ATENCIÓN: A partir de este punto, habrá spoilers de la primera y segunda temporada de ‘Loki’. Si no quieres saberlos, ¡no sigas leyendo!
El cuarto episodio de la segunda temporada de Loki retoma la acción justo donde se había quedado: con la promesa de Miss Minutes de revelar un gran secreto. El secreto (que Renslayer fue la general que ayudó a El Que Permanece a ganar la guerra multiversal antes de que este borrara su memoria), supone una gran revelación para Renslayer, pero para la audiencia es tan solo la explicitación de algo que ya habíamos deducido. Este descubrimiento hace que Renslayer y Miss Minutes decidan, de un momento y aparentemente sin pensarlo demasiado, que ya no necesitan a Kang, y que van a tomar el control de la AVT ellas solas. Como a tantos de los momentos dramáticos decisivos de esta temporada, le falta peso —las cosas ocurren casi sin explicación y la audiencia tiene que seguir el ritmo a la serie sin saber muy bien hacia dónde se dirige.
Volviendo a nuestro grupo de protagonistas, Loki, Mobius y Sylvie han conseguido llevar a Victor Timely a la AVT, donde se encuentran con Ouroboros y Casey, todavía desesperados por arreglar el Telar Temporal, que lleva siendo una amenaza inminente sobre los personajes —y, aparentemente, el multiverso entero— desde el primer episodio de la temporada. Ke Huy Quan, en su papel de Ouroboros, hace lo que puede una vez más con el rol que se le ha asignado de hablar en términos de ciencia-ficción, cargando con el peso de la exposición que una trama tan enrevesada requiere. El objetivo es, según explica, aumentar la capacidad del Telar para que pueda procesar la multitud de nuevas líneas temporales que están apareciendo desde el asesinato de El Que Permanece sin que implosione. En este episodio, al menos, recibimos uno de los mejores momentos de su personaje cuando su camino se cruza con el de Timely. Ouroboros escribe el manual de la AVT basándose en las invenciones de un científico decimonónico —Timely—, y Timely ha construido toda su carrera en base a los escritos de Ouroboros. Esto es, por supuesto, paradójico, pero es uno de los pequeños y divertidos momentos a los que da lugar la ficción sobre viajes en el tiempo cuando no está preocupada con aventuras apocalípticas.
Mientras dejan al trío de científcos buscando una solución para el interminable problema del Telar Temporal, Loki, Sylvie y Mobius tienen un enfrentamiento moral en el que Sylvie parece hablar por el público de la serie, resumiendo en pocas frases el problema de la temporada. Mobius sugiere que, mientras esperan, vayan a comer un poco de tarta, a lo que Sylvie reacciona de forma agresiva, incrédula porque Mobius pueda abstraerse de todo lo que está ocurriendo. “El tiempo no pasa en la AVT”, dice Sylvie durante su discurso. Nada es real desde la posición de la AVT; en su lugar resguardado del transcurso del tiempo, las vidas que están intentando salvar no son más que líneas en un monitor. Ese es, precisamente, el problema con el que nos chocamos como espectadores de la serie. Desde el interior de los muros de la AVT, la serie no siempre consigue transmitir la gravedad del asunto, lo que está en juego y por qué debería importarnos. Las quejas de Sylvie son descartadas más tarde por Loki con un discurso moralmente dudoso en el que defiende la necesidad de que alguien esté por encima de todo, de “dioses” que controlen el tiempo. El conflicto dramático de toda la segunda temporada gira entorno a la cuestión ética de la AVT; ¿es posible hacer algo bueno de una institución que fue creada con un propósito negativo? Loki y Mobius —y la serie en sí misma— llevan episodios intentando convencer a los demás de que su visión es la correcta, de que la AVT, bajo su control, no sería lo que era antes, sino algo bueno, y por eso hay que preservarla. ‘Loki’ nos impide siquiera imaginar la visión revolucionaria —y probablemente correcta— de Sylvie de dejar que la AVT, una organización nacida del fascismo temporal, caiga por su propio peso. Según dice Loki, es más difícil preservar el orden establecido de las cosas que empezar desde cero, rectificando los errores. Parece ser que, después del arco de redención por el que le hemos visto pasar, al final del día, Loki quiere seguir siendo un dios en vez de un héroe.
Paralelamente, en otro lugar de la AVT, la general Dox, Brad y sus aliados están bajo custodia mitras B-15 y los demás deciden qué hacer con ellos. B-15 acaba optando por la compasión, ofreciendo ponerles en libertad si se unen a ellos y trabajan para “crear una AVT mejor”. Nos enfrentamos otra vez al mismo problema: ¿cómo de distinta va a ser esta nueva AVT que plantean los protagonistas? Sin pensárselo dos veces, están dispuestos a trabajar de nuevo con Dox, que hace tan solo dos episodios lideraba un ataque que exterminó incontables líneas temporales. Todo esto sirve tan solo para posicionar a Renslayer y Miss Minutes —que aparecen en la AVT y asesinan de forma sangrienta a Dox y su gente— como las principales villanas, pero lo que realmente consigue es dejar en evidencia la inconsistencia de los personajes en esta temporada. Una vez más, todos los personajes, a pesar de estar enfrentados entre sí, quieren lo mismo; arreglar el Telar Temporal y tomar el control de la AVT, lo cual nos hace dudar de las diferencias entre los objetivos de los supuestos héroes y villanos de la serie. La escena de la matanza de Dox y sus aliados tendría un peso mucho mayor si tuviéramos alguna razón para sentir pena por la pérdida de estos personajes, si hubiera algún motivo para que Renslayer se convierta repentinamente en una asesina sanguinaria, o si la calificación PG de las series de Marvel permitiera ver alguna vez las consecuencias humanas de las acciones de los personajes; pero tal y como la vemos, se queda en un intento a medias de infundir terror en el espectador.
A partir de aquí, el episodio empieza a dar vueltas —que no parecen aportar demasiado a la trama— cuando Renslayer y Miss Minutes capturan a Timely, solo para que Loki y Sylvie lo recuperen poco tiempo después. Durante esta secuencia recibimos la respuesta a una incógnita que quedó abierta en el primer episodio de la temporada, cuando Loki, en uno de sus deslizamientos temporales al futuro de la AVT, vio a Sylvie saliendo de un ascensor justo antes de ser podado por alguien, que era lo que tenía que ocurrir para curar el deslizamiento temporal. En este episodio, Sylvie se queda atrapada en un ascensor y Loki acude a su encuentro por otro camino. Al llegar, se ve a sí mismo ver cómo Sylvie sale del ascensor y él, recordando lo que ocurrió, en el pasado (¿o deberíamos decir futuro? ¿o presente?), poda a esa versión de sí mismo. Es otro pequeño bucle temporal, ya que el Loki de ahora está ahí gracias a que alguien le podó en ese momento, pero que alguien le podara solo es posible gracias a que Loki estuviera vivo para llegar a ese momento del tiempo. La paradoja es divertida, un cabo suelto menos en la temporada, pero es una revelación decepcionante que no tiene ningún tipo de efecto sobre la trama.
A pesar de todo, el mejor momento —quizás de la temporada entera—llega hacia el final del episodio. Por fin, consiguen deshacerse de Renslayer, Miss Minutes y Brad y reunirse todos, y Loki, Sylvie, Mobius, Ouroboros, Casey y Timely proceden de una vez por todas a arreglar el Telar Temporal, al que ahora pueden acceder con el aura temporal de Timely. Tras una pequeña discusión, Timely se ofrece a ser la persona que se pone el traje y sale a arreglar el Telar, ya que lo conoce mejor que nadie. Es un momento perfecto para el típico acto heroico de un personaje que tiene que probar su valor. En un giro verdaderamente inesperado —el primero en mucho tiempo que realmente consigue sorprender en un proyecto de Marvel— ese momento nunca llega: en cuanto se abren las puertas blindadas de acceso al Telar, Timely es atomizado por la radiación temporal, convirtiéndose en una ración de espaguetis alla Timely. El tiempo para arreglar el Telar ha llegado a su fin, y el episodio se acaba con todos los personajes aterrorizados observando cómo explota.
Sabiendo que nos encontramos en el UCM, es difícil imaginar que el siguiente episodio no vaya a encontrar alguna forma de hacer trampas y revertir lo sucedido —parece poco probable que vayan a matar a todos sus personajes o de que la explosión vaya a tener consecuencias reales o duraderas. Pero, al menos como punto final del episodio, el momento consigue subvertir las expectativas con éxito, y la pulverización de Timely resulta impactante hasta el punto del humor absurdo. Veremos cómo se las apañan para salir de esta encrucijada.