Jason Statham, el más que aclamado héroe de acción británico, es un hombre de muchos talentos. Antes de debutar en la gran pantalla, Statham fue un saltador de trampolín federado y profesional que representó a Inglaterra en los Juegos de la Commonwealth de 1990 en Auckland, Nueva Zelanda.
Statham participó en tres eventos en los Juegos de 1990: terminó octavo en el trampolín de 1 metro, undécimo en el trampolín de 3 metros y décimo en la plataforma de 10 metros. Aunque su carrera en el deporte nada tiene que ver con la relevancia de sus años en Hollywood, su experiencia como deportista de élite le ha servido de gran ayuda para convertirse en el héroe de acción que conocemos hoy en día.
«Estaba de vacaciones en Florida con mis padres, y había un tipo que saltaba desde gran altura en uno de los hoteles en los que nos hospedábamos. Yo pensé: ‘cuando volvamos a casa, quiero hacer eso (…) Me uní entonces al equipo, tenía 11 o 12. En menos de un año, entré en el equipo inglés; gané algo de fama y estuve los 10 años siguientes sólo haciendo eso» (en palabras del propio Statham acerca de su carrera deportiva).
En 1985, todo su trabajo dio sus frutos: Statham fue admitido en la Escuela Nacional de Salto de Trampolín Británica, y pasó los siguientes años representando a Gran Bretaña e Inglaterra en competiciones internacionales. Statham también participó en las pruebas olímpicas para los Juegos de Verano de Seúl 1988 y Barcelona 1992, pero no logró clasificar para el evento principal.
Statham no dejó que la decepción de no entrar en los Juegos le parase.
En una entrevista con la BBC en 2008, Statham reflexionaba sobre su carrera deportiva: «Creo que lo que no logré en el deporte me ayudó a concentrarme más y tomarme mi carrera en el cine mucho más en serio».
La estrella de franquicias de acción tan exitosas como sean ‘Fast & Furious’, ‘Transformers’ o ‘Los mercenarios’, Statham reveló también que no haber podido cumplir su sueño olímpico es, a día de hoy, una de las cosas de las que más se arrepiente. Durante uno de sus estrenos, tras la victoria de Jack Laugher y Chris Mears en Río 2016, Statham volvía a comentar: «Es algo que me duele, no haber llegado nunca a los juegos. Empecé demasiado tarde. Probablemente no era lo mío. Debería haber hecho otro deporte».
Después de los Juegos de la Commonwealth, la carrera de Statham tomó un giro inesperado hacia la moda, convirtiéndose en el rostro de marcas importantes como French Connection y Levi’s. Esta incursión en el mundo del modelaje le re-dirigió eventualmente a la actuación, donde rápidamente se convirtió en uno de los actores de acción más solicitados en Hollywood. Su primer papel como actor fue en la comedia criminal «Lock and Stock en 1998: y el resto es historia.
Statham ha demostrado que aún tiene dentro a un deportista de élite en su carrera interpretativa; en varios rodajes se ha negado a utilizar un doble de acción, para pánico de productores y directores a su alrededor. El caso más notable fue durante la grabación de ‘Megalodón‘ donde su personaje, como ya es bien conocido por todos, lucha contra un tiburón prehistórico. La unión de sus dos grandes pasiones (la interpretación y la natación) le permitió desplegar todas sus habilidades deportivas para sorpresa del equipo técnico y artístico del filme.
«Fue una gran experiencia, ya sabes, viajar por el mundo y competir a un cierto nivel. Una experiencia así te enseña disciplina y enfoque, y desde luego, te mantiene alejado de buscarte problemas«.
Con una inquebrantable dedicación y un talento multifacético, Jason Statham ha demostrado a lo largo de los años que es mucho más que un simple actor de blockbuster; con habilidades interpretativas, artísticas y atléticas, es una ‘triple amenaza’ capaz de conquistar cualquier desafío que se le presente, ya sea en un trampolín o en el set de rodaje.