Si has entrado a leer este artículo, es porque en algún momento has llegado a pensar en la posibilidad de comprar un televisor 8K o podrías estar interesado. El resumen es sencillo, NO, pero intentaré justificar mi opinión, ya que se trata de eso una opinión basada en la experiencia.
Vivimos en un momento de la industria donde nosotros, los consumidores, nos hemos acostumbrado a recibir modelos nuevos con grandes o mínimas novedades cada año, hace 20 años esta situación era casi impensable y tampoco razonable, el sector tecnológico siguiendo su frenética escalada perfectamente dosificada por los equipos de marketing han graduado esta situación para que sintamos la necesidad de lo nuevo, de aquello que nos genere tener la sensación de estar a la última, y no voy a abrir el melón de la obsolescencia programada, eso lo dejamos para otro día, pero la conclusión es que a veces la tecnología va por delante del resto de sectores como es el caso.
Hay un concepto del que muchas veces he sido víctima llamado early adopter, este «síndrome» de adquirir y comprar lo más nuevo para disfrutar de sus ventajas donde en muchas ocasiones te encuentras con grandes inconvenientes, bugs, fallos debidos a lo poco probado del modelo comprado etcétera, aquí va otro consejo, NO seas un early adopter, así de sencillo, confórmate con lo que funciona de una forma correcta y con aquello que cumple tus necesidades, y créeme, NO lo necesitas. Con esto de «acabo de ahorrar mucho dinero». De nada amigo.
Volviendo al tema, ¿por qué no necesitas un televisor 8K? Si saco la cuenta de la vieja 8K es mucho más que 4K no? Voy a flipar en casa viendo la tele. mehhhh, primer error.
En el único lugar que vas a «flipar» es en la tienda viendo la demo grabada en 8K con los colores saturadísimos y a tope de brillo para que tus pupilas deseen con todas sus fuerzas que ese objeto que brilla tanto y tan nítido se ve vaya contigo a casa al precio que sea.
Mas megapíxeles no te van a dar más calidad
Un televisor 4K cuenta con 8,3 millones de píxeles, esto ya es una barbaridad, cuando hablamos de un televisor 8K nos vamos nada más y nada menos que unos 33,1 millones de píxeles, has leído bien, una señal 8K no duplica los píxeles del 4K sino que los multiplica por 4.
¿Cómo no podría yo desear tanto pixel en casa? Es muy sencillo, no hay contenido, no lo hay, da igual lo que leas ni donde lo leas, no hay contenido en 8k real, vas a encontrar 4 o 5 demos por internet y es lo que usaras para enseñarles a tus amigos lo bien que se ve tu televisor nuevo y así justificar su coste, pero la realidad será muy distinta, abras gastado ese dinero en casi 32 millones de píxeles para acabar viendo el 80% de tu contenido en 1080p o 1080i viendo TDT y similares. Eso son señales de 2.073.600 píxeles, o en muchos casos el drama será mucho peor, acabarás viendo el canal Divinity o el de Mega para ver el Chiringuito con una resolución de 576i.
Aclaremos algo, cuando visualizamos una señal mucho menor que la que soporta nuestro televisor este realiza técnicas para reescalar la señal, ese reescalado utiliza algoritmos y procesadores de imagen que intentan por todos los medios que la imagen se siga viendo bien, pero no nos engañemos, los milagros a Lourdes.
Cuando estamos viendo la TDT en 1080i a través de tu flamante decodificador UHD (que en realidad emite en 1080i) en un televisor 8K esos algoritmos deben escalar a 8K una señal en 1080, por lo tanto, se deben «inventar» casi 30 millones de megapíxeles para completar la imagen de los 33,1 de los que debemos completar.
Veremos mucho mejor canales de la TDT hoy en día en un televisor Full HD 1080 que en un televisor 8K, en este todo se verá como más borroso y poco definido, dependiendo de la calidad del modelo y el rescalado que realice.
Un ejemplo sencillo sería compararlo cuando hoy en día jugamos a un videojuego antiguo en un televisor moderno donde nuestra decepción viene cuando la imagen se ve mucho peor que la recordábamos de niños, y esto es así no porque de pequeños poníamos mucha imaginación sino porque los juegos se diseñaban teniendo en cuenta los monitores CRT donde se iban a jugar y esto completaba una imagen mucho más agradable para nuestros ojos.
Estamos en la era del 4K
Se mire por donde se mire estamos en la era del 4K, con un gran lastre por detrás de contenidos 1080 y con larga, larguísima espera hasta llegar a la época del 8K.
La industria del cine está terminando (o iniciando) una transición hacia el 4K y lo que le está costando, mucho del contenido nuevo ya es de forma nativa 4k, porque se está grabando así, hace solo 5 años todavía veamos publicaciones de películas en 4k que realmente eran resescalados, un timo en toda regla. Y el contenido antiguo todavía se está reeditando en 4k, en ocasiones con grandísimos resultados, en otras no tanto.
Pero la realidad es que nadie en la industria del cine está pensando en el 8K en 2023, ni está, ni se le espera, nos quedan años por delante de contenidos en 4k, incluso me atrevo a decir que aún tenemos que aprender a sacarle más partido al 4k.
El primer mundial de futbol de la historia emitido en 4k lo hemos visto en 2022, y no todos los hogares han podido acceder a este contenido, un canal en pruebas de nuestra televisión pública nos lo ha ofrecido y la otra vía fue Gol Mundial que emitió en una más que reseñable calidad el mundial integró en 4k HGL.
El resto de señales que vemos en nuestro televisor a día de hoy es 1080p o 1080i el 80%-90% del tiempo.
No vas a notar la diferencia
El ojo humano tiene limitaciones, si eres algo miope como un servidor esas limitaciones se incrementan como es normal, la diferencia en calidad de imagen no es significativa a la distancia de visualización normal de un televisor en un hogar, no vemos la tele a 30 cm de la pantalla, cuando nos sentamos en nuestro sofá solemos tener una distancia de entre 2 y 4 metros de distancia, según sea tu salón, por lo tanto, no ibas a notar ningún tipo de ventaja frente a un televisor 4k UHD de buena calidad.
Existen muchas y numerosas razones, y al igual que en las cámaras fotográficas más megapíxeles no significa mejores fotos, la calidad la encontraremos en muchos otros elementos del televisor.
En resumen, actualmente no vale la pena comprar un televisor 8K debido a la falta de contenido, su elevado costo, la pequeña diferencia en calidad de imagen con respecto a la 4K y la falta de demanda por parte de los consumidores.