Desde hace años, los que estamos metidos en el mundillo tech hemos visto cómo las conexiones entre dispositivos han ido evolucionando casi tanto como los propios aparatos. Pasamos del mítico VGA a los más modernos HDMI y DisplayPort, que hasta hoy siguen siendo los reyes cuando se trata de conectar teles, monitores o consolas. Pero parece que eso está a punto de cambiar, y no precisamente por una mejora incremental… sino por una revolución total que viene desde China.
Resulta que un grupo de empresas gigantes como Huawei, TCL, Sharp o Hisense están desarrollando una nueva interfaz que podría cambiar las reglas del juego: GPMI, que viene de General Purpose Media Interface. Suena a palabro, pero quédate con esto: si todo lo que prometen se cumple, va a dejar al HDMI y al DisplayPort en pañales. Estamos hablando de el doble de velocidad, más potencia, más flexibilidad y, lo mejor de todo, menos líos de cables.
Sí, ya sé lo que estás pensando: “Otra tecnología nueva que nadie va a usar”. Pero ojo, que esta vez hay mucho músculo detrás, tanto en inversión como en intención de estandarizarla. Y si algo hemos aprendido en los últimos años, es que cuando China se propone algo, no va de farol. Vamos a ver por qué GPMI podría ser el futuro de cómo conectamos nuestros dispositivos.
GPMI: velocidad bruta, potencia salvaje y un solo cable para gobernarlos a todos
Lo primero que llama la atención de GPMI es su ancho de banda bestial: 192 Gbps, que es el doble de lo que ofrece HDMI 2.2 (96 Gbps) y también muy por encima del DisplayPort más avanzado. ¿Y esto en qué se traduce? En que podrás mover vídeo en resoluciones 8K sin compresión, o jugar en 4K con tasas de refresco altísimas, sin que el cable te haga cuello de botella. Para que te hagas una idea, con HDMI o DisplayPort, a veces tienes que recurrir a trucos como el DSC (Display Stream Compression), que comprime la señal. Con GPMI, no hace falta. Todo va sin pérdidas. Limpio. Fluido. Perfecto.
Pero no solo va de velocidad. GPMI también puede entregar hasta 480W de energía a través de un solo cable, algo que no se había visto hasta ahora. Esto es el doble de lo que permite DisplayPort 2.1 (240W). Con ese nivel de potencia, podrías alimentar pantallas grandes, portátiles, estaciones de trabajo o incluso dispositivos de realidad virtual, todo sin tener que enchufarlos a la corriente. Ahora bien, para eso necesitas usar un conector USB-B más ancho, porque si tiras de USB-C la cosa se queda en «solo» 240W. Que oye, tampoco está mal.
Otra cosa muy interesante es que GPMI ha sido diseñado para ser totalmente bidireccional. Eso quiere decir que puede enviar y recibir datos al mismo tiempo, sin sacrificar rendimiento. Además, es compatible con USB nativo, lo que simplifica muchísimo las conexiones. También soporta ADCP, que añade un plus de seguridad (algo que no viene nada mal en estos tiempos). Y encima, permite una gestión dinámica del ancho de banda: puedes asignar los canales como te convenga, por ejemplo, usar 6 para enviar vídeo y 2 para recibir datos, o al revés. Una locura de flexibilidad.
Y no nos olvidemos de que este nuevo estándar no sale de la nada. Está siendo desarrollado por marcas que ya están metidas hasta el cuello en televisores, móviles, portátiles y monitores. No hablamos de un proyecto teórico o de laboratorio. Esto tiene papeletas para llegar al mercado real, con dispositivos reales, y en no mucho tiempo. Además, como se basa en USB-C, que ya usamos para todo, la transición puede ser mucho más suave que en ocasiones anteriores.
Comparativa de especificaciones entre HDMI 2.1, DisplayPort 2.1 y GPMI
Interfaz | Ancho de banda máximo | Potencia suministrada |
---|---|---|
HDMI 2.1 | 48 Gbps | Sin suministro de energía |
HDMI 2.2 | 96 Gbps | Sin suministro de energía |
DisplayPort 2.1 | 80 Gbps | Hasta 240W |
GPMI con conector Type-C | 96 Gbps | Hasta 240W |
GPMI con conector Type-B | 192 Gbps | Hasta 480W |
Ahora, ¿cuándo lo veremos? Eso es lo que todavía está en el aire. Como cualquier nuevo estándar, primero tiene que ser adoptado por los fabricantes, y luego, llegar al público. Pero si consiguen hacer que funcione sin sobrecostes, sin adaptadores raros y con una integración sencilla, no sería raro que en unos años estemos usando GPMI sin darnos cuenta, igual que hoy en día conectamos el HDMI sin pensar en ello.
Así que sí, el futuro pinta bien. Muy bien. Entre tanto gadget, tanta resolución loca y tanta necesidad de simplificar nuestras vidas tecnológicas, una conexión como GPMI no solo tiene sentido, es casi necesaria. Porque al final, lo que queremos es eso: menos cables, más velocidad, más potencia y menos complicaciones. Y si viene todo en uno, pues mejor que mejor.