Llegados ya al ecuador de la segunda temporada de ‘Loki’, el tercer episodio, ‘1893’, es el encargado de avanzar la trama de la serie, que durante en las últimas semanas ha estado algo atascada.
ATENCIÓN: A partir de este punto, habrá spoilers de la primera y segunda temporada de ‘Loki’. Si no quieres saberlos, ¡no sigas leyendo!
Re-introduciendo a: Renslayer, Miss Minutes y Kang
Después de dos episodios sin rastro de ella, el episodio empieza con el retorno de uno de los personajes principales, Ravonna Renslayer, que desapareció al final de la temporada pasada tras descubrir la verdad sobre la AVT y enfrentarse a Loki y Mobius. Su objetivo, según ella misma dijo, era encontrar el libre albedrío. Nos encontramos a Renslayer en el Chicago de finales del siglo XIX, donde la espera Miss Minutes. La inteligencia artificial con forma de reloj antropomorfo que, en la primera temporada actuaba como una simple guía amigable de la AVT para sus nuevos miembros parece tener más autonomía e importancia de la que asumíamos en primera instancia y esta le indica a Renslayer lo que debe hacer. Su plan, como descubriremos más tarde, es poner a una variante de Kang, un joven llamado Victor Timely, en el camino para convertirse en el creador de la AVT.
Por otro lado, tras descubrir en el episodio anterior que no pueden arreglar el Telar Temporal porque necesitan el “aura temporal” del fundador de la AVT —Kang— para acceder al sistema, en este episodio nuestros protagonistas se dirigen al Chicago de finales del siglo XIX. Su objetivo no es encontrar a Kang, sino a Miss Minutes, que piensan que podría tener acceso también al sistema. Para encontrar a Miss Minutes, siguen la pista de Renslayer, que saben que ha estado en comunicación con la IA. El plan de Mobius y Loki no tiene demasiado sentido; el futuro de la AVT depende no solo de que sean capaces de encontrar a Renslayer, sino también de que esta les lleve a Miss Minutes, y de que Miss Minutes tenga el poder (y la voluntad) de ayudarles. Por suerte para ellos —y gracias a la conveniencia de la trama del episodio— su búsqueda les lleva a una solución más viable: la variante de Kang, Victor Timely.
La puesta en escena del episodio, que transcurre durante la Chicago World’s Fair de 1983, es divertida y estéticamente interesante. En un sorprendente contraste con la versión de Kang que encontramos al final de la primera temporada en la Ciudadela al Final del Tiempo, Victor Timely es un científico que se dedica a exponer sus prototipos en la feria y estafar a empresarios adinerados. Con este escenario de fondo, todos los personajes del episodio se enfrentan en la persecución de Timely: por un lado, Loki y Mobius, y, por otro lado, Miss Minutes y Renslayer. El problema que tiene el episodio a nivel estructural es que su conflicto principal es contradictorio: todos los personajes tienen, a fin de cuentas, el mismo objetivo. Todos quieren llevar a Timely a la AVT, ya sea para arreglar el problema del Telar Temporal, o para convertirle en una versión de sí mismo más similar a El Que Permanece, que pueda restablecer el orden en la AVT. A toda esta confusión de intenciones se le suma la reaparición de Sylvie, que aparece espontáneamente con el único objetivo de matar a Timely.
El episodio, como ya venía sucediendo en los anteriores, deja de lado el desarrollo de los personajes, que se convierten en meros esclavos de una trama demasiado enrevesada y con un trasfondo inerte. Uno de los pocos momentos de peso dramático en el episodio nos lo trae la propia Sylvie cuando finalmente se enfrenta a Timely. En su cruzada por mantener el libre albedrío en el multiverso, se propone asesinar a cada variante de Kang si es necesario. Sin embargo, esto la lleva a una contradicción: asesinar a Timely en nombre del libre albedrío por los crímenes que podría llegar a cometer es, al fin y al cabo, un atentado en contra del libre albedrío del propio Timely. Finalmente, decide perdonarle la vida y dejar que Loki y Mobius se lo lleven de vuelta a la AVT.
Más allá de esto, no hay muchos más elementos de ‘1893’ que acaben de funcionar. La dinámica entre Mobius y Loki es una que la serie lleva explorando desde el principio y que da sus frutos cómicos en este episodio al igual que en todos los anteriores. Sin embargo, el resto del episodio está dedicado a la extraña relación que se desarrolla entre Renslayer, Timely y Miss Minutes. Mientras que Timely y Renslayer comienzan a formar un vínculo con tintes de romance (sus personajes en los cómics de Marvel son pareja), descubrimos la verdadera motivación de la IA: está enamorada de su creador, Kang, y su mayor deseo es que este le otorgue la existencia material para poder ser “su chica”. La imagen de Miss Minutes poniéndose celosa de la relación en ciernes entre Renslayer y Timely es, cuanto menos, bizarra. Posiblemente el rechazo de Timely haga que Miss Minutes cambie de bando y acabe formando una alianza con Renslayer. Si no, es difícil entender la decisión de introducir una subtrama como esta. Las motivaciones de la propia Renslayer son, por ahora, confusas. En un principio parecía una fiel admiradora de Kang, pero el episodio revela su ansia de poder para sí misma.
Otra decisión extraña es el final del episodio. Tras dejar ir a Mobius, Loki y Timely, Sylvie debe decidir el destino de Renslayer. En vez de matarla, como cabe esperar del personaje, le dice que le va a dar la posición de poder que tanto desea, y la empuja por un portal que la lleva a la Ciudadela al Final del Tiempo, donde sigue el cadáver de El Que Permanece (asesinado por Sylvie al final de la primera temporada). La idea, intuimos, es castigar a Renslayer atrapándola en este lugar, tan cerca del enorme poder que desea, pero sin forma de acceder a él. Sin embargo, el efecto no es el esperado, ya que Renslayer tiene un TemPad (una de las tabletas de la AVT que le permite acceder a las puertas temporales y a Miss Minutes). Es inverosímil que Sylvie, conocida por ser despiadada, no la mate en primera instancia, y que no revise si tiene algún recurso para escapar de su castigo antes de deshacerse de ella. Pero, como parece ser el caso con todo en los últimos proyectos de Marvel, el carácter de los personajes es secundario y maleable, siempre al servicio de poner en movimiento la trama.