Hoy vamos a ver que hay detrás de el audio en alta deficición. Me centraré en los formatos de música aunque esto se puede extrapolar a los formatos de audio que se usan en las películas.
De una parte tenemos música en archivos. almacenada en memorias o en streaming. Por otra en soporte físico, los mas conocidos CD, SACD y DVD-Audio, aunque hay más en soporte Blu-ray y otros que hoy no voy a tocar.
¿Quien no ha oído música en MP3?
Es el archivo de música por excelencia que a popularizado internet, permitiendo su uso masivo en todo tipo de dispositivos electrónicos. Para nuestra desgracia este formato maduró cuando aún las operadores de internet / telefonía no nos daban una velocidad muy alta y la cuota mensual de datos para el móvil era bastante escasa, por ser finos.
Si se hubiese adoptado un formato de mayor calidad hablaríamos de un escenario totalmente distinto.
Partamos de una audición de una pieza de música de solo piano para mostraros un ejemplo. Si esta pieza la transformamos desde un CD a un MP3 o a otro sin compresión pero de baja calidad, apreciaremos como se pierde gran parte de la información: sonará más plana, con menos dinámica, perderemos gran parte de la tímbrica que nos dan los armónicos y las vibraciones del resto de las cuerdas al tocar una nota.
El flujo de datos que sale de un archivo comprimido o de baja resolución es menor que otro con una resolución más alta y sin compresión. ¿Por qué ocurre esto?
El mundo real es analógico y nuestro sistema auditivo también. Las ondas de los sonidos las percibimos con toda su información. Si en el mundo digital la información es binaria y esta contenida en unos y ceros, en el mundo analógico la información que hay entre un 1 y un 0 es infinita, pues infinitos son los valores que se pueden dar dentro de ese intervalo.
Explicándolo de otra manera. Si una onda la dividimos en segmentos cuyos valores sean 1 y 0, cuanto mas grandes sean estos segmentos mas información perderemos, al revés, a segmentos mas pequeños (mas definición) menos información perdemos.
Un mosaico bizantino es la expresión de una realidad hecha con cuadraditos. Si los cuadraditos son más pequeños, mas definido quedará el mosaico, menos información perderemos. Pues lo mismo en la música.
Cuando hablamos del audio digital lo expresamos en Khz y bits. Así, por ejemplo, veremos que cuando hablamos de un CD nos referimos a 44.1 khz 16 bits (este es el estándar). En el sonido de alta definición vemos valores de 88,2 khz, 96 khz, 192 khz, …y tasas de 24 y 32 bits (dejo para otra ocasión el caso de los SACD que funcionan a 1 bit).
Los Kilohercios (Khz) es el número de veces que tomamos una muestra y los bits la profundidad de la palabra (o el tamaño de los segmentos). A mas muestras la representación de la onda original será mas fidedigna. Un mayor número de Khz nos da un mayor rango de frecuencias (se tiende a aceptar que el rango de frecuencias audible del ser humano esta comprendido entre 20 y 20.000 khz).
Y a más bits mas dinámica. Es decir, si tomamos una onda que parta del silencio absoluto para llegar al estruendo total, a mas valores de 1 y 0 mas detalle tendremos perdiendo menor información o el camino.
Describo esto con un dibujo para que se entienda mejor
Viendo esto no es difícil darse cuenta que el flujo de datos que nos da un audio con mas khz y bits es superior a uno con una tasa menor. He aquí la importancia del audio en alta definición: reproduce más fielmente la realidad analógica.
¿Hasta que khz y bits es necesario llegar para que el oído humano no sepa distinguir ya esta diferencia? No os puedo dar una respuesta a esto, pero a mas khz mas información y mas flujos de datos. Los estudios de grabación tienden a grabar sus masters en frecuencias superiores a las de un CD y en 24 bits, cuando no en 32 bits. Este tema es importante, dado que la manipulación del sonido para su posterior grabación en un soporte físico o almacenamiento en archivo hace que se pierda información por el camino.
Hay que tener en cuenta que lo primero y básico es partir de una grabación buena. Por mucha alta definición que nos proporcione un audio, si esta grabado con mala calidad no podremos hacer nada por mejorarlo. No menos importante es tener un equipo en condiciones para reproducirlo y una estancia adecuada. Si se dan estas premisas podemos tener grandes momentos de disfrute con ese audio en HD.
Así que ya sabéis, cuidad vuestros oídos para poder oír estas delicias Hi-Res.