¡OJO Spoilers de la serie El Pingüino!
El episodio de la semana pasada de El Pingüino nos dejó con Oz estableciéndose en el sistema de túneles subterráneos de Gotham para empezar su negocio del Bliss desde ahí. Por su parte, Sofia Gigante (anteriormente Falcone), harta de las mentiras de Oz y de su propia familia, se alía con su rival Sal Maroni.
Esta semana empezamos con un pequeño salto en el tiempo no especificado, pero que podemos asumir que es de semanas o quizás unos meses. Las cosas parecen ir sobre ruedas para Oz y Vic, que ha adoptado la posición de mano derecha de su jefe en la nueva operación. Pero, en Gotham, nada puede ser tan fácil, y hacerse con el poder supone también hacer muchos enemigos nuevos.
El Pingüino ha sido, hasta ahora, una excelente aportación a la pequeña esquina del universo DC que habita el Batman de Matt Reeves. Sin embargo, también ha sido una cadena de sucesos que se van acumulando en preparación para algo mayor. Con 6 episodios estrenados, la sensación de que las piezas todavía se están colocando sobre el tablero sin llegar a avanzar, comienza a pesar un poco sobre la narrativa. Cada episodio se mueve a un ritmo pausado y se acaba con un “cliffhanger”, con la promesa de algo más, de un clímax que nunca acaba de llegar.
Mientras que en episodios anteriores el contenido era tan entretenido o interesante que no podíamos quejarnos del desvío (cada minuto de ‘Cent’anni’ fue de disfrute), en este sexto episodio, ‘Cumbre de oro’, uno no puede evitar empezar a mirar el reloj y preguntarse cuándo va a suceder algo de verdad.
Primero fue la alianza de Sofia y Oz, luego la traición, después la matanza de todos los Falcone, la unión de Sofia con Sal… En este caso, al menos se puede decir que el final promete grandes cosas, y que, con tan solo dos episodios por delante, parece que nos acercamos finalmente a ese momento en el que toda la anticipación de sus frutos.
Más allá de su problema de ritmo, el episodio ofrece un contraste interesante entre los métodos —y las personalidades— de Sofia y Oz. Al final del día, su diferencia más esencial, la que determina su forma de ver el mundo, viene condicionada por la clase a la que pertenecen.
Oz viene de los márgenes de la sociedad, y ha tenido que pelear ferozmente por todo lo que tiene. Está en su naturaleza manipular y traicionar a los demás, y sobre todo actuar movido por su propio orgullo. Sofia, por su parte, ha nacido en la riqueza. Aunque labrarse su propio camino dentro de su familia ha sido un infierno para ella, tiene cierta ventaja sobre Oz.
Por otro lado, como comenta en una conversación durante el episodio con Eve, la amante de Oz (quizás la mejor escena del episodio), nunca tendrá la certeza de que los que la rodean no van a traicionarla. En lugar de utilizar este contraste para mostrar preferencia por un personaje u otro, la serie lo presenta de manera que hace que podamos empatizar mucho más con ambos.
Las interpretaciones de todo el elenco principal siguen siendo de lo mejor de cada episodio, incluso cuando el guion se tambalea y no acaba de estar a la altura. Esta semana, Rhenzy Feliz vuelve a tener la oportunidad de brillar en un momento que cambiará la trayectoria de la vida de Vic. Una vez más, Cristin Milioti interpreta a Sofia con una profundidad y una agresividad que hacen de sus escenas las más cautivadoras—en especial las que comparte con Sal o con Eve.
Colin Farrel consigue encontrar los puntos más reales y emotivos en un personaje que es todo artificio, haciendo que veamos al hombre detrás del acento y el maquillaje del Pingüino. Las escenas con su madre nos permiten ver una sensibilidad especial en Oz, pero, cuando la serie lo requiere, Farrel puede irse al extremo más sobreactuado. En la escena final del episodio, es su interpretación solemne la que hace mínimamente creíble una situación insólita.
¡OJO Spoilers! A partir de aquí habrá spoilers del sexto episodio de El Pingüino
Para Sofia, este episodio va de encontrar aquello que a Oz más le importa para arrebatárselo como él le arrebató a su hermano Alberto. Su primera opción es su amante Eve que, como todo Gotham, piensa que Sofia es una asesina serial de mujeres. Eve la recibe en su casa preparada para ser asesinada, y le pide únicamente que le perdone la vida a sus chicas. Sofia le cuenta la verdad, y las dos mujeres encuentran un inesperado terreno común.
Aunque sus procedencias son completamente distintas, el hecho de ser mujeres las une de una forma que Oz no podría entender, y Eve se da cuenta de que él no está preocupado por protegerla. Sofia, que no mata por matar, le perdona la vida. A cambio, Eve le dice que la nueva base de operaciones de Oz se encuentra en Crown Point.
Por otro lado, Oz consigue, a través de la manipulación, poner de su lado a todas las pandillas más importantes de Gotham. Su plan es bruto pero funciona: reparte Bliss gratis por las calles para generar demanda, de tal manera que las pandillas de ese territorio no tienen más remedio que unirse a él a pesar de la intimidación de Sofia.
En el gran discurso que da delante del resto de jefes, cuesta creerse que él mismo se crea la mitad de lo que les está diciendo, pero lo vende como un discurso de clase inspirador en el que caen todos. Poco a poco, todos van convenciéndose de lo que dice: es mejor trabajar con los que odias que con los que no se molestan ni en aprenderse tu nombre.
Ahora sí que sí, las cosas parecen posicionadas para la gran batalla final de bandos que, esperamos, se librará a lo largo de los dos últimos episodios. Es una cuestión de Maronis y Gigantes contra todos, pero, sobre todo, es una cuestión de Sofia contra Oz—los de arriba contra los de abajo.
El sexto episodio de El Pingüino ya está disponible en Max.