‘El último late night’, la película del dúo de hermanos cineastas de Australia formado por Cameron y Colin Cairnes, cuenta la historia de Jack Delroy, el presentador de un programa de televisión de late night llamado Night Owls que se vende para mantenerse a flote y conseguir una audiencia mayor. Lo que hace de la película una experiencia emocionante es que Delroy se vende no a una empresa ni a un gran estudio, sino al diablo.
No es poco común en el cine de terror que se utilice un elemento de género —en este caso, la posesión demoníaca— para hablar de un problema real. La idea de que la televisión puede ser un medio maligno en sí mismo no es revolucionaria, pero ‘El último late night’ utiliza el mecanismo del “found footage” para colocarnos detrás de las escenas y enseñarnos cómo se aprovechan de la susceptibilidad de las audiencias.
En la noche de Halloween, en la que hasta los más escépticos son capaces de creer en algún tipo de más allá, en algo que acecha entre las sombras, Delroy prepara un programa lleno de giros para hacer temblar a sus espectadores. Lo que no se espera es que vender su alma por los números le vaya a salir más caro de lo que pensaba, y que su programa vaya a tener más sorpresas de las que él mismo tenía planeadas.
¡OJO! A partir de aquí tendrás spoilers de ‘El último late night’
Todo comienza con el primer invitado, Christou, un médium que asegura poder comunicarse con los muertos. Aunque, en principio, parece un impostor, poco a poco la película intenta convencernos de que quizás, solo quizás, podría estar ocurriendo algo sobrenatural. Las cosas se tensan con la llegada de la doctora June y una niña, Lilly, una superviviente de una secta que, supuestamente, está poseída por un demonio.
Lo que vemos es una cinta del episodio completo grabado mezclada con fragmentos de lo que ocurre durante los cortes publicitarios. El tono realista del falso directo es convincente y hace que nos podamos poner en el lugar de la impresionable audiencia con facilidad. La unidad espacio-temporal hace que nos sintamos como si estuviéramos dentro de una olla a fuego lento. La tensión se masca en el aire desde el principio; sabemos que todo se va a torcer y no hay forma de evitarlo.
La interpretación de David Dastmalchian en el papel de Delroy es lo que tira de la película durante toda su duración y hace que no perdamos el interés. Incluso cuando todo comienza a salir mal, incluso cuando el demonio que está presente en el estudio de grabación le ataca directamente y todo se convierte en un tema personal, vemos como Delroy no afloja.
No hay nada que no esté dispuesto a hacer para conseguir un programa impactante. A medida que avanza la película las cosas que suceden en Night Owls se vuelven más y más extrañas. Llegan noticias del fallecimiento de Christou al irse del programa, y la gente empieza a dudar de lo que están haciendo, pero Delroy sigue adelante sin reparos.
Los personajes de la película están elegidos con precisión para resaltar el carácter de Delroy. Por un lado, tenemos a su “sidekick” del programa, Gus, que le advierte constantemente sobre el peligro que corren, pero es percibido por todos como un cobarde. En el otro extremo está otro de los invitados de la noche, Carmichael Haig, un antiguo mago, que se dedica ahora a desenmascarar a todos aquellos que dicen tener habilidades sobrenaturales.
Y luego tenemos a Delroy, a medio camino entre el creyente y el escéptico. Lo más brillante de este personaje es que nunca llegamos a tener claro lo que piensa; cuando las cosas se vuelven más extrañas no le importa si son reales o no, solo lo que pueden hacer para su programa.
La hora y media de película, que transcurre en 1977, es una recreación perfecta de los programas de late night de los años 70. Su estética y su humor, en conjunto con los primeros indicios del “satanic panic” en el que quedaría sumida la nación de Estados Unidos en la década siguiente, le dan a la película un contexto potente, además de hacerla aún más verosímil. Viendo ‘El último late night’ no es difícil ponerse en la piel de una persona en los años 70 que, desde su casa, habría dudado de sus propias creencias al ver un espectáculo semejante en su pequeña pantalla de televisión.
La película avanza deliberadamente despacio, forzándonos a vivirlo todo en tiempo real como miembros de la audiencia, pasando por la misma confusión que todos ellos. El precio a pagar por este efecto es que la película parezca más larga de lo que realmente es.
El problema más llamativo de la película es su incapacidad de cumplir con su propia propuesta. En teoría, lo que estamos viendo es la grabación real del programa de Night Owls, con fragmentos del “behind the scenes” para que podamos entender mejor lo que está ocurriendo. De manera incomprensible, sin embargo, estos momentos en los que suceden los cortes publicitarios están filmados en un estilo tradicional de plano/contraplano, olvidando por completo su premisa casi documental, lo cual rompe un poco la ilusión de verosimilitud.
En los meses desde su estreno mundial, ‘El último late night‘, que en un principio había sido bien recibida tanto críticamente como por los exigentes fans del género del terror, se ha enfrentado a una oleada de críticas. Más allá de su propuesta visual y narrativa que enamoró a tantos en un principio, hay un elemento de la película que despertó la ira entre los más cinéfilos: su uso de inteligencia artificial.
Y es que las transiciones que vemos en pantalla para indicar los cortes publicitarios del programa ficticio, pequeñas animaciones inspiradas en los años 70, fueron creadas con ayuda de la IA. Aunque parezca una nimiedad, es innegable que esta nueva tecnología ha comenzado a infiltrarse en el mundo del arte, y es importante evitar que acabe sustituyendo la creatividad.
‘El último late night’ tuvo su estreno en España el pasado 24 de mayo. A pesar de su excelente recepción por parte de la crítica (su puntuación en el agregador de Rotten Tomatoes es de 97%), la película pasó por taquillas sin pena ni gloria, y muchos no llegaron ni a percatarse de su existencia. La razón por la que hablamos de esta película ahora, un mes después de su estreno, es su llegada a las plataformas digitales. Por suerte, cualquier persona que se perdiera su estreno en salas, podrá disfrutar de ‘El último late night’ desde el confort de su casa a través de Filmin.