Este pasado sábado 27 de julio, Marvel, como suele hacer desde hace ya unos años, monopolizó la atención de medios y asistentes durante su panel de la Comic Con de San Diego. Como uno de los conglomerados audiovisuales más grandes del mundo, Marvel siempre tiene nuevos proyectos entre manos y nuevos anuncios que hacer; nuevos títulos, arranque de rodajes, revelación de sinopsis o confirmación de casting son, entre otras, las teorías que los fans elucubran y que la productora, con la dirección empresarial de Walt Disney tras de sí, afirma o niega a cada oportunidad que tiene.
Aunque se anunciaron varias noticias que todos esperábamos, sin duda alguna la que ha acaparado hashtags, portadas y atención es el retorno de Robert Downey Jr. al Universo Cinematográfico de Marvel. Durante el panel, se anunció que los hermanos Russo, responsables de los últimos dos éxitos de ‘Los Vengadores’ (y bastante alejados de la franquicia desde ‘Endgame’) volverán a casa para dirigir ‘Avengers: Secret Wars’ y ‘Avengers: Doomsday’, las dos próximas entregas del súper-equipo, en un esperadísimo retorno que parecía totalmente imposible tras la conclusión de la trama que se estableciera en 2019.
Precisamente a colación de ‘Avengers: Doomsday‘ es donde entran estas noticias en conflicto; junto a la confirmación del retorno de Anthony y Joe Russo, en el panel (presidido, como no puede ser de otra manera, por Kevin Feige, director de producción de Marvel que lleva con ellos desde el año 2000, y a quién se puede achacar la creación del MCU como éxito de taquilla) se confirmó la identidad del personaje que interpretaría al Doctor Doom, legendario súper-villano de los cómics de los Cuatro Fantásticos. Aunque las especulaciones de los fans señalaban a Cillian Murphy como el escogido, los planes para la franquicia van por otro lado.
Robert Downey Junior, en un inesperado retorno que los fans todavía no terminan de creerse
RDJ hizo toda una entrada, enmascarado y encapuchado con el atuendo característico de su personaje, para confirmar su presencia en la próxima película de ‘Los Vengadores’. Sin embargo, y aunque a los fanáticos asistentes pareció emocionar sin lugar a dudas la idea, en redes la respuesta no ha sido la misma; los más críticos consideran esta elección un movimiento desesperado, cargado de nostalgia, que trata de mendigar entradas de cine haciéndose valer de lo que ya fue un éxito (devaluando por el camino la trama de películas anteriores) en lugar de apostar por nuevas caras o tomar riesgos creativos.
Una de las grandes decepciones que conlleva esta elección es la borradura que ello hace sobre la identidad racial del personaje. Nativo de un país ficticio del este de Europa llamado Latveria, el Doctor Doom es de etnia romaní, un grupo infra-representado en el audiovisual cuya presencia en el MCU ya se obviara en la adaptación de Wanda y Pietro Maximoff y, mucho antes de ellos, en la de Magneto (su padre en los cómics). Los tres personajes son de herencia judeo-romaní, algo que el casting de Elizabeth Olsen, Aaron Taylor-Johnson, Ian McKellen y Michael Fassbender ignora sistemáticamente.
Así, muchos de los aficionados estaban esperando ver este error enmendado con la elección de un actor gitano para representar a este personaje cuya procedencia es crucial para su backstory o historia de origen. Por supuesto, nada de esto es importante cuando recordamos que RDJ no va a interpretar al doctor Viktor Von Doom, monarca de Latveria y archienemigo de Reed Richards, si no a una variante del multiverso de Tony Stark que pretende emular los días dorados del Universo Cinematográfico de Marvel. Así, la franquicia se despide de uno de sus súper-villanos más complejos, un hombre con una estricta brújula moral que, buscando hacer el bien, termina por torcerse.
Claro está, Marvel dejó muy claro con su retrato de Thanos que los súper-villanos grises no son lo suyo. En una narrativa que cada vez está más extrapolada a ‘los buenos’ y ‘los malos’, el MCU se establece como un universo falto de matices en el que las tramas de los cómics pierden interés al simplificarse y hacer desaparecer a todos sus antihéroes de ética cuestionable para aclararlos (y convertirlos en fehacientes defensores de la bondad y la amabilidad) u oscurecerlos (y hacer de ellos malvados súper-villanos asesinos de todo lo que se mueva).
La franquicia no está pasando por su mejor momento; ‘The Marvels’ fue un fracaso absoluto, la cuarta entrega del Capitán América ha visto hasta un año de retraso con respecto a su fecha de estreno inicial, la segunda temporada de ‘Loki’ terminó de hundir en la miseria a uno de los personajes más queridos por el público (de nuevo, por no saber trabajar los matices grises del protagonista, empeñándose en redimirle en lugar de explorar su anti-heroísmo); y ni ‘Echo’ ni ‘Invasión secreta’ han logrado acercarse siquiera al nivel de excelencia creativa o de producción que se desplegara con ‘Bruja Escarlata y Visión’.
‘Deadpool y Lobezno’ ya recurre a esta misma fórmula, amparándose en un personaje querido por el público y traerlo de entre los muertos a cambio de un puñado de dólares, comprometiendo así la integridad de todo el universo. Si bien el multiverso es algo con lo que Marvel no ha tenido miedo de jugar últimamente, este recurso puede gastarse muy rápido, encerando la franquicia sobre sí misma e impidiendo la llegada de nuevas caras, personajes y narrativas que re-aviven lo que, seamos honestos, va en declive desde hace ya un tiempo.
RDJ se ‘libró’ del yugo de Marvel, afirmando que deseaba poder explorar proyectos dramáticos que le permitieran desplegar sus alas interpretativas; y así lo hizo, co-protagonizando ‘Oppenheimer’ y llevándose un Óscar por el camino. Ahora que ya tiene la estatuilla en casa, parece haberse olvidado de sus ambiciones artísticas en favor de no sabemos si fama o dinero (aunque, probablemente, un poco de las dos), dispuesto a volver a la franquicia que lo monopolizara, casi exclusivamente, durante más de once años.
Asentadísimos en la industria, y faltos de la competición que antaño supusieran las producciones de DC, Marvel ha abandonado todo sentido de riesgo creativo, encontrándose más que cómodos en el blockbuster tradicional plagado de VFX que, además, les sale mucho más barato que al resto de estudios.
Imagen de portada | Marvel