ICP82, unos modelos que están dando muy buenos resultados por 3 factores: su bajo precio (entre 60-80 euros la unidad), su tweeter orientable y que son de un diámetro considerable: 6.5″. Para la instalación hemos forrado toda la superficie de un material acústico con una absorción sonora del 90% (0.9 sobre 1) y pasado todos los cables por tubo corrugado para instalaciones eléctricas por el falso techo, hasta conectarlos al amplificador.
El resultado no podía ser más satisfactorio. Ampliamente recomendable para aquellos amantes del sonido de calidad y quieran mejorar sus instalaciones, especialmente para cine. La inmersión y la tridimensionalidad del sistema es absolutamente increíble. Como siempre, esperamos que el vídeo os sea de utilidad.