Hay días en los que uno se pone una serie en Netflix, un vídeo en YouTube o incluso una videollamada, y todo se ve y se escucha perfecto. No hay cortes, la imagen va suave, y encima se ve de cine. Lo das por hecho, ¿verdad? Pues detrás de esa experiencia que parece tan simple, hay una tecnología trabajando en la sombra para que todo eso sea posible. Y uno de los protagonistas de esa magia digital es el códec AV1. Tranquilo, si no habías oído hablar de él, no eres el único. Pero hoy te lo contamos para que entiendas por qué este pequeño “héroe” se está convirtiendo en una pieza clave del streaming y del vídeo moderno.
El mundo del vídeo ha cambiado una barbaridad en los últimos años. Pasamos de los DVDs a ver pelis desde el sofá sin necesidad de enchufar nada más que el WiFi. Pero claro, mandar una peli entera por internet en buena calidad no es moco de pavo. Por eso existen los códecs, que básicamente son sistemas que comprimen el vídeo para que pese menos sin perder calidad. Vamos, como cuando metes un edredón en una bolsa de vacío: ocupa menos pero sigue siendo el mismo edredón. Pues bien, el AV1 es uno de los códecs más modernos y eficientes que existen ahora mismo, y promete revolucionar la forma en que vemos y compartimos vídeo.
Y no estamos hablando de una cosita menor. AV1 está respaldado por un auténtico equipo de los Vengadores tecnológicos: Google, Apple, Netflix, Amazon, Microsoft, Intel… todos metidos en el ajo a través de un consorcio llamado Alliance for Open Media. ¿Su objetivo? Crear un códec que ofrezca mejor calidad de imagen, consuma menos datos y sea completamente gratuito. Sí, gratuito. Porque a diferencia de otros códecs que obligan a pagar por cada uso, el AV1 es de código abierto y sin regalías, lo que facilita muchísimo que todo el mundo lo adopte, desde grandes plataformas hasta pequeños desarrolladores.
¿Qué es el códec AV1?
Ahora bien, vamos al grano. ¿Qué demonios es exactamente este códec AV1 del que todos hablan? Pues para que lo entiendas sin necesidad de ser ingeniero, es una tecnología que hace que los vídeos se vean bien ocupando muy poco espacio. Eso significa que puedes ver un vídeo en 4K sin que se te coma medio giga de datos en el móvil, o sin que tarde una eternidad en cargar cuando estás en una red lentorra. AV1 logra esto con una eficiencia de compresión impresionante, lo que básicamente quiere decir que reduce el tamaño del vídeo sin cargarse la calidad.
Desde que salió en 2018, AV1 ha ido ganando terreno poco a poco. Empezó usándose en pruebas, en vídeos sueltos, pero hoy ya está presente en plataformas como YouTube, Netflix o Prime Video, sobre todo en vídeos 4K y 8K, donde su eficiencia brilla de verdad. También se está usando cada vez más en videollamadas –por ejemplo, en Google Meet– y en videojuegos por streaming, donde mantener la calidad sin que haya lag es vital. Incluso en las pelis que descargas o los vídeos que editas en el ordenador, el AV1 ya se está colando poco a poco.
Lo interesante es que no necesitas hacer nada para usarlo. Si tienes un navegador moderno (como Chrome, Firefox o Edge), un móvil reciente o una Smart TV de las nuevas, es muy probable que ya estés disfrutando de los beneficios del AV1 sin saberlo. Es como ese amigo silencioso que te ayuda sin pedir nada a cambio. En cuanto al hardware, cada vez más dispositivos lo incluyen: tarjetas gráficas como las NVIDIA RTX, procesadores de móviles como los Snapdragon de gama alta o los chips de Apple más recientes ya lo traen integrado.
Lo que hace que AV1 destaque entre los demás no es solo que sea nuevo, sino que está preparado para el presente y el futuro del vídeo. Soporta resoluciones de hasta 8K, colores más vivos con HDR, y tecnologías como vídeo 360 grados, que ya empiezan a ser más comunes. También es ideal para transmisiones en directo, donde necesitas buena calidad y muy baja latencia, o sea, que el vídeo vaya al instante, sin retrasos.
Eso sí, no todo es perfecto. Codificar un vídeo en AV1 sigue siendo un proceso más lento y pesado que con otros códecs antiguos, así que no es raro que todavía no esté tan extendido en edición doméstica o plataformas más pequeñas. Pero con el tiempo, y a medida que mejore el soporte en hardware, esto se irá solucionando.
En comparación con otros códecs como el mítico H.264 (que lleva años con nosotros), el AV1 gana por goleada en eficiencia, aunque eso sí, H.264 sigue siendo el más compatible con todo tipo de dispositivos. Frente al H.265 (también llamado HEVC), AV1 ofrece una calidad similar o incluso superior, pero sin tener que pagar licencias, lo que lo hace muchísimo más atractivo para empresas. Y si lo comparamos con el VP9, que era el predecesor de Google, AV1 es como su versión vitaminada, más completa, más potente y mejor preparada para el futuro.
Y hablando del futuro… esto no ha hecho más que empezar. Ya se está trabajando en una evolución llamada AV2, que traerá aún más mejoras y se adaptará a tecnologías emergentes como el vídeo volumétrico o la realidad extendida. Pero mientras tanto, AV1 se está convirtiendo en el nuevo estándar del vídeo digital, y si aún no lo conocías, te aseguramos que pronto vas a oír hablar de él cada vez más.
Así que ya lo sabes: cada vez que veas una peli en 4K que se carga al instante o una videollamada que va fluida como la seda, piensa que AV1 puede estar detrás de todo eso. Es invisible, sí. Pero su impacto en tu experiencia diaria es gigante. Y ahora que lo conoces, ya puedes decir que estás en la onda.