Si tienes un televisor LG con webOS, es muy posible te hayas cruzado con una función llamada Inicio Rápido. A priori, suena muy bien: una opción que puede hacer que tu tele esté ready para funcionar en segundos, sin que tengas que esperar y de manera rápida. Pero mucho ojo con esto, porque no todo es tan bonito como parece.
Esta función, aunque no podemos negar que es muy buena para arrancar rápidamente y evitar esperas, tiene una cara B no tan conocida que podría acabar dándote más dolores de cabeza que alegrías. Y lo que pasa es que, detrás de la comodidad que nos ofrece, el Inicio Rápido tiene algunos «secretillos» que podrían no gustarte si te interesa cuidar tu tele durante un largo período de tiempo.
En este artículo vamos a comentar todo sobre el Inicio Rápido: qué es, cómo funciona y por qué puede ser bueno para unas cosas, pero no tan bueno para otras. Así que si quieres mirar de sacarle el máximo partido a tu tele (y que dure muchos años), sigue leyendo porque esto te interesa.
¿Qué es el Inicio Rápido y por qué existe?
Para entender esta función, hay que empezar por lo básico: cuando apagas tu televisor normalmente, este se apaga del todo. Esto básicamente quiere decir que el sistema operativo y las aplicaciones se cierran del todo, de esa manera deja todo limpio y listo para arrancar desde cero la próxima vez que lo enciendas.
Con el Inicio Rápido, en cambio, la cosa cambia. Tu tele nunca se apaga del todo, se queda como en «standby». Es decir, el sistema operativo sigue «activo» en segundo plano, cosa que permite que, al encenderla, todo esté preparado en cosa de segundos. Las apps no tienen que cargarse desde cero, y tú puedes abrir Netflix o Disney+ sin esperar ni un segundo más de lo necesario.
Y claro, aquí es donde está el gancho: es una maravilla si odias esperar. Imagina llegar a casa, darle al botón del mando y que, al momento, todo esté como si nunca hubieras apagado la tele. Para mucha gente esto es el siguiente nivel en comodidad.
Te preguntarás, cómo se activa o desactiva esta función, pues es muy fácil: lo primero que debes hacer es acceder al menú de ajustes de tu televisor, una vez aquí buscas el apartado de «General», dentro de esta sección bajas hasta «Sistema», y ya dentro de «Sistema», dirígete a «Configuración adicional», es en este punto en el que la primera opción que encontrarás es el Inicio Rápido. Aquí simplemente tocando el OK, puedes activarlo o desactivarlo.
Lo bueno: rapidez y comodidad por bandera
El mayor beneficio del Inicio Rápido es bastante obvio: te ahorra tiempo. Si vas a encender y apagan la tele varias veces al día, o si tienes niños que no tienen paciencia para esperar a que cargue su serie favorita, esta función es una bendición.
Además de velocidad, el Inicio Rápido también mejora la conectividad. Por ejemplo, si quieres enviar contenido desde tu móvil a la tele con Chromecast, no hay ningún problema ya que podrás hacerlo aunque la tele esté apagada (se encenderá automáticamente). Olvídate de problemas de conexión o de esperar a que «detecte» los dispositivos cada vez que enciendes la tele.
En resumen, si buscas rapidez, comodidad y fluidez, el Inicio Rápido es tu mejor amigo. Pero, como ya te habrás imaginado, no todo es perfecto…
Lo malo: apps encendidas, problemas asegurados
Y aquí es donde empiezan los inconvenientes. Al dejar el televisor en ese modo «standby», las apps nunca se acaban de cerrar. Se quedan «abiertas» en segundo plano, como si estuvieran en pausa. Esto, a la larga, puede causar que las apps se queden «atascadas».
Estoy seguro que alguna vez te ha pasado que Netflix no carga, YouTube se cierra solo o una app se queda «colgada». Pues bien, esto puede perfectamente tener que ver con que el sistema no se ha reiniciado de manera correcta en bastante tiempo. El Inicio Rápido, al no apagar la tele del todo, no deja que el sistema operativo haga una limpieza completa, y eso puede acabar generando errores.
Pero no solo afecta al software. El hardware del televisor también sufre. Aunque no lo parezca, el hecho de que el televisor nunca se apague completamente hace que algunos componentes trabajen más de lo necesario. Y aunque no te darás cuenta a corto plazo, con el tiempo esto podría acelerar el desgaste del televisor.
Y mucho ojo con la factura de la luz. Aunque el Inicio Rápido consume poca energía, gasta más que apagar el televisor del todo como es obvio. Así que, si estás mirando de ahorrar o bajar tu consumo eléctrico, probablemente no sea la mejor idea tener esta función activada siempre.
¿Entonces, qué hago?
La respuesta no es tan fácil, porque depende mucho de cómo uses tu televisor. Si vas a encender tu tele varias veces al día, o si por lo que sea lo quieres todo listo al momento, el Inicio Rápido puede ser una función muy útil para ti. Eso sí, te recomiendo que, al por lo menos una vez a la semana, apagues el televisor por completo para ahorrarte problemas con las apps y el sistema.
En la otra cara, si usas la tele solo por las noches o no tienes prisa, igual es mejor para ti desactivar esta función. Sí, vas a perder unos segundos al encenderla, pero ganarás tranquilidad sabiendo que el sistema operativo y los componentes están descansando como es debido. Además, ahorrarás algo de energía, que nunca viene mal.
El Inicio Rápido de webOS es una función muy útil, pero no está exenta de inconvenientes. Es lo mejor si quieres que vaya rápido y quieres comodidad, pero ten en cuenta que aunque no tiene porque, podría acabar perjudicando al televisor si no lo usas con precaución.
Para acabar, mi recomendación sería que lo uses de forma inteligente. Actívalo si lo necesitas, pero no te olvides de apagar el televisor del todo de vez en cuando para evitar problemas. Al final, es cuestión de encontrar un equilibrio que te de la posibilidad de disfrutar de tu tele sin comprometer ni su rendimiento, ni su vida útil.