El proyector es un dispositivo de visualización cada vez más común entre los aficionados al Home Cinema. Soluciona grandes tamaños de visionado imposibles de llegar por los televisores y su calidad de imagen de luz emitida está fuera de toda duda. El cambio de paradigma que ha supuesto la irrupción del alto rango dinámico (high dynamic range, HDR) sin embargo les ha puesto en una dificultad para conseguir ese avance técnico.
Su primera conquista ha sido llegar a los niveles de intensidad lumínica (brillo) y contraste necesarios. Y ese paso ha venido de la mano de las fuentes de luz más potentes y de mejores prestaciones: láser individual, triple o híbrido (cada marca lo denomina con su marketing y nombre comercial). No es extraño ver cifras de brillo de más de 2.000 lúmenes incluso en la periferia de la pantalla, con ratios de contraste casi infinitos de más de 20.000:1. No ofrece el negro puro de un OLED, pero calibrado y en una sala adecuada, el rendimiento es magnífico.
Las fuentes láser también han traído la mejora en el rendimiento de color, sí, pero todavía con mucho campo de mejora. Como ejemplo de esto podemos poner el JVC NZ7, una referencia en calidad de proyección con un precio de aproximado de 12.000€, es decir, gama alta. Pues bien, alcanza las siguientes corberturas: para el espacio de color REC 709 un 100%; en DCI P3 un 80% y para el más amplio BT 2020 un 55% (cifras aproximadas y siempre medidas post calibración).
Si comparamos este volumen de color (luminosidad dada dentro de un espacio de color determinado) con el de una TV de última generación como la Sony AK95 la diferencia es notoria: 100% de cobertura P3 y un notable 85% del BT 2020 (cifras aproximadas y siempre medidas post calibración). Y este dato es importante porque la producción de la industria audiovisual tiene ahora mismo como referente una masterización con un blanco 6.500K en un DCI P3 de 1.000 nits como punto inicial del HDR. Pero la tendencia es a que el flujo de trabajo en postproducción con ACES se vaya ampliando a más nits (4.000) y más gamut (BT 2020) en las salas de corrección de color y masterizado de todo el mundo.
Así que aquí aparece una primera recomendación para los que quieran comprar un proyector: ¿qué porcentaje de cobertura tiene de P3 y BT 2020? La respuesta será o no una garantía de futuro. Realmente esto aplica también para los televisores. El objetivo es, por ejemplo, disfrutar todos y cada uno de los tonos de color que ofrece p.ej el Bluray UHD de ‘Tomb Raider’ del año 2018 (analizado en AVPasión en este link de aquí) masterizado en espacio de color BT 2020 con un impresionante MaxCLL de más de 2.200 nits.
Proyectores con Dolby Vision: misión casi imposible
Actualmente, casi ningún proyector es compatible con Dolby Vision. Dolby Vision ajusta los elementos HDR de un televisor imagen a imagen. Cambian constantemente sus metadatos (esto no sucede en el HDR10), son dinámicos, para ofrecer el mejor rendimiento que haya pensado el director y su colorista. Esta propuesta técnica, no suponte ningún problema para los televisores, ya que conocen su brillo máximo y son autoemisivos.
Pero los proyectores no ven cuan brillantes pueden llegar a ser por una sencilla razón: no pueden detectar con qué pantallas están emparejados ¿es una pantalla con ganancia 1 o 1,25? ¿blanca, gris, micro perforada?; o cuanto de lejos están de la pantalla o cual es la luminosidad del salón en ese momento. Es más, los proyectores tampoco saben cuanto de grande es la imagen que están proyectando, ¿metro y medio?, ¿dos metros y sesenta centímetros de diagonal?.
Por esta razón, no hay forma de que un proyector pueda predecir cuanto de brillante puede llegar a ser cuando reproduce un contenido Dolby Vision y/o ajustar fielmente su mapeo de tonos (mucho más delicado que el de un HDR10).
Peor aún y a diferencia de los televisores OLED, los proyectores no pueden lograr niveles de negro cero por varias razones, ya sea por la propia pantalla que tiene que reflejar la luz incidente o porque, evidentemente, los proyectores no tienen las zonas de atenuación locales que puede encontrar en los televisores OLED – QLED. Solo así se consiguen negros puros. Es cierto que existen proyectores con iris dinámico para ayudar a mejorar el contraste de la imagen escena por escena, pero desde luego no están certificados por Dolby ni poseen un modo homologado Dolby Vision en HDR.
Dolby no, pero certificados por HDR10+ sí, en tanto que el conglomerado de empresas que lo forman, no son tan exigentes ni cerrados a la hora de gestionar su sistema de alto rango dinámico y les parece suficiente la combinación de brillo alto, contraste generoso e iris dinámico.
La tecnología avanza y aun con precios carísimos, hay alguna esperanza de conseguir un HDR impactante en los proyectores de alta gama, que ojalá con el tiempo, se implementen en el rango medio de productos de cada marca. Por ejemplo, el proyector de JVC modelo NZ8 (17.000€ aproximadamente) tiene una configuración de optimización de cine HDR muy interesante: permite añadir información a mano sobre el tamaño, el material y la ganancia de la pantalla que está utilizando, entre otros detalles. El procesador combina esta información introducida por el usuario para modular una imagen HDR con un blanco y un negro al máximo de las posibilidades de cada escena y de cada sala. Muy interesante.
Además, con la llegada de los proyectores de tiro corto (ultra short throw, UST) el panorama de proyectores ha añadido algún modelo que sí tiene modos Dolby Vision como, por ejemplo, algún producto de la empresa estadounidense Formovie, concretamente el modelo Formovie Theatre que usa un espectacular sistema de triple láser de última generación. Anuncia unos 2.800 lúmenes de brillo, y un sensacional 107% de corbertura del espacio de color BT 2020 por un precio algo menor de 4.000 dólares. Habrá que estar muy atento al rendimiento de este equipo una vez calibrado.
Hisense, por su parte, vende su modelo PX-1 Pro y con su última actualización de firmware de este verano, soporta modos Dolby Vision. Eso en teoría. En la práctica, la inestabilidad del proyector al recibir los metadatos dinámicos según reportan los usuarios que poseen este modelo, ponen en duda su capacidad real.
¿En qué debo fijarme para comprar un proyector HDR?
Ajustes y gestión del color
Necesitamos una reproducción del color, lo más preciso posible. Por esa razón, debemos buscar un proyector que pueda proporcionarle ajustes detallados, cuantos más mejor. Un proyector con las certificaciones Imaging Science Foundation (ISF) y THX son buenas pistas a seguir. Normalmente proporcionan generosos menus de calibración o ajuste de color. O, al menos, tienen modos predeterminados de cine o película que permiten tener una excelente visualización sin complicarnos mucho la vida. Y si queremos echar horas investigando o calibrando profesionalmente, es posible.
Luminosidad para HDR
Al comprar un proyector, lo primero que mira la mayoría de la gente es su brillo. Sin embargo, la salida de lúmenes alta no siempre es tan crucial como creen la mayoría de los usuarios de. Cuando dejas calibrado un proyector, raras son las ocasiones que se aprovecha al máximo su lúmenes. Dependiendo de la estancia del domicilio donde pongamos el proyector (ventanas, balcones etc) buscaremos alrededor de unos 1.500 lúmenes alcanzados en la periferia de la pantalla.
Volumen de color: P3 y REC 2020
El proyector debe tener una cobertura alrededor del 90-100% del gamut P3. Con este detalle, conseguimos disfrutar del HDR básico de cualquier plataforma de streaming o disco físico o videojuego. Si además, consigue cifras alrededor del 75-80% del espacio de color BT 2020, mejor que mejor, pues garantiza un futuro de buenas prestaciones. Si sumamos una buena paleta de colores a unos niveles de brillo elevados, conseguiremos una reproducción tonal espectacular de nuestras imágenes.
Resolución nativa: 4K UHD
El dispositivo que genera las imágenes debe ser un chip original 4K, hay que evitar los escalados desde el origen. Tampoco es recomendable aquellos proyectores que tienen tres emisores de luz ligeramente desplazados unos de otros para, en conjunto, reproducir una imagen 2160p
Iris dinámico
Esta función es una de las más importantes que debe tener un proyector HDR. El iris dinámico funciona de manera similar a cómo promueve Dolby Vision o HDR10+ y al igual que el iris humano, esta función abre y cierra el iris, permitiendo el paso de más o menos luz por la óptica. De manera que cuando el proyector necesite mostrar una imagen oscura, podrá hacerlo sin eliminar la intensidad de la luz emitida hacia la pantalla. Tal y como hace una cámara reflex de fotografía: abriendo y cerrando las palas metálicas que componen el diafragma del objetivo.