Las nuevas QD-OLED son una realidad, tanto el modelo nipón (Sony A95K) como el coreano (Samsung S95B) están creando muchas expectativas. Y lo cierto es que opciones no te van a faltar a la hora de elegir entre los diferentes buques insignia que han lanzado este año. Una de las Smart TV más deseadas es la Sony A95K, un modelo que parece que se va a retrasar en Europa un poco más de lo que esperábamos. Y hay una pregunta muy habitual en los diferentes canales de AVPasión: por qué la Sony A95K es más cara que la Samsung S95B.
Y es que ambos televisores utilizan el mismo panel QD-OLED de Samsung, aunque si decides comprar la Sony A95K vas a tener que pagar unos 500-600 euros de más (el precio aún está por confirmar , aunque ya es casi oficial). ¿Realmente hay razones para esta diferencia entre un modelo a otro?
Por estos motivos la Sony A95K es más cara que la Samsung S95B
Aunque te invitamos a pasarte por nuestra comparativa entre la Samsung S95B y la Sony A95K para que conozcas las diferencias entre ambos modelos, vamos a explicarte los motivos por los que la Smart TV QD-OLED de Sony costará unos 600 euros más que la Samsung S95B.
Para empezar, el procesador de la Sony A95K esconde algunos secretos muy interesantes. Todo gracias al chipset XR, que según Sony usa una tecnología revolucionaria. Y desde luego que lo es: el procesador se encarga de realizar un escalado soberbio, enfocando los primeros planos algo más que los traseros, creando una sensación de 3D sin igual.
A esto hay que sumarle también su increíble interpolador de movimiento, que se encarga de evitar el desenfoque ya que es capaz de detectar y realizar un análisis cruzado de los elementos visuales más relevantes en fotogramas sucesivos. Con ello, si lo configuramos adecuadamente, conseguiremos un movimiento perfecto: nada de efecto telenovela (como si estuviera todo acelerado) ni tampoco artefactos (como roturas en la imagen), simplemente perfecto.
Estas dos tecnologías de imagen consiguen además un mejor procesado, además de reducir el banding, posterización y ruido en fuentes de baja calidad, ofreciendo una imagen que sorprende a veces descubrir su resolución nativa. El procesador se encarga, por lo tanto, de limpiar todo rastro de impurezas en la imagen, además de escalarlo a 4K y añadirle un movimiento que, como decimos, es líder en la industria.
Otro detalle a tener en cuenta es que la Sony A95K cuenta con un disipador de calor para conseguir mejores niveles de brillo. No se sabe si la tecnología Astra Glass que incorpora la S95B de Samsung ofrecerá un resultado parecido, por lo que habrá que esperar a que tengamos dos unidades de prueba para compararlas. De momento, todo apunta a que este factor no será diferencial entre ambas marcas.
Tampoco podemos olvidarnos de algunos detalles, como el hecho de que la Sony A95K cuenta con soporte Dolby Vision, un tipo de formato HDR muy utilizado, basado en que el mapeo de cada imagen («comprimir» cada una de las imágenes para que «quepan» en el brillo del televisor) se hace escena a escena o incluso fotograma a fotograma, en lugar de un mapeo de tonos estático que utiliza el estándar HDR: el HDR10. No obstante, Samsung cuenta con soporte con el otro formato HDR competencia del Dolby Vision: el HDR10+, aunque está mucho menos extendido que el formato de Dolby.
En su momento te hablamos de la importancia que tiene calibrar profesionalmente con sonda tu Smart TV. Pues que sepas que la Sony A95K tiene 20 puntos de ajuste de balance de blancos, por lo que es perfecta para conseguir la mejor calibración por sonda. En cambio, el modo Filmmaker de Samsung, que es el más completo, solo ofrece 2 puntos de ajuste de balance de blancos.
Otro detalle que marca la diferencia es el apartado acústico. Los televisores actuales ofrecen un sonido muy limitado, pero Sony ha desarrollado su tecnología Acoustic Surface, basada en la colocación de unos drivers en su pantalla que, al recibir corriente, vibran, convirtiendo a la pantalla en un altavoz gigante. No llega al nivel de un equipo más profesional, como una barra de sonido o un sistema de altavoces con amplificador, pero cuando analizamos la Sony A90J, que incorpora esta tecnología, nos sorprendió por sus resultados.
Cerramos con otra diferencia entre ambos modelos destacable: el sistema operativo. La Sony A95K apuesta por Google TV, que es una interfaz mucho más completa que Tizen, al ofrecer más apps y juegos para descargar y una experiencia de usuario más agradable. Además, el sistema operativo por el que ha optado el modelo nipón, es notablemente más rápido y ágil que la nueva versión de Tizen, excesivamente recargada y muy lenta.
Desventajas de la Sony A95K respecto a la Samsung S95B
Aunque la Sony A95K sea más cara que la Samsung S95B, este televisor QD-OLED tiene varias desventajas respecto a su rival y que curiosamente tienen que ver con el apartado gaming. Es raro que el fabricante detrás de la PS5 no ofrezca las mejores tecnologías en su mejor Smart TV para 2022, pero es así.
Principalmente, porque la Sony A95K no ofrece soporte para HGiG, el HDR de los videojuegos, además de tener un input lag mayor que la S95B de Samsung (que ronda los 9 ms a 4K y 60 Hz y 4.7 ms a 120 Hz, por los 20 y 12 del modelo japonés). Por último, tampoco ofrece HDR10+ (es una licencia gratuita) y, a diferencia de su rival, la A95K solo cuenta con dos puertos HDMI 2.1, algo extraño en un modelo de estas características.
Como habrás podido ver, hay algunas diferencias notables entre la Sony A95K y la Samsung S95B. Pero, ¿son suficientes para pagar 600 euros de más? Habrá que esperar a nuestro análisis de estos televisores 4K con panel QD-OLED para resolver la pregunta del millón.