Seguramente sea un nuevo clásico: OLED vs QD-OLED, que recuerda a otros grandes éxitos tales como QLED vs OLED o sucedáneos. Lo cierto es que si: los televisores QD-OLED son capaces de reproducir una de serie de colores en HDR y Dolby Vision que los tradicionales OLED no pueden. Y si, uso bien el verbo «poder«. A continuación os explicaré los motivos y las pruebas empíricas, aunque intentaremos hacerlo de forma amena y sencilla para todos.
Más colores y más saturados en los paneles QD-OLED respecto a los OLED tradicionales
Para entender por qué somos capaces de ver más colores y, además, más brillantes y más saturados, tenemos que entender rápidamente y de forma resumida como funcionan ambas tecnologías. No será largo ni aburrido, no os preocupéis, pero si hará que entendáis muy bien los por qué de la diferencia de color.
Por un lado tenemos los OLED tradicionales fabricados por LG (a los que llamaré, a partir de ahora, W-OLED). Esta tecnología se basa en una vieja patente comprada a Kodak a principios del milenio. El fabricante acabó con el problema de la degradación rápida de los píxeles con una solución salomónica: todos los píxeles serían blancos-azules (solo emitirían ese color) y entre los píxeles y el panel, se montaría un filtro RGB (Rojo, Verde y Azul) que, al pasar la luz blanca de “detrás” (Bottom Emission), se formarían los tres colores primarios.
Por otra parte, la tecnología QD-OLED decide cambiar la partida para siempre en el CES de 2022. Samsung, la fabricante de esta tecnología y rival de LG, decidió usar también subpíxeles azules para la «base» de la luz, pero no usaría un filtro de color tradicional para generar el rojo y el verde…si no que les añadiría las famosas nanopartículas o Quantum Dots, que son unas moléculas que al incidir luz sobre ellas (sin importar si ésta es blanca o azul) se excitan y pueden generar diferentes colores, generando así los tres colores primarios.
¿Qué conseguimos con ello? varias mejoras muy evidentes y muy importantes: al prescindir de la emisión trasera “filtrada” por el filtro RGB para el color, conseguiremos un importante aumento de brillo (llegando a la cota de los 1000 nits de brillo) y además seguimos con varias ventajas, como un mayor volumen de color y…¡bingo! no solo la cobertura del color aumenta, si no que ésta es mucho más pura. Y ahí, el debate de este artículo.
No es solo brillo, es saturación cromática
La nueva tecnología QD-OLED y su manera de funcionar hace que los colores en HDR sean notablemente más ricos y saturados, sin caer en la artificialidad. ¿Pero por qué?
Básicamente porque en HDR es donde el panel tiene que emitir todo el brillo que le sea posible (ya os comentamos el por qué en este vídeo), llevando al panel a dar el máximo de su potencial. ¿Qué ocurre con las W-OLED? que su emisión de luz se basa en ese subpíxel blanco para «iluminar». Cuanto más brillo necesite el panel, más se ilumina…y más lavará el color; sería el equivalente a poner pintura blanca en un bote de pintura roja: cuanta más pongamos, más se lavará el color rojo.
Por su parte, la tecnología QD-OLED al no emitir la luz desde el subpíxel blanco (si no que lo hace desde cada uno de los subpíxeles rojo, verde y azul, generado por la capa de Quantum Dots), hará que las altas luces en HDR y Dolby Vision sean no solo más brillantes, si no también notablemente más saturadas (en este ejemplo, el solo no es una mezcla de pintura roja con blanco, si no que es pintura roja pura al 100%), además acrecentado por el efecto efecto Helmholtz–Kohlrausch (vemos más brillantes los colores más saturados):
No se trata de comparar la cobertura cromática (el color) de ambos televisores sin tener en cuenta el brillo (luma), ya que en ese caso el impacto del subpíxel blanco es menor. Se trata de comparar la paleta de colores cuando estamos usando fuentes HDR, donde el panel W-OLED tiene que usar al máximo el subpíxel blanco, generando la diferencia que os he explicado en este artículo y que Hiro Kanazawa, Product Trainer Head de Sony Iberia, nos explicó de forma magistral en nuestro primer podcast.