Un año después de la despedida de Jodie Whittaker como la Decimotercera Doctora, ‘Doctor Who’ vuelve por todo lo alto con tres episodios especiales repletos de caras conocidas. Para estos tres especiales —y para las próximas temporadas— vuelve como showrunner Russell T. Davies, que ya estuvo al mando de la serie entre 2005 y 2009. Antes de avanzar hacia delante con el comienzo de la nueva temporada, que será liderada por Ncuti Gatwa como la próxima encarnación del Doctor, estos tres episodios nos llevan de vuelta al pasado. El primero de estos tres, ‘La bestia estelar’, ya está disponible.
ATENCIÓN: A partir de este punto, habrá spoilers de la serie «Doctor Who». Si tienes intención de verla y no quieres enterarte de nada, ¡no sigas leyendo!
El último episodio de Whittaker acabó con un giro inesperado: al regenerarse, la cara que apareció en su lugar no fue la de Gatwa, sino la de David Tennant, que interpretó anteriormente al Décimo Doctor. La razón por la cual el Doctor se ha vuelto a reencarnar con esta cara en concreto sigue siendo una gran incógnita, pero el retorno de Tennant es una inyección de vitalidad en una serie que, en sus temporadas más recientes, había perdido un poco el rumbo.
En este primer especial, el Doctor aterriza en Londres con su Tardis, e inmediatamente se encuentra con su antigua acompañante: Donna Noble, interpretada por Catherine Tate.
Para los que necesiten refrescar su memoria o los que se estén uniendo a ‘Doctor Who’ ahora que empieza una nueva era: al final de la cuarta temporada, Donna absorbe todo el conocimiento del Doctor accidentalmente, y el Doctor se ve obligado a borrarle la memoria para que su mente no se destruya. Fue uno de los finales más trágicos de la historia de la serie, Donna sobrevive, pero pierde todos y cada uno de sus recuerdos con el Doctor, mientras que él tiene que dejarla atrás. Si Donna recuerda al Doctor, morirá.
Pero el universo parece tener el objetivo de ponerla a prueba (los problemas brotan entorno a ella en este episodio). Una nave espacial aterriza en Londres y, como no podía ser de otra forma, Rose, la hija de Donna, acoge a un pequeño y peludo alien en el cobertizo de su casa. El alien, que se presenta como Meep, está interpretado por la legendaria actriz Miriam Margoyles, y es uno de los mejores elementos del episodio; su apariencia adorable juega una mala pasada a los protagonistas, que se fían de él y acaban sufriendo las consecuencias.
El nivel de producción de este episodio es algo que no estamos acostumbrados a ver en ‘Doctor Who’. Gracias a un nuevo acuerdo con Disney+, plataforma en la cual se pueden ver los especiales, el presupuesto del que disponen es más alto que nunca. Algunas de las escenas de acción de este episodio habrían sido un auténtico sueño hace décadas para los primeros productores de la serie, que rellenaban los sets con Daleks de cartón cuando el presupuesto solo daba para unos pocos de verdad.
En ‘La bestia estelar’ vemos por primera vez el nuevo destornillador sónico del Doctor. Es tradición que con cada actualización de la herramienta, veamos una versión mejorada, pero esta vez el destornillador presenta una serie de habilidades nuevas que nunca antes habíamos visto. Aunque sus nuevas características lucen bien en pantalla, los efectos especiales están muy conseguidos, es posible que este destornillador sónico sea demasiado poderoso. Al fin y al cabo, siempre ha sido una simple herramienta para apoyar el intelecto del Doctor, y no una navaja multiusos con la que salir de cualquier enredo.
Por suerte, Davies, veterano de la serie, sabe cómo encontrar un equilibrio, y no deja que el lavado de cara afecte al corazón de la serie. El episodio mantiene la esencia “camp” que siempre ha tenido ‘Doctor Who’, llena de criaturas extrañas y aventuras absurdas. La primera parte del episodio, en la que vemos a Donna y su familia interactuar con el Doctor, todos ellos enredándose para evitar que Donna recuerde al Doctor, nos recuerda el aspecto más clásico y único de esta serie, que es cuando se desarrolla como una sit-com espacio temporal. ‘Doctor Who’, en su mejor versión, te hará llorar, te hará estresarte, pero, sobre todo, te hará reírte con sus diálogos rápidos e ingeniosos.
El episodio ha recibido algunas críticas por parte de los fans más conservadores, que están en desacuerdo con lo que consideran una “inclusión forzada”. La hija de Donna, Rose, es una mujer trans, y en el episodio, se habla sobre este tema y sobre la cuestión de los pronombres que cada uno prefiere para sí mismo. Por suerte, aquellos que consideran que ver al Doctor hablar de estas cuestiones queda anti-natural, metido con calzador, son una minoría.
La gran mayoría del fandom de ‘Doctor Who’ conoce bien la serie, y saben que siempre ha tenido una tendencia progresista. Es admirable por parte de Russell T. Davies que, después de la era de Jodie Whittaker —que también fue criticada por ser excesivamente “liberal”—, haya optado por seguir remando en esta dirección en vez de ceder y dar pasos hacia atrás.
En conclusión, el episodio es bastante completo. Quizás no sea la historia más memorable que hemos visto —probablemente no será recordado como un episodio clásico de ‘Doctor Who’—, pero es entretenido, es gracioso, y es emotivo. La química de David Tennant y Donna Noble está intacta, como si no hubiera pasado ni un solo día desde su salida de la serie, y es un regalo poder verlo otra vez.
Como cada vez, la regeneración del Doctor viene de la mano con un rediseño del interior de la Tardis. La icónica máquina del tiempo tiene una apariencia completamente nueva, más grande y futurista que nunca. Sin duda, es un escenario perfecto para el Doctor que pronto veremos encarnado por Gatwa, pero, por ahora, ver a David Tennant correr como un niño por sus renovadas pasarelas nos recuerda que, indudablemente, nació para interpretar este papel. Afortunadamente, podremos verle un poco más durante las próximas semanas. El siguiente especial, ‘La salvaje y azul lejanía’.
Podéis ver «Doctor Who: La bestia estelar» en la plataforma de streaming Disney+.