Por fin, por fin he terminado la sala de cine que diseñé desde el principio y ha quedado prácticamente igual que en los diseños. Bueno, ha quedado ligeramente mejor ya que he incorporado algunos cambios más al final que han mejorado la experiencia notablemente. Vamos a dividirlo en partes porque desde el último episodio ha pasado bastante tiempo, tanto que ya la he terminado.
Recordad que la idea es hacer una serie de vídeos con artículos (un videolog) con la evolución de la sala dedicada desde su creación en mi mente hasta la finalización completa. Hoy os traigo el quinto episodio (y sexta parte si tenemos en cuenta el episodio 0), que va a ser el último y definitivo episodio de la saga. ¿Habrá quedado bien? vamos a verlo.
Terminando las dos puertas aislantes: tela negra, burletes y un vinilo muy curioso
Nos quedamos la última vez con las puertas ya casi terminadas. Y ya están listas, al menos una. La puerta exterior que se aisló con lámina bituminosa + 2 capas de pladur de 15 mm y 4 cm de lana de roca ya se ha terminado grapándole tela negra Microvelvet 22, una de las más oscuras del mundo (y que veréis que tiene varias ventajas más adelante).
La otra puerta está aún por terminar: hay que lijar el marco de madera y darle una segunda -y tercera- mano de pintura negra, pero la puerta en si no se pintará si no que se le colocará un vinilo que a muchos fans de Star Wars les sonará:
Una vez hecho, ya podríamos dar por concluidas ambas puertas. Por lo pronto, la puerta exterior -la terminada- ya se le han colocado los burletes de silicona consiguiendo un aislamiento acústico muchísimo mayor. Al cerrar ambas puertas, es prácticamente imposible oír nada de la sala hacia afuera o viceversa.
Techo acústico hecho a mano
Para el techo tuvimos una serie de problemas: la tela inicialmente usada era la famosa Devore británica. Es una tela excelente pero con un problema: tiene mucha trama brillante y solo un lado (de los cuatro) es el correcto. Debemos instalarla haciendo que esta parte buena mire hacia el sofá (hacia nosotros), si no, se verá totalmente gris. Además no se puede colocar en horizontal, solo en vertical -todo esto hará que para las paredes finalmente optásemos por otra tela diferente).
Tras rehacer tres veces todo el techo, por fin lo dejamos todo instalado como es debido. Eso si, cada placa no es de 60×60 como en un techo registrable convencional, si no que dado que la sala se estrecha al final (de 360 cm a 355 cm) y no quería que se viera una tira de 5 cm…pues tuvimos que cortar placa a placa a la medida de lo que pedía las guías. Usamos pladur para evitar absorber demasiado, ya que si no acabaríamos con una sala muerta.
Así que finalmente todo el techo entero es de pladur cortado a mano y forrado con tela negra Devore, excepto la tercera fila desde la pantalla, que es justo el primer punto de reflexión de los altavoces delanteros, por lo que esas 6 placas de 60 cm no son de pladur, si no de placas Rockfon y 10 cm de landa de roca detrás, forradas de la misma tela negra, haciendo así de cuadros absorbentes invisibles. Donde van los 4 altavoces Atmos son maderas de 60×60 cm con tela negra y cajón en el techo para evitar que el sonido se escape por todo el techo. El resultado es espectacular a nivel visual y acústico:
Paredes: Madera con Microvelvet 22 en todas ellas para maximizar el contraste
Ni la pintura más negra puede acercarse al nivel de negro y de absorción de la luz que tiene una tela triple black velvet. En este caso optamos por la Tia Kinght que es igual de oscura que la Devore pero con una ventaja: se puede poner de tres formas distintas, teniendo solo un lado «malo«, ideal para no comerse la cabeza. ¿Y cómo las pusimos en las paredes? con madera OSB de 2.5 metros de alto (a los que tuvimos que hacer cortes y unirlos para llegar a los 2.7 de altura de la sala) y forrarlas todas con la tela negra. Haciendo en cada una los agujeros para enchufes, altavoces, etc.:
El resultado, tras hacer las 11 tablas de madera forradas de tela, es absolutamente demencial, ya que se pierden totalmente los reflejos lumínicos -salvo por el suelo-, haciendo parecer así que la imagen flota en medio de la nada, ganando mucho contraste al evitar que la luz incida en la propia pantalla. Además, esta tela es transparente acústicamente por lo que no absorbe nade de sonido. Aquí podéis ver la diferencia con la pintura negra (Rosco Black):
Lo mismo ocurre con la cara interna de la puerta interior y con la trampilla para los cables, forrada con la misma tela y quedando todo homogéneo. Algo que también tuvimos que hacer lo mismo con las trampas de graves y columnas traseras, aunque lo veremos en el apartado correspondiente.
Tiras LED y luces de pared: todas RGB y domotizadas
Como hemos visto, se han usado maderas para tapizar con la tela. El problema es que la tela solo tiene 114 cm de ancho, por lo que tuvimos que cortar a lo ancho las maderas también. Para que quedase simétrico optamos por cortar todo igual que el ancho de la puerta -incluido el marco-: 88 cm. 4 tableros de OSB en cada pared larga y 3 en la parte trasera. Para disimular la junta entre maderas se puso una guía metálica negra de 1 cm con un difusor negro, por donde irá una tira LED.
Las primeras tiras LED que puse eran unas Govee que no me convencieron por tener solo 30 LED por metro, por lo que se veían los led y quedaba como un árbol de navidad. Buscando, encontré las nuevas tiras LED RGB COB con disposición RGBIC. En su ancho de 12 mm (el que me interesaba, que son los únicos que el color de la tira es negra), dispone de 720 LED por metro, es flexible y se puede cortar a cada pocos mm. Además, es compatible con Tuya (como el resto de luces) y con Alexa y Google Assistant. La diferencia salta a la vista:
Al igual que el resto de luces (los focos del techo), tanto las 8 tiras de LED como los 4 focos dobles (que emiten la luz hacia arriba y hacia abajo, como en los cines) son RGB, pudiendo cambiar su color a cualquiera de los miles disponibles, así como su potencia, apagado, etc., todo con Alexa o con la app Tuya. El resultado es espectacular, aquí solo con los dos LEDs traseros encendidos:
Suelo: cuidado con absorber demasiado en las salas pequeñas
Un problema habitual es leer las cosas y darlas por hecho, sin entenderlas. Eso ocurre si leemos foros como AVSForum y las salas que muestran sus usuarios, donde casi todo el mundo opta por moqueta en el suelo, una buena opción para salas muy grandes y una muy mala opción para salas pequeñas: poner un material absorbente que ocupe toda una cara (el suelo entero) y que solo absorba agudos es una muy mala idea (especialmente en salas pequeñas) al descompensar el tiempo de reverberación.
Por ello opté por un suelo vinílico ya que debajo tenía madera (doble capa + lámina bituminosa + lana de roca, todo sobre unos amortiguadores acústicos, como ya vimos en los otros episodios) y el suelo era irregular, con desniveles de más de 1 cm. El vinilo, además de fácil de poner, solucionaba ese problema, no subía mucho el suelo (solo 2 milímetros), es barato y encontré un color gris cemento que pegaba con la sala para que no fuera todo tan extremadamente oscuro. El resultado…de primera:
Para la parte elevada de la sala -la parte trasera está 20 cm más alta, para que coincida así con el centro de la pantalla y del tweeter de los altavoces-, fue algo más difícil. Se hicieron los trozos a medida y se pegaron, luego se puso un mamperlán/ángulo de color gris cemento y listo.
Subwoofers…cuatro mejor que dos: evitando las zonas modales de la sala de cine
La gente cree, erróneamente, que más subwoofers equivale a más grave y no es así. Equivale a mejor grave, ya que un solo grave no cubre toda la sala en todos los puntos: habrá zonas donde tengamos un exceso de graves y en otra una cancelación (debido entre otras cosas, a las zonas modales). El sistema multisub es ideal si contamos con un sistema de ecualización con sistema de graves y un AVR con salida de subwoofers independientes.
Por suerte mi Arcam AVR20 cuenta con todo eso, al tener licencia de Dirac Live Bass Control por lo que la integración tras varios intentos, es perfecta. Un grave bien profundo (a mi me gusta una curva Harman+8 con caída progresiva) y que llega hasta los 10 Hz.
El sistema frontal de subwoofers ha sufrido cambios, al igual que los dos traseros -que idealmente no estaban incluidos en los planes, pero si preparado para hacerlo en el futuro-. En el caso de los delanteros, se han mantenido los cajones originales que tenía pero con un tablero de 2 cm delante en la zona de arriba de cada caja, para hacer que el nuevo driver tenga suficiente profundidad y no toque con la zona trasera de la caja. Los elegidos han sido los nuevos Dayton Audio UMII15-22 que consigue un XMAX de 24 mm, ideal para subwoofers.
Para los traseros, al no tener ya más espacio…se han incorporado dos SVS 3000 In-wall. Si, van empotrados en las paredes de atrás que por suerte me coinciden sin tener perfiles de pladur detrás. Tienen una estructura extremadamente rígida hecha enteramente de aluminio, por lo que es un cuerpo inerte que evita que las vibraciones pasen a la pared.
El resultado es espectacular, sin ninguna cancelación ni resonancias al usar Dirac para los cuatro subwoofers. Baja hasta a unos 10 Hz con unos 85 dB, llegando a 110 dB sin problemas a 16 Hz. Luego lo veremos en el apartado de acústica.
Proyector: cambios en el doble cristal templado y en el sistema de ventilación
Sobran las palabras, ¿no? efectivamente, pusimos dos tubos para que el JVC sacara el aire, aunque finalmente se cambiaron por otros que casualmente coincidían exactamente a medida con las salidas del proyector: 20 de alto y 10 de ancho, hasta la forma era igual.
Se encintaron bien con cinta americana y con papel de plata y se le engancharon las dos bocas de 10 cm del sistema de extracción Ac Infinity Cloundline T4 Pro que vimos en episodios anteriores. Además, pusimos una «T», dejando una de las tomas «ahí» para que saque también el poco calor residual que quede. El sistema extrae el calor de forma perfecta…pero necesitamos una entrada de aire.
Esa entrada corre a cargo del AC Inifnity Cloudplate T9 blanco, que va en la parte superior del mueble de la cocina donde está el proyector. No se ve absolutamente nada -el mueble tiene 2.4 de alto- y además es blanco y con todos los botones integrados. A éste -por dentro- se le engancharon dos tubos flexibles de 10 cm que viajan por debajo del proyector hasta la zona delantera. De esa forma le entra aire fresco sin perder nada de aire. Las temperaturas no pasan nunca de 22-23 grados tras 10 horas de uso continuo con el láser en alto y sin descanso.
Y llegamos a la parte del cristal. Se pone y se sella y listo…pero hay un problema, ¿cómo limpio el proyector o los cristales? es imposible. Así que sacrificando un mínimo de aislamiento, ideamos un sistema en la que integramos el cristal con su marco en un tablero de madera. La forramos de tela negra y le pusimos dos tiradores:
A éste, a su vez, se le han integrado 4 imanes que aguantan 10 kilos cada uno. Se le ha hecho el agujero de dos imanes -de profundo-. Luego se han puesto los otros cuatro imanes en la pared…y tras medir bien, bingo. La madera se pega perfectamente a la pared con el cristal exacto en el hueco de la pared. Unos burletes y adiós ruido.
El resultado de este cristal es que no se pierde luminosidad (menos de un 1%), compuesto por un grueso marco de madera y dos cristales con el ángulo correcto (uno de 10 mm y otro de 12 mm, de cristal templado). Y con el «sistema» de imanes, consigo un aislamiento del 90% (del 100% si se pega el marco a la pared con espuma expansiva por ejemplo).

Pantallas y altavoces: una sensación de cine TOTAL
La pantalla elegida ya la vimos en otros episodios, la impresionante Studiotek 130 G4 que usa una pantalla microperforada de PVC Ultraperf. Este nuevo sistema salió al mercado hace apenas unos meses y cuenta con una perforación mucho más pequeña de 0.5 mm para evitar que los orificios se vean a una distancia de más de 2.9 metros. Yo me siento a unos 3,3 metros y os aseguro que no se ve absolutamente ningún agujero, ni si quiera con imágenes ultra brillantes blancas -y eso que, con mi configuración, llego a unos 200 nits en HDR-.
Acústicamente tenía mis reservas, ya que los JBL SCL-6 que se encuentran detrás se quedan más o menos a unos 10 cm. Pero como veremos luego, primero medí sin la pantalla y luego con ella puesta…y no podía creerme que solo viera un ligero cambio de 1.5 dB en los agudos -a partir de 8-9 Khz- menos con la pantalla puesta, algo que Dirac corrige sin ningún esfuerzo. Probando y probando con 5 personas con test a doble ciego, nadie pudo diferenciar cuando estaba puesta la pantalla o cuando no. Increíble.
La pantalla tiene una diagonal de 130 pulgadas en formato 16:9 y el sofá está situado a unos 3.5 metros, por lo que la visión en línea recta son unos 3.3 metros aproximadamente, algo que coincide con el ángulo de visión más recomendable para contenido 2.35:1 (unos 48-50 grados) y algo más grande para 16:9 (se recomienda 45 grados) y confirmo que una vez te acostumbras, la inmersión es algo inexplicable.
Para terminar la instalación tuvimos que poner 4 trozos de viga de 8 cm de grueso en los perfiles del pladur. A éstos se les ancló los soportes de la pantalla para engancharla, dando así un total de unos 10 cm de separación de la pared que más o menos es lo que había calculado:

Y ahora quedaba hacer la parte de arriba y la de abajo. Para ello tuvimos que hacer dos estructuras de madera a medida, forradas de tela negra y que quedasen exactamente a la misma distancia de separación de la pared (y mismo ancho, claro). Pero a la vez necesitaba que pudieran quitarse por si algún día tenía que acceder a la parte trasera de la pantalla o desmontarla por algún motivo. Así que nuevamente optamos por un sistema de 8 imanes potentes en cada estructura, con listones de madera en la pared para separarnos lo mismo que la pantalla:
El resultado fue absolutamente espectacular: solo se ve la pantalla flotar en la pared, ya que la tela Microvelvet 22 es extremadamente negra (más que el marco de Stewart) y toda la estructura quedó al mismo nivel y ancho. Además, los imanes son tan potentes que nada vibra ni se «despegan», incluso hacen falta dos personas para despegar la estructura…y lo bueno es que se vuelve a poner en un periquete.
La pantalla tiene una ganancia de 1.3 que en test reales baja hasta 1.2 (ese 0.1% se pierde debido a las perforaciones), por lo que si sumamos que tengo el proyector lo más cerca posible para dar 130″ (unos 410-415 cm), me da una medición de unos 220 nits, algo que se acerca mucho a los 214 nits medidos con sonda tras la calibración, por lo que la imagen en HDR con esta pantalla es simplemente espectacular.
Otra cosa que me ha sorprendido muchísimo del JVC es su excelente contraste y nivel de negros. Gracias al extra de brillo que tengo -y el casi total silencio del sistema de cristales- puedo poner el láser en alto (Modo 3), la calibración profesional con sonda y bajar la apertura del proyector para mejorar el suelo de negro, llegando a 0,002 nits en SDR. Eso si, en HDR la imagen es espectacular pero brilla tanto que contamina mucho las bandas negras, ya estoy trabajando en un sistema de enmascaramiento automático.

Por otro lado, los altavoces de JBL son increíbles, dando una dinámica al sonido muy de cine gracias a los motores de compresión que usan, además sin quitar un centímetro de espacio a la sala. Solo me queda pintar las tapas de negro por si algún curioso quiere meter el dedo en uno de los altavoces o subwoofers traseros. Ah bueno y quedaba presentaros el sofá de 3 metros de ancho, total para qué dejar mucho espacio libre a los lados si es una zona donde nunca nadie va a intentar pasar:
Sistema de renovación de aire y aire acondicionado
El tema del aire acondicionado es peliagudo: no quiero ruido y tiene que ser negro. Por suerte encontré un modelo nuevo de Johnson que cumplía con ello y ese se instaló. La suerte que tuve es que los tubos, desagüe y corriente viajan más de 5 metros por dentro de las paredes hasta la terraza interna, por lo que tengo 0 ruidos provenientes del motor, solo el ruido del split, que por suerte al ser una sala pequeña poniéndolo al mínimo el ruido es extremadamente bajo.
Sobre el sistema de renovación de aire, ya lo vimos en el anterior artículo, pero volvemos a repetirlo por si acaso. Un elemento importante en una sala tan cuidada es su sistema de ventilación. Algo que se me había olvidado completamente y en una sala tan bien aislada puede ser un problema. El extremo aislamiento acústico que tiene, puede provocar que acabe habiendo un exceso de concentración de CO2 y por tanto, la asfixia.
Por ello se ha ideado un sistema de ventilación basado en un extractor de aire y un impulsor. Se ha elegido el modelo S&P TD-350-125 Silent, un motor con ventilador de 125 mm que en su modo Bajo de potencia, entrega 180 m3/h y un ruido de solo…19 dB, alucinante.
Lo bueno es que por encima del falso techo de pladur, entre las vigas, tengo exactamente el suelo de la terraza que da al jardín de la casa, ideal para poner ahí los extractores. Sin ruidos externos, unido a lo extremadamente silenciosos que son los equipos -de hecho, pensé que estaban apagados al hacer las pruebas…¡y estaban funcionando!- es el sitio ideal para colocarlos.
El sistema no termina ahí. Para hacerlo más silencioso -inaudible, de hecho-, se les hará unos cajones de 120 x 60 donde se formará un laberinto acústico (maze) en el que se permite el paso del aire pero las celdillas detienen el sonido, por lo que no llegará a la sala ningún ruido. Se le añadirá un silenciador de 60 cm además de rellenarlo con una capa de lana de roca y lámina bituminosa.
Nos falta solamente subir los cajones arriba a la terraza, forrar su interior de MAD4 y lana de roca, sellarlos bien sellados y poner tela asfáltica por fuera, además de embaldorsarlos y hacerles un sombrero para evitar que entre agua en caso de lluvia. Ya los he probado y no es posible escuchar nada ni pegando la oreja a los respiraderos, increíble.
Audio y acústica: resultados de respuesta en frecuencia y RT
Para la acústica teníamos un pequeño problema: había que forrar también las trampas de grave de tela negra y son enormes. Las dos frontales que veis en la fotografía, realmente son tres piezas por lado: dos de 1,2 metros y un trozo que tuvimos que hacer de 20 cm para llegar al techo. Tras anclarlas entre si, nos tocó forrarlas de arriba a abajo de tela negra:
El resultado fue perfecto, pero al colocar los cinco cuadros acústicos absorbentes en los puntos de reflexión (2 a cada lado y uno atrás) más las dos columnas absorbentes traseras, el valor del tiempo de reverberación era demasiado bajo: había demasiado absorbente. Difusión no se recomienda en salas pequeñas, ya que no existe una cola reverberante real, así que se descartó. Opté por forrar las columnas con pladur y luego forrarlas de tela negra. El resultado fue de nuevo perfecto:
Los cuadros acústicos son personalizados con tela microperforada y temáticas de cine (Interstellar, Dune, Origen, Juego de Tronos, Star Wars, etc.), fabricados enteramente en madera y una lana de roca con resistividad al aire adecuada. Además, tienen un grosor de 10 cm que es más o menos lo mínimo para que actúen bien hasta unos 200 Hz:
Y ahora nos quedaba medir. Mi objetivo inicial fue conseguir un RT60 medio de 2.5/2.6 ms, pero tras muchas pruebas preferí hacer caso a la especificación Dolby o a la ITU-R BS.1116 que para una sala de mi tamaño recomendaban una RT60 más o menos de 0.2/0.22 ms. Al meter el sofá (que es enorme y actúa como una trampa de graves gigante), la RT más o menos quedaba en ese rango -a excepción de una pequeña bajada entre 200 y 400 Hz y a partir de 8 Khz -nada grave, baja a unos 190 ms-, algo que la propia especificación ya indica que es normal y está en las tolerancias que admiten en sus tablas:
La respuesta en frecuencia es perfecta tras pasar Dirac Live Bass Control y desde luego al medir posteriormente con REW y con el oído…esto suena de locos: graves con patada en el pecho Y terremoto a la vez pero nunca descontrolados, agudos definidos sin estar apagados, no cansa el estar horas escuchando el equipo…tampoco veo (u oigo, mejor dicho) efecto peine por la pantalla…todo se oye como si fuera un cine, que al fin y al cabo es su objetivo.
Conclusiones y despedida: mucho trabajo pero con una recompensa inmensa
¡Y llegamos al final de la aventura! casi un año después de empezar la obra la odisea terminó, salvo algún que otro detalle -el vinilo de Han solo, terminar los cajones de ventilación, etc.-, ya podemos dar por concluida la sala de cine. Ahora solo queda sentarse y disfrutarla.