Hoy os dejamos con el segundo episodio de cómo hacerte una sala de cine dedicada paso a paso. El otro día vimos el episodio 0, que básicamente era un conjunto de dudas y preguntas que servidor os hacía para ver por donde tirar: si proyector o televisor, qué tipo de altavoces, dudas sobre el aislamiento y acondicionamiento acústico, etc. Hoy ya tengo casi la totalidad del equipo adquirido y buena parte de las dudas disipadas.
Recordad que la idea es hacer una serie de vídeos con artículos (un videolog) con la evolución de la sala dedicada desde su creación en mi mente hasta la finalización completa. Hoy os traigo la segunda parte, donde os voy a presentar todo el material que vamos a utilizar (tanto de obra como de sonido y vídeo). En el próximo episodio veremos ya fotografías del montaje de la obra.
Cómo construir la sala de cine dedicada perfecta: tratamiento acústico, la clave de un sonido de CINE
Bueno, empezando por lo más básico, deberíamos entender primero la diferencia entre el aislamiento acústico y el acondicionamiento acústico. En mi caso, haremos ambas, pero no son lo mismo y creo que la fotografía de arriba lo refleja muy bien: mientras el aislamiento lo que hace es impedir (en una parte, no en la totalidad) que escuchemos ruido fuera de la sala, el acondicionamiento lo que hace es mejorar el sonido de la sala. En muy resumidas cuentas.
Como decía, en mi sala realizaremos ambas, ya que quiero evitar molestar a nadie cuando ponga el equipo a volumen de referencia en la sala, así como mejorar el sonido de la misma mediante el acondicionamiento. Para aislar, lo que haré finalmente será un sándwich que constará de:
- Lana de roca en todas las paredes.
- Placa de pladur fónico (o fónico con Isopop).
- Tela asfáltica acústica autoadhesiva chova sobre el pladur.
- Segunda capa de lana de roca.
- Segunda capa de tela asfáltica acústica autoadhesiva chova.
- Segunda placa de pladur fónico.
Con eso habremos conseguido aislar una barbaridad de dB de la sala al resto de la casa. Si os habéis fijado, no he hablado del techo, ya que este será enteramente hecho de 0 mediante las placas Tonga A22. Se trata del mismo techo que se utilizan en salas de cine, que consta de placas de 60×60 cm negras microperforadas. Estas van sobre una estructura de ejes metálicos sobre las que se atornillan. El hueco del falso techo hasta el techo real, irá todo cubierto de lana de roca.
En cuanto al suelo, irá sin tratar y con una moqueta negra de 3-4 cm de espesor, para evitar dejar el suelo desnudo y que reflejen los medios y agudos. Y con eso tendríamos todo el aislamiento de la sala hecha, a falta de añadir una puerta de calidad que irá forrada con varias capas de copopren+ y recubierta de tela negra, además de espuma para rellenar los huecos del marco. De igual forma, el suelo irá cortado entre el final de la sala y la puerta, para evitar un puente acústico (transmisión del sonido de una estructura a otra).
Bien, con el aislamiento solucionado, nos ponemos manos a la obra con el acondicionamiento para mejorar el sonido, aunque evidentemente una sala casi insonorizada como la que tendremos ya mejora mucho la acústica. Empezando por la pared frontal, en esta construiremos un muro llamado muro THX o Baffle Wall compuesto de varias estructuras de madera, lana de roca y con los huecos exactos para empotrar los altavoces. Con ello conseguiremos eliminar las reflexiones traseras de los altavoces (efecto SBIR):
Todavía no se si el «final» del muro, es decir la parte donde se ven los altavoces frontales, debe ir cerrado con pladur y sobre él algún tipo de absorbente acústico o debe dejarse con la lana de roca y cubrirse con una tela negra microperforada. Veremos qué solución nos parece mejor para la acústica. El resultado final será el siguiente (recordad que delante de esto irá la pantalla microperforada):
Para acabar, se construirán 4 trampas de graves triangulares rellenas de lana de roca de 58 cm de diagonal (41 de ancho) para cada esquina, forradas de tela acústica negra. Además, se calcularán los primeros puntos de reflexión (probablemente 3 en cada pared lateral y 2 en la trasera) donde irán colocados cuadros acústicos de 15 cm de grosor y rellenos de lana de roca, así como un difusor gigante de 2 metros de largo por 1.5 de alto en la pared trasera para favorecer el audio espacial y los efectos envolventes.
Y con eso tendremos la sala finalizada, tanto en asilamiento como en acondicionamiento acústico, dejándonos unas medidas finales utilizables de 4 metros y 10 cm de largo (al haber quitado ya los 50 cm del muro THX y los 6 del aislamiento) por 3 metros y 64 de ancho (al haber quitado ya los 6 cm del aislamiento). Para acabar, se colocará un sofá de 6 plazas justo al final de la sala (en los 4 metros 10), dejándonos unos 4 metros de visión hasta la pantalla. Y ahora si, ya es hora de presentaros el equipo de vídeo y de audio.
Cómo construir la sala de cine dedicada perfecta: proyectores al poder
Bien, como veis finalmente he optado por proyección por varios motivos: necesitaba 140 pulgadas (para conseguir 43,4 grados de visión, considerado el ideal para cine según la SMPTE) para los 4 metros; necesitaba una pantalla microperforada (acústica) para poder poner los altavoces detrás y mejorar así el sonido con el muro THX, por lo que al final solo quedó optar por la proyección. Y al final el elegido es el estupendo JVC NZ8.
En AVPasión ya hemos tenido el gusto de probar el JVC NZ7, su hermano pequeño y el resultado no pudo ser mejor. En el caso del NZ8, proyector 4K nativo y láser, mejoramos todavía más el brillo al subir bastantes lúmenes más, pero la mejora más evidente es todo el equipo interno -excepto la lente- del eShift junto con todo el motor interno del mismo, que es idéntico al del tope de gama NZ9 (excepto en la lente, como ya os hemos dicho).
Se ha elegido JVC porque al ser una sala dedicada, se ha priorizado el nivel de negro sobre todo lo demás, para conseguir un contraste lo más cercano a la perfección. Y ahí la marca japonesa es la líder del mercado, con un nivel de brillo que en nuestra sala rondará los 130-160 nits -que es mucho en proyección- además del nuevo mapeo tonal en tiempo real, llamado Frame Adapt HDR Generation 2:
Con todo ello en mente, solo me quedaba un problema adicional: necesito 4.45 metros desde la lente del proyector hasta la pantalla y en la sala solo tengo 4.10 (y menos al contar que el proyector mide 53 cm hasta la lente). La solución ha sido…ponerlo en la sala colindante con la de cine, que ha resultado ser la cocina. Al ir en un mueble de 60 cm, me da 7 cm adicionales, además de los 39 cm de la pared y otros 6 del pladur. El total final es de 4.52 cm, lo cual es suficiente para sacar las 140 pulgadas de diagonal.
Para acabar, el mueble donde irá el proyector constará de un sistema de ventilación inteligente, donde la parte inferior será una base con 4 ventiladores y la de arriba lo mismo pero sacando aire (la parte de arriba del mueble irá toda abierta), creando así un sistema push-pull ideal para sacar el calor. Solo se activará cuando la temperatura exceda del límite que le indique en el panel de control.
Cómo construir la ala de cine dedicada perfecta: bienvenido al mundo del audio profesional
Al igual que para emular un cine se necesita un proyector, para emular el sonido de un cine…necesitamos altavoces y equipo de cine. Dicho y hecho, finalmente he optado por modelos de altavoces diseñados específicamente para cine. En América del norte y del sur la distribución de éstos corre de parte de JBL (Professional), en Europa de la marca K.C.S, que además son españoles. Así que al final me hice con un trío de KCS S2500 (equivalentes a los JBL 4670D) para frontales así como 2 subwoofers C-118-A.
Los tres S2500 cuentan con dos drivers de 15″ cada uno así como una trompeta de agudos con un gigantesco motor de compresión de 4″ y un tweeter de 2″ en su interior. Por su parte, los dos subwoofers tienen un driver de 18 pulgadas; siendo todo el equipo fácilmente certificado para bajar a 20 Hz con un SPL («volumen«) más que de sobra. ¿Y por qué se ha elegido este equipo? por varios motivos:
- De segunda mano se encuentran a precios de derribo.
- Tienen una dispersión altísima de 90 grados, lo que es ideal para salas dedicadas al llegar la misma respuesta en frecuencia a todos los oyentes.
- Tienen una sensibilidad altísima de 100 dB, lo cual hace que sean muy fácilmente amplificables con pocos vatios.
- Al tener tantísima potencia pero nosotros usar «poca», nos garantizamos una distorsión bajísima y unas condiciones de trabajo perfectas.
- Están certificados para llegar a 115-120 dB, lo cual son niveles de sordera, pero nos deja un rango extra de potencia (desde los 75/80 que usaremos nosotros) para ecualizar sin problemas de distorsión del altavoz.
Para acabar el equipo se finaliza con cuatro KCS-S12 como traseros y traseros back, ya que comparten las mismas características que el resto del equipo: altísima dispersión horizontal, buenos graves al contar con un driver de 12″, poca distorsión y mucha sensibilidad. De altavoces solo queda comprar los 4 Atmos que irán empotrados en el techo.
Bien, para finalizar nos queda la amplificación y el previo. Este último ya lo tenía, el espectacular Arcam AVR20 que pienso mantener y que cuenta con licencia de Dirac Live y Dirac Live Bass Control, ideal para situaciones como ésta al contar con ecualización separada para cada subwoofer. Además, se encargará de amplificar los 4 SR-12 de traseros y traseros back. ¿Y lo demás?
Sabiendo que no soy un gran amante de la amplificación D (aunque si es útil para, por ejemplo, alimentar subwoofers pasivos), necesitaba algo con muy buenas especificaciones técnicas, amplificación AB y poco consumo y calor, además de precio contenido…¿existe? pues si, la serie PS de Yamaha, creada hace ya unos 8 años, es perfecta para esto.
Gracias a la tecnología EEEngine, estos amplificadores clase AB consiguen una eficiencia y generación de calor de la clase D ya que a medida que aumenta la salida de un amplificador de potencia, su mecanismo de accionamiento se vuelve más importante. La tecnología EEEngine exclusiva de Yamaha suministra el nivel de voltaje necesario para el nivel de la señal de entrada a través del circuito de conmutación y el circuito de suavizado, produciendo un mecanismo de conducción altamente eficaz. Además, se han analizado con unos resultados de SINAD (distorsión + ruido) extraordinariamente bajos:
Son perfectos para nuestra sala. El rack finalmente irá en una habitación aparte, a unos 5 metros de la sala, así que es ideal para evitar ruido y calor excesivo, ya que estas etapas de Yamaha apenas se calientan ni saltan los ventiladores. He optado por 1 P7000S para los dos subwoofers, 1 P5000S para el canal izquierdo y derecho y una P2500S en modo bridge para el canal central, todo de segunda mano. Con eso estaría todo listo, salvo que necesito buscar un amplificador AB de 4 canales para los 4 Atmos del techo, único tema pendiente.
Finalmente y para acabar, un pequeño error que cometí es el no darme cuenta de que las etapas Yamaha no tienen entradas RCA, solo XLR (balanceadas) así que no podía conectar el Arcam con éstas sin perder muchísima potencia al haber diferencias de ganancias importantísimas. La solución era un conversor de ganancias, pero éstos son caros, hay pocos y encima añaden ruido a la señal…
…hasta que encontré lo que necesitaba. El conversor de RCA a XLR basado en el chip DRV134 y con alimentación propia. Existe y pude comprar 3 unidades de éstas en Aliexpress de oferta con el envío incluido por 100 euros cada una. Y como se puede ver, no añaden nada de ruido ni distorsión adicional a la cadena de audio ya que su SINAD se encuentra entre -115 y -120 dB, una auténtica pasada:
Con esto solucionado, ya podemos salir de los preouts del Arcam (no subiendo el volumen de éste por encima de 67-68, que equivale a 0.9V, su valor más óptimo) y este aparato se encargará de duplicarlo a 2 o más voltios, para que le llegue potencia suficiente a la Yamaha, que es la que se encargará de amplificar. Sin ruido, distorsiones y un SINAD rondando los -90 dB (que es lo que da el Arcam), completamente inaudible.
Y con esto finalizamos el episodio de hoy, que como veis ya tenemos prácticamente claro todos los puntos, a excepción de cómo cerrar el muro THX, elegir una pantalla acústica microperforada de calidad, crear un sistema de enmascaramiento automático de la misma, elegir un cristal acústico para el proyector (y tener así ese agujero siempre cerrado) y elegir los 4 altavoces Atmos y una etapa AB de 4 canales. Y con eso ya nos podremos poner manos a la obra y nunca mejor dicho.