Amazon Prime ha sido durante años un imprescindible para mí. Al punto de que me suscribí a este servicio cuando se llamaba Amazon Premium y tenía un precio de 14,95 euros anuales. Pero con el paso del tiempo esa tarifa ha quedado muy atrás. Y lo cierto es que considero que el servicio ya no es tan necesario como antes, por lo que voy a darme de baja de Amazon Prime.
Decir que esta decisión no tiene nada que ver con la subida de precios que ha anunciado la plataforma. Si bien es cierto que Amazon Prime pasará de costar 36 euros a 49,90 euros al año a partir del 15 de septiembre, una subida del 39% que no hará gracia a muchos, no ha sido el principal motivo de mi decisión.
Amazon ya no es lo que era
Cuando me di de alta en Amazon Premium, el motivo principal fue el envío gratis en millones de productos. La comodidad de poder comprar desde casa hizo que apostara por este servicio. Además, los precios de Amazon no tenían rival. Dejando de lado ayudas del gobierno de Estados Unidos para que la plataforma se convirtiera en el coloso que es a golpe de ofrecer precios muy competitivos, lo cierto es que comprar en Amazon era una gran opción para ahorrar dinero y tiempo.
Sin duda, el gigante de las ventas online presumía de los precios más bajos en todo tipo de productos. Comprar tecnología, ya sea una Smart TV, barras de sonido o cualquier otro producto en Amazon era lo más normal, especialmente con unos precios tan competitivos. Pero las cosas han cambiado mucho.
A día de hoy es más fácil encontrar una buena oferta en televisores a través de otras cadenas de distribución como El Corte Inglés, MediaMarkt o Mi electro, donde cada cierto tiempo te informamos de los mejores chollos. ¿Y qué pasa con Amazon?
Pues que para comprar cables y otros accesorios funciona muy bien, ya que no te has de volver loco buscando en una tienda. Y si buscas un producto específico, como un adaptador HDMI para tu viejo receptor AV, Amazon es la mejor solución. Pero a la hora de comprar una tele o productos más caros, lo cierto es que suelo encontrar mejores precios en otras tiendas.
Así que, el motivo principal por el que me di de alta en Amazon Prime comienza a perder valor. Y para comprarme un par de cables al año, le pido a un amigo que haga la compra por mí o alcanzo los 29 euros para esquivar los gastos de envío.
No me interesan ni Amazon Prime Video ni Amazon Photos
Por otro lado, Amazon Prime incluye algunos servicios extra, como la posibilidad de guardar todas las fotos que quieras en su almacenamiento en la nube ilimitado (Amazon Photos), además de poder disfrutar de Amazon Prime Video, su plataforma de contenidos bajo demanda. Pero no me interesan ninguno de los dos.
En el caso de Amazon Photos, es por pura pereza. Tengo desde hace años todos mis recuerdos almacenados en Google Fotos. Y cuando me quede sin almacenamiento utilizaré otros servicios en la nube gratuitos. ¿Y qué pasa con Amazon Prime Video? Pues que apenas abro el servicio.
Sí, me ha encantado la serie The Boys, pero más allá de esta serie y algún contenido más, lo cierto es que apenas utilizo Prime Video. Y, aunque dentro de muy poco vayan a llegar grandes sorpresas, como la serie El señor de los anillos: los anillos de poder, sigue sin salirme rentable.
Mi suscripción finaliza en agosto, por lo que tengo la oportunidad de renovar un año más por 36 euros antes de la subida de precio, pero pienso que no vale la pena, por lo que lo más probable es que me dé de baja de Amazon Prime.
¿Que en un futuro quiero volver porque me interesa ver algunas de las novedades de Prime Video o hacer compras puntuales en eventos como el Black Friday? Ya veré si vale si pago la suscripción anual o mensual. Pero de momento, han perdido un cliente. Y seguramente habrá muchos más usuarios que piensen como yo.
Principalmente, porque su oferta de contenidos no es lo suficientemente potente como para que valga el desembolso anual, o mensual. Tampoco cuenta con las mismas ofertas que antes, donde la primera opción siempre era el gigante de las ventas online. Pero a día de hoy hay otras cadenas de distribución que, especialmente en tecnología, tienen precios mucho más atractivos.
Además, recientemente han anunciado que cierran Amazon Drive, lo que puede significar que en un futuro otros servicios como Amazon Photos corran la misma suerte. Y eso que este servicio de almacenamiento en la nube es ilimitado, a diferencia de Google Fotos.
Pero está claro que, más allá de Amazon Prime Video o el servicio de envíos gratis y descuentos exclusivos para clientes de Prime, el resto de opciones que ofrece la compañía podrían acabar por desaparecer sencillamente porque no los usa suficiente gente. Posiblemente tengas una cuenta de Prime y ni sepas que existía Amazon Photos o Amazon Drive. Tranquilo, no eres el único ni mucho menos.
Así que, pagar la cuota de 49,90 euros al año a partir del 15 de septiembre que pretende cobrar la compañía fundada por Jeff Bezos me parece excesiva para el uso que le doy a estos servicios. Así que, por mucha pena que me dé ya que soy una nostálgica empedernida, mucho me temo que yo me bajo del barco.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Crees que sigue valiendo la pena Amazon Prime? ¿O también te estás planteando darte de baja de este servicio para probar otras opciones?