Los últimos informes indican que cada 90 segundos, una persona estaba dispuesta a visitar un sitio web desconocido y proporcionar sus datos personales para acceder a supuestas transmisiones gratuitas.
En uno de ellos, el servicio BeStreamWise creó una marca ficticia diseñada para imitar los servicios de transmisión ilegal, y ofreció a los viajeros en la estación de Paddington acceso ilimitado y gratuito a contenido en streaming de televisión, películas y deportes. Con la ayuda de Jenny Radcliffe, una ingeniería social y hacker de personas, quien invitó a los transeúntes a registrarse en el servicio accediendo a un enlace desconocido desde su dispositivo personal y aceptando proporcionar una serie de datos personales.
Los participantes luego fueron alertados de que la marca en realidad no era un servicio de transmisión en absoluto, y se había creado para demostrar los riesgos involucrados en acceder a contenido de fuentes no oficiales.
Grandes estafas por el streaming gratuito
Estos servicios no oficiales son operados cada vez más por redes criminales avanzadas, que a menudo participan en otros tipos de delitos. Al acceder y registrarse en estos servicios, los usuarios sin saberlo pueden ser objeto de fraudes, estafas y robo de identidad. Tanto es así que Radcliffe indicó: «La percepción de que las transmisiones ilegales son un delito sin víctimas es completamente inexacta. Los sitios que alojan estos servicios están llenos de enlaces maliciosos, puertas traseras y trucos para acceder a la información digital y financiera de las personas, lo que les brinda a los criminales profesionales una invitación abierta para robar a cualquiera que participe en estas actividades. Ya sea con cargos múltiples en tarjetas de crédito, la instalación de malware en dispositivos, el acceso a cuentas bancarias o el robo de información personal como correos electrónicos, mensajes, contactos, fotografías, documentos e historiales de navegación, participar en transmisiones ilegales te convierte en un objetivo principal para estafadores profesionales. Y lo que es peor, debido a que estas actividades son ilegales, las víctimas pueden tener poco o ningún recurso para recuperar sus pérdidas e incluso pueden enfrentar cargos penales ellos mismos«.
Por lo tanto, parece que no existe todavía una conciencia real de los peligros que existen en internet por proporcionar datos personales, y una de las formas que utilizan los hackers es la de ofrecer algo que es muy atractivo: acceder a los contenidos de las plataformas de streaming sin tener que pagar nada.
Consejos para no tener problemas
Te mostramos opciones que debes tener claras para que estar seguro de que no te engañan a la hora de proporcionar tus datos para, por ejemplo, darte de alta en un servicio como de los que estamos hablando:
Los anuncios emergentes en línea o en redes sociales son sospechosos. Siempre hay que verificar su legitimidad de manera independiente investigando la marca (buscar su web o perfiles). Una forma sencilla de hacerlo es buscar el nombre del proveedor junto con la palabra «ESTAFA» para obtener información en el buscador del navegador.
Nunca hay que compartir datos personales o financieros en línea ni en ningún otro lugar a menos que esté seguro de que estés seguro de la legitimidad de la marca. Desconfía de los anuncios que utilizan la urgencia u otras tácticas de presión para que compre o se realice una suscripción. Siempre es mejor verificar su sitio web oficial o comunicarse con su servicio de atención al cliente antes de tomar medidas.
Utilice contraseñas únicas y sólidas con números y caracteres especiales en todas las cuentas. Nunca reutilice su contraseña en más de un sitio y, para ello, no es mala idea utilizar un administrador de contraseñas si es posible. Habilitar la autenticación de múltiples factores (MFA) permite otra capa de seguridad cada vez que alguien intenta iniciar sesión en sus cuentas.
Revisa la cuenta bancaria regularmente. Si se ve algo sospechoso o inesperado en su cuenta, es importante comunicarlo lo antes posible al banco.
Las estafas existen en todas las formas posibles. Puede ser contactado por teléfono, mensaje de texto, correo electrónico o a través de envíos directos en las redes sociales. Los estafadores pedirán a la víctima que entregue algo, ya sea dinero, información o incluso que haga clic en enlaces o abra archivos adjuntos. Se debe ser cauteloso y verificar antes de enviar nada.