El tercer episodio de la decimocuarta temporada de ‘Doctor Who’, adecuadamente titulado ‘Bum’, es un cambio de ritmo inesperado pero agradecido. Acorde con esta nueva de ‘Doctor Who’ tan repleta de caras conocidas, este episodio está escrito por Steven Moffat, showrunner de la serie de la temporada 5 a la 10. Entre otras cosas, Moffat es el responsable de una de las incorporaciones más notables al lore de ‘Doctor Who’, la raza antagonista y espeluznante de los Weeping Angels (ángeles llorones).
¡OJO SPOILERS! A partir de aquí podría haber spoilers de la temporada 14 de Doctor Who
Tras el despliegue de magia y fantasía del episodio anterior con la amenaza de Maestro, este episodio supone un retorno a las raíces de ciencia-ficción de la serie. Nos situamos esta vez en un planeta —Kastarion 3, según el Doctor— y un futuro lejanos. El planeta está devastado por la guerra entre una orden de anglicanos militarizados y los kastarianos, nativos del lugar, que, según cuentan, se esconden en la niebla o en el barro.
El episodio comienza con la muerte de dos soldados anglicanos. Desde la TARDIS, que acaba de aterrizar, el Doctor escucha sus gritos y acude rápidamente a ayudarles. Sin darse cuenta, pisa una mina que le deja inmovilizado durante el resto del episodio.
El resultado es un episodio minimalista. A pesar de su ambientación futurista —que en el pasado habría sido un set de cartón piedra pero ahora el presupuesto permite crear digitalmente—, ‘Bum’ se articula a través de la palabra mucho más que la acción. Todo el episodio gira alrededor del Doctor, Ruby, y un par de personajes más intentando encontrar la forma de desactivar la mina. Para complicar todo aún más, el hecho de que el Doctor sea un Señor del Tiempo significa que su cuerpo reaccionará de forma distinta a la explosión. Si la mina se detona, no solo morirá él; provocará una explosión que destruirá medio planeta.
Más allá de los kastarianos, los soldados se enfrentan también a otro problema. El campo de batalla está repleto de “ambulancias” que funcionan con inteligencia artificial; detectan los problemas y toman la decisión de curarlos o, alternativamente, de poner fin a la vida del herido.
Si a alguien le quedaba aún alguna duda de que Ncuti Gatwa es un Doctor brillante, este episodio seguramente haya acabado con ellas. El Doctor llora, canta, se tiene sobre un pie, ríe y recita poesía mientras intenta mantener la calma con su pie sobre la mina. Intenta distraerse a sí mismo de la situación en la que se encuentra, y, en el proceso, casi consigue distraernos a nosotros. Es refrescante ver a un actor apostar por una versión tan propia del personaje, con una personalidad discernible de las anteriores pero aún así posee indudablemente la esencia del Doctor.
Millie Gibson tampoco se queda atrás en este episodio. Ruby Sunday sigue siendo un misterio; al igual que en el primer capítulo de la temporada, los personajes se ven de nuevo envueltos en una ligera nevada proveniente del recuerdo de Ruby de la noche de su nacimiento. Cuando Ruby es disparada por uno de los soldados y la ambulancia intenta identificarla, se atasca repitiendo una y otra vez que sus parientes más cercanos son desconocidos. Aunque pasa una parte del episodio inconsciente, Gibson aprovecha sus pequeños momentos para establecerse como una acompañante potente.
Uno de los rasgos característicos de las acompañantes del Doctor es que son, ante todo, gente normal. No son, en el sentido típico de la palabra, “especiales”. Son personas cualquiera, cuyos caminos se cruzan por casualidad con el del Doctor. La serie siempre ha lanzado ese mensaje a su público de que ser una de esas personas privilegiadas que acompaña al protagonista en sus aventuras está al alcance de todos, sin importar su procedencia.
Ruby Sunday, con la cuestión de su origen desconocido y todo el misterio que la rodea, es un cambio en este paradigma. Hay algo intrínseco a ella que hace que el Doctor la elija como acompañante, lo cual podría ser un punto negativo en su desarrollo de personaje. Por ahora, sin embargo, Ruby es suficientemente interesante por sí misma y sin necesidad de ser “la elegida”.
El episodio aprovecha su contexto bélico para hacer un alegato en contra de la guerra. Aunque no es, ni mucho menos, la primera vez que algo así sucede en ‘Doctor Who’ —el Doctor siempre se posiciona en contra de la guerra—, en este episodio su discurso adquiere un carácter más específico que llega con un giro narrativo.
Los anglicanos, motivados por su fe ciega, llevan años luchando una guerra contra sí mismos. Los kastarianos no son invisibles, no se encuentran en la niebla ni en el barro— simplemente no existen. El conflicto no es más que un plan elaborado de Villengard, una empresa fabricante de armas, para generar beneficios.
El mensaje, aunque bien intencionado, se acaba perdiendo en la confusión. ‘Bum’ intenta ser a la vez una crítica contra el capitalismo, la inteligencia artificial, la guerra y el fanatismo religioso, y está lleno de contradicciones. El Doctor, que critica ferozmente la fe, reconoce también la necesidad de mantenerla. Esto se puede observar como una incongruencia narrativa, pero también como uno de los puntos más interesantes de la serie en su conjunto.
El Doctor es un personaje complicado; un alienígena con dos corazones que escapa de su propio planeta para viajar por el espacio-tiempo e intenta ayudar a todo aquel que lo necesite. Está en contra de la guerra, y a la vez es el guerrero más importante de todos los tiempos. No quiere hacer daño a nadie, pero su muerte podría causar la destrucción de medio planeta. Episodios como este, aunque no sean perfectos en sí mismos, enriquecen todavía más a un personaje que lleva más de 60 años adquiriendo capas y capas de desarrollo.
Un pequeño gran detalle sobre este episodio de ‘Doctor Who‘ que quizás no todo el público sepa es que nos ha dado a conocer a una nueva acompañante del Doctor. Y no, no se trata de Ruby. Una de las anglicanas, una soldado llamada Mundy Flynn, aparece al principio del episodio, y al final su camino y el del Doctor se separan. Podría parecer un personaje más, como muchos otros cuyos arcos se limitan a un único episodio. Sin embargo, la actriz que interpreta a Mundy, Varada Sethu, ha sido anunciada ya como la acompañante del Doctor para la próxima temporada en sustitución de Millie Gibson. No sabemos cómo ni cuándo, pero la volveremos a ver.