Las series de crímenes siempre han sido populares, desde en la televisión tradicional hasta en las plataformas de streaming (incluyendo Netflix). Un inspector con su compañero, descubriendo todos los secretos que se esconden detrás de un crimen atroz, con sus giros de guion que normalmente apuntan a una persona que hasta ese momento parecía inocente. Todo ello consiguió encandilar a personas de todo el mundo prácticamente desde el principio, y algunos de sus mayores exponentes siguen siendo leyendas en la actualidad.
Hay mucha variedad, gracias especialmente a un éxito que se sintió en toda la industria de la televisión desde el primer momento, pero en general muchas de ellas siguen el mismo patrón. Por eso es interesante encontrarse con casos que abrazan la opción de tomar una salida en medio del mismo, y la serie de la que hablaremos hoy es precisamente uno de esos casos.
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Lucifer es una serie basada en cómics de DC en la que seguimos a Lucifer Morningstar y la detective Chloe Decker en su aventura desentrañando los secretos más relevantes que se enconden detrás de los crímenes más atroces que ocurren en la ciudad de Los Ángeles (California). Y sí, no te has equivocado, el protagonista es el mismo rey del infierno.
Puede parecer una idea absurda, y en realidad lo es, pero curiosamente funciona. Los crímenes están escritos de forma muy interesante, y el elenco de personajes secundarios es de lo mejor en esta clase de series, lo que de por sí consigue que sea recomendable, pero es en su cruce con la mitología cristiana donde encontramos una de sus mayores virtudes. Por supuesto, Lucifer tiene ciertas habilidades como ángel y como rey del infierno, lo que añade una capa extra de misticismo a la serie.
Es necesario dividir Lucifer en dos capas. Por una parte tenemos la propia resolución de crímenes, que por sí sola está a la altura de los grandes, y por otro lado tenemos la historia mística del protagonista. Conforme avancemos en la trama iremos conociendo más sobre el llamado mundo de los seres divinos, del que precisamente proviene nuestro protagonista.
Ahora bien, cabe destacar que todo esto aplica especialmente a sus primeras temporadas, y es que conforme avanza todo degenera de una manera interesante, pero no del todo adecuada. Tenemos cada vez más tiempo en pantalla del mundo de Lucifer, algo totalmente lógico siendo este el protagonista, pero dejando así los crímenes en un segundo plano. Por desgracia, los guionistas claramente eran mejores escribiendo estas últimas secciones, porque todo degenera de una manera que muchos no vieron venir, que además no resulta especialmente agradable gracias a unos efectos especiales que realmente no están a la altura.
Esto no dinamita todo el trabajo hecho hasta el momento, y es que la serie en términos general logra estar más que a la altura, ofreciendo unos personajes que logran ofrecer la mejor versión de sí mismos gracias a una escritura muy bien pensada. De esta manera, se convierte en una de las mejores series de crímenes que tienes disponible en Netflix.
Aun así, es necesario destacar que únicamente se basa en los cómics de DC de forma superficial, especialmente tomando a los personajes de Lucifer y Mazikeen, dado que los demás en su mayoría son creaciones propias de la serie o reinvenciones de los mismos. Esto no es necesariamente malo, pero es importante señalarlo teniendo en cuenta que DC acaba de estrenar su nuevo universo y que próximamente se ampliará con el estreno de ‘Superman’, por lo que podríamos acabar teniendo otra representación de los personajes.
Aun con todo lo ya mencionado, y pese a que es cierto que en sus últimas temporadas deja un sabor de boca algo agridulce, Lucifer es una serie infravalorado porque sus primeras temporadas no solo están a la altura, sino que logran situarse en la cabeza de su subgénero. Es divertida, interesante y está bien escrita, y por encima de todo tenemos a un Lucifer interpretado de manera magistral por Tom Ellis, el cual se roba todos los focos en cualquier aparición.
Tenéis ‘Lucifer’ completa en Netflix.