A poco que os guste el cine en casa o que tengáis un equipo dedicado o una barra de sonido, seguro que sabréis que no todas las películas tienen el mismo formato de audio. Las distribuidoras utilizan diferentes formatos de sonido envolvente para sus ediciones en Blu-Ray o incluso para el streaming. Aunque los más conocidos son Dolby Digital y DTS, existen otros formatos que han superado con creces a estos. Son los conocidos como formados de audio HD, donde encontramos formatos como el DTS HD MA, el Dolby True HD o el muy conocido Dolby Atmos.
Pero, ¿sabes realmente cuántos formatos de sonido envolvente existen y cuál es la diferencia entre ellos? A veces es complicado, con tanto nombre y tan similares entre ellos, conocer las diferencias. Por eso hemos pensado que sería interesante repasar todos los formatos de sonido que podemos encontrarnos en una película o serie y qué ofrece cada formato.
Dolby y DTS, los dos gigantes del sonido envolvente cinematográfico
Todo comenzó allá por 1930 con la incorporación a la imagen de sonido monofónico (lo que hoy vendría a ser un 1.0). De ahí pasamos, en 1970, al sonido 2.0, más conocido como estéreo, que todavía hoy sigue vigente (con algunos proyectos intermedios, como Fantasound o Cinerama, entre otros). Y fue precisamente con el sonido estéreo cuando los laboratorios Dolby aparecieron en escena, con su proyecto Dolby Stereo (Pro Logic).
Se trataba de una variación dentro del sistema estéreo que permitía utilizar la pista estéreo estándar de la cinta y agregar, mediante procesos externos de codificación sobre la señal, cuatro canales sumados y matrizados en las 2 pistas del sistema estéreo. Los cuatro canales eran: L (izquierdo), R (derecho), C (Canal Central) y S (Surround o canal para efectos). Mediante la combinación de los canales L, R y S, se lograba la sensación de que un efecto reproducido por S y L venía de atrás a la izquierda, o un efecto reproducido por S y R, de atrás a la derecha. Es decir, estábamos ante el primer sistema de sonido envolvente. De hecho, es un sistema que todavía hoy en día podemos encontrar en algunos canales de televisión.
El formato Dolby Stereo se lanzó en 1976 y no fue hasta 1992 cuando vimos una nueva y espectacular evolución. Una evolución tan potente que hoy en día sigue siendo uno de los formatos más utilizados por las productoras de cine para los lanzamientos domésticos de sus películas (al menos para las pistas en español). Hablamos del Dolby Digital 5.1 (también conocido como AC3).
El Dolby Digital es un formato comprimido que puede incluir hasta 6 canales reales de audio: 5 de rango completo (20Hz a 20KHz) y un canal adicional para efectos de baja frecuencia (3Hz a 120Hz). Cada pista de audio tiene una resolución de 16 Bits y 48 KHz. Cada canal se comprime en una relación de 14:1, ofreciendo un bitrate máximo de 640 kbps.
Y aunque hemos hablado de él como Dolby Digital 5.1, en realidad es un formato muy flexible, ya que podemos encontrar Dolby Digital con 3.0 canales, 2.0 canales e incluso otras combinaciones menos habituales. Por todo ello, como decíamos, sigue siendo uno de los formatos más utilizado en la industria del cine en casa.
El dominio de Dolby en el mercado del sonido envolvente solo duró un año, ya que en 1993 apareció en escena DTS (Digital Theater Systems). Este nuevo formato se estrenó en los cines con la película Jurassic Park, pasando después al cine doméstico. El sistema DTS podríamos decir que es equivalente al sistema Dolby Digital, ya que la utiliza hasta 5.1 canales de audio distribuidos de la misma forma que en el sistema de Dolby.
Sin embargo, existen algunas diferencias muy importantes entre este sistema y el Dolby Digital. Cada pista de audio del formato DTS tiene una resolución de 20 Bits y 48 KHz, frente a los 16 bits del formato Dolby Digital. A esto se suma que su compresión es de 4:1, contra el 14:1 de Dolby. Por otro lado, el bitrate aumenta hasta alcanzar un máximo de 1536 kbps. Es decir, sigue siendo un formato comprimido, pero con una calidad muy superior a la de su competidor.
Dolby y DTS evolucionan: bienvenidos a los formatos HD
Aunque tanto Dolby Digital como DTS son formatos que siguen en uso, mucho más de lo que quizás nos gustaría a los que amamos la alta calidad de sonido, tienen ya la friolera de 30 años. Por suerte, la tecnología ha ido evolucionando y los formatos de sonido también. Tanto Dolby como DTS han lanzado nuevos formatos de sonido envolvente, unos más interesantes que otros. Vamos a centrarnos en los formatos que más se utilizan actualmente, dejando un poco de lado formatos como el Dolby EX o el DTS ES, evoluciones de los formatos originales que realmente no llegaron a convertirse en un estándar.
Dicho esto, empezamos por el formato Dolby Digital Plus (también conocido por las siglas DD+, AC3+ o E-AC3), una evolución del Dolby Digital original que en los últimos años se ha puesto muy de moda gracias a las plataformas de streaming como Netflix o Disney+. Tanto es así, que ya son muchas las distribuidoras que lo utilizan también para los formatos físicos de sus películas.
El formato Dolby Digital Plus sigue siendo un formato comprimido, pero cuenta con un incremento de prestaciones muy importante frente al Dolby Digital original. Tiene una resolución de 21 bits y 48 kHz, soporta un bitrate de hasta 6 Mbps (frente a los 640 kbps del formato original) y utiliza hasta 13.1 canales de sonido envolvente frente al 5.1 del Dolby Digital. Por desgracia, el incremento de prestaciones se ha realizado a costa de perder parte de la compatibilidad del formato original. Esto hace que algunos decodificadores antiguos no sean capaces de reconocer la señal E-AC3, a no ser que el propio decodificador o el reproductor incluyan un conversor de E-AC3 a AC3.
Todos estos formatos comprimidos para el sonido envolvente eran necesarios cuando la distribución de películas se hacía utilizando DVDs, ya que estos solo contaban con 9 GB de espacio de almacenamiento. Sin embargo, la llegada del Blu-Ray lo cambió y todo. Las productoras pasaron a tener discos de mucha mayor capacidad, lo que permitía incluir un sonido de más calidad. Por este y otros motivos, los formatos originales evolucionaron a lo que conocemos como formatos de sonido HD. Los formatos de sonido envolvente de alta definición más habituales que podemos encontrar en los Blu-ray son: Dolby TrueHD, Dolby Atmos, DTS-HD Master Audio, DTS-HD High Resolution y PCM.
Dejando de lado el Dolby Atmos, del que luego hablaremos, como habéis podido ver tenemos dos propuestas para los formatos HD: una de Dolby y otra de DTS. La de Dolby es el formato Dolby TrueHD, un sistema capaz de reproducir bit a bit el sonido que se grabó originalmente en el estudio. Es decir, es un formato sin compresión. Puede codificar hasta 7.1 canales a 24 bits y 96 kHz, llegando hasta los 192 kHz en el caso de sonido 5.1, con un bitrate de hasta 18 Mbps.
La propuesta de DTS es el formato DTS-HD Master Audio. Bueno, en realidad, DTS cuenta con dos formatos muy similares pero que varían en algunos aspectos. Por un lado tenemos el DTS-HD High Resolution Audio, que ofrece hasta 7.1 canales de sonido a una frecuencia de muestreo de 96 kHz, una resolución de 24 bits y un bitrate de hasta 6 Mbps. Está destinado a ser una alternativa al DTS-HD Master Audio donde el espacio en disco no permita incluir el formato «completo». La verdad es que es muy poco habitual, pero podemos encontrar algún título con este formato (seguramente lo veréis como DTS HD HR).
Por otro lado tenemos el formato DTS-HD Master Audio, mucho más habitual en los discos Blu-Ray (y Blu-Ray 4K UHD ahora). Este sistema de sonido envolvente es capaz de codificar hasta 7.1 canales a 24 bit y 192 kHz, con un bitrate de hasta 24.5 Mbps. Imaginad la diferencia que hay entre este formato y el Dolby Digital original con sus 640 kbps. Curiosamente, a la hora de elegir un formato HD fue DTS el que le ganó la partida a Dolby, ya que es mucho más común encontrar pistas DTS HD que pistas Dolby TrueHD en los Blu-Ray actuales.
Por último tenemos el PCM, un formato de audio sin compresión que puede reproducir hasta 7.1 canales a 24 bit y 192 kHz, con un bitrate de hasta 27 Mbps. Es un formato muy poco habitual, muy raro de ver en un disco físico de una productora.
Dolby Atmos y DTS:X: sistemas de sonido basados en objetos
En 2012 los laboratorios Dolby volvieron a revolucionar el mercado con el lanzamiento del formato Dolby Atmos, utilizado por primera vez en la película Brave de Pixar. Dolby Atmos es el primer sistema de sonido envolvente que no está basado solo en canales, también en objetos de audio.
Dolby Atmos está basado en el concepto de objetos de audio. Todo sonido puede mezclarse como un elemento de audio único, un objeto, que se coloca de manera independiente en un espacio tridimensional. Ya sea un niño gritando, un helicóptero despegando o una bocina estridente de un automóvil, el cineasta puede decidir exactamente de dónde se originará el sonido y hacia dónde debería desplazarse a medida que se desarrolla la escena.
La tecnología Dolby Atmos es compatible con hasta 128 objetos de audio simultáneos. Entre ellos se encuentran los sonidos estacionarios que se reproducen en todos los altavoces, como una música de fondo o los efectos ambientales. Debido al ancho de banda limitado y la carencia de poder de procesamiento de los equipos no profesionales, el sistema Dolby Atmos original, pensado para los cines, no es posible llevarlo a las salas caseras. Así que lo que se hace es añadir los metadatos descriptivos de la banda sonora Dolby Atmos a los formatos Dolby TrueHD o Dolby Digital Plus.
Así que el formato ha sido adaptado siguiendo los diseños tradicionales 5.1 y 7.1, pero añadiendo los altavoces de altura. Teniendo esto en cuenta, podemos decir que los sistemas más habituales en una instalación particular suelen ser 5.1.2, 5.1.4, 7.1.2 o 7.1.4, con dos o cuatro altavoces de techo, según corresponda. Sin embargo, el sistema Dolby Atmos permite una configuración máxima de 24.1.10 canales.
La réplica de DTS al Dolby Atmos fue el formato DTS:X, lanzado en 2015. Es un formato que también está basado en objetos pero que presenta algunas diferencias con el formato de Dolby. Por ejemplo, mientras que el Dolby Atmos soporta 128 objetos por escena, el DTS:X no tiene límites. Además, es más flexible, ya que no necesita altavoces de techo, y puede soportar hasta 32 altavoces surround en un sistema de cine en casa. Si tenemos un equipo compatible, la pista DTS:X se adapta a los altavoces que tengamos montados en nuestra sala, de ahí que no sean totalmente necesarios los altavoces de altura. Como es lógico, si los tenemos el rendimiento será superior.
A pesar de estas supuestas ventajas frente al sistema de Dolby, lo cierto es que el formato DTS:X es mucho menos popular. Son muy pocos los títulos que cuentan con este formato en sus versiones Blu-Ray o 4K UHD, siendo complicado incluso encontrar alguno para probarlo. Claramente, Dolby ha ganado la batalla con su Dolby Atmos. Aún así, los fabricantes sí parecen apoyarlo, ya que la gran mayoría de receptores AV y procesadores de sonido compatibles con Dolby Atmos son también compatibles con DTS:X.
Prácticamente hemos llegado al final. Pero no queríamos cerrar el artículo sin hablaros del Auro-3D, un formato que, a pesar de llevar más tiempo en el mercado que el Atmos o el DTS:X, no es ni de lejos tan conocido como las propuestas de Dolby y DTS. Es un sistema con un enfoque basado en la presencia de “capas”. A groso modo, utiliza un algoritmo que se basa en la adición de canales “de altura» discretos para crear una tercera dimensión sonora alrededor del oyente. Esto permite una localización más precisa de las fuentes y la creación de reflexiones acústicas para conseguir una experiencia completamente inmersiva.
¿Por qué no ha triunfado el sistema Auro-3D? Pues muy probablemente porque es un sistema que requiere de instalaciones con muchos altavoces, como un sistema 9.1 o incluso 11.1. Además, para que el Auro-3D proporcione el mejor efecto posible, los altavoces deben estar colocados en una posición determinada e inamovible, lo cual hace que sea prácticamente inviable para la gran mayoría de salas caseras. Aún así, algunos receptores AV de gama alta son compatibles con este formato.
Y hasta aquí el repaso por los formatos de sonido envolvente que podéis encontrar en prácticamente cualquier película, serie o servicio de streaming que vayáis a reproducir. Esperamos que os haya sido de utilidad.