El quinto episodio de la decimocuarta temporada de ‘Doctor Who’, titulado ‘Punto y Burbuja’, parece algo que no es durante la mayoría de su duración.
¡OJO! A partir de aquí puedes encontrar spoilers de la serie Doctor Who
Esta semana la serie continúa plantada en el territorio del terror en el que la colocó ‘73 yardas’ la semana pasada, sustituyendo esta vez el folk horror por un enfoque más ‘Black Mirror’. Nos situamos en Finetime, un mundo futurista y aparentemente utópico en el que cada habitante tiene un Punto, un pequeño dispositivo flotante que, al activarse, genera una burbuja alrededor de su cabeza en la que pueden comunicarse con otra gente. Un smartphone envolvente y ultra-evolucionado, digamos.
El problema, como descubrimos rápidamente, es que los habitantes de Finetime llevan a cabo sus vidas inmersos en su burbuja. El contacto físico es inexistente; no se hablan por otro medio que no sea virtual, y es el mismo sistema operativo el que dicta hacia dónde se mueven, indicándoles con detalle cada paso que deben dar. Sin su Punto, están perdidos. En Finetime, la gente está tan inmersa en su burbuja que ni siquiera se da cuenta de que su ciudad está plagada por enormes babosas come-humanos, y que la población está desapareciendo paulatinamente.
El episodio de esta semana vuelve a ser bastante “Doctor-lite”; se centra desde el principio en la figura de Lindy Pepper-Bean, una de las habitantes de Finetime. El Doctor y Ruby no son capaces de adentrarse en la ciudad debido a su fuerte seguridad, pero consiguen comunicarse con ella a través de su burbuja desde la TARDIS. Al principio, Lindy rechaza las llamadas del Doctor y se niega a aceptar sus advertencias sobre lo que está ocurriendo en su ciudad; prefiere seguir metida en su burbuja. Finalmente, es Ruby la que consigue que, poco a poco, les haga caso y ponga en acción su plan para que los ciudadanos restantes puedan evacuar la ciudad por medio de unos pasadizos.
La experiencia de ver ‘Punto y Burbuja’ es extraña; la historia no es mala, pero tampoco muy original. Parece un episodio de ‘Black Mirror’ de los menos interesantes, una metáfora reutilizada sobre los peligros de las redes sociales emparejada con unos monstruos poco interesantes y sin personalidad. Parece un episodio de relleno, de esos que todo el mundo preferirá olvidar cuando acabe la temporada. A todo esto se le añade el hecho de que la protagonista es insoportable; viendo el episodio no puedes parar de preguntarte por qué habrán elegido hacer a Lindy tan antipática y maleducada si se supone que tenemos que querer que sobreviva.
Pero esa es precisamente la cuestión; Lindy no es la heroína de la historia. Los últimos diez minutos del episodio contienen un giro narrativo que recontextualiza todo lo que hemos visto. Todo empieza a torcerse cuando Lindy, sin pensárselo dos veces, sacrifica a otra persona para asegurar su propia supervivencia. Cuando por fin llega a donde están el Doctor y Ruby, se encuentra con que un grupo de gente de Finetime que ha conseguido escapar y planean salir a explorar y “dominar” el mundo salvaje exterior. De pronto, el episodio adquiere un tono distinto, todo empieza a oscurecerse cuando empezamos a darnos cuenta de lo que está ocurriendo.
Y es que las pistas estaban ahí desde el principio. Lindy aceptando la llamada de Ruby, pero rechazando rotundamente la del Doctor, y escandalizándose al ver que la están llamando desde la misma habitación. El lenguaje colonialista de los que consiguen escapar.
Y lo más importante, algo tan obvio que parece increíble que no nos hayamos dado cuenta: todos los ciudadanos de Finetime son blancos. Todo concluye en un momento muy duro de ver; el Doctor ofrece a los supervivientes subirse a la TARDIS para buscar un nuevo lugar en el que vivir pacíficamente, pero ellos, motivados por su racismo, rechazan la oferta. Llaman vudú a la tecnología avanzada de la máquina del tiempo, y dicen que deben alejarse de él antes de “contaminarse”.
En sus miles de años viajando por el espacio-tiempo el Doctor se ha encontrado con todo tipo de situaciones, algunas en las que ha triunfado y otras en las que no. Pero nunca jamás ha sido incapaz de salvar a alguien simplemente porque no quieran aceptar su ayuda.
El episodio no trata sobre la inteligencia artificial ni las redes sociales, sino sobre los peligros de las burbujas creadas por la supremacía blanca y potenciadas por las redes. No ofrece ninguna solución, ningún discurso motivador que haga ver a los personajes su error, ninguna lección aprendida. El Doctor intenta salvarles, ellos le rechazan y se alejan hacia una muerte segura, mientras él solo puede observar incrédulo y gritar incrédulo y desesperado. Una semana más, la interpretación de Ncuti Gatwa es estelar.
Lo curioso de ‘Punto y Burbuja’ es que no ocurre nada que tenga que ver con el arco narrativo de la temporada. No descubrimos nada nuevo sobre el origen de Ruby, ni sobre la amenaza inminente a la que han estado aludiendo toda la temporada.
Pero es posiblemente el episodio más importante de la temporada hasta el momento, y sin duda el de más peso para esta encarnación del Doctor. Incluso en su etapa como una mujer (Jodie Whittaker encarnó a la decimotercera versión del personaje), su brío característico conseguía imponerse y la dejaba cumplir su papel sin problemas. Ahora, el Doctor vive en sus propias carnes la injusticia y solo puede llorar ante este sinsentido.
La reacción de Ruby también es importante en esta escena; a pesar de ser blanca, Ruby pertenece a una familia adoptiva negra que sin duda se ha tenido que enfrentar incontables veces a este tipo de discriminación. De hecho, es ella la que se da cuenta primero de lo que está ocurriendo al hablar con los supervivientes de FInetime. Ruby sabe que es imposible razonar con ellos, y se rinde inmediatamente.
Pero el Doctor no es humano, es un alienígena y no es capaz de procesar que alguien pueda elegir la muerte por encima de su ayuda por algo tan trivial como su color de piel. Para él, su apariencia es algo arbitrario, una piel más que le ha tocado en la lotería de la reencarnación. En el contexto de la humanidad, esta se carga de significado.
Este breve momento en un episodio aparentemente irrelevante tiene una importancia incalculable, y no debería quedar olvidado de cara al futuro de Gatwa como el Doctor. Es algo que debería afectar al personaje de forma significativa e influir en su forma de ver las cosas.
La semana que viene, el Doctor y Ruby viajan por primera vez en la temporada al pasado, a la época de la Regencia británica en el sexto episodio, ‘Rogue’, que contará con la aparición del actor Jonathan Groff (‘Glee, ‘Mindhunter’).