A la hora de elegir un televisor hay que tener en cuenta todo tipo de factores. Para empezar, la elección del panel es muy importante, ya que la tecnología OLED cuenta con algunas ventajas respecto a las Smart TV LCD, como la ausencia de problemas de blooming, pero también cuenta con algunas limitaciones al contar con unos niveles de brillo muy inferior. Y esto es solo el principio. Por no hablar de los dolores de cabeza que nos dan nuestras queridas Smart TV.
Para empezar, lo ideal es calibrar con sonda el panel para sacarle el máximo partido. Por no hablar de revisar bien las especificaciones para confirmar que la flamante TV que quieres comprar tiene puertos HDMI 2.1 con los que exprimir al máximo las posibilidades de tu consola de nueva generación. Y hay un sinfín de detalles técnicos que vale la pena valorar a la hora de comprar una Smart TV.
Eso sí, aunque ahora sea más complicada la elección de una Smart TV respecto a hace unos cuantos años, también es cierto que nos hemos librado de algunas molestias notables que nos permiten disfrutar de una vida un poco más sencilla.
Cosas que no echamos de menos de las teles antiguas
La revolución tecnológica que hemos vivido estos últimos años nos han permitido disfrutar de tecnologías que hasta hace muy poco parecían imposibles. Y el sector de las Smart TV ha sido uno de los grandes beneficiados, pudiendo tener todo tipo de ventajas respecto a generaciones pasadas.
Por este motivo hemos preparado un recopilatorio con cinco motivos por los que las Smart TV actuales nos han permitido quitarnos de encima cinco problemas realmente molestos y que teníamos que vivir cada día. ¡Larga vida a los televisores inteligentes!
Las Smart TV actuales son mucho más ligeras y notablemente más grandes
Los televisores de tubo, ya que en su interior alojaban un tubo de rayos catódicos (CRT), eran notablemente más grandes y pesados que los modelos actuales, o incluso los de plasma. Para que te hagas a la idea, los modelos más grandes que llegaron al mercado de consumo tenían una diagonal de pantalla de 40 pulgadas.
Es cierto que Mitsubishi trabajó en un modelo CRT de 61 pulgadas que llegó a producir a muy baja escala. El problema era que la tecnología era muy inestable, por lo que los tubos de imagen de estos televisores duraban muy poco.
Y ojo con el peso. Volviendo a los modelos CRT de 40 pulgadas, sobrepasaban los 60 cm de grosor, mientras que una LG OLED C2 presumirá de 6 cm de grosor… ¿Y qué pasa con el peso? Pues que sus 150 kilogramos hacían necesarios a varios operarios para poder mover ese armatoste. Para que te hagas una idea, una LG OLED G1 de 77 pulgadas pesa poco más de 40 kilogramos. Así que, ya solo por la ventaja del espacio y el peso, el cambio de tecnología nos ha puesto las cosas mucho más fáciles.
Conexiones
El tema de las conexiones en un televisor era un infierno. Casi todo pasaba por el dichoso euroconector, lo que en ocasiones te hacía la vida imposible. No hablamos de conectar el VHS, ya que venía con su cable y no había mayor complicación.
Pero cuando te comprabas una consola, en muchos casos necesitabas un adaptador para poder usarla en la tele. Sencillamente, porque no tenía salida de euroconector, sino tres cables RCA que tenían que conectarse a un adaptador para poder usarla en tu TV.
A día de hoy, con que tu Smart TV tenga puertos HDMI, no vas a tener ningún problema a la hora de conectar toda clase de dispositivos. A no ser que seas un amante de la época dorada de los videojuegos y quieras conectar una consola antigua. En este caso te hará un monitor o televisor CRT para disfrutar de la mejor experiencia.
Pero en líneas generales, la mejora a nivel de conexiones ha sido uno de los pasos más interesantes. Sin duda, otro de los motivos por los que nos encantan nuestras Smart TV actuales.
Conectar el PC a una tele antigua era impensable
Hasta hace bien poco, la idea de conectar tu ordenador a la tele para jugar era una idea muy mala. Par empezar, la falta de opciones de conectividad (ni mucho menos todos los televisores de tubo contaban con entradas DVI o VGA) hacía que fuera una tarea complicada, teniendo que comprar un cable específico.
Por no hablar de la falta de tecnologías que hacían que la experiencia no fuera precisamente buena. A día de hoy, las cosas han cambiado mucho, y para bien. Para empezar, volvemos a recordar que tan solo necesitas un puerto HDMI libre en tu Smart TV para conectar cualquier consola (a no ser que sea muy antigua).
Además, cada vez más fabricantes integran modos de juego a sus Smart TV para que se conviertan en una alternativa cada vez más interesante a un monitor gaming. Te invitamos a pasarte por nuestro análisis de la LG OLED C1, la mejor Smart TV OLED para jugadores.
Habemus Internet, el salto definitivo
Hasta la llegada de las Smart TV, la tele tradicional servía para ver los diferentes canales disponibles o, como mucho, conectar un reproductor VHS, o DVD. No había muchas más opciones, para ser sinceros. Pero las cosas han cambiado mucho con la llegada de las Smart TV.
Ahora tenemos televisores inteligentes con acceso a Internet, lo que nos permite exprimir al máximo sus posibilidades. Además, en función del sistema operativo que utilice tu televisor, las opciones aumentan de forma exponencial.
Por ejemplo Android TV o Tizen cuentan con aplicaciones y juegos más que suficientes para que puedas convertir tu Smart TV en una consola retro, usarla como marcos de fotos digitales, navegar por Internet, reproducir películas o series disponibles en plataformas de streaming como Netflix, Amazon Prime Video, Disney+…
También contamos con un asistente de voz en la gran mayoría de casos para poder realizar todo tipo de acciones mediante órdenes de voz. En resumen, la lista de mejoras de una Smart TV respecto a un televisor CRT con la llegada de Internet son tantas, que podríamos estar horas enumerando sus ventajas.
Experiencia de usuario
Por último, queremos hablar de la experiencia de usuario. En líneas generales, las Smart TV actuales son muy sencillas de usar, además de ofrecer una interfaz de usuario mucho más intuitiva. Solo hay que recordar lo coñazo que era cambiar cualquier configuración en una tele de tubo. Es cierto que a día de hoy tampoco es que sea un proceso tan sencillo, pero sí que se ha simplificado bastante para que sea un poco más intuitivo.
Además, la interfaz de usuario ha mejorado de forma notable, por no hablar de la posibilidad de utilizar al asistente de voz de turno para que ponga el siguiente capítulo de esa serie que te tiene enganchado desde hace mucho, y sin que tengas que apretar un botón.
Como habrás podido ver, el salto de calidad ha sido realmente impresionante. Así que, aunque a veces tu Smart TV te saque de quicio, o sencillamente te estés volviendo loco intentando elegir el modelo más adecuado en función de tus necesidades, hay que reconocer que ya no tenemos que lidiar con muchos problemas del pasado.